Cuando Jong Hoon abrió la puerta, no hubo abrazos y sonrisas en esta ocasión.
Eunhyuk miraba al rostro de su primo y no podía invocar siquiera un atisbo de afecto hacia él. Todo lo que podía ver era al hombre que había tenido su lengua en la boca de Nathan.
"Sí, lo quiero".
Recordando las palabras de Nathan, sintió sus manos apretarse en puños a sus costados, su respiración irregular y ruidosa incluso para sus propios oídos.
La ira burbujeaba en sus entrañas, mezclada con una dosis de miedo y resentimiento.
Él amaba a su primo.
No debería estar sintiendo esto.
Él no debería sentir la casi irresistible necesidad de empujarlo contra la pared y golpearlo duro, una y otra y otra vez, hasta que su cara fuera un caos sangriento.
Como si leyera sus pensamientos, el medico retrocedió un paso y lo miró con recelo.
- Vamos pasa.
La casa estaba oscura y silenciosa, la chimenea como la única fuente de luz en la sala de estar.
Eunhyuk se quitó la chaqueta y la arrojó en una de las sillas antes de hundirse en el sillón junto a la chimenea.
Jong Hoon mirándolo, caminó hacia el mini-bar y agarró unas cuantas cervezas.
- Entonces. - su primo dijo lanzándole una lata. Se sentó en el sofá y abrió su cerveza. - Acerca del niño bonito que trajiste aquí.
Eunhyuk se puso rígido, pero no dijo nada. No confiaba en sí mismo para no decir algo que lamentaría más tarde.
- Relájate - dijo, mirándolo. - Yo no quiero a tu Nathan. - Él se rió en voz baja. - Bueno, si aterrizara en mi regazo, desnudo, no voy a decir que no, él es ridículamente atractivo, y yo no estoy muerto. Pero yo no lo quiero.
Parte de la tensión se drenó de su cuerpo.
- Entonces, ¿por qué lo tocaste?
Su primo tomó un sorbo de cerveza.
- Yo estaba curioso por cómo reaccionarías. Tú estabas acariciándolo todo el tiempo, así que pensé que te molestaría si lo tocaba. Pero tu reacción superó todas mis expectativas.
- Si me quieres estudiar como a una rata de laboratorio, mantén a Nathan fuera de esto, y mantén tu lengua fuera de su boca, carajo.
Su primo lo miró con solemnidad.
- Pensaba que tenías novia.
El otro miró abajo a su cerveza, viendo el reflejo de la luz del fuego en la lata.
- Lo hacía. Ya no más.
Silencio.
- Es un poco extraño. - su tono cuidadoso. - Tú relación parecía estar bien hace sólo algunos meses. Pensé que no te interesaban los tipos en absoluto.
Eunhyuk abrió la cerveza y tomó un gran trago.
- No lo hacían. Hasta que HyunA invitó a Nathan para un trío.
Miró a la chimenea, viendo las llamas amarillas bailar en un patrón ardiente. Ahora se sentía como si todo hubiera sucedido en otra vida, no hace dos meses.
- Él me irritaba. - Se rió sin humor. -No estoy seguro de cómo pasé de estar irritado a querer tener mi polla dentro de él.
Miró a Jong Hoon, calibrando su reacción.
La expresión de su primo estaba en calma y sin sorprenderse. Esa era la cosa sobre él, siempre estaba compuesto y con la cabeza fría. A veces él lo envidiaba, porque a menudo se sentía como una bomba de tiempo programada para explotar.
- Por la forma en que lo mirabas hoy, no se trata sólo de sexo, ¿verdad?
Murmuró, bebiendo de su cerveza.
- Yo no lo amo.
Dijo lacónicamente.
- Yo no dije que lo hicieras. - levantó las cejas. - Pero por curiosidad, ¿por qué crees que no lo amas?
Suspirando, el pelinegro se pellizcó el puente de la nariz.
- Porque no lo hago. Esto... no es amor. El amor no se supone que sea como esto.
- ¿Cómo qué?
Eunhyuk encontró sus ojos y dijo con tranquilidad.
- Cuando te vi besándolo, quería arrancarte miembro por miembro. No estoy exagerando.
Al ver la expresión de su primo, dejó escapar una risa áspera.
- Sí. No me importaba que fueras mi amigo más cercano y mi primo. Esta cosa... me despojó de todo control. Me sentí como... como un tipo posesivo. Como que él es mío. Y nadie más que yo lo puede tocar. Ves, es obsesión, no amor.
El otro le estudió con una expresión contemplativa.
- Tú nunca quisiste a nadie lo suficiente como para estar verdaderamente celoso. Nunca te importó lo suficiente. Nunca estuviste lo suficientemente necesitado. Es por eso por lo que crees que no es normal sentir así. - Él se rió, con algo de dolor intermitente a través de sus facciones antes de que lo ocultara detrás de una expresión neutra. - Es bastante normal, confía en mí. Y no implica necesariamente que no sea amor. Si piensas que no es amor, tal vez nunca amaste antes.
