El primo de Suho, Henry, vivía en una parte menos que segura de la ciudad.
Fue en parte la razón por la que Suho no lo vio tanto.
La otra razón era que su primo había estado extraño como el infierno después de haber sido liberado de la cárcel hace seis meses: parecía deprimido y distante, como si no estuviera realmente allí.
Al principio Suho lo atribuyó a la muerte de su tía, ella había muerto, mientras Henry todavía estaba en la prisión pero no parecía ser el caso.
En lugar de mejorar, su primo sólo parecía más deprimido al pasar el tiempo.
Suho se preocupaba por él, por supuesto, pero la verdad sea dicha tenía problemas más acuciantes en que pensar a su alrededor y no tenía tiempo para visitar a su primo.
Pero dado que había tenido que dejar a las niñas en casa de la señora Son antes de su turno nocturno, Suho decidió hacer un pequeño desvío y averiguar cómo Henry le estaba haciendo.
Su primo le saludó con una sonrisa.
-Hola, vamos pasa.
Dijo abriendo más la puerta.
Tomó a Suho un momento para recuperarse de su sorpresa.
-Te ves bien.
Palmeándole el hombro y entrado en el departamento. Henry se veía genial de hecho; él siempre había sido el más apuesto de los dos.
Podrían compartir cabello castaño y los ojos trigueños de sus mamás, pero era donde terminaban las similitudes los rasgos de su primo eran un poco más delicados, infiernos, francamente exquisito.
Si Nathan hubiera visto a Henry, nunca llamaría a Suho princesa de nuevo.
En realidad, hizo a Suho preguntarse, y no por primera vez, si algo... le habían hecho a su primo en la cárcel. Si los rumores sobre lo que pasaba en la prisión eran ciertos, con una cara como esa... Se estremeció.
-¿Cómo están las chicas?
Preguntó Henry, alejándolo de sus pensamientos.
-Bien. Tengo el turno nocturno esta noche, así que acabo de dejarlas en lo de su niñera.
Henry se sentó en el sofá, con las piernas cruzadas, y palmeo el lugar junto a él.
Sacándose la chaqueta, Suho tomó asiento.
-Realmente no puedo quedarme, - dijo mirando su reloj. - O voy a llegar tarde al trabajo. Sólo quería chequearte y ver cómo lo estabas haciendo.
La puerta se abrió y un hombre entró en el departamento. Al ver a Suho, se detuvo y se quedó mirando.
Suho le devolvió la mirada fija. El hombre era alto y muy guapo claramente.
-¿Quién es este?
Preguntó el hombre.
-Es mi primo, Suho. - dijo Henry, más bien a la defensiva. -Suho, él es Siwon.
Suho esperó una explicación, pero no hubo ninguna.
Pero cuando Siwon se acercó, inclinó la cabeza de Henry y le dio un beso, las explicaciones ya no eran necesarias.
El beso siguió y siguió, y Suho sólo podía mirar. Había estado bastante seguro de que Henry era completamente heterosexual.
Bueno, al parecer, no.
Su primo de hecho gimió, y miró hacia otro lado, más allá de incómodo. Se puso de pie y se aclaró la garganta.
-Um, será mejor que me vaya. - Él se rió entre dientes. -Tú claramente estas muy bien.
Detrás de él, los besos se detuvieron.
-Mira. - dijo Henry, sonando avergonzado. – Yo...
-Tú no tienes que explicar nada. - dijo Suho rápidamente y encarar hacia la puerta. - Me voy.
-Espera. - dijo Henry. - Ya está oscuro. No es seguro caminar solo por aquí. Siwon te llevará a tu casa.
-¿Lo haré?
Siwon murmuró.
-No, en realidad no es necesario.
-Él lo hará.
-Supongo que lo haré. - Dio a Henry un breve y duro beso. - Tú mejor estarás desnudo y listo cuando yo regrese, Ojitos.
Sonrojándose, Henry empujó a Siwon hacia la puerta.
-Voy a ir la próxima semana. Yo no he visto a las niñas en décadas.
Suho asintió y se deslizó en su chaqueta.
Siwon pasó junto a él.
-Vámonos. ¿Cuál era tu nombre otra vez?
-Suho.
Dijo, inseguro de cómo hablar con el tipo.
-¿Dónde vives?
Suho le dijo, y Siwon le llevó a una muy antigua, oxidada Ford Pinto. Suho lo miró con recelo.
-¿Estás seguro de que esta cosa es segura?
-No.
Dijo el tipo, alcanzando el asiento del conductor.
- Eso no es... no es muy tranquilizador.
-¿Quieres que te mienta?
Dijo con un toque de impaciencia, claramente con ganas de acabar de una vez y volver a su primo.
Suho subió al coche y se fueron.
-No hay cinturón de seguridad. - Suho murmuró. - ¿Por qué no me sorprende?
Siwon no se dignó contestar.
-Entonces. - dijo Suho después de un rato. - ¿Tú eres el novio de mi primo o algo así?
-O algo así. - dijo Siwon.
