Suho se despertó en medio de la noche, temblando.
Se acurrucó más profundo debajo de las sábanas.
La habitación estaba fría y húmeda, como de costumbre, pero era más difícil de ignorar después de semanas de compartir el calor corporal con otra persona.
Echaba de menos estar cálido.
Suspiró, giró sobre su estómago y abrazó la almohada, enfadado consigo mismo.
Esto se le estaba yendo de las manos.
Suficiente.
Al carajo con Sehun y al carajo con su estúpido cuerpo cálido.
Al carajo con él.
Pero no importaba lo que se dijera, el dolor en el estómago todavía estaba allí.
El hambre.
La necesidad que iba más allá del sexo. Quería el cuerpo de Sehun junto a él grande y caliente. Incluso quería oír sus comentarios mordaces, sentir su aliento contra su piel.
Se tensó y levantó la cabeza. Podría haber jurado que oyó voces procedentes del living, Pero las chicas no podían estar despiertas ¿verdad?
Con el ceño fruncido, salió de la cama, temblando violentamente mientras el aire frío golpeó su piel, encaró hacia la puerta.
Había luz en la sala, pero significaba nada: él había dejado la lámpara, ya que las gemelas tenían miedo a la oscuridad.
Abrió la puerta sin hacer ruido y se congeló.
Sehun estaba sentado en el suelo junto a la cama de las niñas, una de las gemelas en su regazo.
El corazón le comenzó a latir en su pecho.
Él estaba de vuelta.
Él estaba de vuelta.
-¿Dónde estabas?
Le dijo su hermana, frotándose los ojos adormilados con una mano mientras con la otra jugaba con la corbata de Sehun.
Era Sulli, Suho observó que él parecía tener alguna debilidad por ella, aunque era extraño que estuviera tolerando esto incluso de la niña.
Eso fue hasta que se dedicó a estudiar la cara de Sehun. Incluso en la tenue luz de la lámpara, su rostro se veía, extrañamente, con la guardia baja y cansado.
-Yo estaba visitando a mi familia.
Murmuró Sehun.
Sulli se chupó el pulgar.
-Me acuerdo de tu familia. A tu papá no le gustamos mucho nosotros.
Una extraña expresión cruzó el rostro del hombre.
Él no dijo nada.
- Suho dijo que estabas haciendo una nueva familia.
Sehun se tensó visiblemente.
- ¿Lo hizo?
Sulli asintió.
-Él estaba muy triste.
Suho se sintió ruborizarse.
¿Ella tenía que decirle eso?
Sehun tenía una extraña expresión en su rostro.
- ¿Lo estaba?
Murmuró.
-Yo estaba triste, también - dijo Sulli. - No entiendo. ¿Por qué quieres una nueva familia? Nos tienes a nosotros.
Niños, pensó Suho, mordiéndose el labio. No tenían miedo. En cierto modo, los niños eran más valientes que los adultos.
Sehun abrió la boca y volvió a cerrarla.
Era la primera vez que Suho le había visto quedarse sin palabras.
La garganta de Sehun convulsionó antes de que él le dijera a Sulli,
- No te preocupes, no voy a estar haciendo una nueva familia.
Suho exhaló.
-¿No se supone que deberías estar durmiendo, enana?
Sulli estudió a Sehun seriamente con sus grandes ojos.
- Estás triste, también. ¿Algo malo pasó?
Una sonrisa sin sentido del humor retorció los labios de Sehun.
- Podrías decir eso.
-Cuando yo estoy triste, Suho me abraza y ya no me siento tan triste. ¿Quieres un abrazo?
Suho esperaba que Sehun rechazara la oferta con una sonrisa burlona.
Él no lo hizo.
Él no dijo nada.
Tomando su silencio como un sí, Sulli se puso de pie y puso sus cortos brazos alrededor de su cuello. Sehun tuvo que sostenerla.
Miró las grandes manos de Sehun en la espalda de su hermanita, y luego a su rostro en blanco, estoico.
Silenciosamente, cerró la puerta y se dirigió de nuevo a la cama.
Unos veinte minutos pasaron antes de oír la puerta abrirse de nuevo.
Hubo un susurro de ropas antes de que el colchón se hundiera con el peso de Sehun, y que él se deslizara bajo las sábanas junto a él.
La velocidad con la que Suho se pegó a él habría sido embarazosa si pudiera obligarse a que le importara no lo hizo.
Sólo necesitaba que lo besara.
Necesitaba que lo tocara.
Así que él lo beso y Sehun le devolvió el beso igualmente hambriento sus labios con urgencia, casi desesperados.
No estaba seguro cuántos minutos pasaron besándos se sintieron como horas y segundos al mismo tiempo.
Cuando finalmente dejaron de besarse para respirar, se sentía cálido de pies a cabeza. Enganchando su pierna sobre la cadera de Sehun, puso su cabeza en su pecho.
El corazón del otro latiendo bajo su oído, fuerte y rápido.
Durante mucho tiempo, no había más que agradable silencio.
- Él murió, ¿no?
Suho susurró al fin.
Lo sintió ponerse rígido debajo de él.
- Sí.
Dudó, sin saber qué decir.
- ¿Qué pasó? Alguien dijo que ibas a casarte.
El mayor suspiró, algo que Suho sintió más que escuchó cuando el pecho de él se expandió bajo su mejilla.
- Fueron las manipulaciones de YiFan de nuevo. Fui allí porque él me dijo que estaba en su lecho de muerte. Cuando llegué, había una gran reunión.
-¿Qué tipo de reunión?
Preguntó pasando los dedos por el pecho de Sehun.
-Un montón de políticos, empresarios ricos y periodistas Cuando llegué, YiFan hizo un anuncio.
Los ojos de Suho se agrandaron.
- ¿Él realmente, anunció tu compromiso sin preguntarte? es una locura.
Wow. Él sabía que el padre era un déspota, pero eso era ridículo, incluso para él.
Sehun pareció vacilar.
- Creo que... creo que no he estado bien de la cabeza últimamente. Y él Probablemente esperaba que a mí no me gustara hacer una escena delante de tantas personas influyente y periodistas. Él tenía razón nuestra familia se habría convertido en un hazmerreír si yo hiciera eso. Lo llevé a un lado y le dije que, si él no negaba su anuncio, lo haría yo mismo. - hizo una pausa. Su voz era plana cuando él continuó: - Él se puso furioso y tuvo un ataque al corazón. Estaba muerto para la siguiente mañana.
Suho cerró los ojos.
- ¿arreglaron las cosas antes de morir?
Sehun se río entre dientes, el sonido áspero y sin sentido del humor.
- No. Incluso en su lecho de muerte, él me llamó la mayor decepción de su vida. Él trató de manipularme incluso mientras luchaba por respirar. Amenazando con dejarle todo al marido de Irene si yo no me casaba con esa chica. Por supuesto que no lo haría. Él es... él era demasiado anticuado para eso.
Los labios de Suho rozaron la piel caliente, y él respiró en ella, sintiendo el latido constante del corazón de Sehun contra su mejilla.
- Me alegro de que hayas vuelto.
Sintió al cuerpo de Sehun ponerse rígido por un momento y luego relajarse en contra suyo.
Un fuerte brazo se envolvió en torno a la espalda de Suho y tiró de él cerca, apretado casi hiriendo sus costillas.
No se quejó.
Se acurrucó más cerca de la calidez de Sehun y se quedó dormido momentáneamente.
Él dormía como un bebé, por primera vez en una semana.