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Los Varones de Papá, los Donceles de Papi por Serenamoon

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Notas del capitulo:

Hola a tod@s mi querid@s lectores, he aqui el nuevo capitulo. El titulo dice mucho, pero si son los dulces 16 de Naru-chan. Aqui en Argentina se hace a los 15, pero para un doncel me gustaron mas lo 16.

En este capi no estamos en la fiesta si no en los preparativos. Calculo que la fiesta durara 2 capitulos.

DULCES DIECISEIS: LA PREVIA

 

Dos meses habían pasado desde la presentación en sociedad de los donceles, dos meses donde las propuestas de matrimonio le habían llovido a los Uchiha y a los Namikaze. Pues tras saberse que ambos rubios pertenecían legalmente al clan de Minato y Jiraya, habían comenzado a acosarlos a ellos también.

Madara estaba enfurecido con todos esos malditos, según el, que se creían con el derecho a querer cortejar a sus hijos, y es que para el sobre protector padre, ningún, pero absolutamente ninguno de los pretendientes estaba a la altura de sus pequeños. Minato por su parte, vivía tranquilo, a él no le afectaba recibir esas solicitudes, porque todas recibían la misma respuesta: un rotundo NO.

Deidara intentaba seguir con su vida, pero día a día se veía asediado por sus supuestos pretendientes, que tras ver frustrados sus intentos de arreglar un compromiso buscaban enamorarlo, para que el eligiera casarse con ellos. Cosa que lo ponía de muy mal humor. Madara le había cambiado custodios y contra todo pronóstico miembros de Akatsuki se encargaban de su seguridad y la de Naruto. Zetsu y Kakuzu eran sus custodios y con el tiempo habían comenzado a llevarse bien. Los dos criminales habían jurado cuidar al rubio con su vida y estaban mas que dispuestos a cumplir si era necesario, pues se habían encariñado con el y les gustaba trabajar para el gran Madara Uchiha.

Del cuidado de Naruto se encargaba el propio líder de la organización, Pain y lo acompañaba Hidan. Ambos encantados de la vida con el pequeño y frágil doncel que los trataba como sus amigos. Los dos se desvivían por complacerlo, por más que disimulaban frente a su jefe para que no piense mal, pero cuando estaban a solas le cumplían el mínimo capricho y se aseguraban de tenerlo a salvo de absolutamente todo. Si alguien osaba siquiera mirarlo de una manera que no correspondiera se enfrentaba a la furia de ellos dos. Y conociendo la fama que se cargaban alguien tenía que estar realmente loco o desesperado para intentar dañarlo. Porque era de publico conocimiento que tanto Pain como Hidan, no solo eran los mejores en las artes de defensa y ataque, si no que además eran despiadados y no se lo pensaban dos veces a la hora de eliminar a los enemigos o amenazas.

-¿Y zorrito te emociona tu fiesta? – le pregunto Hidan al rubio menor mientras lo llevaban al colegio. Naruto suspiro.

- No lo se – dijo desanimado – la ultima fiesta fue un fracaso, apenas estuve una hora allí y mi oto san estaba molesto – los dos custodios asintieron – creo que preferiría una reunión intima con mis amigos y familia nada mas dattebayo.

- Deberías decirle a tu papi – sugirió Pain que tampoco estaba de acuerdo en tener una reunión con un montón de tipos deseosos de ponerle las manos encima a su niño.

- Es que a  mi papi se lo ve emocionado y a tía Mikoto también, no quiero arruinarles eso – los dos se miraron resignados – oto san dice que papi esta tan contento porque el no tuvo su fiesta de dieciséis, en su lugar tuvo una boda.

- Es verdad a esa edad se casaron – recordó Hidan – igual vamos a intentar que te diviertas pequeño, tu relájate y deja que los demás nos ocupemos de todo.

- Supongo – exclamo elevando los hombros y desvió la vista por la venta - ¡oigan! ¿Ese es Sasuke? – ambos varones observaron donde apuntaba y definitivamente era el Uchiha menor, caminando con un par de muletas - ¿eso le hizo mi oto san?

- Debe agradecer que solo fue eso – comento Pain, sintiendo un terrible deseo de pasarle por encima con el coche.

- Detén el coche – pidió, pero no le obedeció – Pain dattebayo detén el coche – ambos custodios se miraron derrotados y Pain obedeció. Sin esperar nada Naruto se bajo y corrió en la dirección donde había visto al azabache. No pudo alcanzarlo antes de que ingresase a un lujoso edificio - ¡Sasuke Teme! – grito el rubio en la entrada, el aludido que estaba ingresando al elevador se giro sorprendido de verlo allí.

