Planeta Tierra
- ¿Quieres venir conmigo al nuevo pub de Miller? Escuché buenas cosas sobre el lugar.
- No esta noche, YunHo - dijo KyuHyun, con los ojos en la pantalla de su ordenador. - Tengo trabajo que completar.
- Mentira - dijo YunHo. - Stanley no pudo elogiarte lo suficiente esta mañana; dijo que estaba adelantado en todos sus plazos.
KyuHyun continuó escribiendo.
- Estoy ocupado.
Dijo secamente. YunHo dejó escapar un suspiro.
- Dime que no vas a dormir aquí de nuevo.
- No duermo aquí. Sucedió un total de dos veces.
- Mira, esto no es saludable, hombre - dijo YunHo. - Primero te niegas a abandonar tu lugar, ahora lo evitas como la plaga.
KyuHyun no dijo nada, manteniendo sus ojos en la pantalla.
Hubo un silencio tan largo que comenzó a pensar que YunHo se había ido.
- Han pasado meses - dijo YunHo en voz baja. - Él no va a volver.
KyuHyun apretó la mandíbula y no dijo nada.
- Solo acéptalo y sigue adelante.
- Lo he hecho - dijo KyuHyun, muy uniformemente. - Es por eso que estoy aquí. Trabajando.
- No estás trabajando, KyuHyun. Estás trabajando hasta más no poder. Para fin de año, serás inmensamente rico o muerto de agotamiento. No estoy seguro de cuál es más probable en este momento - YunHo hizo un sonido de irritación. - Olvídate de ese niño. Él se fue sin decir adiós. Es una pequeña mierda ingrata...
- Sal.
Dijo KyuHyun.
- Vamos, amigo, sabes que tengo razón...
- Vete.
Dijo de nuevo. Debió haber algo feo en su voz, porque YunHo se estremeció y se fue sin decir una palabra más.
Cuando la puerta se cerró tras él, KyuHyun se recostó en su silla y se pasó una mano por los ojos cansados. YunHo tenía razón: estaba trabajando demasiado. Pero el trabajo era bueno. El trabajo mantenía su mente ocupada.
KyuHyun se pellizcó el puente de la nariz. Por el amor de Dios.
Habían pasado casi dos meses. ¿Cuánto tiempo iba a sentirse como una mierda? Sentirse como una mierda por alguien que aparentemente no existía.
Todavía era difícil creer que todo lo que SungMin le había dicho era una mentira, pero los hechos no mentían: SungMin Calluvianen no existía. Casi hizo que KyuHyun pensara que SungMin sólo había sido producto de su imaginación. Excepto que él no era el único que había visto a SungMin. El era real. Él había sido real.
El pensamiento trajo un dolor familiar a su pecho. A pesar de su ira, todavía no podía descartar la posibilidad de que algo le hubiera pasado a SungMin. La gente no sólo desaparecía, especialmente sin llevarse su pasaporte y sus posesiones.
YunHo siguió diciéndole que lo dejara ir, le decía que SungMin era una mierda desagradecida por irse así. KyuHyun deseaba poder seguir ese consejo, pero el problema era que no podía creerlo por completo.
Después de su enojo y dolor iniciales, KyuHyun había pensado cuidadosamente en su relación y no podía creer que SungMin, su sincero, dulce e inocente SungMin, era en realidad una persona de mierda.
YunHo se había burlado cuando KyuHyun le había dicho eso.
- ¿Sincero? ¿Inocente? ¡Él mintió incluso sobre su nombre! Vamos, sé que lo tienes mal por él, pero seguramente no puedes ser tan ciego. Era un zorro que fingía ser un conejo, y tú lo compraste.
YunHo tenía razón. Racionalmente, KyuHyun lo sabía.
Irracionalmente, seguía pensando en la forma en que SungMin le sonreía, en la forma en que se acurrucaba en él, en la forma en que temblaba bajo su toque, en la forma en que respondía a sus besos, con la boca ansiosa, dulce y jodidamente inocente. Una persona puede mentir, pero el lenguaje corporal no puede.
¿O simplemente se estaba engañando a sí mismo? Probablemente. Porque ninguna explicación tenía sentido.
KyuHyun incluso consideró la posibilidad de que SungMin se hubiera ido porque se había sentido culpable por engañar a su prometida, pero eso no explicaría el pasaporte falso y ninguna identidad. Sin mencionar que SungMin no habría hecho un maldito pastel para él.
El pastel aún estaba caliente cuando KyuHyun había llegado a casa. Había sido lo más enloquecedor. Literalmente podía oler el champú de SungMin en el aire, como si SungMin hubiera estado allí.
YunHo puso los ojos en blanco cada vez que trataba de argumentar que SungMin no podría haberse ido por su propia voluntad.
