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Solo un poco obsesionado #2 por Chulixxx

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Nathan acababa de salir de la ducha y se puso un par de pantalones cortos cuando su abuela llamó a su puerta.

- ¿Estás presentable, querido? Tienes una visita.

Preguntándose quién podría ser, abrió la puerta.

Eunhyuk estaba parado al lado de su abuela.

Parpadeó, sintiéndose perdido.

¿Qué estaba haciendo Eunhyuk aquí?

- Oye.

Dijo, encontrándose con los ojos de Eunhyuk.

Eunhyuk tiró de su cuello y se aclaró la garganta.

- Yo estaba en el vecindario.

Dijo, con algo de rigidez.

Nathan parpadeó, desvió la mirada y asintió.

- Vamos, entra.

Se corrió hacia un lado, dejando que Eunhyuk entrara en la habitación.

Su abuela le dio una mirada inquisitiva, pero negó con la cabeza: no, Eunhyuk no era su novio.

- Su abrigo, jovencito.

Dijo su abuela.

Eunhyuk se quitó el abrigo y se lo dio.

Nathan cerró la puerta.

- Lamento el desorden. Sé que lo odias.

En su defensa, era como la habitación de un estudiante universitario promedio.

Eunhyuk miró a su alrededor.

- Esperaba que fuera peor.

- ¿Debería sentirme ofendido?

Eunhyuk volvió su mirada hacia él, y de repente, se volvió muy consciente de que sólo llevaba un par de pantalones cortos.

Y él estaba mojado.

Agarró una camiseta limpia y se la puso rápidamente.

- Yo no sabía que vivías con tu abuela.

- Estoy un poco corto de dinero en este momento, por lo que vivir aquí tiene sentido. A la abuela no le importa. Creo que ella se siente sola.

El silencio se sintió en la sala mientras se miraban el uno al otro.

Nathan pasó de un pie al otro, frotándose el dorso del cuello.

- ¿Puedes sentarte?

Los labios de Eunhyuk temblaron.

- ¿Eso es una pregunta?

sonrió tímidamente.

- Quizás.

Eunhyuk lo miró fijamente durante unos momentos antes de aclararse la garganta.

- Yo tengo dos horas que matar hasta que tenga que recoger a HyunA. Entretenme.

EL menor se echó a reír.

- ¿Tú nunca trabajas?

Preguntó dejándose caer en el sofá y agarrando el control remoto de la tele.

- A veces. - dijo fingiendo seriedad. - Si estoy de humor.

Nathan se encontró sonriendo mientras encendía el televisor.

Todavía le sorprendía un poco que no fuera un adicto al trabajo compulsivo y perfeccionista. Parecía del tipo, pero en realidad no lo era.

Parecía que se esforzaba por la perfección sólo en su vida personal.

- Creo que tengo algunas películas de acción pésimas. Son tan malas que son hilarantes. Venga, siéntate.

Se dio cuenta demasiado tarde que el único lugar para sentarse, aparte de la cama, era el espacio en el sofá junto a él.

Eunhyuk vaciló antes de sentarse tan lejos de él como pudo, lo que no era muy lejos: el sofá era bastante chico.

Lamiendo sus labios, Nathan miró a la TV mientras la película comenzaba.

- Espero no aburrirte demasiado.

Murmuró Eunhyuk.

Con el ceño fruncido, lo estudió.

El rostro del mayor era inexpresivo, los ojos fijos en la pantalla del televisor.

- ¿Por qué habrías de aburrirme?

- Dijiste que te aburriste. Es por eso por lo que m... nos abandonaste.

Nathan se mordió el labio.

- Es diferente. Era sexo. Esto... no es sexo.

Definitivamente no lo era.

Eunhyuk se echó a reír.

- Sólo lo que todo hombre quiere oír: que aburre a alguien, pero sólo en la cama.

Nathan le cogió del brazo.

- Sabes que no quise decirlo con ese sentido.

Sintió que los músculos bajo su mano se tensaron.

El pelinegro miró los dedos de Nathan alrededor de sus bíceps antes de lentamente levantar la vista.

Nathan se sonrojó y lo soltó, apretando su mano y llevándola a su regazo.

- Sabes que estaba lejos de aburrirme.

Se tensó, medio esperando a que Eunhyuk preguntara por qué lo había dejado, si no había estado realmente aburrido, pero este no preguntó.

Nathan exhaló.

Vieron la película en silencio por un rato, aunque no habría sido capaz de decir de qué trataba la película incluso si su vida dependiera de ello.

Había un montón de gritos y disparos, pero apenas lo registraba.

Nunca había sido tan consciente de su propio cuerpo.

Él podía sentir cada respiración: la respiración del otro incluso y la suya propia, irregular y un poco demasiado alta. Podía sentir cada pulgada que separaba sus cuerpos, su piel picando y doliendo por el toque de Eunhyuk.

En la pantalla, la gente estaba teniendo sexo, y se removió un poco. Él no lo miró, pero estaba seguro de que no estaba imaginando la repentina incomodidad en el aire.

La tensión, gruesa y tirante.