- ¿Qué haces aquí dobe? ¿Dónde rayos están tus custodios? – cuestiono molesto avanzando hacia él. Naruto trago seco, pensó que él lo dañaría – voy a decirle a mi padre que los despida, esos inútiles ¿Cómo se les ocurre dejarte solo en la calle? – Naruto se sorprendió por esas palabras, denotaba preocupación - ¿estas bien Naruto? – el asintió sin quitarle los ojos de encima. No entendía nada, no sabia porque no podía dejar de pensar en su primo, ni porque soñaba con el. Menos entendía porque su corazón había latido desbocado al verlo ni el impulso que tuvo de correr hacia él. Sasuke le acaricio la mejilla tiernamente, sonrojándolo.

- ¡Quítale las manos de encima! – Hidan aparto a Naruto de su lado y lo puso detrás suyo – no debes acercarte a el ¿acaso no lo entiendes?

- Fue el quien vino – respondió con soberbia – y ustedes lo dejaron correr solo en la calle, creo que la falta es suya no mía – Hidan iba a responder pero Pain no lo dejo.

- Vamos Hidan, ya se nos hizo tarde y Naru-chan debe llegar a clases – el pelirrojo tomo la mano del rubio, en un gesto paternal – mantén las distancias Uchiha – advirtió y comenzó a retirarse.

- Me da gusto que estés bien dattebayo – le grito Naruto sonriendo ampliamente – cuídate teme – y no pudo decir mas porque Pain lo había sacado de allí. Sasuke sonrió de lado, no entendía que había sido eso, pero le agradecía al cielo la oportunidad de haber visto a su niño de nuevo. Naruto llego un poco tarde a la escuela, pero nadie le dijo nada ¿Quién regañaría al hijo consentido de Uchiha Madara? Nadie cuerdo, eso seguro. Asistió a clases, pero sin dejar de pensar en cierto pelinegro y en el cosquilleo que sintió en su estomago cuando el varón le había acariciado el rostro. Jamás había experimentado aquello y no tenia idea de que era, pero le gustaba.

- Has estado sonriendo todo el día – comento Lee en la hora del almuerzo.

- Y también suspirando – agrego Kiba, el rubito se sonrojo - ¿Qué tienes? – Naru negó con la cabeza sonriendo y suspirando nuevamente – Te gusta alguien – exclamo Kiba elevando la voz, atrayendo la atención de todos los presentes, que inmediatamente se preguntaron quien seria el afortunado.

- No grites Kiba – lo regaño Shikamaru – eres muy problemático – Kiba hizo un puchero y se dedico a su comida.

- ¿Quién te gusta? – Lee no podía quedarse con la duda, el rubio escondió la mirada tras su flequillo – anda Naru-chan nosotros te dijimos quien nos gusta.

- Es que no se si me gusta alguien dattebayo – confeso - ¿Cómo se sabe eso? – los presentes se miraron.

- Pues no puedes dejar de pensar en esa persona – dijo Kiba suspirando, pensando en su chico especial.

- Cuando lo ves te emocionas y sonríes y haces lo imposible porque te note – siguió Lee.

- También están las mariposas en el estomago – continúo Kiba.

- Las mejillas sonrojadas – el otro doncel.

- Las ganas locas de hablarle de lo que sea, solo por escucharlo – Naruto asentía.

- Entonces si me gusta alguien dattebayo – dijo convencido de lo que le pasaba con su primo, luego suspiro triste – pero es imposible que yo le guste, creo que me odia dattebayo – los demás se miraron sorprendidos.

- Nadie puede odiarte Naru-chan, eres demasiado querible – dijo Shikamaru – salvo que se trate de alguien no muy sano mentalmente hablando.

- El si es sano, pero me odia – suspiro nuevamente y sonrió – pero no importa algún día conoceré a alguien que yo quiera y me quiera ¿verdad? – Los demás asintieron – no debo perder las esperanzas.

- ¿Y por qué no intentas conquistarlo? – pregunto Lee – estoy seguro que con un mínimo esfuerzo lo tendrás en tus manos – Kiba asintió.

- Que idea tan genial Lee, eso tienes que hacer Naru conquistarlo – afirmo decidido – y nosotros vamos a ayudarte.

- ¿Ustedes creen? – pregunto no muy convencido el rubito.

- Claro que si, pero tienes que decirnos quien es así te ayudamos – pidió Kiba.