- A menos que haya sido secuestrado por extraterrestres, no hay excusa para él. ¡Deja de ser tan ciego, hombre! Deja de inventar excusas para el pequeño idiota. Olvídate de él. Hay un montón de peces en el mar. Qué demonios, ya ni siquiera te reconozco.
Sí, YunHo tenía razón.
Tenía que ser realista. SungMin era un mentiroso. Todo lo que había hecho era mentir. SungMin, si su nombre era incluso SungMin, se había ido y no quería que lo encontraran.
Tal vez había llegado el momento de seguir adelante.
***
SungMin normalmente era una persona bastante temperamental, pero después del mes pasado, estuvo muy tentado de estrangular a Ryeo. Le dolían los pies, le dolían las piernas y se sentía asqueado.
- ¿Cómo se suponía que supiera que este estúpido planeta era tan estúpidamente grande?
SungMin no dijo nada y siguió caminando. No era la primera vez que Ryeo se defendía a sí mismo, aunque SungMin nunca lo había culpado en voz alta.
No necesitaba hacerlo, considerando el hecho de que habían estado caminando durante días desde el puerto de Grimsby a Londres.
Era enormemente frustrante que hubieran malgastado un mes entero tratando de ir de Los Ángeles a Londres. Para ser justos, y SungMin quería ser justo, sabía que en parte era culpa suya que no le hubiera dado a Ryeo la ubicación exacta, asumiendo que Ryeo le diría a su amigo del planeta Touscsse que los teletransportara a Londres.
Pero, por supuesto, Ryeo no lo había pensado. ¿Cómo sabría Ryeo que Los Ángeles estaba a medio planeta de Londres? Ryeo tampoco tenía idea de que sería problemático viajar por la Tierra sin documentos y dinero terrano.
Como nunca había estado en ningún planeta pre-TTCI, Ryeo había estado operando bajo la idea errónea de que los terranos todavía estaban atrapados en algún tipo de Edad Media.
Si tan sólo no hubiera asumido que Ryeo se encargaría de los aspectos prácticos. No por primera vez, deseaba tener su teléfono móvil o al menos poder recordar el número de KyuHyun. Pero, de nuevo, no estaba seguro de encontrar el coraje para llamar a KyuHyun, incluso si pudiera.
- Ya casi estamos allí.
Dijo Ryeo, consultando el mapa que tenía en la mano.
- Nuestros padres nos matarán.
Ryeo se encogió de hombros despreocupadamente.
SungMin se dijo a sí mismo que mantuviera la calma. Llevaban días viajando, y ambos estaban cansados e irritados. Discutir no ayudaría en nada.
Pero, por supuesto, a Ryeo no le preocupaba la ira de sus padres. Ryeo tenía a sus madres envueltas alrededor de su dedo meñique. Ryeo siempre podía salir de problemas hablando.
- Siwon nos matará.
Dijo SungMin.
Eso finalmente hizo que Ryeo pareciera un poco aprensivo. Pero no duró mucho.
- Al infierno con Siwon. Para cuando nos encuentre, ya no importará. Ya casi no puedo sentir el vínculo - sonrió, luciendo extremadamente complacido. - Nuestro vínculo nunca ha sido fuerte; no debería tomar mucho tiempo ahora. De todos modos, deja de preocuparte.
- Es fácil para ti decirlo.
Murmuró SungMin, dejando caer su mirada.
Ryeo golpeó su hombro contra el de SungMin.
- Deja de pensar en ello. Lo que está hecho, hecho está. No es como si te gustara jugar con las mentes de esos humanos.
SungMin hizo una mueca.
- Aun así lo hice.
Dijo en voz baja.
No le sentaba bien que hubiera usado su telepatía para engañar a esos humanos en la ciudad de Nueva York para que les permitieran abordar su barco. La elección de un barco como medio de transporte a Inglaterra había hecho que SungMin fuera lo suficientemente infeliz.
Si tuviera que usar su telepatía con humanos, habría preferido usarla para subir a un avión, pero Ryeo se mostró inflexible en que no confiaba en "esas cosas obsoletas" para no estrellarse y matarlo.
- No teníamos otra opción.
Le recordó Ryeo.
Eso era bastante cierto. El comunicador de Ryeo no funcionaba en largas distancias, lo que significaba que no podían enviar un mensaje al amigo de Ryeo a Touscsse para que este último pudiera teletransportarlos a la ubicación correcta. No tenían dinero ni documentos terranos. La telepatía era la única opción.
No lo hizo bueno.
- Podrías haber usado tu telepatía para llevarnos a Londres - murmuró Ryeo. - Nunca he caminado tanto en mi vida.
SungMin lo fulminó con la mirada.