Dick estaba cansado, adolorido, sus brazos parecían plastas pesadas en lugar de articulaciones, pero no se quejaba, ni siquiera cuando los múltiples puñetazos y patadas, acompañados de gritos ocasionales y crueles lo habían derribado…
—¡Levántate!—Escuchó la voz ronca y profunda…casi podía distinguir el odio al salir de ella. Pero no pudo apreciarla lo suficiente para saberlo, pues un fuerte crujido en su cabeza lo interrumpió, su frente se estrellaba contra el suelo, logrando con dificultad colocar su brazo en el suelo para no derrumbarse.
—Bruce…—Pidió sintiendo como un cumulo de sangre y saliva querían salir de su boca. Respiraba lento, cansado, apenas manteniéndose firme.
—¡Levántate!—Ordenó de nuevo el hombre mayor, y, Nightwing, en un intento de obedecer, puso su mano adolorida en el suelo, dándose cuenta que eso no era más un entrenamiento…era un castigo…su castigo…
—¡Levántate!—Un gritó nuevamente, pero esta vez de una voz menos profunda, una igualmente varonil pero menos intimidante, incluso amigable—¡¿En serio no piensas salir?!—Otra vez fue llamado y esta vez logro abrir sus ojos. Estaba en su habitación, la luz se colaba entre las persianas de su cuarto, recordándole donde estaba y lo que había pasado el día anterior, su encuentro con Slade y su nuevo inquilino al otro lado de la puerta.
—Solo fue un sueño…—Respiro nuevamente, como si acabara de salir del fondo de una enorme piscina, tomando una bocanada de aire y colocando una mano en su pecho y luego a su cabello, acomodándolo. Era un alivio estar ahí.
—¿Grayson sigues vivo?—Jason preguntó insistente desde fuera de la habitación, sorprendido por ver como el chico maravilla “el primero y original”, se quedaba dormido como cualquier otra persona.
—¡Lo estoy, dame unos minutos!—Contestó en alto, obligándose a olvidar la pesadilla recurrente, mirando al reloj encima de su mesa de noche y chasqueando la lengua, indignado por el poco tiempo que tenía para alistarse e ir al trabajo. Apenas lograría tomar una ducha.
—El chico perfecto se quedo dormido…—Jason, nada más al escuchar su respuesta y el movimiento dentro, se adentro a la habitación. Encontrándose una cama vacía y un par de sabanas arrojadas al suelo. Se escuchaba el caer de las gotas de agua dentro de la bañera y aunque por su mente paso la imagen del chico desnudo, en ningún momento pensó en irrumpir, no después de los ultimátum recibidos.
Tan solo se quedo allí, mirando la cama revuelta, el piso de madera, el par de estantes con libros, el armario que contenía su traje y la mesa de noche con una pequeña fotografía, una de él abrazando a un chico por los hombros, el mismo al que le vio sonreír tan fácilmente noches atrás.
—¡Jason!—Sin esperarlo, el mencionado se dio la vuelta. Dick lo miraba y otra vez estaba semidesnudo, secándose el cabello con una toalla mientras la otra le cubría de la cintura para abajo, era una lastima que el recuerdo de su sonrisa con el nuevo robin no le permitiera disfrutar la imagen—Si quieres entrar debes tocar primero—Reprendió sin mucho esmero al notar como tocaba y curioseaba sus cosas privadas.
—¿Si fuera Tim le dirías lo mismo?—Preguntó un tanto ofendido, estaba seguro de que ese chico tenia hasta una llave del departamento.
—¿Qué?—Dick seguía secando su cabello, avanzando a uno de su cajones, pero no tardo en darse cuenta del camino de la conversación—Jason—empezó antes de que el otro dijera algún comentario desagradable—Tim y tú son parte de la familia, son mis compañeros…pero a diferencia tuya, él no intento someterme en mi propia habitación, así que no, no le diría lo mismo—Jason rio un poco, ocultando su enfado con ironía. Dick era bastante tajante cuando se lo proponía.
—Ya veo….—Murmuro Jason, tomando la fotografía del estante, observando la sonrisa de ambos, lucían felices, divertidos. Dick giro un momento, cauteloso ante la falta de replica, y noto la nostalgia en su mirada, recordando contra su voluntad a un Jason mucho más joven, uno que siempre busco acercarse a él y que siempre fue rechazado…
—Oye…—Dick murmuro, una punzada de culpa había golpeado su pecho—¿No estarás celoso de él…verdad?—Jason, tan pronto como lo escucho dejo el portarretratos en su lugar, mirándolo mal, ofendido por una estimación tan corriente.