- Pues – las mejillas de Naru se sonrojaron, estaba emocionado – es Sasuke dattebayo, mi primo – la sonrisa de los otros tres desapareció de inmediato y Naruto lo noto. Se miraron entre ellos y los donceles le dieron al varón la palabra.

- Que problemático – murmuro – a ver pequeño ¿acaso ya olvidaste lo que ese tipo te hizo? – el rubio agacho la mirada y negó con la cabeza – no te puede gustar alguien que quiso abusar de ti y te ha tratado mal desde que se conocen – suspiro – mírame - el rubio obedeció – nadie tiene el derecho a insultarte ni mucho menos de intentar forzarte, el hecho de que te guste el significa que tienes algún problema – Naruto se entristeció – pero no es tu culpa, solo tienes que entenderlo y para eso debes tratarlo con tu terapeuta ¿entiendes?

- ¿Estoy mentalmente enfermo dattebayo? – pregunto decepcionado, mas de si mimos que de otra cosa.

- Solo estas confundido bebe – dijo el varón tiernamente – eres muy joven y seguramente te dejaste cegar por su belleza y su aire de chico malo.

- Eso siempre es atractivo – aclaró Kiba y Lee asintió.

- Pero él no tiene solo el aire, es un chico malo, uno muy malo y tu no debes acercártele – Naru asintió – ¿me lo prometes?

- Si dattebayo, voy a alejarme de él lo prometo – no quería fallarle a sus amigos, sin embargo había cruzado los dedos en su espalda.

 

Por su parte Madara estaba que se lo llevaba el mismo diablo ¿Qué tenia su esposo en la cabeza para pensar que organizar una fiesta a su pequeño era buena idea? De verdad no entendía el razonamiento de Minato ni su locura de invitar a todos los autoproclamados pretendientes del rubito.

- Estas de mas mal humor que de costumbre padre – remarco Sai, algo cansado de soportarlo.

- ¿Y como quieres que este? – Dijo indignado – el sábado ese montón de babosos van a querer acercarse a Naru, van a querer saludarlo por su cumpleaños, bailar con el, darle obsequios – de la furia que sentía doblo la pluma que tenia en la mano – no se en que piensa tu padre.

- Papi quiere que Naru tenga todo lo que el no tuvo – dijo – aunque tampoco es de mi total agrado – suspiro - ¿el consejo no te llamo aun?

- Desde hace una semana me llaman todos los días – confeso – no me interesa en lo mas mínimo, pero – lo miro fijo – van a insistir en que Deidara evalué posibles candidatos.

- Eso es ridículo – dijo el menor mas que molesto – evaluar candidatos significa convivir con ellos, tener citas y eso.

- Lo se Sai y lo ultimo que quiero es que Dei pase tiempo con algún pervertido que pueda dañarlo o engatusarlo, tu sabes como son algunos hombres.

- Lo se – asintió.

- Lo mejor que nos puede pasar es que Itachi o tu se comprometan – miro fijo a su hijo – sigo sosteniendo mi oferta de pedir la mano del hijo menor de Shukaku para ti – Sai cerro los ojos, la verdad él quería conquistar a Gaara por su cuenta, pero la frialdad y la forma en que el doncel pasaba de él se lo impedía.

- ¿Crees que me odie? – pregunto sin mirar a su padre.

- Sai hijo, cuando yo busque la mano de tu papi el me juro odio hasta el día de su muerte, porque lo ultimo que quería en la vida era casarse, pero con paciencia y todo el amor que le tenia supe conquistarlo, no creo que sea muy distinto en tu caso, después de todo eres un Uchiha, mi hijo ¿Qué mas podría querer un doncel a su lado? – El menor lo miro sorprendido por sus palabras – yo sé que no le digo mucho, pero eres un gran hombre y estoy seguro que harás feliz a ese pelirrojo arisco.

- Entonces hazlo – dijo decidido – habla con su padre y pídele un compromiso yo me encargare de enamorarlo.

- Eso quería escuchar – comento feliz por la decisión de su primogénito – ya veras como todo saldrá bien – y sin mas siguieron trabajando para poder regresar a casa.

 

En la mansión de Madara todo era un caos, gente de un lado al otro preparando todo para la gran fiesta del sábado. Minato y Mikoto querían que todo saliera perfecto, que los dulces dieciséis de Naru fueran de ensueño.

- Tía Mikoto – Naru llamo a su tía cuando la vio sola.

