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Solo un poco obsesionado #2 por Chulixxx

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Cuando Eunhyuk llegó a casa, HyunA lo recibió con una sonrisa y un beso en su mejilla.

Él se estremeció, pero ella no se dio cuenta.

- Llegas tarde. - dijo ella. - Pensé que estarías en casa antes que yo.

Se quitó la chaqueta y la arrojó al perchero.

Se deslizó al suelo.

Él se detuvo junto al sofá, pero no se sentó y en cambio caminó hasta la ventana. Estaba oscuro afuera.

Estaba nevando de nuevo, copos blandos y suaves revoloteando hacia el suelo en una hermosa cascada de resplandeciente blanco.

- ¿Eunhyuk?

HyunA dijo vacilante.

Él la oyó recoger su abrigo.

- ¿Pasa algo malo? 

Preguntó.

Él cerró los ojos por un momento, de espaldas a ella.

Sí, había algo malo.

Él.

- ¿Dónde estabas?

- En la casa de Jong Hoon.

Su mano agarró el alféizar de la ventana, y él tuvo que tomar algunas respiraciones profundas para controlar la oleada de rabia.

Esto era ridículo. Jong era como un hermano para él. Habían crecido juntos. Él no debería sentirse con ganas asesinarlo a causa de un beso.

- ¿Él ya llegó?

- Sí.

- Está bien, ¿qué está mal?

La nieve estaba más pesada y el viento estaba levantándola.

- ¿Eunhyuk?

- Yo no te dije algo. - dijo con voz apagada. - He estado pasando el rato con Nathan últimamente.

La respiración de ella se le enganchó en la garganta. Hubo un largo silencio. El único sonido que podía escucharse era el débil aullido del viento en el exterior.

- Está bien. - HyunA dijo, con la voz temblando un poco. - ¿Tú ... Tú te acostaste con él?

El agarre de Eunhyuk en el alféizar de la ventana se volvió más apretado.

- No.

Otro largo silencio.

- ¿Tú querías?

Una rama pelada golpeó contra la ventana.

El silencio se prolongó.

Su dura, amarga carcajada cortó a través de la habitación.

- Tú ni siquiera puedes negarlo. ¡Mírame, maldita sea!

Él mayor se dio la vuelta.

Ella se paró en medio de la sala, con la cara enrojecida y los ojos muy abiertos y brillantes.

Una temblorosa horrible sonrisa torcía sus labios.

- ¿Es así? ¿Vas a dejarme por él?

Las cejas del otro fruncidas.

- ¿Por qué estás incluso preguntándome eso? Tú no deberías darme una elección. No puedes estar bien con esto.

Ella se rió de nuevo, el sonido discordante y abrasivo.

- Oh, definitivamente no estoy bien con esto. Pero... pero tú eres mío, no suyo. ¡No se suponía que fuera de esta manera! ¡No puedo simplemente entregarte a él! ¡No lo haré! - Ella se acercó, agarró su mano y la apretó. - Tú no me engañaste. No me importa si lo deseas. Tú no engañas. Podemos... podemos superarlo. Te voy a dar otra oportunidad y nosotros ...

- Basta HyunA.

Dijo Eunhyuk, bilis subiéndole a la garganta.

Ella se veías casi histérica. Parecía como... Él puso las manos sobre sus hombros y la sacudió ligeramente.

- ¿No tienes ningún respeto por ti misma? Te mereces algo mejor. Yo soy el cabrón aquí. Tú no me tienes que dar una segunda oportunidad. No va a cambiar nada.

Ella negó con la cabeza lentamente.

- Pero tú no me engañaste. 

Susurró.

Él la miró a los ojos.

- Le di un beso.

Ella abrió la boca y la cerró antes de abrirla de nuevo.

- No me importa. No tuviste sexo con él. No fuiste infiel.

Vaciló. No quería hacerle daño, pero ella se aferraba a cualquier cosa.

- Tal vez no físicamente -dijo, forzando las palabras. – Pero lo hice cada vez que lo miraba. Cada vez que no podía apartar la vista de él.

HyunA tragó.

Él le tocó la mejilla con el dorso de la mano.

- Mereces algo mejor. Te mereces a un hombre que entre a la habitación en que estés y no vea a nadie más que a ti. No puedo ser ese hombre, pero está allá afuera. Lo encontrarás. Sé que lo harás.

Ella lo miró por un largo momento antes de que esquivara sus ojos y frunciera ceño.

- Oh, Cállate. ¿Por qué eres tan perfecto todo el tiempo? ¿Incluso cuando me estás dejando? ¡Si me estás botando, por lo menos ten la decencia de dejarme que te odie! Mi próximo novio probablemente tendrá al menos cinco defectos horribles en comparación contigo.

El pelinegro le dio un beso en la frente.

- Tal vez sea una cosa buena. Y yo no soy perfecto. Estoy muy lejos de ser perfecto, de hecho.

HyunA resopló.

- ¿Tú? Por favor. Eres la definición de perfección.

