-Tsk, ¿Por qué tengo que casarme con una persona como él?
La habitación se encontraba iluminada tan solo por la luz de la luna. Un chico de cabellos largos de color blanco se hallaba recostado mientras pensaba en voz alta.
Si bien sabía sobre su situación desde los 11 años, el llegar a la edad en la que tendría que cumplir con lo impuesto por su familia, y por supuesto, con la familia de su idiota prometido, era sin duda lo peor que podía sucederle.
-¿Por qué tuve que crecer? ¡Maldición!
Golpeó con su puño derecho el blando futón que se encontraba bajo él con rabia para luego suspirar pesadamente.
Desde que su padre se había hecho tan amigo de Ricardo, su vida había tomado un rumbo fijo, un rumbo que no quería seguir de ningún modo, pero que a pesar de todo lo que pudiese desear tenía que acatar.
-No olvidaré él día en que conocimos a esta familia…
Flash Back
-Padre aquí estoy
Hizo una reverencia mientras esperaba que el gran hombre le diese la indicación de acercarse. A veces deseaba poder correr simplemente hacia él y abrazarlo; sin embargo, las muestras de afecto no eran algo muy propio de las viejas costumbres y comportarse a la altura era más que primordial.
-Ven Squalo
La voz de su padre era muy fuerte y eso siempre le causó algo de miedo, pero no podría mostrar debilidad frente a Superbi Shigeo, no quería darle motivo a su padre para que se avergonzase de él.
Squalo hizo caso a lo dicho y tras llegar frente a su padre se sentó de la forma tradicional, arrodillándose y apoyando sus nalgas en los talones, esperando así que el jefe de la familia Superbi le dijese la razón por la que lo había llamado.
-Hoy iremos a una reunión muy importante, debemos formar aliados entre las familias Yakuza más cercanas, así que prepárate
-Sí, enseguida lo haré
Fue rápido a su habitación y pidió a su criada que lo ayudase a vestirse para la ocasión. A Squalo no le agradaba la idea de asistir a ese tipo de reuniones, el ver a tantos hombres rudos y con cara de *te acercas y te irá mal* lo aterraba mucho ¿A qué niño de once años no? Pero no podía negarse a una petición de su padre, así que solo le quedó suspirar y rogar por qué todo marchase bien aquel día.
…………
Tras veinte minutos de camino él y su familia llegaron al lugar dónde sería la reunión. Inmediatamente se impresionó al notar lo grande que era la casa de la familia anfitriona, se notaba que eran muy pudientes e importantes.
-Esta familia Yakuza es la más importante del país, así que espero te comportes adecuadamente, hermano
-Sí, Yoshimaru onii-san
Después de ser recibidos junto con las demás familias y ver cómo su padre entablaba una amena, si es que existía esa palabra en el vocabulario yakuza, conversación con el jefe de la familia Vongola se dirigió al inmenso jardín que se hallaba fuera de la tradicional estancia con suelo de tatami y puertas corredizas.
Se alejó lo más que pudo del lugar y se tiró en el suelo mientras el aire fresco desordenaba sus cabellos medianamente cortos.
Una mariposa se posó sobre su nariz y sonrió al ver los hermosos colores que esta tenía.
-Parece un monarca
Hizo que se posara sobre su dedo índice y la observó un largo rato hasta que los pasos de alguien causaron que se sorprendiera y que por el brusco movimiento en su mano el pequeño insecto saliese volando.
-Uhm… pensé que no había nadie aquí
El adolescente que se encontraba frente a él tenía una expresión muy seria y le causó miedo al igual que lo hacía la voz de su padre en reiteradas ocasiones.
-…
Tan solo lo miró para luego levantarse y hacer una leve reverencia. Desde muy pequeño le habían enseñado a ser muy respetuoso con sus mayores y a pesar de que la persona que estaba frente a él no fuese un adulto, de igual manera era mayor.
-Ja… los mocosos hijos de papá son lo que más detesto
Rápidamente Squalo levantó la mirada y frunció el ceño. ¿Quién se creía ese tipo para hablarle así? Él solo fue respetuoso ¿acaso era algo malo?
-No me mires así, basura- el pelinegro de ojos como rubíes se acercó un poco más a él- y vete de una vez, quiero estar solo
-Yo llegué primero ¿Por qué no te largas tú de aquí?
Cuando terminó de hablar se tapó la boca inmediatamente. ¿Cómo había dejado llevar de esa manera? Si su padre se enteraba que le había hablado así a algún miembro de otra familia lo castigaría severamente.
-Ohh… así que tu “amabilidad” es solo una pantalla, basura
-Disculpe por…
-¿Qué? ¿Me pedirás disculpas ahora? Que estúpido
Apretó los puños y le dirigió una mirada llena de odio al chico frente a él. No podía soportarlo más, a la mierda su educación, ese bastardo no se merecía ni siquiera que le dijeran buenos días al despertar.
-¡VOI… NO ME LLAMES ESTÚPIDO NI TAMPOCO BASURA, IDIOTA!
-Jajaja estúpido renacuajo
El ojirojo sonrió y miró divertido el cómo sacó de sus casillas al niño peliblanco. Al menos su mal humor se había ido un poco.
Alzó su mano en signo de despedida y luego se alejó de allí sin decir nada más, dejando a un Squalo muy enfadado.
….
Tras casi dos horas su hermano fue a buscarlo al jardín y lo regañó por irse tan lejos. Le dijo que lo estaba buscando porque su padre quería que su “nuevo amigo” lo conociera y entendió al instante que Yoshimura se refería al señor de nombre Ricardo, el jefe de la familia Vongola, dueños de la estancia en dónde se encontraban en ese momento.