- Si bebe ¿Qué necesitas? – pregunto con ternura acariciando el rostro del menor.

- ¿Ya invitaron a todos? – pregunto tímidamente, la mujer asintió. Naru miro a todos lados y cuando se vio sin moros en la costa se acercó a ella para susurrarle.

- ¿Sasuke vendrá? – pregunto con las mejillas sonrojadas. Mikoto se enterneció pero tuvo que ponerse seria.

- No lo creo cariño, tu padre no lo quiere cerca – dijo con pena.

- Yo quiero que venga – sentencio decidido - ¿podría decírselo? Por favor.

- Naru – dijo ella, no quería ponerse en ese compromiso y tampoco quería que su hijito acabara nuevamente en el hospital.

- Es de la familia dattebayo – continuo – y es mi fiesta y yo quiero que venga – sentencio cursándose de brazos – yo hablo con mi oto san – dictamino como palabra final.

- Bien – dijo ella – si Madara lo autoriza le diré que venga, pero tu padre debe aceptarlo y el mismo tiene que darme la noticia ¿estamos claros?

- Hai dattebayo – respondió con una sonrisa, la mujer se retiro y él se puso serio ¿Cómo conseguiría que su padre autorizara tal cosa?

Durante la cena la familia tenia varias cosas que anunciar y solicitar.

- Tengo algo que decirles – anuncio Madara serio – he solicitado un compromiso para Sai – los rubios se tensaron, mas Minato que se sentía terriblemente culpable por el destino de su hijo. Estaba por protestar pero el Uchiha mayor se lo impidió – Subaku no Shukaku ha aceptado comprometer a su hijo menor con Sai – eso fue una sorpresa – el anuncio se hará oficial el mes que viene, tienes que organizar otra fiesta – indico a Minato - ¿no vas a felicitar a tu niño?

- Sai – dijo mirando al varón - ¿estas de acuerdo con esto? – Sai asintió.

- Hemos hablado con mi padre y luego de analizar los pros y los contras decidimos que era la mejor opción papi – anuncio serio - ¿te molesta?

- Yo solo quiero tu felicidad cariño, no me gustaría verte sufrir al lado de una pareja que te desprecie – dijo suavemente.

- Descuida papi, tengo decidido enamorar a Gaara y vivir feliz a su lado, así como mi padre y tu – sonrió de medio lado – sin las separaciones y las mentiras claro – Madara negó con la cabeza, no sabia si la honestidad brutal de su hijo era algo bueno o malo. Minato se sonrojo por la mención de la mentira sobre los donceles.

- Con esto el consejo va a dejar de insistir en que debo comprometer a Dei – el rubio abrió los ojos como platos – después casaremos a Itachi, luego al idiota de Sasuke y tendremos unos años libres de presiones.

- Por mas que presionen no vamos a comprometerlos – dijo Minato.

- Amor lo se, pero tienes que entender la situación en la que estamos – todos prestaron atención – hay hombres que no aceptan un no por respuesta y pueden utilizar trucos bajos para conseguir lo que quieren. Si el consejo presiona es como que les da carta libre a todos para intentar un compromiso. Con el consejo callado me resulta más fácil protegerlos, porque ellos mismos me ayudan a hacerlo ¿comprenden? – Minato asintió – con el consejo de mi lado nadie va a acercarse lo demasiado para dañarlos, pero si lo tengo en contra – suspiro – digamos que no quiero tener que encerrarlos en la casa.

- Pero no me parece justo sacrificar a Sai por eso – repuso Dei – yo puedo cuidarme solo.

- Cariño no es ningún sacrificio, Sai ama al pelirrojo – respondió Madara.

- Pero él quería conquistarlo – siguió el rubio pelilargo.

- Pero no tenia oportunidad Dei, Gaara no sabe ni que existo – explico Sai.

- Entonces la mejor opción es hacerle a Gaara lo que no nos quieres hacer a nosotros – se puso de pie – me parece muy hipócrita de tu parte.

- Deidara – lo regaño Minato por faltarle el respeto a su padre.

- Puede que sea hipócrita Deidara pero no me interesa, mis hijos son ustedes y por lo tanto la única felicidad y bienestar que me interesa es el de ustedes, no me importa a quien tenga que pasar por encima para mantenerlos a salvo y asegurar que tengan la vida que quieran. Si no te gustan mis métodos lo siento mucho – ironizo – pero así hago yo las cosas y no voy a cambiar.

- Eres un déspota – murmuro sentándose de mala gana.

