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Solo un poco obsesionado #2 por Chulixxx

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Las palabras de Jong Hoon todavía resonaban en sus oídos cuando Eunhyuk dejó la casa de su primo y se metió en su auto.

Se dejó caer en el asiento del conductor, se pasó una mano por la cara.

"A veces el amor no es bonito. No es ordenado, y no está perfectamente guionado. No hay ningún molde para el amor. A veces es sucio. A veces es un poco espeluznante. Y a veces duele."

Pensó en la postura abatida de Jong Hoon y su sonrisa forzada.

Pensó en la forma en que miraba a ese chico. Entonces pensó en HyunA, y sus otras exnovias. Todas ellas eran hermosas y agradables, pero si Eunhyuk era honesto consigo mismo, no había sentido con ellas ni una pizca de lo que sintió con Nathan y no se refería sólo al sexo.

Él no había sentido la irresistible urgencia de tocar, de besar, de atraer más cerca, de estar con ellas. Nunca había tenido problemas para apartar la vista cuando sonreían.

Él nunca se había sentido impaciente por verlas.

Todo sus reacciones y emociones habían sido controladas.

Previsibles.

Superficiales.

Y a él le había gustado de esa manera. A él le había gustado.

Eunhyuk se apartó de sus pensamientos cuando la puerta del pasajero repentinamente se abrió y alguien entró.

Era ese chico.

Kibum.

Ni siquiera llevaba una chaqueta y estaba cubierto de nieve. Él miraba fijamente a Eunhyuk.

- ¿Qué diablos hiciste con él? Jong Hoon está bebiendo, y él nunca bebe. ¡Sea lo que sea que hiciste, vuelve atrás y arréglalo!

Observándolo, se dio cuenta de que el tipo no era tan joven como él había pensado.

Podría tener la misma edad que Nathan. Había algo en las líneas de su boca que le daban un aspecto vulnerable e inocente.

Pero ahora que estaba viendo la expresión severa en el rostro del chico, era obvio lo equivocada que estuvo su primera impresión. Algo le decía que este tipo estaba lejos de ser inocente y vulnerable.

- ¿Yo? Si alguien debiese hacerlo, yo sería quien debería hacer esa pregunta. 

Maldita sea. No debería haber dicho eso. Jong Hoon no quería que Kibum lo supiera.

Pero no había ni rastro de confusión en el rostro del otro chico. Desvió su mirada.

Los ojos de Eunhyuk se estrecharon. Él evaluó al tipo.

- ¿Lo sabes? - continuo mientras la comprensión clavaba en él. - Lo sabes, ¿No es así?

Kibum asintió, todavía sin mirarlo.

- Si lo sabes, entonces déjalo ir.

- No es tan sencillo. 

Dijo llanamente.

- Es bastante sencillo. Él te ama, y tú lo sabes y aun así le haces verte con tu novia. ¿No das una mierda por él en absoluto?

- Tú no entiendes.

- No, no lo hago. - su voz era dura. - Le diré a Jong Hoon que tú lo sabes.

Kibum lo agarró del brazo.

- No te atrevas. - gruñó, sus ojos brillantes. Su expresión se transformó por completo, algo cruel y feo acechando en su mirada. - Si lo haces, me aseguraré de que nunca vuelva a hablarte de nuevo, ¿Entendido? Puedo hacer eso. Si tiene que elegir, él siempre me escogerá a mí, no a su primo. Él es mío.

Eunhyuk lo miró.

- Las apariencias podían ser engañosas, sin duda. ¿Un chico lindo e inocente? Claro. ¿Él sabe que pedazo de egoísta de mierda eres?

El castaño se echó a reír, como si hubiera dicho algo gracioso.

- Jong Hoon me conoce mejor que nadie. Él ha visto mi peor parte. - Algo como maravilla o tal vez vergüenza apareció en su rostro. -No soy una muy buena persona, pero él me ama de todos modos. Yo no voy a renunciar a él. Nunca.

El mayor negó con la cabeza lentamente.

- ¿No ves lo cruel que es esto? ¿No te importa? Lo estás quebrando.

Con su mandíbula tensándose, Kibum bajó la mirada.

- Lo sé. - susurró con voz ronca. - Yo odio lastimarlo, pero yo sólo... no puedo dejarlo ir, ¿de acuerdo? Él es... le debo mi carrera. Le debo todo lo que soy ahora.

Se dio la vuelta para mirar fuera por la ventana.

- Pasé de ser un pobre don nadie de un orfanato, a un futbolista estrella que gana doscientas mil libras a la semana. Tengo todo lo que he soñado siempre. No debería necesitarlo más. - Hizo una pausa. Cuando volvió a hablar, su voz estaba llena de resentimiento. - Pero lo hago. Y odio esto, esta dependencia emocional y el deseo constante de tener su atención y aprobación. Yo nunca dependí emocionalmente de nadie antes de él. Yo nunca tuve a nadie de quien depender. Odio todas estas emociones, odio estar asustado de que él se cansará de mí y se irá, ¿sabes? - sonrió torcidamente, sacudiendo la cabeza. - Por supuesto que no lo entiendes. Nadie lo entiende.