Una sonrisa torcida curvó sus labios.

- Si piensas eso, amabas a un hombre que no existe.

Ella lo miró solemnemente antes de asentir.

- Tal vez. Tal vez yo nunca te conocí. - Ella rió sin humor. - Tal vez si yo te hubiera conocido mejor, podría haber evitado que te enamoraras de él.

Eunhyuk tomó una inspiración.

- Yo no he dicho que lo ame.

Dijo lacónicamente, dándose la vuelta.

- ¿Qué?

- Yo no lo amo. - le espetó. - No es amor.

- ¿Entonces qué es?

Miró por la ventana, observando la nieve caer.

Pensó en los copos de nieve derritiéndose en la piel acalorada de Nathan hace unas horas. Pensó en cómo se veía y cómo él no podía apartar la mirada.

- Obsesión.

Susurró, apenas audible.

Unas horas más tarde, mientras ayudaba a HyunA a sacar sus cosas, miraba su rostro y trataba de sentir el amor tranquilo que solía sentir por ella. Pero no había nada, todo aniquilado por esta cosa comiéndoselo desde su interior.

Un taxi frenó y se detuvo frente a ellos.

HyunA se lo quedó viendo.

- Envía el resto de mis cosas a la casa de mis padres. - Sus ojos brillaban mientras ella lo miraba, pero le dio una sonrisa confiada. - Yo todavía espero recibir el vestido rojo para mi cumpleaños, ¿lo entiendes?

- Lo hago.

Él dijo, y la observó caminar hacia el taxi.

Mientras que el taxi se alejaba, puso las manos en los bolsillos de su abrigo y se quedó quieto, dejando que los fríos copos de nieve aterrizaran en su cara y se derritieran. Había una leve sensación de pesar en la boca de su estómago, pero sabía que había hecho lo correcto.

HyunA se merecía algo mejor. Y quedarse juntos no era una opción.

Porque era obvio ahora, que él no era confiable.

Apretó la mandíbula, recordando lo cerca que había estado de tomar a Nathan allí mismo, en el coche. Era un maldito milagro que hubiera logrado apartarse a sí mismo y alejarse.

Mirando hacia atrás, había sido tonto pensar que podría ser amigo de Nathan.

Un hombre no se siente frustrado e inquieto si no ve a su amigo por unas pocas semanas, pero en ese momento, no podía poner un nombre a la extraña inquietud bajo su piel, o no quería.

Entonces vio a Nathan en la escuela de HyunA.

Entonces él tenía que volverlo a ver.

Las últimas semanas habían sido un desastre.

Se había dicho a sí mismo que podría mantenerse alejado de él, pero terminó buscándolo, utilizando algunas excusas verdaderamente ridículas.

Él se había dicho a sí mismo que no lo tocaría ahora que eran sólo amigos, pero se encontró a sí mismo acariciándolo en múltiples ocasiones tocando, acariciando su piel, poniendo un brazo posesivo a su alrededor, tirando de él más cerca.

Era como si no pudiera controlar a su cuerpo en absoluto.

Y él no podía controlar su mente, tampoco. Cuando veían películas juntos, él pasaba la mitad del tiempo imaginándose empujarlo de plano sobre su espalda, trepando sobre él y excitándose con él hasta que su polla estuviera dolorida y Nathan sonrojado y cubierto con su semen.

Eunhyuk suspiró, sintiendo a su polla contraerse sólo de pensar en ello.

Nunca se sintió tan fuera de control antes.

Nunca.

Era más que un poco inquietante. Y no era normal que una sonrisa del chico pudiera hacer que su boca se le secara, los latidos de su corazón se aceleraran y su polla se endureciera, como si él fuera un adolescente de nuevo.

Odiaba su absoluta falta de autocontrol en torno a Nathan.

Esta... obsesión se le estaba yendo de las manos. Nada bueno podía salir de la misma. Esto ya lo estaba convirtiendo en alguien que no era: un posesivo, irrazonable hombre celoso. No tenía derecho a sentirse celoso. No era su asunto si Nathan quería a su primo y lo besaba.

Y, sin embargo, su sangre estaba hirviendo de celos, rabia y miedo a la vez, asándolo desde su interior hacia fuera.

Por supuesto que Nathan se sentía atraído por su primo.

Que era básicamente una versión mejorada de él mismo. Jong Hoon era todo lo que él se esforzaba por ser: calmado, controlado y confiable tenía su vida resuelta, nunca perdió la compostura y no dejó que sus instintos primitivos se hicieran cargo.

Su teléfono celular sonó.

Eunhyuk lo sacó de su bolsillo. Su rostro se endureció cuando vio el identificador de llamadas. Pero respondió.

- ¿Qué quieres?

- "Y aquí estaba yo esperando que te hubieras calmado".

Dijo su primo.

- Estoy perfectamente en calma.

El Kim dejó escapar una risita incrédula.

- "Vente de nuevo, entonces. Creo que necesitamos aclarar algunas cosas".

 


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