- Pensé que era heterosexual.
Siwon se rió, como si hubiera dicho algo gracioso.
-Pero me alegro de que tenga a alguien, sabes, Yo estaba preocupado por él, estaba deprimido después de que salió de la cárcel.
-¿En serio?
Murmuró.
-Sí. Espero estar equivocado, pero creo que.. Creo que alguien le hizo algo a él en la cárcel.
-Tú no estás equivocado: yo lo hice.
Suho abrió la boca y la cerró sin decir una palabra Digirió la información por unos pocos momentos.
-Tú eres un ex convicto?
-Síp.
Excelente.
Se encontraba en un oxidado Ford Pinto, sin cinturón de seguridad, y con un ex convicto al volante.
-¿Por qué estabas en prisión?
-Maté a ocho personas en un centro comercial.
Suho soltó una carcajada.
-En realidad no esperas que crea eso, ¿verdad?
-Tú primo lo hizo, por un largo tiempo.
Suho sonrió, sacudiendo la cabeza. Henry era un poco ingenuo. A pesar de que era más joven que su primo Henry a menudo sentía que él era el mayor.
-Entonces, ¿qué hiciste realmente?
-Homicidio involuntario. Me emborraché, me metí en una pelea de bar, alguien murió.
Un escalofrío de inquietud recorrió la espalda de Suho.
No podía imaginar lo que este hombre y Henry tenían en común, pero su primo estaba claramente feliz. Eso era lo importante, ¿no?
Suho estuvo tranquilo por el resto del viaje.
-Gracias.
Dijo cuando el coche finalmente se detuvo frente a su edificio.
Para su sorpresa, Siwon salió también. Suho se rió entre dientes.
-Nadie me va a atacar aquí. Tú no tienes que...
-Henry me dijo que te dejara en tu casa. Te dejaré en tu casa. - Siwon frunció el ceño, mirando por encima del hombro de Suho. - Alguien nos está mirando. ¿Conoces a ese tipo?
Suho se dio la vuelta y se congeló. Sehun salió de su Mercedes y se dirigió hacia ellos.
-Sí, lo conozco.
-Se ve enojado.
Murmuró.
Suho soltó una carcajada.
-Él prácticamente siempre se ve enojado.
Él se encogió, eso salió casi cariñoso y Siwon le lanzó una aguda mirada evaluadora.
Sehun se detuvo.
-Hey.
Sehun le dio la mirada que le había estado dando toda la semana antes de barrer lentamente su vista sobre Siwon con una mirada de desdén que haría cualquier persona sentirse de dos pies de altura.
-¿Quién es esta persona?
Siwon entrecerró los ojos claramente con aversión a la forma altiva y el tono condescendiente de Sehun.
-Siwon Choi. -dijo con una sonrisa agradable, dando un paso más cerca de Suho y poniendo una mano en su hombro. - Estaba sólo dando un paseo a Suho.
Este inhaló bruscamente al tono sucio en su voz.
Sehun claramente no se lo perdió, tampoco.
Sus hombros se tensaron y su mirada recorrió a Suho, como si buscara pruebas, antes de pasar al coche de Siwon.
Una sonrisa burlona curvó sus labios.
-Espero que el viaje fuera cómodo.
Los ojos de Siwon parpadearon hacia el Mercedes de Sehun.
-Yo no necesito un coche llamativo para eso.
-Bien hecho, chicos, eso no fue pasivo-agresivo en absoluto. - dijo poniendo los ojos. Él miró a Siwon. - No lo tomes como algo personal él es desagradable con todos. - Y tú - Suho miró a Sehun - Baja un poco el tono. Él es un exconvicto, no un alumno.
-¿Él es un criminal?
En un abrir y cerrar de ojos, el menor fue jalado lejos de Siwon y empujado detrás de la espalda de Sehun.
El chico gritó.
-¡Oye! ¿Estás fuera de ti?
-Metete en tu coche y conduce a otra parte. - dijo Sehun a Siwon, su voz muy, muy suave. - Ahora. vuelve cerca de él de nuevo y me aseguraré de que estés de vuelta en tu celda enseguida.
Siwon se puso rígido, apretando los puños.
-¿Me estás amenazando?
-Whoa, ¡cálmense de una puta vez, los dos! - se interpuso entre los dos hombres, poniendo una mano en el pecho de Sehun. Él los miró. Idiotas arrogantes ambos. -Tú. - Él miró a Siwon. - Gracias por el aventón, pero por favor, vuelve a casa y follate a mi primo. Nadie te está amenazando Es sólo la personalidad encantadora de Sehun Ve.
Siwon asintió con rigidez, se subió a su auto y arrancó.
Cuando el coche desapareció de la vista, Suho volvió hacia Sehun.
-Y tú. ¿Qué paso con eso de que los celos son para los hombres con pequeños penes y baja autoestima?
-Nada. – respondió con irritación. - ¿Eres estúpido? ¿Sabes lo que criminales como él hacen a chicos lindos como tú en la prisión? Los hombres como él no están acostumbrados a preguntar.
