Lobo Protector por lotochoc

Arreglé mis pocas cosas y las de mi bebé. Esperé a que llegara la familia y por suerte al momento llegó mi madre a visitarnos. -Esto llega hasta aquí Erland.-me miró confundido. Me acerqué mostrándole las cartas. -Me habías dicho que no te iba bien en la escuela. ¡Que eras de los últimos!.-intentó explicarse, pero no lo dejé tomé un bolso que tenia por encima.-Yo no voy a vivir con la culpa de haber arruinado tu vida. Ve a esas universidades. Sé quien te mereces ser y entonces recién podremos estar juntos Erland. El no dijo nada y salí con mi hijo, mi madre tras nosotros. -Hijo que harás ahora. ¿Donde irás? -No lo se.-dije limpiándome la cara empapada.-ella tomó el bolso y sonrió -Vuelve a casa, allí siempre habrá un lugar para ti mi cariño. Me subí al auto y las lagrimas no dejaban de caer. Mi madre se mantuvo en silencio. Volví a mi dormitorio y mi madre mandó a que trajera una cuna para mi pequeño. -Te quedarás aquí con una condición. Tu también tienes que salir adelante hijo. Por ahora que Luka está muy pequeño te podrás quedar en casa con él, pero el segundo semestre tendrás que comenzar algún curso.-asentí y ella salió del dormitorio dejándonos solos. Entonces sonó mi móvil, era una llamada de Erland. -Solo lo haré para demostrarte que soy capaz de hacer cualquier cosa por ustedes. -Ya te dije que lo hicieras por ti, por que estoy segura que en ti habian sueños el porque te destacabas no debe haber sido por una simple razón, tenias una esperanza y yo llegué a aguarte aquello. -Claro que no. Tu llegaste a reforzarlo. A complementarme y hacerme un hombre fuerte y valiente. Contigo por primera vez deje de ser un niño, para ser un hombre capaz de proteger a alguien mas que así mismo. Te amo Alexander y lucharé para demostrártelo, solo te pido que no me alejes de ustedes totalmente. Me secaría como una planta sin agua. -Puedes venir cuando quieras. Siempre estaré para ti. Las siguientes dos semanas Erland venia todos los días. Pensé por un rato que funcionaria lo nuestro a distancia, pero al momento que confirmaron que tendría que irse a una universidad fuera de la ciudad las cosas se quebraron sutilmente, pero de una manera que pesaría mas adelante. El primer nos llamábamos todos los días, luego el siguiente había días que no tenia noticias de él, al tercero fueron tres veces a la semana. Mientras daba de comer a Luka miraba el reloj y mi teléfono, mi madre se dio cuenta. -Te voy a decir algo hijo. Será mejor que ya no estés tanto pensando en Erland, en la universidad tienen una vida bastante fuera de lo común, los chicos estudian, pero también se divierten muchísimo. -¿A que quieres llegar mamá?-dije algo impaciente. -Tu cuñado se fue a la universidad comprometido, entonces conoció a tu hermana y se enamoró perdidamente de ella y ya vez en que acabó. Se han casado. -¿Crees que Erland se enamore de otro chico? -Mira, hay que ser realistas. Tu tienes un hijo, un niño que no lleva mas que su apellido. -Alguien lo hará ver que ustedes no son mas que una carga. Yo creo que lo mejor que ese niño crezca con sus padres. -¿Hablas de que esté con el padre de Luka? -Es lo mejor que puedes hacer y no tendrás dudas de nada de que el querrá estar contigo.-no creía lo que mi madre me estaba diciendo, me molesté y tomando a mi hijo salí a pasear. Estuve en el parque bastante tiempo hasta que a mi lado llegó Cristóbal, se veía bastante bien para haber pasado lo de su esposo. Ya había ido a ver a Luka en un par de ocasiones incluso había comenzado a trabajar en el partido político de mi padre. -Es tan hermoso-lo miraba embobado-Es igual a ti-me miró sonriendo-Creces tan rápido pequeño angelito.-mientras él le hacia morisquetas pensé en lo que mi madre me había dicho. -¿Como te ha ido con mi padre?-le pregunté tranquilamente -Bastante bien. Me gustan sus ideas y por donde quiere llevar el partido. -Y...¿Sobre lo de tu...? -Estoy bien-se acomodó mirando el horizonte.-La verdad es que hace mucho no estaba tan tranquilo. He estado yendo a terapia y la doctora me hizo ver que la relación que tenia con mi esposo nunca fue sana. Hace mucho que no había nada de amor y a veces dudo si alguna vez lo hubo.-lo miré desconcertado y algo confundido, entonces se acomodó para contarme.