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Lobo Protector por lotochoc

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Notas del capitulo:

Voy a tratar de cambiar un poco el estilo del escrito para que no sea tan pesado leerlo

Comenzando el segundo semestre de aquel año comenzó a estudiar online. No quería alejarme mucho de mi pequeño. Luego de la pelea con Erland volvimos a conversar dos semanas después, pero ya no era lo mismo. 
Había terminado de dar un examen. Me levanté de mi escritorio y fui en busca de Cris y mi pequeño Luka, quienes estaban en el jardín. Me uní a ellos quienes me recibieron con una gran sonrisa.
-¿Han mejorado las cosas con Erland?-dijo sin volver la vista de nuestro hijo
-No mucho-dije desganado-No es lo mismo. Sigue desconfiando de que estés tan cerca de nosotros.
-Yo jamas desconfiaría de ti. Aunque es por que tus ojos son muy sinceros.
Lo observé y juntamos nuestras miradas. La idea de mi madre palpitaba fuertemente en mi cabeza. Quien nos viera en aquel momento aseguraría que eramos una feliz familia, pero me pesaba lo de Erland aun. Aunque nos conocíamos hace tan poco nuestra relación había sido muy intensa.
Los meses pasaron rápidamente y las llamadas con Erland se volvieron cada vez mas alejadas.
-¿Como está mi pequeño?
-Excelente.-dije fríamente-Ahora voy saliendo. Te estoy llamando otro día.
-Pero si no hemos hablado ni cinco minutos-dijo triste.
-Erland...-trague saliva.-Yo creo...que...
-No Alex. No por favor.-rogó con un notable nudo en la garganta
-Ya es inevitable. Lo nuestro se ha vuelto un tempano de hielo.
-Alex. Me dijiste que lo intentaríamos. Que pondríamos de nuestra parte.
-LLevamos haciéndolo bastante tiempo y no funciona. Será mejor que acabe aquí, antes de que termine mas mal.
-¿Quieres estar con Cristóbal? ¿Te ha ilusionado la idea de la familia feliz?-sonó evidentemente molesto
-Basta. No quiero seguir escuchándote.
-Entonces deja de hacerlo ver como si fuera mi culpa.
-Claro que no es tu culpa. Es la situación insostenible.
-Que seguro no hubiera pasado si Cristóbal estuviera siempre rodeándolos y tu madre metiéndote esas ideas de la familia.
-Adios Erland.
-Te vas a arrepentir Alexander. Lo vas a hacer.
-¿Y que harás? ¿Te burlaras de mi error? ¿Y si resultan bien las cosas? Quizás nuestros caminos ya deberían separarse Erland. Siempre te agradeceré haberme dado el valor para continuar con mi embarazo, por que el que Luka esté conmigo se debe en gran parte a ti.
-Tus deciciones me hacen pensar que no estás agradecido.
-Erland solo se feliz. Vive libre y cumple tus sueños. Quizás nos encontremos en algún otro momento de nuestras vidas donde al fin sepa lo que realmente me conviene y podamos ser felices realmente.
Se mantuvo el silencio desde el otro lado por un largo momento, hasta que lo sentí llorar. Pensé que debía ir con él. Necesitaba abrazarlo, besarlo. Quedarme con él nuevamente.
-Haré que ocurra eso. Volveré por ti y nuestro pequeño Luka.-cortó la llamada.
Rápidamente se acercó navidad. Terminé el primer semestre de Comercio exterior con un excelente promedio de notas. Luka era un niño sano, feliz. 
Estábamos en la cena de navidad. La postal era hermosa. Mis padres, mi hermana y su esposo, mi pequeño Luka y Cristóbal. Parecíamos realmente una familia perfecta.
Llegó la ultima semana de diciembre y así el primer cumpleaños de mi pequeño Luka. Mis padres le regalaron su fiesta de cumpleaños. Había mucha gente en la mansión, era una hermoso caos. Estábamos en el jardín y entré por algo para Luka y una de las mucamas se me acercó con un paquete.-Esto acaba de llegar joven.
-Gracias-abrí el pequeño paquete y era de Erland. Una tarjeta de cumpleaños y un pequeño juguete de madera. No me atreví a leer el mensaje. Subí a mi cuarto y guardé todo en un pequeño baúl al que tendría que recurrir año tras año.
Llego año nuevo. Sentí la necesidad de dar un vuelco a mi vida. Viajamos en familia a la cabaña que teníamos junto a una playa. Estábamos observando los fuegos artificiales desde el balcón. A mi lado estaba Cristóbal con Luka en brazos.
-Alexander. Se que esto puede sonar sorpresivo y quizás tu respuesta seguramente será negativa, pero necesito decírtelo.-lo miré curioso-Quisiera...que volviéramos a intentarlo. Quiero que nos convirtamos en una familia real. Tu, yo y nuestro pequeño Luka.-lo quedé mirando por unos segundos-Entiendo si tu respuesta...
-Si-le interrumpí.-Quiero intentarlo de nuevo contigo Cristóbal.
El me abrazó fuertemente declarando lo feliz que lo hacia, por un momento pensé que eso me haría feliz también, pero en mi pecho sentí amargor que con el tiempo aprendí a guardar para mi.
Me besó y yo correspondí de manera casi obligada y nos separamos entre el bullicio de mi familia que nos había visto.
