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Lobo Protector por lotochoc

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Notas del capitulo:

Gracias por tu interes.

Íbamos en su auto. Lo estaba observando, totalmente cautivado por su apariencia, que ya no era la de un adolescente, sino totalmente un hombre. Miré mis manos que aun temblaban levemente, apreté una contra mi pecho tratando de tranquilizar mi corazón. No hallaba explicación a lo que Erland estaba causando en mi en esos precisos momentos. -¿Todo bien?-se había detenido por una luz roja y suavemente apretó mi mano sonriéndome. -Si. Eso creo-dejé escapar un suspiro, volviendo la vista al camino-¿Donde vamos? -A mi casa. Quiero conversar contigo. El resto del camino nos mantuvimos en silencio y en cerca de diez minutos llegamos hasta un edificio bastante alto. Entramos al parking subterráneo y nos subimos al ascensor. Apenas se cerró la puerta Erland me acorraló contra la pared. Acarició suavemente mi rostro. Sus pupilas dilatadas al máximo, su respiración profunda. Podía escuchar el latido de nuestros corazones. Era un ambiente totalmente diferente al de aquel salón unos minutos antes, pero se vio interrumpido por la subida al ascensor de una mujer y una anciana. Erland ni siquiera se inmutó ante la mirada de las mujeres, pero yo me incomodé. Él se dio cuenta y evidentemente molesto retrocedió tomando lugar junto a mi con la mano en sus bolsillos. Las mujeres se bajaron y yo esperaba que volviera a acorralarme, pero no ocurrió. Llegamos al penthause de aquel edificio. Entramos en el lugar en silencio. Erland apretó un botón y se abrieron las cortinas de aquella gran sala, no encendió las luces del lugar, luego con otro se encendió el fuego en la chimenea. Todo era de un aura moderno y limpio. Con un gesto me invitó a que lo acompañara hasta los sillones. Desapareció por un par de segundos, en los que quedé hipnotizado por la luz de la luna que entraba a través de los grandes ventanales que eran del cielo al suelo. Volvió con dos copas y una botella de vino. -¿Bebes?- se sentó a mi lado ofreciéndome la copa -Solo un poco.-me sirvió lo que le pedí, bebí solo un sorbo y él antes de acomodarse volvió a mis labios robando otro beso. Se alejó sonriendo sin soltar mi mentón. -Sabia que este vino sabría bien en tus labios.-se acomodó acariciando mi mano libre y mirándome embobado. -Erland...tenemos que...-traté de volver el ambiente a algo mas real. -Solo...-detuvo mis labios-...dejame disfrutar de ti, dejame asimilar que no es uno de mis sueños. Sonreí al saber que tenia la misma idea que yo, sobre que esto un hermoso sueño. Dejé la copa de vino a un lado y me abalance contra él rodeando su cuello con mis brazos y soltando a llorar. -Moriria si esto solo fuera un sueño. No sabes lo mucho que he esperado esto Erland. Te busqué por meses-trataba de calmar mis sollozo. Lo sentí dejar la copa en la mesa de café y me abrazó fuertemente. -Te lo dije Alexander. Volvería por ustedes. Volvería para que fuéramos una familia nuevamente. Nos mantuvimos abrazados un largo rato hasta que al fin pude calmarme, nuevamente me alejé apoyándome en su hombro, él afirmándome fuertemente de mi cintura y nuestra mano libre jugando.Estuvimos hablando de lo que habíamos vivido durante aquellos cinco años separados. Erland luego de que habíamos terminado se había enfocado totalmente en sus estudios, había salido con excelentes notas y muchas empresas pusieron su mirada en él. Ya en su último año estaba ayudando a varias empresas y pudo hacer un capital para crear una empresa de reciclaje que gracias a su inteligencia, buena dirección y decisiones, fue totalmente un éxito y en un año ya había formado una gran fortuna a su corta edad. Se había mudado a ese lugar al penthause y abajo en el segundo piso vivían su abuela y su madre. -Supongo que ellas aun me odian. -dije algo acongojado -Nunca te han odiado. Solo lamentaron como sucedieron las cosas entre nosotros y sobre todo por el pequeño Luka. Que por cierto...¿como ha estado? -Todo excelente. Es un niño muy inteligente. Bastante despierto para su edad. -No podía ser de otra forma-me acarició suavemente el rostro y sentí derretirme, hice un movimiento que me hizo fijarme en un reloj elegante que había en una pared. -¡Ya casi es media noche! ¿Pero en que momento pasó tanto tiempo?-me levanté de su lado -¿Que ocurre?-dijo levantadose algo asustado por mi reacción. -Tengo que volver.-le miré algo alterado-Leo debe estar preocupado por mi. Por favor llevame de vuelta.-busqué en mis bolsillos y no encontré mi teléfono, recordé que lo había puesto sobre la mesa de aquel salón donde nos besamos-Debí haber dejado mi teléfono en la mesa.