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Solo un poco retorcido #1 SeHo por Chulixxx

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Suho despertó lentamente, y lo primero que registró fue un cuerpo muy desnudo y caliente contra su espalda.

Sehun.

Estaban haciendo cucharita.

Sehun le estaba haciendo cucharita.

Diciéndose a sí mismo que no fuera tonto la cama era muy estrecha, y simplemente no había mucho espacio Suho abrió los ojos, parpadeando aturdido.

Y se encontró mirando a dos pequeñas niñas observándolos con curiosidad.

-Suho está despierto. - susurró Sulli, chupando su pulgar. - ¿Puedo ser ruidosa ahora?

Suzy negó con la cabeza.

-El Sr. Oh todavía está durmiendo.

Un pequeño surco apareció entre las cejas de Sulli.

-Pero ¿qué está haciendo el señor Sehun en la cama de Suho?

-¡Está durmiendo, tonta!

Dijo Suzy, olvidándose de susurrar.

Suho sintió que el hombre detrás de él se movió un poco y apretó su agarre suelto alrededor de su cintura. Sehun murmuró algo ininteligible, sus labios rozaron la oreja del chico.

Hizo una mueca y tiró de las sábanas más alto, asegurándose de que las niñas no podían ver nada que no deberían ver.

Sulli señaló a Sehun.

-Tú me dijiste que me callara, pero ves, ¡le despertaste! - Ella sonrió. - Buenos días, Sr. Oh!

-Buenos días.

Respondió con voz ronca justo dentro del oído de Suho.

Piel de pollo cubría la piel. Él cerró los ojos y se mordió el labio.

Contrólate.

-Buen día.

Dijo al fin, volviendo la cabeza.

Era raro ver el pelo de su profesor tan desordenado, pero eso, junto con marcas de saliva en las comisuras de la boca y toda la piel desnuda, hizo cosas extrañas en las entrañas del castaño.

Los ojos oscuros de su profesor vagaban sobre su rostro.

Suho no estaba seguro de cómo actuar.

No estaba seguro de donde se encontraban.

-¿Por qué el Sr. Oh durmió en tu cama? - Preguntó Sulli. - ¿Él no tiene una cama?

Los labios de Sehun retorcidos.

-Algo así, enana.

Respondió si dejar de ver a Suho.

-No la llames enana.

-No me importa. - dijo Sulli. - ¡Soy bajita!

-A ella no le importa.

Resoplando, buscó sus shorts y se los puso, haciendo una mueca con algo de malestar.

-¿Duele?

Murmuró, sentándose también.

Suho saltó de la cama y le lanzó una mirada con los ojos entornados.

El rostro de Sehun era sobre todo inescrutable, pero había un atisbo de algo en sus ojos...

-Deja esa mirada de suficiencia. - echó un vistazo al reloj de la pared. - ¿No tienes una clase que dar pronto?

-Sí.

Y se levantó de la cama.

Se veía tan fuera de lugar en la pequeña habitación en mal estado de Suho, que no era siquiera gracioso.

Suho se volvió, agarró a las niñas y las sacó de la habitación.

No seas ridículo, se dijo a sí mismo.

Sólo fue sexo.

Sí, sexo con otro hombre.

Sexo con su profesor.

Pero sólo sexo.

No tenía motivos para sentirse nervioso. Eran adultos, se habían deseado el uno al otro y habían follado para rascarse la picazón.

Sencillo.

Nada complicado al respecto. No tenía por qué ser complicado.

Seguía diciéndose a sí mismo eso mientras preparaba el desayuno para las niñas cuando el timbre sonó.

Fue a abrir la puerta.

-¡Buenos días!

Saludó la señora Son, empujando más allá de él.

-Buen día, chicas.

-Buenos días, señora Son.

Las gemelas dijeron al unísono.

-¿Han comido ya?

La señora Son preguntó a Suho.

-No, yo estaba a punto de alimentarlas, pero se me está haciendo un poco tarde y realmente apreciaría si usted...

Ella lo despidió.

-Por supuesto, ve a tomar una ducha.

-Lo haré...

Sehun salió de la habitación de Suho, deslizándose en su chaqueta. Tenía el pelo aún mojado después de una ducha.

La señora Son se lo quedó viendo. Luego su mirada se trasladó a Suho.

Sentía el rubor subiendo por su rostro.

Uno no tenía que ser un genio para adivinar lo que habían estado haciendo la noche anterior.

Los labios de la señora Son se fruncieron en una línea. Sin decir una palabra, ella asintió con rigidez en la dirección de Sehun, tomó a las niñas y las apresuró hacia la cocina.

Suho parpadeó a su espalda.

Hace apenas unas semanas, la señora Son le dijo que viviera un poco y se consiguiera una novia, pero al parecer esto era un problema para ella.

Qué demonios.

Su vida sexual no era su asunto.

-Encuentra otra niñera para las niñas si no quieres que crezcan estrechas de mente. - Sehun se dirigió a la puerta. -Me tengo que ir. Necesito cambiarme antes del trabajo.