Suho se rió entre dientes.
-Te preocupas por mí? Estoy conmovido. Se cuidadoso, o voy a empezar a pensar que en realidad te importa una mierda.
Sehun lo fulminó con la mirada, pero no dijo nada.
-¿Qué estás incluso haciendo aquí?
Preguntó.
Tardíamente, se dio cuenta de que su mano estaba todavía en el pecho de Sehun y estaba acariciándolo. Rápidamente, al quitó y la metió en el bolsillo de su chaqueta. Echó un vistazo al coche del otro.
-Espera, ¿estabas esperando por mí?
-Sí.
-¿Por qué? Podrías haber llamado si querías hablar. Tienes mi número.
-No lo hago. Lo borré.
Las cejas del menor volaron.
-¿Por qué? ¿Acaso molestaba?
Un músculo se contrajo en la frente de Sehun.
-Porque yo no tenía necesidad de él.
-¿Entonces por qué estás aquí?
Los labios del mayor apretados, con los ojos clavados en Suho.
-Estoy aquí para advertirte.
-¿Advertirme?
-Sí, para advertirte. Tú rendimiento en mi clase sigue siendo terrible.
-¡Porque tú has estado siendo absolutamente brutal!
- Así que no esperes que te pase sólo por tu cara bonita, y labios y ojos, y... - se interrumpió y mirándolo, como si fuera culpa suya que acabara de decir lo que dijo. - Mi punto es que tú no conseguirás un tratamiento especial, Kim.
Suho se inclinó hacia sus labios y susurró con dureza.
-¿Y viniste todo el camino hasta aquí sólo para decir eso? Yo creo que es una mierda.
Sus respiraciones revueltas ambas rápidas y tensas, el único sonido en los oídos de Suho.
Cristo, Suho no podía soportarlo más.
Estaba temblando, dolorido.
Cuando Sehun chocó sus labios juntos, lo primero que Suho sintió fue alivio.
Dios, por fin.
Y entonces todo lo demás se desvaneció; había grandes manos en su nuca, un cuerpo firme contra el suyo, y labios, calientes y ardientes, tan bueno y estaba gimiendo, tratando de besarle más duro, llevarlo más profundo.
No tenía ni idea de cuánto tiempo había pasado cuando su celular sonó en el bolsillo de su chaqueta.
Con un suspiro de frustración, Suho arrancó su labiosa distancia y contestó.
-¿Sí?
Logró decir, con los dedos apretados en el suéter del profesor mientras el hombre besó su rostro y su cuello.
Dios, sus labios parecía quemar la piel.
-¿Dónde diablos estás? - el gerente del restaurante. Mierda - ¡Ya casi es tarde para tu turno!
-Lo siento, dame quince minutos...
-¡Cinco!
Colgó.
Suho empujó a Sehun a distancia.
-Tengo que irme. Llego tarde al trabajo.
Se alejó rápidamente, con las piernas aún débiles y su cuerpo dolorido de deseo.
-Idiota.
Murmuró.
Tendría que haber dicho a Siwon que lo llevara directamente a trabajar.
Diablos él, no debería haber ido a la casa de Henry en absoluto después de dejar caer a las gemela s en lo de la señora Son. Y definitivamente no debería haber desperdiciado minutos chupando la lengua de Sehun.
Los neumáticos chirriaron y un Mercedes conocido se detuvo junto a él. La puerta del coche se abrió de golpe.
-Entra, te voy a dar un aventón.
El castaño vaciló, pero qué demonios. Realmente se hacía tarde.
Terquedad insustancial sería estúpida.
Él entró y dijo a Sehun la dirección del restaurante. A veces era el asignado al restaurante en el otro extremo de la ciudad, pero por suerte para Suho, esta noche era que quedaba cerca de su casa.
Ninguno de los dos habló durante el corto trayecto en coche.
El castaño se recostó en el asiento y cerró sus ojos mientras luchaba por controlarse.
Afortunadamente, sólo se tarda unos cinco minutos en llegar al restaurante.
-Gracias.
Murmuró, sin mirar al otro hombre, y abrió la puerta.
Sehun le cogió del brazo.
Suho dio un suspiro tembloroso antes de voltear hacia él.
Los ojos oscuros lo miraron con gravedad.
-Está bien. Pero esta es la última vez, ¿entendido?
Se inclinó hacia él, enterró sus dedos en su pelo y le dio un beso profundo, húmedo. El mayor aceptó el beso pasivamente pero Suho podía sentir su cuerpo vibrar con la tensión , le hizo ponerse dolorosamente duro.
El teléfono sonó de nuevo.
Suspirando, Suho se apartó y le susurró:
-Esto es estúpido. Los dos lo sabemos. - Se limpió los labios. - Vamos a fingir que esto nunca sucedió, ¿de acuerdo?
El otro no dijo nada sólo miró a Suho con ojos oscuros y hambrientos.
Y Dios, Suho quería besarlo de nuevo.
Mal.
Maldiciendo entre dientes, él prácticamente saltó del coche.