Eunhyuk se sentía inquieto.
Nervioso.
No podía recordar la última vez que se había sentido tan inquieto.
HyunA estaba acurrucada a su lado, viendo la televisión, pero él estaba medio tentado a empujarla lejos y... y hacer algo más.
Afuera, el viento aullaba de a ratos abajo en la calle, ahogando el rugido lejano del tráfico.
Estiró el brazo sobre el respaldo del sofá y tamborileó sus dedos en la tapicería.
- ¿Qué es lo que te pasa?
HyunA dijo, volviendo la cabeza hacia él.
- Estoy Aburrido.
Era una explicación tan buena como cualquier otra.
Quizás él estuviera aburrido.
Nunca había sido un fan de la temporada de feriados.
- ¿Quizás yo pueda entretenerte?
Murmuró con una sonrisa, deslizando los dedos a su entrepierna.
Eunhyuk lo consideró.
El sexo era una buena idea.
Tal vez fuera exactamente lo que necesitaba para deshacerse de esta extraña inquietud.
- De acuerdo. Chúpamela.
Se echó hacia atrás mientras ella se sentaba en el suelo delante de él.
Y cerró los ojos.
Ella era buena chupándola, pero hoy le tomó un tiempo para ponerse duro.
Tenía problemas para apagar su cerebro, e incluso cuando finalmente se corrió, fue apenas satisfactorio.
Su inquietud seguía allí.
- Gracias.
Le dijo a HyunA, subiendo el cierre de sus jeans.
Ella le dirigió una mirada extraña, pero no dijo nada, acurrucándose en su costado de nuevo.
Volvió su mirada en la pantalla y tamborileó los dedos sobre el respaldo del sofá.
HyunA suspiró.
Después de lo que pareció un siglo, el timbre sonó.
Aliviado de tener una excusa para dejar el sofá, Eunhyuk fue a abrir la puerta.
Ojos marrones y labios pequeños fue lo primero que vió.
- Oye.
Saludó Nathan.
- Hola.
Se oyó a sí mismo decir.
Él se agarró a la chaqueta de Nathan y lo arrastró dentro.
Los labios del pelirrojo estaban muy fríos, pero su boca estaba caliente, húmeda y dulce.
Nathan hizo un pequeño ruido, envolviendo sus brazos alrededor de él, y el mayor gimió y lo empujó contra la pared, con las manos trabajando en la chaqueta, demasiada ropa.
- ¿Nathan?
- HyunA.
Suspirando, Eunhyuk se obligó a dejar de besar a Nathan y retroceder.
- Oye.
Dijo mirando entre ellos.
Eunhyuk no vió la expresión de HyunA, porque él estaba mirándolo, pero Nathan se veía incómodo repentinamente.
- ¿Has vuelto ya?
Preguntó suavemente.
El cuerpo del menor se tensó aún más.
- Lo siento, No quería entrometerme. Sólo quería decirles chicos que... creo que... ha sido un tiempo, y ha sido divertido, pero... - Él sonrió torcidamente. - Se está poniendo aburrido. Ustedes saben que yo no soy realmente del tipo que se queda cerca.
Eunhyuk se quedó inmóvil.
Radiante, HyunA se acercó.
- Oh, lo entiendo, ¡no te preocupes! Ya me estaba preguntando cuándo te aburrirías de nosotros.
Ella envolvió su brazo alrededor de la cintura de Eunhyuk y le dio un beso en el hombro.
- Tenemos que estar orgullosos, amor. Nos las arreglamos para mantener a Nate alrededor por todo un mes.
Nathan sonrió débilmente y se metió las manos en los bolsillos.
- Supongo que los veré por ahí.
Y entonces él se había ido.
Eunhyuk se quedó muy quieto, la habitación inquietantemente tranquila.
Más oscura.
El viento aullaba fuera, haciendo vibrar los cristales de las ventanas, y él se estremeció.
Él se encontró con HyunA observándolo.
- ¿Qué?
- Nada. - respondió ella sonriendo. - ¿Qué quieres para cenar?
- No tengo hambre.
Y se dió la vuelta.