-dije caminado hacia la puerta antes de abrirla me sujeto de la muñeca y me acorraló contra la puerta sujetando mis manos a los lados de mi cabeza devorando mi boca, comenzando una danza de nuestras lenguas, mordiendo suavemente mis labios, terminando con una sonrisa y ambos tratando de recuperar el aliento. Nuestras miradas unidas como imán. -No podré contenerme mucho en la fiesta.-sonrió mirándome y tomó mi cara dándome un último beso. -Tendrás que hacerlo. Leo conoce a Cristóbal y no quiero tener problemas con él. No aun.-abrí la puerta antes de que siguiera la conversación o me pidiera algún tipo de explicación De vuelta a la fiesta llamé a Leo desde el teléfono de Erland. -¡Alexander santo cielo por favor! ¿Donde estás? Estaba a punto de llamar a la policía. -Estoy bien. Tranquilo. Necesitaba salir. Llegaré en unos minutos. -La cena casi termina y los invitados no paran de preguntar por ti. -Estoy en diez minutos. Tranquilo. -Eso espero.-se notaba algo molesto Llegamos y Leo se acercó corriendo a abrazarme. Luego al alejarse se fijó que venia con Erland. Volvió su vista a mi algo confundido. -Leo voy a hablar un poco con los invitados. Lleva al señor Wolff a servirse algo. -Lo que tu digas-sigame por favor se adelantó y antes de separarnos Erland me miró como un niño suplicante seguramente quería seguir conmigo, pero debía atender a mis invitados lo que quedaba de la noche. Di un último discurso al finalizar la noche y todos comenzaron a retirarse. Estaba de vuelta de agradecer al dueño del recinto y me detuve en un espejo para arreglarme un poco, entonces por detrás apareció Erland. Me abrazó por detrás besando mi cuello. -Llamame a penas llegues.-me giró desde mi cintura para acariciar mi rostro y dejarme con un beso en los labios.-Veamosnos este fin de semana. Antes de que vuelva tu marido. -Está bien. Nos ponemos de acuerdo en la semana...-me abracé a su cintura apoyando mi cabeza en su pecho.-escuché un ruido y me alejé incomodo -Alexander te estaba buscando. ¿Nos vamos?-podía sentir el calor en mis mejillas. Leo miró a Erland quien sonreía insinuante. -Bien chicos. Fue un placer conocerlos. Yo también tengo que retirarme, pero espero sigamos en contacto-en eso llevó su mano a mi nuca lo que provocó que mi piel se erizara. Nos dejó solos y Leo nuevamente me quedó mirando extrañado por el gesto tan cercano de Erland. Ibamos camino a casa de Leo y lo noté bastante pensativo. -Fue todo un éxito la cena de esta noche. Pero sin ti no hubiera sido así Leo. Muchas gracias.-lo observé y se veía confundido-¿Te ocurre algo? -¿Que fue lo que pasó esta noche?-me estacioné frente a su edificio. -No se ha que te refieres.-dije tratando de evitar lo obvio. -Con Erland Wolff. Primero cuando te lo presenté, luego la escapada, luego sus miradas, el gesto en el recibidor antes de despedirnos. ¿Lo conocías de antes?-me miró juzgándome Leo conocía muy bien a Cristóbal y le tenía mucho cariño, sabia que reaccionaría mal si le decía que no estaba siendo derecho con Cristóbal. -Son solo ideas tuyas Leo. Solo fue que tuvimos una afinidad instantánea con Erland. -Si. Debe ser idea mía-dijo de manera seria y se bajó, haciendo un gesto de despedirse entró a su edificio. Yo dí un suspiro pesado e hice partir mi auto. Llegué a mi casa. Despedí a la niñera y me fui a recostar junto a Luka quien dormía plácidamente. Estaba acariciando su cabello cuando sonó mi móvil. Me levanté rápidamente para que Luka no se despertara. Conteste caminando a mi dormitorio. -¿Estas en casa ya?-se escuchaba bastante relajado -Si. Recién estaba recostado con Luka que duerme. -Como me gustaría estar ahí con ustedes. -Quizas pronto-sonreí con solo la idea. -¿Nos veremos este fin de semana? Necesito tenerte en mis brazos nuevamente. -Por supuesto. Hay una feria afuera de la ciudad. Encontrémonos en rueda de la fortuna a las 10 de la mañana. ¿puedes? -Por supuesto. Entonces nos vemos allí-se escuchaba bastante emocionado cuando iba a colgar la llamada habló-No sabes lo feliz que me ha hecho volver a encontrarte. -Yo también lo estoy. Siento que mi corazón ha vuelto a revivir.-se hizo un silencio que sentí como un dulce gesto -Nos vemos mañana entonces. Me quedé mirando el teléfono como si pudiera encontrar la mirada de Erland allí, sin poder borrar mi sonrisa. Me duché tranquilamente y como en mucho tiempo no pasaba dormí plácidamente.

Notas finales:

Gracias por llegar hasta aqui. Espero leer sus comentarios, quejas, sugerencias.

Que tengan un lindo fin de semana ;P


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