-Relájate, hombre.
Dijo Nathan, dejándose caer en el asiento a su lado.
-¿Qué quieres decir?
Suho dijo, mirando alrededor del aula antes de mirar a sus manos.
-Tú estás tenso como el infierno. ¿Estás nervioso por tus calificaciones? ¿No dijiste que hablaste con Oh y lo convenciste de que te diera una segunda oportunidad?
-Si, lo hice. Él no me reprobó aún. Me acabo de enterar que me dio una D.
Y Dios, había sido un gran alivio. No creía nunca haber estado tan feliz por recibir una D.
-Felicidades. - dijo Nathan con una sonrisa, dándole palmaditas en la espalda. - Todavía me sorprende que te las arreglaste para convencerlo.
Suho cuidadosamente evitó los ojos de su amigo.
-Hablando del diablo.
Nathan murmuró.
El silencio instantáneo que cayó sobre el aula era casi divertido.
Casi.
Suho echó un vistazo a la alta figura del profesor antes de dejar caer su mirada.
-Las calificaciones de mitad de período fueron ingresadas,- dijo el profesor, sin preámbulos. - Informé las notas de treinta y ocho estudiantes cuyas calificaciones fueron inferiores a C. - Los informes fueron enviados a la Oficina del secretario, quien las distribuyó a cada estudiante. - Hizo una pausa. - Si tienen alguna duda, pregunten.
Silencio.
Un tipo levantó la mano.
-¿Sí, señor Wong?
Dijo caminando hacia el estudiante.
Suho no miró; él sólo lo veía en su visión periférica.
-No lo entiendo. - dijo Wong. - ¡Tengo una F, y al parecer eso es todo! ¿Ni siquiera puedo mejorar mi nota? En todas las demás clases, las calificaciones de mitad de período no afectan nuestro GPA3. Ellas existen, más o menos, para decirnos dónde estamos en la clase, y si tenemos o no que trabajar más duro, pero al parecer, no en su clase. ¡yo no lo entiendo!
Suho se encogió.
-Pobre chico.
Nathan murmuró.
Hubo una pausa.
-Sr. Wong, -dijo por fin, su voz peligrosamente suave. - ¿Has leído el plan de estudios?
-Bueno, sí, seguro.
Wong parecía cualquier cosa menos segura.
-Si usted leyera el plan de estudios, sabría que en mi clase las notas de medio término sí afectan sus calificaciones finales. En otras palabras, si usted recibe una calificación de mitad de período desaprobada, usted no conseguirá una nota final aprobatoria. Sin excepciones.
- ¡Pero no es justo! - dijo Wong. - ¡Así no es como se hacen las cosas!
-Así es como se hacen las cosas en mi clase. - De ser posible, la voz de Sehun se hizo aún más suave. - Yo no pasaré a un estudiante que tenga un récord de asistencia pésimo para la mitad del periodo y falló en entregar sus tareas o las entregó con demora. Si usted leyera el plan de estudios, como yo les he dicho a todos que hicieran en el primer día del ciclo, usted no estaría en esta situación. Puede dar las gracias sólo a sí mismo. ¿Tiene otras preguntas? ¿Preguntas inteligentes?
-No.Wong se quejó.
-Ahora ¿estamos listos con esto, o alguien más quiere perder mi tiempo con preguntas sin sentido de las que se supone que deben saber las respuestas?
El silencio era casi sobrenatural.
Nadie se atrevió a respirar.
-Bien. – volvió a su escritorio.
-Wow. - susurró Nathan, apenas audible. - ¿Qué se le metió por el culo y murió allí dentro?
Probablemente el enojo de que no pudiera reprobarme, pensó Suho.
Su piel se erizó.
Miró hacia arriba y le encontró dándole una mirada de tal odio que hizo que se sienta como si estuviera siendo repelido de la habitación.
Suho levantó la barbilla y le miró a los ojos con firmeza.
En serio, ¿cuál era el problema del tipo? No era como si él le hubiera forzado a poner su polla en la boca de su estudiante.
El pensamiento, el recuerdo le hizo sonrojarse y removerse en su asiento incómodamente. Mirando al rostro de piedra de Sehun, era difícil creer que realmente había sucedido.
Pero sucedió.
Suho le miró las manos, agarrando su cara mientras se empujaba su polla dentro de su boca, pasó la lengua por sus labios, su piel incómodamente caliente, y fijó su mirada en el frente.
No pensaría en ello.
Él no lo haría.
* * *
Había pensado que podría poner el incidente fuera de su mente. Había pensado que Sehun solo lo ignoraría después del incidente.
Se había equivocado en ambos casos.
Suho suspiró y miró melancólicamente a la tarea delante de él.
El profesor Oh había sido increíblemente difícil en los últimos días, dándole tareas brutalmente difíciles y constantemente regañándolo delante de todos cuando fallaba en completarlas para satisfacción de él.
-¿Terminó, Kim?
Dijo una fría voz familiar, y se tensó.
Echó un vistazo a Nathan a su izquierda, pero su amigo miró el libro delante de él con interés exagerado.
Traidor.
-Voy a terminar pronto.
Mintió.
Él se puso rígido cuando el profesor puso una mano sobre su escritorio y se inclinó a mirar el papel en blanco delante de él.
-Ya veo.
Suho volvió la cabeza para mirarlo y se sorprendió por lo cerca que estaba el rostro del otro hombre.
A pulgadas de distancia.
Los ojos oscuros se clavaron en los suyos por un momento antes de que los labios de su dueño se retorcieran burlonamente. Sehun se irguió en toda su impresionante altura y dijo:
- Su tarea debe estar lista en diez minutos, Kim.
-Pero usted dijo.
-Diez minutos.
Repitió con una voz que decía claramente que no iba a aceptar ninguna discusión.
Se alejó, y Suho se quedó mirándole la espalda.
Él regresó su mirada al papel delante suyo y lo miró sombríamente.
No era justo.
¿Cómo se suponía que iba a completar esta tarea en tan poco tiempo? Las preguntas eran ridículamente difíciles y dudosamente reflejaban lo que habían aprendido en clase. ¿Por qué no podría el pendejo dejarlo en paz? Se sentía como si estuviera decidido a hacer de su vida un infierno y estaba teniendo éxito.
Frunció el ceño, tratando de mantener su temperamento bajo control y fallando. Estaba cansado, privado de sueño, con hambre y enojado, nunca una buena combinación.
Más tarde, él culparía de todo a su falta de sueño.
Él culparía a su falta de sueño por escribir lo que él nunca habría escrito si no hubiera estado tan malditamente cansado, hambriento y enojado.
Suho entregó su tarea exactamente diez minutos más tarde y regresó a su escritorio.
Él no estaba siquiera a medio camino de su escritorio cuando el profesor dijo, con voz muy suave.
- Sr. Kim, a mi oficina después de sus clases.
Con la boca reseca, Suho asintió.
Idiota, se dijo a sí mismo.
No debería haber dejado que su temperamento se llevara lo mejor de él.