Tiene novia, se repetía a sí mismo como un mantra.

Novia.

Novia.

Novia.

Casi se estremeció cuando sintió un toque en su brazo desnudo. Los dedos de Eunhyuk acariciaron el dorso de su mano, rozando su muñeca.

Nathan volvió la cabeza y se encontró con Eunhyuk viendo la película, como si no fuera consciente de lo que hacía su mano. Tal vez no lo era.

La escena de sexo terminó, pero los dedos del hombre seguían tocando su brazo.

Acariciando.

Amasando suavemente.

Nathan jadeaba, su mirada desenfocada, sus nervios encendiéndose, y su piel ardiendo, allí donde tocaba.

- Hyuk

Le espetó al fin.

- ¿Qué?

- Tu mano.

Los dedos se detuvieron.

Eunhyuk miró hacia abajo, apretó los labios en una fina línea y retiró su mano.

- Lo Siento - dijo, con la voz cortada. - Yo no lo hice a propósito.

- No es la gran cosa.

Dijo Nathan con una ligereza forzada en el tono.

- Suho y yo nos tocamos todo el tiempo.

Suho, Eunhyuk repitió.

- ¿Es sólo un amigo?

- ¿Qué?

El rostro de Eunhyuk era inexpresivo, pero sus ojos estaban fijos en él con atención.

- ¿Te acuestas con él?

El chico dio una breve carcajada.

- ¡No! Él es como mi hermano. Además, él está en una relación, e incluso si no lo estuviera, él no es mi tipo.

¿De dónde diablos había sacado la idea de él y Suho?

Las pestañas de Eunhyuk bajaron, ocultando su expresión. Cuando levantó la vista de nuevo, sus ojos eran ilegibles.

- ¿Con cuántas personas has dormido en las últimas semanas?

El aliento de Nathan quedó atrapado en su garganta.

Él ladeó la cabeza.

- ¿Por qué te importa?

Silencio.

Eunhyuk dijo al fin.

- No me gusta que la gente piense que eres fácil.

- Oh.

Volvió a mirar la televisión.

- No es tu asunto con cuánta gente he follado después ti. - Sabía que sonaba enojado y decepcionado, pero no podía hacer nada al respecto; nunca había sido tan bueno en ocultar sus emociones. - No voy a disculparme por ser fácil.

Sintió a Eunhyuk mirando su perfil.

- Yo no quería ofenderte.

- Entonces ¿Qué carajos quisiste decir? - lo fulminó con la mirada. - ¿Qué estás incluso haciendo aquí, Hyuk? Y no me como esa mierda de que estabas en el vecindario. ¿Por qué estás aquí?

La garganta del otro se movió. Él miró hacia otro lado, con la mandíbula apretada.

- No lo sé.

Dijo lacónicamente.

La cruda honestidad en su voz casi hizo saltar al corazón de Nathan fuera de su pecho.

- ¿No lo sabes?

Si no sabía lo que estaba haciendo allí, si se trataba de una visita por un impulso del momento era algo enorme.

Lee Eunhyuk siempre planificaba y racionalizaba sus acciones.

Siempre. Tanto como Nathan supiera.

Se levantó.

- Fue un error. No debería haber venido aquí. - Un músculo palpitaba en su mejilla. - Adiós, Nathan.

Había inexorabilidad en su voz, y Nathan entró en pánico y le agarró la mano.

Eunhyuk se estremeció.

- No te vayas. - apretando los dedos. - Podemos ser... podemos ser amigos.

Interiormente, se encogía, porque esta era una idea jodidamente terrible.

Ser amigo de Eunhyuk sería un infierno. Pero había una parte de él que estaba dispuesto a ser lo que sea que él quisiera que fueran la parte estúpida y herida.

- Amigos.

Repitió, como si la palabra fuera desconocida para él.

El menor asintió, sosteniendo su mirada.

- Sí. Simplemente pasar el rato, ¿sabes?

El mayor lo miró fijamente.

Podía literalmente sentir el conflicto dentro de Eunhyuk: su agarre en la mano de Nathan seguía aflojando y apretando.

Recordando que a la gente parecía gustarle su sonrisa, sonrió y dijo en voz baja.

- ¿Amigos?

- Amigos.

Dijo Eunhyuk.

- Está bien - dijo inseguro de si estaba eufórico o decepcionado. - Amigos, entonces.

Asintiendo, Eunhyuk se sentó de nuevo, pero más cerca de Nathan esta vez.

Liberó su mano de los dedos del chico y estiró el brazo sobre el respaldo del sofá, detrás de él. Estaba cálido, grande, y confortable y tan cerca que Nathan podía oler su loción de afeitar.

Sentir su calor.

Nathan tomó una inhalación temblorosa.

Dios, él lo deseaba.

Quería poner su cabeza en el hombro de Eunhyuk. Quería envolver su brazo alrededor de su cintura.

Quería sentarse a horcajadas sobre su cuerpo y montarlo.

Y todo eso pasaba a mil millas por hora en su cabeza, haciéndolo enloquecer por la necesidad.

¿Amigos?

A este ritmo, él se volvería loco para el final de la semana.

 


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