Finalmente, SungMin lo logró y se sentó a horcajadas sobre su regazo, desnudo por debajo de la cintura, y apretó el culo contra su polla.
KyuHyun siseó. SungMin se quejó.
KyuHyun se mordió el interior de la mejilla, tratando de recuperar algo de control. Debería alejar al chico y echarlo de su apartamento. Debería, en lugar de pensar dónde conseguir condones y lubricantes. Pero mientras miraba la cara enrojecida y aturdida de SungMin, las duras palabras que habían estado en la punta de la lengua de KyuHyun se atoraron en su garganta.
Antes de que KyuHyun se diera cuenta de lo que estaba sucediendo, SungMin se estaba hundiendo en su polla.
Los ojos de KyuHyun se ensancharon. Juró entre dientes. Estaba limpio, pero todavía era irresponsable como el infierno. No deberían estar haciendo esto. No deberían estar haciendo esto por tantas razones. Buenas razones. Una de ellas era que joder sin lubricante nunca fue una buena idea.
-Espera, Minnie...
Pero SungMin no estaba seco. Ya estaba tan jodidamente resbaladizo, la tensión húmeda envolvía su polla cuando SungMin gimió, una expresión destrozada en su rostro, labios rosados flojos y ojos vidriosos.
¿Qué mierda? ¿Cómo? ¿Por qué…?
KyuHyun intentó preguntar, trató de hablar, trató de pensar, pero todo pensamiento racional abandonó su mente cuando SungMin comenzó a montarlo. Todo lo que podía pensar era en SungMin, SungMin, SungMin, y querer, querer, querer.
Solo podía mirar a SungMin, sintiéndose drogado y sin palabras al verlo.
SungMin se estaba mordiendo los labios, con una expresión casi dolorida en su rostro mientras lo montaba torpemente, su respiración era entrecortada, jadeando, sus hermosos muslos temblaban de esfuerzo.
Sus ojos se encontraron.
-KyuHyun - dijo SungMin sin aliento, deslizando sus manos por el pecho de KyuHyun y rizándolas alrededor del cuello de KyuHyun. - Por favor.
-¿Qué?
Gruñó sintiendo que sus barreras bajaban una tras otra a medida que SungMin lo miraba.
-Por favor - dijo de nuevo, tirando de la cabeza de KyuHyun hacia la suya hasta que sus frentes se apretaron mientras se retorcía en la polla de KyuHyun. - Te necesito. Te necesito. Te extrañé.
Maldita sea.
KyuHyun mordió la boca floja de SungMin, jadeando, y luego una y otra vez, hasta que los besos mordaces se convirtieron en húmedos y profundos. SungMin estaba gimiendo felizmente en su boca, y Cristo, SungMin. SungMin, SungMin, SungMin.
KyuHyun empujó al rubio en el sofá y estaba encima de él antes de que la espalda de SungMin incluso golpeara el sofá. Empujó su polla de vuelta dentro del agujero resbaladizo de SungMin, provocando un largo y feliz gemido de SungMin. Apoyándose en sus codos, KyuHyun le dio a SungMin lo que quería: él lo tomó.
SungMin se volvió absolutamente loco debajo de él, arañando la espalda de KyuHyun, clavando las uñas en su piel incluso a través de la camisa de este y las piernas que rodeaban las caderas de KyuHyun, instándolo a seguir.
KyuHyun no necesitaba que se lo instara. Nunca había jodido a nadie así: como si lo necesitara en su sangre, como si muriera si no metía su polla lo suficientemente profundo en SungMin, como si esto fuera por lo que él vivía. Ambos gemían, el sonido resbaladizo de su polla entrando y saliendo del agujero de SungMin era el único otro sonido en la habitación. El sexo se sentía tan jodidamente sucio en el mejor sentido de la palabra.
Pronto, SungMin estaba sollozando, arqueándose debajo de él y murmurando algo incoherente, algo que ni siquiera parecía inglés.
-Inglés, bebé.