—¿Qué no se te hace tarde?—Contestó con otra pregunta, saliendo de la habitación y Dick, a pesar del tiempo en contra se tomo unos minutos para pensar en él. Tal vez, Jason no estaba enamorado de él como tan apasionadamente se empeñaba en demostrar, quizá solo estaba confundido por la falta de reconocimiento y cariño que obsesivamente buscaba de él…y…tal vez…si le diera un poco de ese afecto, retomaría su propio camino y abandonaría esa locura.
—Ey Jason—Dick salía de la habitación en cuanto consiguió vestirse, buscándolo con la mirada. Encontrándolo en sillón, revisando sus maletas y armas como si se tratara de ropa.
—¿Mm?—Solo recibió un vago sonido como respuesta.
—En mi ausencia podrías arreglar tu habitación, si planeas quedarte mucho tiempo, ya sabes…al menos deberías estar cómodo—Intentó disuadir la reciente incomodad.
—Claro…—Murmuro Jason girándose, avergonzado por su propia falta de habilidad para conversar. Simplemente no era tan fácil, no siendo él. No podía llegar, coquetear y esperar que todo fluyera. Empezando porque no era una mujer.
No sabía como se cortejaba a un varón, en un principio pensó que seria lo mismo, nunca le tomo mucha importancia a las diferencias culturales entre hombres y mujeres a menos que estas estuvieran especialmente relacionadas con sus misiones, y, para rematar, Dick Grayson era el tipo al que toda la liga quería, todos, absolutamente todos lo consideraban un líder, amable, un excelente compañero y un MARAVILLOSO PARTIDO— ¡Carajo! —Pensó. Sí inclusive el mismo Superman le pedía consejo a él en vez de a otros héroes con más experiencia, ¿Que podía hacer él para llamar un poco su atención?
—En ese caso…creo que me voy…—Dijo un tanto desanimado, despertando al otro de sus ensoñaciones, pero nada más al dar la vuelta, sintió una mano sujetar la suya, girando para verlo. Seguía en el sillón, pero estirado, sujetando su mano, con apenas un poco de fuerza.
—Eh…—Jason por primera vez desde que era niño, sintió como su garganta se secaba, estaba demasiado ansioso para decir algo inteligente, es decir, ni siquiera había logrado hablar con él cuando era chico—…la cena…llegaras a cenar?—Por un momento Dick estuvo a punto de rechazarlo, él tenia asuntos que atender, pronto sería el gran día debería tener todo planeado, pero la imagen del robin molesto y engreído, deseoso por su atención de su atención lo inundo por completo.
—…claro…pero solo una cena, tengo cosas que hacer después, pero una cena suena bien—Concedió el tiempo, no demasiado convencido, pero aún así, aceptando el suave gesto de su mano. Jason asintió, se notaba el alivio en sus labios al escuchar su respuesta—Y… dime Jay…crees que me pueda retirar ya?—Preguntó Dick sonriente, divertido…moviendo su mano y haciendo que el otro notara que aún no lo había soltado, provocando que arrojaran su mano de una manera casi violenta—Jajaja…nos vemos luego!—Se despidió Dick, más relajado al ver como Jason se había quedado sin palabras, saliendo rápido del departamento sin siquiera notar las maldiciones murmuradas del otro.
Nunca espero, que nada más al llegar al trabajo, el motivo de su estrés en los últimos días estuviera allí, con una sonrisa arrogante y confiada, sentado frente a su escritorio, igual que lo había echo la primera vez. Burlándose de la seguridad de la estación como si fuera un niño.
—Oficial…lo estaba esperando—Apenas abrió sus labios Dick presiono sus dientes, aguantando las ganas de arrestarlo allí mismo. Detestaba cada día más el como lo trataba como si aún fuera su aprendiz…—¿Oficial?—Nuevamente la voz parsimoniosa salió de sus labios, casi provocándole un tic nervioso, pero en lugar de eso, trago nuevamente su orgullo, sonriéndole tal como un héroe haría.