- Amaba a HyunA.
Dijo entre dientes.
- ¿Lo hacías? - preguntó en voz baja. - Yo no estoy seguro de que lo hicieras.
Eunhyuk se tensó.
- ¿Qué se supone que significa eso?
Jong Hoon miró su cerveza antes de volver a mirarlo a él.
- No he dicho nada antes, pero siempre pensé todas tus relaciones eran un poco superficiales. No, ¡escúchame! Sí, todas ellas fueron bastante largas y serias, y todas ellas fueron... agradables y constantes. No parecían que te hicieran sentir demasiado nada. Nunca estuviste celoso. Nunca estuviste enojado. Nunca te importó lo suficiente. - le sostuvo la mirada. - Pero eso es lo que querías, ¿no?
Endureciendo la mandíbula, Eunhyuk lo acribilló con la mirada.
- No me gusta lo que estás implicando, Jong. Y estás equivocado.
- Tal vez. - reconoció. - Tal vez sí amaste a tus novias. Pero tu reacción a los celos por Nathan dice mucho. Crees que no es normal. No quieres sentirlo. Crees que cualquier cosa tan intensa y fea no puede ser amor.
El medico miró a su cerveza, una extraña sonrisa torcida en sus labios.
- Estás equivocado. Y reprimir las emociones no es saludable, Eunhyuk.
Apretó los labios.
- ¿Cómo haces eso, he? Nada te desconcierta. Tienes una respuesta para todo.
Alguna emoción parpadeó en el rostro de su primo.
- No hay necesidad de ese tono. No tengo una respuesta para todo. Lejos de eso. Sólo digo que a veces el amor no es bonito. No es ordenado, y no está perfectamente guionado. No hay ningún molde para el amor. A veces es sucio. A veces es un poco espeluznante. Y a veces duele.
Antes de que Eunhyuk pudiera decir nada, escucharon el ruido de pasos.
Un joven semidesnudo bajo por las escaleras, bostezando y estirándose.
Él tenía bonitos rasgos, piel ligeramente morena, rostro anguloso, de pómulos altos y de largo cabello castaño. Ojos trigueños parpadearon hacia él sin demasiado interés, antes de que el chico caminara hasta el sofá y se dejara caer sobre su vientre, poniendo su cabeza sobre el regazo de Jong Hoon.
- Me duele el cuello.
Dijo con ligero acento francés.
El pelinegro alzó las cejas ligeramente, inseguro sobre qué hacer.
Él no tenía idea de que su primo estuviera viendo a alguien. Según le había dicho, no estaba viendo nadie.
Miró arriba hacia el chico y dió un respingo.
La indulgente, sufriente sonrisa que estaba en boca de su primo transformó completamente toda su cara. Sus ojos eran cálidos, con una expresión llena de adoración al desnudo.
Hizo a Eunhyuk sentirse claramente incómodo. Se sintió como si estuviera viendo algo muy íntimo.
Algo que no debería ver.
- Te dije que te apegaras al programa de entrenamiento.
Sonando severamente, su voz en desacuerdo con la expresión de su cara. Pero entonces, de nuevo, el chico no podía ver su cara.
- Y estás siendo grosero, Kibum. Estás ignorando a mi invitado.
-Quiero un masaje. - respondió. - Y él no es tu invitado. Apuesto a que es de tu familia. Es casi una versión de ti, aunque menos atractivo.
- Eso me ofende. - Eunhyuk dijo secamente. - Soy el Lee más guapo que nunca hayas conocido.
Kibum volvió la cabeza y le dirigió una mirada crítica.
- Hmm, - lo miró pensativamente. - No. Tus manos están lejos de ser tan buenas. Puedo decirlo. Jong, vamos. Recuerda que estoy herido.
Su primo rodó los ojos, pero empezó a masajear el cuello del chico.
- Te lastimaste el tobillo, no el cuello. Eunhyuk, permíteme presentarte a Kim Kibum, el deportista más mimado en el mundo.
El pelinegro ocultó su sorpresa. Había oído hablar del chico francés que su primo estaba cuidando desde hace años, pero él no tenía idea de que estuvieran viéndose.
- Jugador de fútbol americano, ¿no?
- Jugador de Fútbol.
Lo corrigió antes de sonreír felizmente.
- Mmm, allí mismo, siii.
- Tu cuello está rígido. – su voz en un tono de regaño suave. - ¿Qué estuviste haciendo para ponerlo así?
- Ah, él está aquí.
Dijo una voz femenina.
Una hermosa joven estaba de pie en la parte superior de las escaleras, las manos en las caderas de su pijama.
Ella estaba dirigiendo al castaño una mirada poco sorprendida.
