No terminó de escuchar lo que posiblemente haya sido un ataque de ansiedad de su madre, simplemente cortó la llamada y salió corriendo del departamento, en su mente solo se repetía la última frase de la conversación “Allison Argent acaba de entrar por la puerta”, eso fue suficiente para que su lobo tomara parte del control y ahora corría por el bosque atravesando los caminos hacia el hospital de Beacon Hill. La manada lo había llamado a gritos, pero no había surtido efecto, algunos de los miembros tomaron su ejemplo y lo siguieron uno de ellos había sido Isaac otros como Lydia habían optado por sus autos. La familia Hale se había quedado en el lugar.
– ¿Qué mierda está pasando? – la voz de Peter se escuchó la ahora vacía sala.
– Si tú no lo sabes nosotros menos – Cora hablo entre gruñidos algo fastidiada esto se estaba volviendo muy extraño.
– Creo que debería ir – la voz vacilante de Derek le gano las miradas de los otros tres.
– Ve, -- le dijo Laura – después de todo es tu manada.
Fue todo lo que necesito el moreno para tomar su chaqueta de cuero y las llaves de su camaro para ponerse en marcha.
Melissa McCall se encontraba en un estado de ansiedad y estrés extremo. Todo había sido completamente normal hasta que cayó la tarde. Había llegado al hospital como lo dictaba su turno y comenzó con su recorrido entre pacientes que o se encontraban en coma, o con algunas lesiones variantes entre leves y graves. El gran relámpago que se escuchó al inicio de la tormenta ocasiono un gran apagón de no más de dos minutos, minutos en los cuales todo se volteo de cabeza. En el momento que la luz regreso la enfermera se sintió como si estuviera en otro lugar, y aunque los grandes pasillos blancos eran los mismos el sentimiento del lugar era completamente diferente. Se dirigió a la recepción cuando la alarma de su localizador sonó indicando que había llegado una emergencia. Grande fue su sorpresa al escuchar al paramédico y ver a quien traían en una camilla.
– Accidente de auto, Mujer entre los treintas, sufrió una contusión en la cabeza debido al gran impacto, responde al nombre de Kate Argent.
En el momento que vio a la mujer tendida en la camilla, sus extremidades se pusieron rígidas, su pulso se aceleró y su piel se puso blanca, no fue consiente de su estado hasta que una de sus compañeras ingreso con una chica en silla de ruedas.
– Lesiones leves en brazos y piernas, algunos hematomas en el torso, responde al nombre de Allison Argent.
Melissa no lo podía creer, la chica de larga cabellera castaña y grandes ojos estaba enfrente de ella, esa chica que había sido la adoración de su hijo y que por una desgracia había sido asesinada.
– Señora McCall – la voz algo rasposa de la joven le saco la impresión que le causó – por favor…– Melissa no necesito más la mirada perdida y confundida de la chica le hizo ponerse en marcha.
– Yo me encargo – fue lo que dijo a su compañera que solo le asintió, al tomar la silla de ruedas observó cómo llegaban dos ambulancias más, solo alcanzó a ver a la otra mujer que había sido la otra parte del accidente, pero no sé quedo a verificar lo que sus ojos veían, ya habían sido muchas impresiones en las últimas horas. –vamos
Fueron sus últimas palabras para dirigirse al área de curaciones, llegó a una camilla libre en el ala de urgencias y ayudo a Allison a subir, comenzó a curarle los pequeños cortes en sus brazos y en su rostro.
– Señora…– la castaña llamó la atención de la mujer que la atendía, pero solo consiguió hacerla suspirar.
– No sé lo que está pasando y posiblemente tu tampoco – la adolescente asintió completamente confundida. – llamaré a la manada.
Terminó con las últimas curaciones del torso y uno que otro en las piernas y salió para realizar una llamada a su hijo. Minutos después regresó al área de urgencias dónde verifico a la familia con quién las Argent “habían chocado”. Cuando su hijo ingreso como alma que se lleva el diablo, pudo constar que el poblado se estaba convirtiendo en un lugar aún más raro.
Scott entro por la puerta del hospital con prisa y totalmente agitado, verifico el lugar para ver a las personas que se movían rápidamente, no tardó en dar con su mamá que cuando sus ojos se cruzaron la mujer le indico que la siguiera, no había terminado de señalarle el camino cuando todos los de la manada entraban uno por uno, suspirando Melissa guio a todo el grupo hasta el cuarto de curaciones. Al entrar todos vieron a la chica que con su pantalón negro rasgado su camisa blanca con manchas de sangre y su chaqueta de mezclilla rota les daba una débil sonrisa.