—No esperaba verlo aquí—Dick, como si se tratara de cualquier otra persona se sentó en su cubículo, acomodando unos papeles y hablándole como si fuera un civil más—¿En que puedo ayudarlo?—Preguntó sin siquiera dirigirle la mirada, si Slade quería jugar de esa manera, el también lo haría, estaba seguro que no se arriesgaría a tener un desplante en un lugar lleno de hombres armados, ni siquiera alguien tan habilidoso lograría escapar si causaba un alboroto.
—Richard…—Nuevamente su nombre en la voz de ese hombre lo alteraba, lo usaba con tanta confianza y en un tono tan intimo que su instinto por defenderse lo alteraba. Pero permaneció inamovible, “tranquilo” y frio ante su presencia.
—¿Decía algo?—Dick lo miró. Su indiferencia rasguñaba el orgullo del hombre. Lo sabía, pero después de molestarlo en su propia estación de trabajo, era lo menos que se mereció. O al menos eso creyó, pues una risa corta, cortes y elegante se escucho apenas. Slade reía.
—Esta noche Richard, apenas salgas de aquí, no pienso tenerte más paciencia—Aseguro Slade, colocando una pequeña nota en su escritorio, levantándose de su lugar y abandonando la estación como si el mismo fuera parte del personal, incluso despidiéndose de un par de agentes en su camino.
—Tch…—se quejó Dick. Ese hombre siempre fue un problema, pero incluso para él, esa acción había sido demasiado extraña, ya habían quedado en verse, ¿Cuál era la prisa? ¿Había surgido algo?—…maldición…—murmuro mirando su celular.
Y así continuo toda la tarde, contando los minutos, mirando el teléfono y buscando una manera de escaparse de la misión para no decepcionar nuevamente al chico forajido. Pero en su cabeza, una y otra vez aparecían los chicos enjaulados y el rostro del hermano sangre. Ni siquiera debía pensarlo, no debía arriesgar la misión por nada ni por nadie.
Dick suspiró, mirando como el sol comenzaba a ocultarse, tomando su celular y mandando un mensaje. Él podría arreglarlo después, el podría explicarle y repararlo todo con él…
—El lo entenderá—murmuro para sí mirando el mensaje enviarse, pero las imágenes distantes de su desafortunado encuentro en Gótica le recordaron que Jason no era del todo un chico estable “¡¿EL O YO?!”. El gritó angustiado y desesperado de Jason lo hicieron presionar el puño, seguido de su mirada confundida al verlo jalar el gatillo—Tch, “lo siento”—tecleo rápidamente un nuevo mensaje, pensando en la mañana y como ese día definitivamente terminaría siendo un asco.
Mientras tanto, en el departamento de Dick, Jason jugaba con la perilla de la puerta, desmantelándola y colocando una casi idéntica, pero con un sensor que guardaba la huella digital de la persona bloqueando el acceso para cualquiera que no fuera el dueño…y él claro esta. Se entretenía colocando y desarmando un par de objetos pequeños, una cámara de seguridad cerca de la entrada, cambiando de lugar un par de macetas y escondiendo un par de armas en lugares inaccesibles para personas normales pero al alcance de él.
No quería pensar en el desastre que fue su mañana. Preguntando como un “amante” si llegaría a cenar, empeorándolo todo con sus titubeos y torpeza…
—…carajo…doy lastima…—Se quejo de si mismo, pensando que, si Roy estuviera allí ya se estaría burlando de él. Pero, el que derecho tendría a burlarse, no es como si fuera precisamente el don juan mas codiciado del lugar, de echo, a su lado, era un hombre incluso hasta vulgar…aunque no servía de nada enojarse con su representación imaginaria de Harper ¿Quizá con Star Fire?, es decir, ella salió con Grayson, lo dejo cuando estaban a punto de casarse y seguía tan linda y fresca como siempre, incluso teniendo más oportunidad qué él para salir con Grayson… ¿Qué es lo que la hacia tanta atractiva? ¿Debería pedirle algún consejo?. No, por supuesto que no, ella apenas lo recordaba…pero, no era tan mala idea haber pensado en sus amigos, especialmente en Star.
Solo tenía que descubrir que es lo que las antiguas parejas de Grayson habían echo para llamar su atención, eso y comprar un par de cosas para seguir remodelando ese lugar tan inseguro, por lo que, mucho más animado. Salió del departamento, guardando dinero y su celular sin siquiera revisar la pantalla brillante con el mensaje recién recibido.