Las cosas entre ambos no cambiaron demasiado, a parte de que cuando nos encontrábamos el me besaba ligeramente. Me había hecho una idea equivocada de lo que sería volver con el y fue pura decepción, pero no puedo ni podría negar jamas que era un buen padre con nuestro pequeño. 
Casi sin darme cuenta nuevamente estaba celebrando el cumpleaños de mi pequeño Luka. Luego de cantar la canción y apagar las velas una de las mucamas se acercó y me entregó un paquete. Recordé lo del año anterior y para no tener problemas con Cristóbal entré a la mansión y fui a mi dormitorio. Abrí el paquete y como había sospechado era de parte de Erland. Esta vez guardé la tarjeta y solo me llevé el pequeño juguete de madera. Como si Luka tuviera una conexión con Erland aquellos juguetes se volvían sus tesoros mas preciados, cuando Cristóbal me preguntaban quien le enviaba aquello, respondía que pariente lejanos.
Aquel año nuevo. Con diecinueve años, con una vida medianamente resuelta para la sociedad recibí la propuesta de matrimonio de Cristóbal. Acepté sin muchos rodeos, por que era lo que debía pasar. El curso de las cosas. Así pasaron cuatro años. Una rutina que me llegó a apasionar. Que confundí con felicidad completa hasta que llegó ese día.
Luego del matrimonio, mis padres nos regalaron una casa en el mismo terreno que la mansión para nosotros y mi pequeño Luka. Con Cristóbal no eramos mas que otra pareja que sobrevivía gracias a la rutina. El despertarme temprano para hacer media hora de correr, volver a despertar a mi precioso Luka que ya tenía cinco años, que al contrario de mi se destacaba a su corta edad en los estudios. Desayunábamos en la mansión con mis padres. Luego que Cristóbal y mi padre se iban al partido. Luka a su escuela. Mi madre con su organización de amigas yo me dirigía a lo que se había convertido en mi pasión los últimos tres meses. Había creado una organización sin fines de lucro para ayudar a jóvenes adolescentes y menores de edad que quedaban embarazados. En ella obtenían, guía, apoyo y se les reconfortaba sobre todo cuando no tenían el apoyo de sus familias ni de sus parejas. Al principio mi familia no había estado muy contenta con el proyecto, pero luego de la primera semana donde fue un total éxito cambiaron su idea totalmente. Llegué a mi oficina poniéndome al tanto. Arreglé algunos asuntos de oficina y luego me fui a ver a terreno los internados donde acogíamos a los chicos que no tenían donde quedarse. Mientras recibía la gratitud de varios chicos con sus pequeños, Leonardo mi asistente y quien me había terminado de convencer de sacar adelante aquel proyecto me ponía al tanto de mi agenda. Mirándolo recordaba aquella noche hace un año atrás.
-flashback-
Venia de haber cenado con unos amigos. Volvía en mi auto ya muy tarde y desde mi auto vi a un chico que parecía muy abatido, sentado en una de las bancas del parque. No pude evitar recordar haber estado en esa situación, solo. Estacioné mi auto cerca y volví rápidamente. Puede escuchar que el chico lloraba y aquello me angustió. Me acerque tratando de no asustarlo.
-¿Te puedo ayudar? ¿Te ocurrió algo?-el chico levantó la cabeza y limpiándose el rostro me miró rompiendo mi corazón. Me vi a mi mismo con diecisiete años, perdido, aterrado. Lo abracé hasta que pudo calmarse. Entre sollozos me contó que por un descuido había quedado embarazado y cuando le había dicho a su novio este lo había rechazado. Me comprometí a ayudarlo y pudo calmarse.
-fin flashback-
-Gracias Leo.-entramos a una pequeña oficina que teníamos en la casa.-¿Como está Ryu?
-Muy bien gracias. Las tías de la sala cuna lo cuidan perfectamente.
-Me alegra saberlo.-sonreí mirando la foto de mi pequeño Luka.
-Ya está todo preparado para la cena de beneficencia. Envié las invitaciones, verifique la cocteleria.
Reí efusivamente-Pareces mas nervioso que yo.
-Solo quiero que salga todo bien, para que siga el proyecto.
-No te preocupes tanto Leo. Si no conseguimos la ayuda necesaria con esto, iré puerta a puerta o incluso trabajare y sacaré de mi propio bolsillo cada mes para que mas chicos sean apoyados en su momento mas difícil.
Leo sonrió aliviado.-Te mereces el cielo y mas Alex.-hizo un gesto y salió de la oficina.  Volví a mirar la fotografía donde estábamos Cristóbal, Luka y yo. Luka feliz con el ultimo juguete que había recibido de "sus parientes lejanos" que era un cascanueces muy hermoso. Había buscado a Erland los últimos meses, pero no se encontraba resultado alguno, por un momento temí lo peor, pero el regalo de Luka cada año me devolvía la esperanza de volver a verlo, aunque realmente no sabría como reaccionaría al ver aquellos ojos turquesas nuevamente. 
Notas finales:

Gracias por leer. Espero nos veamos pronto.


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