-Lo conocí cuando estaba por salir de la escuela para ir a la universidad, hacían bastantes visitas a las universidades y un día fueron a la mía. Me enamore a primera vista y rápidamente nos hicimos pareja, pero al poco andar todo se fue volviendo oscuro, el me obligaba a hacer cosas que yo no quería, inclusive el matrimonio fue parte de su chantaje. Todo tenia que hacerse a su modo o el se suicidaría, lo que era amor llegó en un momento a convertirse en odio, discutíamos frecuentemente y el siempre ganaba, tenia que ser así según él. Hasta que entré a trabajar a tu colegio y te conocí. No puedo negar que te desee desde un principio, luché con ello por mucho, hasta que fuiste tu el que se acercó. Las cosas en casa mejoraron, por que yo no hacia mas que pensar en ti. Nuevamente me había enamorado. Él se dio cuenta y comenzó a chantajearme nuevamente, pero quería dejarlo, estar contigo, hasta que intento quitarse la vida, intentó cumplir sus amenazas y temí por ti. Fue cuando me dijiste lo de nuestro hijo.Me sentí aterrado, mi esposo me pedía un hijo, cuando intentamos, nos dimos cuenta que a pesar de que el podía engendrar bebes, a raíz de un aborto que se había hecho cuando adolescente había dañado su vientre irreparablemente. Perdí el rumbo en ese instante, quería hacerte pagar a ti por algo que no tenia culpa. Mi hogar se volvió un infierno, entonces se consoló con la idea de adoptar. Cuando en el centro encontré tu ficha, me enterneció y quebrantó lo valiente que habías sido para poder dar en adopción a tu hijo. El resto de la historia la sabes.-volvió a insistir en juguetear con Luka quien solo sonreía divertido-Agradesco a Erland que no te dejó darlo en adopción. Seguramente este angelito no hubiera sido feliz lejos de ti.-me miró y yo me puse a meditar en sus palabras. Cuando volví en si ya se hacia tarde. -¿Quieres venir a cenar a mi casa?-el asintió fervientemente Pasaron dos semanas sin saber Erland. Yo tampoco quise molestarlo. Seguramente estaría ocupado con su vida universitaria. Pero mientras mas me alejaba de Erland, mas me acerqué a Cristóbal, convenciéndome de la idea que mi madre había puesto en mi. Una tarde luego de haber ido al parque al volver recibí la tan esperada llamada. Dejé a Luka jugando con Cristóbal y yo me fui a mi habitación para descolgaar la video llamada. -Te he extrañado demasiado Erland. -Y yo a ti. Estas semanas han sido de locura. Mi compañero de habitación me convenció de que me inscribiera en el equipo de basquet y me ha ido muy bien. -Claro si tu eres muy alto. Me alegro saber que te estás divirtiendo. -¿Como está lukita? Dejame verlo. -Está con...con Cristóbal.-el rostro de Erland se desfiguró. -¿Es broma verdad? ¿Como puedes dejarle a nuestro hijo a ese estúpido? -Tranquilizate. No tienes por que reaccionar de esa manera. Él ha estado muy presente últimamente. -Ya sabia yo que algo planeaba al conseguir trabajo con tu padre. Y tu.... -Basta Erland no te molestes tanto. Se las decisiones que tomo. Luka es su hijo y no puedo quitarle el que lo vea. -Entiendo. Entiendo perfectamente que hay algo entre tu y él. -¿Como puedes decir eso? -Ya fueron amantes una vez, no creo que les cuestes otra vez mas. -Eso no lo voy a aguantar Erland. Que dudes de la fidelidad que tengo hacia ti. -No escucho que lo niegues, solo te haces el ofendido. -Entonces yo también puedo sospechar de tu compañero de habitación. Dos hombres gays durmiendo en la misma habitación y que no pase nada. Estoy mas que seguro que él está enamorado de ti y eso no te molesta en lo absoluto. -Por que yo se lo que siento. Siempre estuve seguro de lo que sentía por ti y te lo dije desde un principio, pero tu siempre has sido el de las dudas. Dudas de todos y esperas que no dudes de ti. La ira me embargó y corté la llamada, rápidamente Erland insistió y yo desarmé el teléfono lanzándolo al piso. Me sentí ofuscado y decepcionado. Las lagrimas corrieron por mis mejillas como hace mucho no pasaba. En eso entró Cristóbal con Luka en brazos, se habia quedado dormido. Me hizo un gesto de silencio mientras se acercaba a la cuna. Yo limpie mi rostro tratando de evitar contacto visual. -¿Te encuentras bien Alex?-susurró y me miró preocupado. Yo asentí sonriendo. Lo acompañé hasta la puerta. -Gracias por venir Cristóbal. -Gracias a ti. Lo pasé muy bien hoy-se iba, pero entonces se devolvió deteniendo la puerta.-Cualquier cosa que necesites puedes contar conmigo. Para lo que sea-sonrió y yo me acerqué abrazándome a su cuello y comenzando a llorar. Me desahogue en su hombro. Entre el llanto le conté lo que pasaba y el encontró las palabras correctas para hacerme sentir mejor. Al fin se fue y me pude sentir mucho mejor. La posibilidad de hacer lo que mi madre me había propuesto se volvía cada vez mas tangible sin que yo lo hubiera pedido, quizás eso era lo correcto. Lo que debía hacer por mi pequeño Luka.