-Aquí está, padre, había ido a caminar un poco lejos
-No vuelvas a alejarte, Squalo
-Sí, padre
El peliblanco, que hasta ese momento mantenía su mirada gacha, la levantó un poco y observó al “idiota” con el que se había encontrado en el jardín parado al lado del hombre de nombre Ricardo.
Desde muy pequeño había sido bastante inteligente y pudo deducir casi al instante que si estaba al lado de tan temible persona no podría ser otra cosa que un miembro de su familia.
“Si mi padre se entera de que le hablé de esa manera a un miembro de la familia Vongola no solo me castigará... me matará”- pensó mientras el nerviosismo lo invadía a medida que avanzaban los segundos
-Ricardo, te presento a mi segundo hijo, Squalo
El nombrado hizo una reverencia esperando a que el temido amigo de su padre hablara.
-Acércate, Squalo
El niño se irguió y lentamente caminó hasta quedar frente a Ricardo, el cual lo tomó de la barbilla y lo miró detenidamente por unos segundos, para luego sonreir.
-Tenías razón Shigeo, es muy bello- soltó el rostro del menor- entonces propongo que procedamos a hacérselos saber y sellar nuestra alianza bebiendo sake
-Me parece bien
Luego de quedar completamente confundido con lo dicho por Ricardo, solo le quedó esperar a que la botella de sake llegara hacia donde se hallaban los dos jefes Yakuzas y que le hicieran saber lo que ocurría.
-Squalo, cuando cumplas 21 años te casarás con el segundo hijo de Ricardo, Xanxus
-¡¿Qué?!
Ese grito tendría que haber sido suyo pero no lo fue. Sabía qué significaba casarse y que te dijeran de un momento a otro que te casarías a una edad determinada con el hijo de otra persona lo había dejado sin habla.
-¡¿por qué tengo que casarme con este niño?!
De tan solo escuchar que el “idiota” era ese hijo de Ricardo con el que tendría que casarse lo dejó todavía más sorprendido.
-Primero, porque ya lo decidí y segundo, porque bien sabes cuál es la tradición
-Sé que el segundo hijo de la familia se debe casar con el segundo hijo de la familia que elijas, pero… ¡¿No pudiste elegir una donde el segundo hijo no fuese un niño?!
-No, para mí es prácticamente lo mismo, el asunto ya está decidido así que deja de armar escándalo, además solo le llevas cinco años, no es mucho
Squalo no podía decir nada, de un instante al siguiente su destino se había decidido y ya no podía hacer nada… simplemente aceptarlo ¿Por qué diablos no nació primero?
-Bien, Squalo, me gustaría que frecuentaras esta casa a menudo, mi esposa estará contenta de recibirte cuando gustes
-Muchas gracias- hizo una nueva reverencia y mientras veía cómo su padre y Ricardo bebían el sake que firmaba el trato, salió de la casa sin que se percataran y se sentó en la entrada de esta
Luego de unos minutos notó que alguien se acercaba a él y por el chasquido de molestia que soltó el recién llegado supo de quién se trataba
-….
-¿Porque no dijiste nada? ¿O es que acaso eres estúpido? ¿No entiendes lo que acaban de acordar esos malditos?
-….
-Hey, respóndeme basura
Xanxus se acercó aún más a Squalo y tras quedar frente a este pudo ver las lágrimas que recorrían las mejillas del peliblanco.
-En lugar de llorar deberías haber tratado de hacer algo, imbécil
-N-No hubiera podido hacer más que tú ¿o sí?
Xanxus observó cómo el niño se limpiaba las lágrimas con las mangas de su yukata y lo miraba fijamente. Al menos su padre tenía razón, no era feo.
-Uhm… tienes razón- el pelinegro se alejó de Squalo, estaba por irse, pero no pudo evitar decir algo para molestarlo nuevamente, eso ayudaba a que su mal humor disminuyese- ya que te casarás conmigo espero que en estos años aprendas muy bien a ser una buena esposa, niñato
El chico frunció el ceño y se preparó para insultarlo, pero cuando estaba por soltar todo su repertorio, el “idiota” de nombre Xanxus ya se había ido.
Fin del Flash Back
Squalo suspiró por enésima vez esa noche, recordar cómo conoció a ese imbécil lo cabreaba.
Después del día en que Ricardo lo había aceptado como su “nuera”, él había sido obligado a frecuentar la casa de la Familia Vongola. La madre de Xanxus había sido muy amable con él desde que lo conoció y sin duda le tenía mucho aprecio, definitivamente ella no se parecía en nada a Xanxus en cuanto a actitud y trato para con los demás.
Volviendo al presente, Squalo se encontraba muy molesto y maldiciendo su destino cada cinco segundos solo por una razón: su cumpleaños número 21 había sido el día anterior y cómo ya era bien sabido, la hora de cumplir con el pacto entre su familia y la Vongola había llegado.
-Ayer Ricardo hizo pública la fecha de la boda- suspiro- tres semanas, en tres semanas tendré que casarme con el maldito de Xanxus
Respiró profundamente y cerró los ojos. Parecía que esa noche no dormiría y no era para menos, a cada segundo que pasaba se acercaba más esa horrible fecha.
-Maldita sea… te odio Yoshimaru
Squalo nunca había deseado tanto haber sido el primogénito, maldito Yoshimaru y maldita su suerte.
…