- Honestamente, Bum. No actúes como un bebé.
- Ella está siendo grosera con tu invitado, también. – contraataco, sin abrir los ojos. - ¿Por qué soy yo el único en ser regañado por eso?
La chica se sonrojó y dio a Eunhyuk una sonrisa de disculpa.
– Soy Pimnitchakun, la novia de Kibum. Pero puedes llamarme MaengMum o Meng.
Eunhyuk la miró.
Luego miró a su primo, cuya expresión era insulsa.
- Encantado de conocerte Meng - dijo tardíamente, volviéndose hacia la muchacha. – Lee Eunhyuk, primo de Jong Hoon.
Ella le dio una sonrisa distraída y dijo con firmeza.
- Kibum, deja de molestar a Jong y levántate. Ya estamos imponiéndonos en sus vacaciones.
- No lo están. – le dio a Meng una sonrisa que no alcanzó a sus ojos. - Pero terminamos ya...
- No.
Le contradijo.
- Así que te lo puedes llevar.
Continuó, como si no lo hubiera oído.
Suspirando, el castaño se sentó.
- Te odio. - le dijo antes de darle un besito en la mejilla. - Buenas noches.
- Buenas noches.
Dijo, apartando la mirada.
Ni Jong Hoon ni Eunhyuk miraron a la pareja irse. Mirando el rostro estoico de su primo, no sabía qué decir.
- Él no lo sabe, ¿verdad?
Apretando la mandíbula, el medico negó con la cabeza.
- ¿Por qué no se lo dices? - rió con dureza. - Me dices que no reprima las emociones, pero tú.
- Es diferente.
Espetó.
Era la primera vez que Eunhyuk veía a su primo enojado.
- ¿Cómo es tan diferente?
Jong se puso de pie y caminó hacia el mini-bar para servirse un vaso de whisky. Se lo bebió en un par de tragos grandes.
- Porque no tiene sentido. Él es hétero. No como tú. Él es verdaderamente heterosexual. Lo conozco completamente. Él es realmente heterosexual. No-puedes-engancharte- con-un-tipo-hétero. Él está enamorado de su novia. Van bastante en serio. Si le dijera, simplemente haría que todo se vuelva incómodo, nada más.
Eunhyuk veía su espalda, rígida.
- Él no parece indiferente. Es muy cariñoso.
- Él es así conmigo. - dijo inexpresivamente. - Y no, no es indiferente. Él me ama. Quizás incluso demasiado. Pero no de ese modo.
- ¿Cómo sabes qué...?
- Déjalo. Por favor. He estado lidiando con esto por años.
"Seguro que lo has hecho" pensó Eunhyuk, recordando la expresión del rostro de su primo mientras miraba a ese chico moreno.
- ¿Por qué simplemente no lo dejas? Renuncia a tu trabajo y vuelve a casa.
Se rió, un sonido breve, tosco.
– No puedo.
- ¿Por qué no?
- Por la misma razón que tu madre no puede dejar a tu padre. Él es mi todo. - se giró para mirar a Eunhyuk, una sonrisa irónica en sus labios. - Sé que desprecias a tu madre por eso. ¿Crees que yo soy débil y patético, también?
Miró a su primo mayor, el primo al que había mirado hacia arriba cuando eran niños y no sabía qué decir.
- Tú no puedes simplemente quedarte y verlo con otra persona. Esto te va a romper.
El otro cogió la botella de whisky y se la llevó a los labios.
- Lo sé. - tomó un gran trago. Sus ojos se veían aburridos y cansados. - Hoy su novia me pidió que la examinara. Al parecer, están buscando un bebé.
Eunhyuk respiró hondo.
- ¿Está ella...?
- No. No aún. - tomó otro trago. - Pero va a suceder algún día. Y algún día, voy a ser el padrino de su boda y tal vez el padrino de sus hijos, y...
Se interrumpió mientras su voz se volvía más densa. Se dio la vuelta.
- Tal vez soy débil. Tal vez soy un idiota por quedarme sólo porque él me necesita. Tal vez sea poco saludable vivir con migajas de afecto y permitir que una persona se vuelva el centro de mi vida. Tal vez.
Hubo un largo silencio, durante el cual se quedó mirando el crepitar del fuego y Eunhyuk mirándolo a él.
- Si quieres mi consejo. - continuo todavía sin mirarlo. Su voz era áspera y cortante. - Mi consejo para ti: manda a la mierda a cualquier problema que tengas. No sobre analices. Obsesión, amor no importa cómo lo llames. Solo son palabras. Si lo miras y piensas "esto es mío", eso es todo. Agárralo si puedes. Ojalá yo pudiera.
Eunhyuk se le acercó y palmeó el hombro de su primo.
- Lo siento.
Los músculos se tensaron bajo su mano.
– Sí. - dijo, su voz átona. - Yo también.