Del otro lado de la habitación Ciel se había dispuesto a dejar de vagar por sus pensamientos, y sentarse a trabajar. Mientras revisaba el papeleo recordó la última orden que le dio a Sebastian y se molestó un poco por haber actuado de manera tan infantil.
Desde hace algunos días se sentía diferente, y fue por culpa de ese día el cual Sebastian sacó una gran sonrisa a Ciel, pero esta había sido cálida y verdadera, a la que Sebastian había respondido con un abrazo. Ciel nunca se había sentido de esa manera y no sabia explicar el porque de ese sentimiento que cuando recordaba aquel acto, sentía como mariposas en su estómago.
- Debo tener hambre para sentirme así, sobretodo mi estomago…- dejo los papeles a un lado y llamó a Sebastian. – Sebas…-
- Llamo usted Bocchan?- entro por la puerta, incluso antes de terminar su nombre- Oh.. pero que eficiente Sebastian, no termine ni tu nombre y ya estuviste aquí- sonriso algo sorprendido
- Tuve un presentimiento de que sería llamado, y por eso estoy aquí- Dijo Sebastian sonriendo pícaramente- ¿pero que me pasa, porque entre antes de que dijera todo mi nombre? – pensó Sebastian, mientras se acercaba a donde Ciel.
- Tengo hambre, quiero un postre- dijo Ciel de manera seria y cortante
- No- dijo cortante Sebastian mientras quitó su sonrisa
- Que dijiste?- dijo Ciel con todo enojado- estas desobedeciéndome?
- Bocchan no lo tome así – Sebastian se sorprendió de su respuesta, no quería ver a Ciel enojado. Ciel también se quedo perplejo con la respuesta de Sebastian.
- Eh .. a lo que me refiero es que pronto llegará el duque, que le parece si mejor degusta del postre junto con el Conde- Sebastian estaba algo nervioso, aun seguía pensado en porque no quería pelear con Ciel
- De… acuerdo- dijo Ciel completamente sorprendido. Era la primera vez que Sebastian no le decía algún reclamo como no debe comer nada antes de media mañana o ese tipo de cosas.
En ese momento entro Meirin – Etto.. Joven amo, llegó el duque Víctor- Sebastian y Ciel salieron de la habitación sin decirse nada de lo ocurrido. Llegaron al despacho principal para recibir al duque.
Después de la pequeña reunión acompañada con el pastel que había preparado Sebastian. El duque se marchó y Ciel subió a su habitación. Ya que no tenia violín solo se sentó frente al gran ventanal a mirar hacia afuera.
Después de unas horas sentado en esa posición, noto que el carruaje de Lizzy había llegado, Sebastian golpeo la puerta entro en la habitación y le informó a Ciel de la reciente visita.
Ciel se giró y comenzó a caminar para salir de la habitación. Pasó junto a su mayordomo y dijo – atenderé como es debido-
***Flashback****
Sebastian continuo con su camino, y antes de entrar al despacho golpeó la puerta.- Adelante- dijo Ciel desde el Interior. Sebastian entro en la habitación y observo a Ciel mirar por la ventana. Estaba actuando de una manera muy extraña – Sebastian, cancela mis clases de hoy, no tengo ganas para el violín… Atenderé rápidamente al duque y lo despacharé tan pronto pueda… En cuando a Lizzy…
Bocchan… - Sebastian interrumpió a Ciel – cancelare las clases, pero deberá recibir a la señorita Elizabeth. – el mayordomo no entendía el comportamiento de su amo.- Bocchan de verdad que se encuentra bien? -
Sebastian! – Dijo Ciel alzando la voz mirándolo de manera desafiante – Retírate, es una orden – finalizó.
***Fin del Flashback****
Sebastian sintió como si una ventisca pasaba junto así, fría y solitaria. Bocchan...- susurró.
En el despacho principal Ciel recibía a Lizzy muy cordialmente y de manera casi amigable, Sebastian al ver este comportamiento se molesto un poco y mientras Ciel mas sonreía a Lizzy, un aura negra se formó alrededor de Sebastian.
Ciel y Lizzy notaron que la cara de Sebastian estaba muy extraña. Sebastian?- dijo Ciel- te sucede algo?.
Nada…. BOCCHAN- esta ultima palabra hizo temblar a Ciel.- Seguro?- pregunto Ciel algo asustado- Si, Bocchan- respondió con una sonrisa macabra.
Ciel sintió algo de enojo en Sebastian, así que estuvo un rato más con Lizzy y después de que la convenciera de marcharse subió a su habitación y espero por Sebastian.
Mientras tanto, Sebastian estaba tratando de calmarse en su habitación, enojándose consigo mismo por no entender porque se había enojado ante el comportamiento de Ciel. Dio muchas vueltas por su habitación frustrado. ¿Qué será este sentimiento?....Se detuvo en seco cuando descubrió lo que sentía… Celos?- se dijo-no… no puede ser- bufo de el mismo- o tal vez si?
Después de sentarse en su cama, analizó la situación recordando como se había enojado con su joven amo al tratar de manera amable a Lizzy. Y se volvió a quedar atónito cuando concluyo- Sí son CELOS…- Allí se dio cuenta de todo, se había enamorado de Ciel- un demonio enamorado de un niño de 12 años, humano- dijo mientras con sonreía de manera incrédula. No se suponía que los demonios no sentían?, pues eso es lo que él pensó hasta que se dio cuenta que el pudo ser una excepción a ese mito.
Ciel no soportaba más, no entendía la reacción de Sebastian. Mientras pensaba en eso, comenzó a sentirse un poco feliz de que hubiera estado molesto mientras él estaba con Lizzy, será que esta celoso?... Ciel se sobresalto al pensar en eso – Sebastian, celoso?, ese demonio sin corazón como puede estar celoso?...- Ciel reía muy divertido al pensar que posiblemente eran celos los de Sebastian- Esto me hace algo feliz, que este celoso por mi… Que???!! Que estoy diciendo, porque feliz, de Sebastian…- en ese momento comenzó a sentir algo en su estomago..- que me sucede?- Dijo Ciel.
Sebastian aun no podía creer que se había enamorado- Creo que debo decírselo... pero y si no siente lo mismo… No, mi Bocchan jamás me querría de esta manera, y ahora que hago?- reflexionaba Sebastian.- Por el momento iré a ver si necesita algo-
Una simple excusa que se la puso para poder ver a su Bocchan, cuando Sebastian llego a la habitación golpeó la puerta pero nadie respondió – Bocchan voy a entrar – Dijo Sebastian. Ingreso en el cuarto pero no vio a nadie- Bocchan, donde esta?- Pregunto Sebastian mientras recorría la habitación, detuvo su vista en la cama de Ciel y sin darse cuenta se había acercado a ella, se pronto se acostó en ella, tomó la almohada de Ciel, la abrazó y la aspiró. – El aroma de mi Bocchan es inconfundible – dijo. Pronto se dio cuenta de lo ridículo que se veía, se levanto rápidamente, ordeno la cama, para que nadie notara lo que había hecho y dejó la habitación.
Sebastian buscó a Ciel por toda la mansión, pero no lo halló- Donde estas, Ciel? – Susurró para sí. Sebastian pensó lo peor, Ciel estaba completamente enojado por su actitud con él y Lizzy y se habría ido algún lado sin decírselo. Se había imaginado mil y una historias para explicar porque no encontraba a Ciel. – Será que se dio cuenta? – dijo.