– Allison – la primera en hablar había sido Lydia que de sus ojos ya resbalaban lágrimas al ver a su mejor amiga viva.
– Hola chicos – la sonrisa de la castaña invito a todos a acercarse.
– ¿Cómo…–la pregunta de Isaac fue interrumpida por la enfermera?
– No lo sabemos – Melissa llamó la atención de todos había sido la última en entrar, se dirigió a un lado de la paciente. – pero estoy completamente segura de que es ella.
– ¿Allison que es lo que recuerdas? – Lydia era la única que se atrevía a hablar todos miraban a la chica con sentimientos encontrados
.
– Solo recuerdo el último encuentro con el Nogitsune y de ahí nada, después despierto como si hubiera estado dormida por mucho tiempo y me veo en la camioneta aun lado esta mi tía y de frente otro auto, lo ultimo que recuerdo antes de volver a la inconciencia son unos ojos naranjas y una silueta enfrente de los faroles de las camionetas – relato con un ligero dolor de cabeza.
– Un momento, ¿estás diciendo que Kate está viva? – fue la pregunta hecha por Isaac que saco a todos de su estado de emociones.
– Allison – al fin el alfa verdadero se acercó a aquella que había sido su novia y con cuidado la abrazo. – no se lo que esta pasando y no sé el motivo por el que Kate esta viva, pero lo único que se es que me alegro de que tú también lo estés, no sabes lo que hemos sufrido.
Todos asintieron con sonrisas en sus rostros, al igual que con la hermana de Derek se alegraban de que estuvieran de vuelta, aun así, era extraño y todos sabían que debían investigar, pero por el momento disfrutarían de su rencuentro.
– A mí también me da gusto, aunque no se como realmente sentirme es extraño—Allison les sonrió y repaso los rostros de cada uno haciendo notar que faltaba alguien—chicos ¿Dónde está Stiles?
La manada intercambio miradas, no supieron como responderle a la chica, pero no hizo falta ya que Melissa la contesto para sorpresa de todos los presentes.
– No ha de tardar, -- la enfermera le sonrió a la joven en la camilla—ya lo he llamado, también a Noah – volteo su mirada a su hijo. – como te dije por teléfono, que creo que no me pusiste atención porque, si no ya me hubieras preguntado por ella, las Argent no fueron las únicas que “regresaron a la vida”.
– Lo sabemos – Derek capto la atención de la mama de Scott. —mi hermana Laura también regreso.
– ¿Tu hermana? – el moreno asintió, la enfermera suspiro y miro con atención a la manada—pues bien, no solo ellas volvieron, la otra camioneta implicada en el “accidente” traía consigo a ocho pasajeros cuatro adultos, tres niños y un adolescente todos con el apellido Hale.
Los ojos del beta se iluminaron en azul, Derek no podía creer lo que la señora le estaba diciendo, sus instintos le dictaban que era verdad ya que escuchaba el corazón de Melissa tranquilo y sin alteraciones, olfateo el aire y lo detecto el suave aroma de jazmines frescas era sin duda el olor de su madre, también detecto otros mas ligeros pero todos cerca, sin decir nada salió de la habitación y guiándose por su olfato para encontrarlos. Melissa solo sonrió, sabia que esto era sumamente extraño, pero ella sabía lo que esa familia había sufrido y si el destino le daba una segunda oportunidad, ¿Por qué verle de un lado positivo?
– Mama – Scott llamo a su madre, estaba feliz por que ahora el Hale no iba a estar solo, pero las palabras anteriores de su madre le habían llamado la atención – ¿Stiles viene para acá? —la voz esperanzada de su hijo hizo sentir pena y melancolía a Melissa sentimiento que todos los lobos pudieron oler.
– Si cariño, pero no por Allison – la castaña los miro curiosa ahí pasaba algo, y lo iba a averiguar – sino por su madre, Claudia Stilinski.
Con esa simple frase, Scott lo supo, no solo los Hale no solo las Argent, sino que también la mama de su mejor amigo estaba de vuelta y quién sabe talvez algunos más habían regresado.