- Lo soy mi Dei, y no me molesta para nada. La posición que tengo no la he conseguido por ser un líder considerado, tenlo en cuenta para que no te sorprendan mis acciones de ahora en mas.

- Papi ¿Cómo puedes soportar a un hombre así? No tiene escrúpulos – dijo el rubio del medio.

- Él es así y siempre lo supe Deidara, y lo amo por sobre todas esas cosas – suspiro – no te molestes cariño, tu padre es un buen hombre, en el fondo – aclaro con una sonrisa – y lo mas importante es que te quiere a ti y a tus hermanos por encima de todo, es por eso que esta dispuesto a todo por ustedes ¿entiendes?

- Sigo pensando que esta mal – dijo resignado.

- Lo se – siguió Minato – pero es su forma de ser bebe, si Madara fuera un buen samaritano no seria el. Es un bastardo insensible dispuesto a todo por conseguir sus propósitos – Madara fruncía el seño por cada palabra – pero es tu padre y te ama, y sé que tu lo amas también.

- No tiene que ver una cosa con la otra – replico Deidara. Minato iba a seguir hablando pero su esposo lo detuvo.

- Ya deja de defenderme amor, me estas hundiendo – sonrió amargamente y Minato correspondió el gesto.

- Solo dije la verdad y lo sabes – el Uchiha mayor blanqueo los ojos – volviendo al tema principal. Sai mi amor, me da gusto que te hayas comprometido y te deseo toda la felicidad del mundo, sabes que cuentas conmigo para todo – el aludido sonrió y apretó la mano de su papi.

- Gracias papi – dijo tranquilo – Dei ¿estas molesto conmigo?

- No baka – dijo para luego sonreír – no es tu culpa un inútil que necesita que su padre le consiga novio – Sai frunció el seño ante la “amabilidad” de su hermano.

- Gracias – ironizo el azabache menor.

- Te felicito y ojala seas muy feliz, pero ya sabes que si Gaara te hace sufrir voy a darle una lección – Sai asintió.

- ¿Naru? – busco con la mirada a su hermanito que no había pronunciado palabra alguna y estaba con la mirada perdida. ¿El motivo? Su mente había comenzado a fantasear con un futuro compromiso entre Sasuke y el y se había perdido casi toda la conversación – tierra llamando a Naru – Sai le movió la silla y lo hizo reaccionar - ¿no vas a felicitarme?

- Claro que si dattebayo – dijo con una sonrisa y se puso de pie para ir a sentarse en su regazo – deseo que tú y Gaa-chan sean muy pero muy felices – le beso la mejilla sacándole una sincera sonrisa a su Aniki. Se sentía feliz de que su hermano y uno de sus mejores amigos fueran a casarse. Y se ilusionaba pensando en el y Sasuke en la misma situación. ¿Qué significaba que el deseara aquello? Estaba tan confundido con sus emociones y no sabia a quien pedir consejo. Sus amigos odiaban al Uchiha, ni hablar de su familia, podía jurar que a su oto san los ojos se le ponían rojo cuando escuchaba el nombre de Sasuke. Su oto chan igual. Sai juraba que cuando pudiera lo mataría y el mismo caso para Deidara. Tener a tantas personas en su contar le hizo pensar que quizás si estaba mal sentir eso por su primo y que debía intentar olvidarlo, pero de solo imaginarlo un nudo se poso en su estomago, no quería olvidarlo a él. Quería olvidar lo que había pasado y que su familia perdonara al azabache ¿seria posible? Con eso en mente se fue a la cama y también con la duda de como hacer para que Madara autorizara el ingreso de Sasuke en la fiesta. Su cabecita estaba hecha un lio y su corazoncito igual.

Notas finales:

Aqui es donde me dicen que Naruto es un tonto, pero yo no lo veo asi, desde mi perspectiva un ser tan inocente y encantador como el, que no tiene ninguna maldad dentro no puede comprender lo que significa tener resentimientos. 

El pobre ni sabe porque se emociona cuando ve a Sasuke pero asi de impulsivo como es no se queda con las ganas de perseguirlo. Sasuke tambien ha cambiado solo le queda ver la manera de pedir perdon.

En el inicio del fic dije que el amor tendria a todo el mundo en contra y me referia a ellos dos. Porque ni la familia ni los amigos van a ver con buenos ojos que Sasu ande cerca de Naru, por mas que el quiera. Van a tener que hacer frente a todo y a todos para poder estar juntos.

Espero que les haya gustado y disculpas por lo larga de la nota final.


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