Dijo KyuHyun, chupando besos hambrientos en el cuello pálido de SungMin mientras golpeaba contra él.
-Por favor, dentro - murmuró, rodando las caderas para encontrarse con los empujes de KyuHyun. - Quiero que te vengas en mí.
KyuHyun se estremeció, la extraña petición haciéndole cosas a su lado primitivo. Mierda. Él lo quería. Quería marcar a SungMin, llenarlo con su corría hasta que la tripa de SungMin estuviera llena y SungMin continuara filtrando la corrida de KyuHyun durante horas...
Un gemido salió de su garganta cuando comenzó a venirse, tambaleándose por la oleada de placer. Estaba empujando profundamente dentro de SungMin con cada ola de eso, dibujándolo en algo abrumador. SungMin gritó, arqueándose debajo de KyuHyun y sollozando de alivio mientras llegaba al orgasmo, su agujero se apretaba alrededor de la suave polla de KyuHyun.
Mierda.
KyuHyun dejó caer su cara al lado de SungMin, sus miembros débiles y su mente felizmente en blanco.
Permanecieron así durante mucho tiempo, con los cuerpos sudorosos enredados en el sofá.
KyuHyun no tenía idea de cuánto tiempo había pasado cuando levantó la cabeza y miró la cara enrojecida y sorprendida de SungMin. Tan malditamente hermoso. Tan bonito. SungMin.
Un pensamiento persistente apareció en el fondo de su mente, la sensación de que había olvidado algo, pero flotaba en los bordes de la memoria.
KyuHyun frunció el ceño, recordando finalmente lo más peculiar.
Acercándose, tocó la extraña mancha en los muslos internos de SungMin. Era incoloro e inodoro, similar al lubricante, pero...
Incluso si SungMin se había preparado antes de venir aquí, lo cual era difícil de creer, esta cosa se había escapado de SungMin sin parar. KyuHyun recordaba claramente que SungMin se estaba volviendo más resbaladizo cuanto más habían follado, lo cual... no debería haber sido posible. No debería haber sido jodidamente posible.
Con las cejas fruncidas, KyuHyun levantó los ojos hacia SungMin, sin saber qué pensar.
SungMin miraba a KyuHyun con cautela.
-Yo... Puedo explicarlo. Voy a explicar todo lo que no pude explicar antes. Voy a explicar por qué me fui.
Los labios de KyuHyun se adelgazaron. Se apartó de SungMin y se sentó. Ahora que su cerebro no estaba lleno de deseo, sí recordaba que estaba enojado con SungMin. Pero si SungMin realmente iba a explicarlo todo, lo escucharía.
-Vamos.
Dijo con frialdad.
-Yo...
Dijo retorciéndose las manos antes de mirar hacia abajo y sonrojarse cuando se dio cuenta de que estaba desnudo de cintura para abajo. SungMin se sentó y tiró de su camisa para cubrir su entrepierna. Se aclaró la garganta y miró a KyuHyun con aprensión.
-Soy un extraterrestre.
Cristo, qué anticlímax. KyuHyun se echó a reír.
-Ya no es divertido.
Había pensado que realmente estaba recibiendo una explicación. Demasiado para eso.
SungMin frunció el ceño.
-No estoy tratando de ser gracioso. Soy un extraterrestre. Como en, desde otro planeta. Esa es la verdad.
-Correcto.
No podía creer que SungMin estaba reduciendo todo a una broma en lugar de darle una respuesta honesta por una vez.
-Soy un extraterrestre
Insistió con una nota de desesperación arrastrándose en su voz.
-Está bien.
Dijo KyuHyun, metiéndose y abrochándose los pantalones. Estaba tan harto de esto.
-¡KyuHyun!
-¿Qué?
KyuHyun gruñó.
SungMin le sonrió temblorosamente.
-Estoy diciendo la verdad. Mira mi boca. ¿Ves? Esta es la prueba de que estoy diciendo la verdad
KyuHyun se burló.