- Yo lo entiendo, mejor de lo que crees.

Kibum le lanzó una mirada escéptica.

- ¿De verdad? ¿Tú te sientes así, también?

- Bueno, no exactamente de esa manera. No estoy de ningún modo tan mal como tú.

- Gracias, ¿Entonces, cuál es el problema? ¿Adivino que hay una mujer?

- Un hombre.

Por alguna razón, era fácil hablar de ello con ese chico. Probablemente, porque este estaba mucho más jodido que él.

- Huh. - murmuró algo que sonó como debe venir de familia. - Entonces ¿qué pasa con el chico? ¿Él no te quiere también? – frunció el ceño. - Aunque es poco probable si él es gay.

- ¿Qué se supone que significa eso?

Soltó una carcajada.

- ¿No tienes un espejo? Eres algo parecido a Jong Hoon, y eso que él es apuesto. Casi todo el mundo en nuestro club está enamorado de él.

"Pero tú no."

- De todos modos, ¿qué pasa con ese tipo?

- Yo lo quiero.

- Eh, Y eso es un problema... ¿por qué?

Eunhyuk miró por el parabrisas, viendo a través de la pesada nevada.

- Espera, cuando tú dices "lo quiero" ¿te refieres a que quieres agarrarlo de la mano y besuquearlo hasta morir o te refieres a...

- Me refiero a todo.

Pensó en el rostro de Nathan, sus pequeños labios y esa maldita sonrisa, la curva de su cuello, sus pequeños pezones rosados, sus muslos, sus piernas envueltas alrededor suyo, su estrechez, su calor, sus ojos oscuros.

Sonrió autocensurándose, sintiendo una contracción en su polla.

- Y yo me refiero a todo. Desde mirarlo atontado, hasta querer frotar mi corrida en su piel y hacerlo apestar a mí por dentro y por fuera.

- Um. - dijo Kibum. - Demasiada información, compañero.

El mayor le miró.

- Tú te das cuenta de que Jong Hoon probablemente tenga pensamientos menos que puros cuando te mira, ¿no?

El castaño se sonrojó y se removió, mordiéndose el labio.

- Trato de no pensar en ello.

- Deberías. - su voz sonó con más fuerza. - Él no es el padre que nunca tuviste. Él no es tu hermano mayor. Él no es un monje. Él es un hombre saludable en su mejor momento. Si lo amas tanto como afirmas, dejarás de ser una pequeña mierda egoísta y lo dejarás ir.

Los brillantes ojos de Kibum inmediatamente embotados.

– No puedo.

Eunhyuk dejó escapar un suspiro.

- Estás seguro de que no estás ni un poco interesado en los chicos? Yo solía pensar que era completamente heterosexual.

Negó con la cabeza.

- Los hombres no me hacen sentir nada.

Miró sus dedos y dijo con voz ronca.

- Me alegro de no ser gay ¿sabes? Si estoy así de necesitado y dependiente cuando no lo deseo físicamente, yo ni siquiera quiero pensar lo pegajosamente devastado que estaría si yo lo quisiera de esa forma. Yo probablemente no lo dejaría salir de mi lado.

Miró a Eunhyuk de nuevo, sus ojos amplios y suplicantes. Él parecía un chico vulnerable e inocente de nuevo.

- No le digas que lo sé. Por favor.

El pelinegro apretó los labios, pero asintió ligeramente con la cabeza.

- Gracias. - Kibum puso una mano en la manija de la puerta, pero se detuvo. - ¿Sabes? cuando tenía dieciséis, me lastimé la columna vertebral. Todo el mundo pensó que era una lesión mata-carreras. Estaba asustado como el infierno. ¿Qué pasaría si todos los médicos tenían razón y no podía volver a caminar de nuevo? Así que seguí evitándolo si yo no intentaba caminar, no me podía caer después de todo.

Una suave sonrisa nostálgica apareció en su rostro.

- Pero Jong Hoon él era mi fisioterapeuta en ese momento, él me dijo que, si no lo intentaba, no podía No caerme, tampoco. Así que lo intenté. Y ahora soy el mejor delantero del mundo.

- Y el más humilde también. - dijo Eunhyuk con un resoplido, encendiendo el limpiaparabrisas para despejar la nieve. - Gracias, entendí la moraleja de la historia, pero es innecesaria. Yo ya no me engaño más.

Eunhyuk sonrió con tristeza.

- Yo no puedo mantenerme alejado de él.

El menor asintió sin sonreír.

– Sí. - dijo con voz ronca, abriendo la puerta. - Lo entiendo. Buena suerte.

- Tú también. - y encendió el motor. - No rompas el corazón de mi primo

La respuesta de Kibum se perdió entre el aullido del viento y los remolinos de nieve.

Tal vez fuera lo mejor.

 


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