Suho dudó antes de seguirlo hasta la puerta.

¿Era su imaginación o Sehun realmente estaba evitando mirarlo?

-Está bien-, dijo forzando la indiferencia en su voz. -Nos vemos alrededor, supongo.

Sehun se quedó inmóvil antes de girar la cabeza hacia él.

Un latido pasó.

Sehun extendió la mano, metió los dedos en la cintura de los pantalones cortos de Suho y lo acercó.

Inclinó la cabeza y apretó la nariz contra el costado del cuello del chico antes de chupar duro en su piel.

Se quedó sin aliento por la mezcla de dolor y placer.

En un parpadeo, Sehun se había ido, y Suho se quedó mirando el espacio vacío que había ocupado un momento antes.

¿Qué se supone que significaba eso?

* * *

-¿Y bien?

Dijo Nathan cuando Suho se sentó junto a él un par de horas más tarde.

Cayendo en su asiento, Suho se miró las manos en su estómago.

-¿Qué?

-¿Has tú... Tú sabes?

La curiosidad era clara en la voz de su amigo.

Suho asintió.

-Sí. - murmuró. - Me lo follé de nuevo.

-¿Y ahora qué? ¿Tú pasas de él?

Suho dijo:

-Claro.

Y luego Sehun entró en el salón de clases.

Como siempre, el silencio fue instantáneo.

El profesor se acercó a su escritorio, vestido con un impecable traje de tres piezas oscuro que abrazaba su musculosa figura. Su fuerte mandíbula estaba limpiamente afeitada.

-Síp, totalmente pasas de él.

Murmuró Nathan.

Suho se sonrojó y desvió la mirada.

-Lo hago.

-Claro que lo haces. Pero limpia esa baba de tu cara. En serio, me estás asustando. Es Sehun. El tipo es un idiota total, el que no tiene sentido del humor, ni corazón y él ni siquiera es guapo para compensar su personalidad.

-Él es guapo.

Murmuró.

-Él no lo es. Muy bien, tiene un gran cuerpo y la confianza, pero su nariz es demasiado grande, y sus ojos son crueles. - Nathan sonrió. - A menos que te vayan ese tipo de cosas, supongo.

Suho puso los ojos y accidentalmente se encontró con la mirada del mayor.

De repente, Suho pudo sentir el chupetón oculto tras su cuello alto, los moretones en sus muslos, el dolor en su culo.

Sehun miró hacia otro lado y se aclaró la garganta.

* * *

-Mira, ha venido a recoger a HyunA de nuevo, - Nathan murmuró, haciendo un gesto con la cabeza, mientras atravesaban el estacionamiento después de sus clases. - Ves, yo no soy el único que se le queda mirando.

Suho siguió la mirada de Nathan.

Efectivamente, había un hombre apoyado en un Lexus blanco, y sí, él estaba atrayendo bastante la atención.

El tipo ni siquiera parecía consciente de todos los estudiantes que lo observaban, luciendo aburrido y mirando su reloj de vez en cuando.

-Maldita sea, es tan hermoso

Suho miró al chico críticamente.

Él realmente era bastante sorprendentemente atractivo: alto y de cabello oscuro, con características fuertes, clásicamente guapo, una firme boca sensual y ojos profundos capaces de detener el tránsito.

Sí, Suho podía entender por qué Nathan se sentía tan atraído por él, a pesar de que el chico parecía todo lo contrario a Nathan: abotonado hasta el cuello, serio y adecuado.

-No sé, hombre. Parece que él tuviera un palo metido en el culo.

Nathan movió sus cejas.

-Confía en mí, chicos como este suelen ser los mejores en la cama pervertido e intenso. - Suspiró. - Maldita sea, ¿por qué todos los chicos calientes son héteros? Es tan jodidamente injusto.

Suho resopló y le dio una palmada en el hombro.

-Al menos tú llegarás a verlo desnudo este fin de semana.

Nathan hizo una mueca.

-Como un niño mirando en el escaparate de una tienda de dulces.

El castaño abrió la boca, y luego la cerró cuando un conocido Mercedes negro se detuvo frente a ellos.

La puerta se abrió.

-Entra.

Exigió Sehun, sin siquiera echarle un vistazo. Él parecía estar haciendo algo muy desagradable.

-No, gracias, voy a tomar el autobús.

-Entra.

Suho miró a su alrededor. Ellos estaban atrayendo bastantes miradas curiosas.

Mierda.

Él dio a Nathan un encogimiento de hombros y se metió en el coche.

Sehun pisó el acelerador.

-¿Estás loco? ¡Todo el mundo nos vió!

Sehun estaba en silencio, conduciendo a una velocidad cegadora.

-¡Así es como comienzan los rumores sucios!

Sehun no dijo nada.

-¡Deja de ignorarme de una jodida vez!

Sehun golpeó el pie en el freno.

Antes de que lo supiera, los labios del profesor estaban en los suyos y su lengua estaba en su boca. Gimió y devolvió el beso, hundiendo las manos en el espeso cabello del hombre.

Oh Dios, Oh, Dios, Dios.

 


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