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El comienzo y el final por sasunaru11997

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El sol ya había salido brillante, como todas las mañanas de aquel caluroso verano. Sasuke se despertó, y lo primero que sus negros ojos vieron, era la figura durmiente de su rubio, tan tranquilo, tan lindo que no pareciera alguien real, si no un simple espejismo que la naturaleza había creado. Se acercó a él de forma cautelosa y lo beso tiernamente en la frente, intentando no despertarlo, pues estaría muy cansado por todo lo que paso en la noche tan agitada que tuvieron. Salió de la cama con cuidado y en su lugar puso una almohada como reemplazo. Fue a la cocina y se preparó un café. Por la puerta entro su hermano mayor Itachi. 




Itachi: Buenos días otouto. 




Sasuke: Buenos días, por lo visto ayer te gane. 




Itachi: Si tu lo dices, pero la próxima vez no te lo pondré nada fácil. 




Los dos hermanos bromeaban pícaramente cuando su padre entró por la puerta junto con Minato. 




Fugaku: Por favor no más competencias estúpidas. 




Minato: Controlaos un poco chicos, pensad también en el bienestar de vuestras parejas y de la gente que os rodea. 




En es momento aparecen los antiguos Kages, junto con Dan, Yashamaru y Jiraiya. 




Tobirama: Menos mal que los regañas, ayer me costó mucho trabajo dormir con tanto ruido. 




Sasuke: (sonrisa Uchiha) Yo no le puedo decir a Naru que no gima cuando siente tanto placer. 




Sandaime: Por favor no quiero saber esas cosas. 




Itachi: Dei gime todavía más lindo. 




Sasuke: Eso es lo que tu crees. 




Fugaku: Parad ya los dos, yo no os di esa educación. 




Sasuke: Mi "educación" fue con Kakashi-sensei y Orochimaru. Además Naru me provoca. 




Itachi: Tu no sabes lo que hace Dei con sus 3 lenguas, y cuando tiene el pelo suelto (suspiro). 




Yashamaru: Entonces, ¿ayer no estabas con una mujer? 




Itachi: Claro que no, nunca estaría con nadie además de Deidara. 




Yashamaru: Lo que vio ayer Jiraiya era... 




Jiraiya: ¡Cállate! Fue horrible, al principio pensé que era una chica, hasta que vi... esa cosa. 




Dan: Jajajaja 




Itachi: Oye, ni se te ocurra volver a espiarnos, (sharingan) solo yo puedo ver a Deidara desnudo. 




Jiraiya: Créeme que no lo volveré a hacer, fue aterrador. 




Itachi: Mi Dei es muy bello y sensual. 




Jiraiya: Eso si fuera mujer, igual que cuando Naruto se transformaba. 




Sasuke: Ni se te ocurra pensar en mi Naruto de forma lasciva, él es mío. 




Hashirama: Ayer ya lo dejaste claro. 




Jiraiya: Yo tuve que soportar durante 3 años su obsesión por ti, solo quería ir detrás de ti sin pensar en nada, le lavaste el cerebro. 




Sasuke: Lo que pasa es que le deje marcado el corazón, ese Dobe nunca se daría cuenta de lo que sentía por si mismo, era realmente frustrante. 




Un pequeño rubio adormilado entro en la cocina, con su pijama azul de pececitos y el cabello todo revuelto. 




Taisei: Papa, hazme tortitas. 




Sasuke cogió a su niño en brazos y le beso la mejilla, mientras éste medio dormido, apoyaba la cabeza en el pecho de su padre. 




Sasuke: ¿Quieres cargarlo Minato? 




Minato: Sí. 




Sasuke: Por ellos merece la pena hacer cualquier cosa. 




Itachi: Así si suenas como un padre. 




Sasuke se puso a hacer las tortitas que su hijo le había pedido. 




Sasuke: Lo soy desde hace muchos años, y daría mi vida por ellos sin dudarlo, pero no debo desperdiciarla fácilmente, ya que tengo que darles el valor para saber protegerse ellos mismos. 




Fugaku: Es por estas cosas que un tengo fe en ti hijo. 




Sasuke: (7.7) Esta bien. 




Sasuke tiró una tortita al aire con la sarten, sin mirar, y de pronto Ryuta la cogió al vuelo dando un salto, como un animalito. 




Ryuta: (X3) Jeje. 




Taisei abrió repentinamente los ojos al oler las tortitas y vio como su hermano mayor se comía una. 




Taisei: Traidor, te comiste la primera tortita. 




Minato: Ya estas levantado. 




Taisei: Buenos días abuelito. 




El pequeño rubio abrazó fuertemente a su abuelo Minato, dando un ápice de ternura a la situación. Sasuke se acercó a su hijo y le dio una tortita semienvuelta en papel, para que no se quemara la manitas. 




Taisei: Gracias papa. 




Dijo con una sonrisa resplandeciente y ojos brillosos, como si de un tesoro se tratara aquello que le habían entregado. 




Sasuke: ¿Y tu hermano Toshiki? 




Toshiki: Estoy aquí (bostezo). 




Se encontraba sentado en la mesa, aun adormilado. 




Toshiki: Es imposible no levantarnos juntos, con lo jaleoso que es Ryu. 




El pelirrojo menor se sentó al lado de su hermano gemelo, que cariñosamente desordenó su rojizo cabello. Sasuke también le puso de comer, pues al despertarse eran como dos leones hambrientos. 




Poco a poco todos los niños fueron incorporándose a la cocina, y recibiendo su correspondiente alimento; también bajo el dormilón de Asuma-sensei, que no se había enterado de nada de lo sucedido la noche anterior. Las dos dulces mujeres de la casa, estaban sentadas junto a sus maridos. 




Tsuyoshi: ¿Dónde esta Taigaken oni-chan? 




Toshiki: Por lo visto aun sigue durmiendo en su habitación con Sara. 




Ryuta: ¡Yo iré a despertarlos! 




Taisei: ¡Voy contigo! 




Kushina: Ustedes dos quietecitos, que seguro arman alguna travesura de las suyas. 




Ambos niños de bigotitos de zorro, inflaron sus mofletes en forma de puchero, aunque si tenían planeado saltar encima de ellos y aplastarlos, pero no era justo que leyeran sus mentes, eso solo lo solía hacer su padre. 




Fugaku: Es mejor que vayas tu Soun. 




Soun se levantó de su asiento y poso la mirada en su hermana menor. 




Soun: Vamos. 




Ambos se dirigieron hasta la habitación de hermano mayor. 




Himeko: Jeje, no puedes ir a ningún lado sin mi. 




Soun: (7///7) S-si puedo, lo que pasa es que no quiero, baaaaka. 




Ambos sonrieron por la situación. Soun había pasado demasiados años sin su hermana Himeko, de alguna forma solo, ocultado por las sobras oscuras de su cuarto, que lo protegían del reflejo de su triste rostro. No quería volver a rememorar aquella horrible sensación de no tenerla a su lado, si tenía la oportunidad, no se separaría de ella. 




El pelinegro abrió lentamente la puerta del dormitorio de Taigaken, pero todo estaba calmado. Ambos se acercaron a la cama, viendo como ambos cuerpos permanecían en un placido sueño. 




Himeko: Jeje, que monos, Taigaken oni-chan esta pegadito a ella. 




Soun: Me alegro que Sara one-chan haya vuelto. 




Himeko: Sí, yo también. Taigaken oni-chan esta más feliz. 




Soun: Salta a la vista. Bueno despertémoslos. 




Movió un poco a Taigaken intentando despertarlo, pero éste medio dormido se acurruco más en Sara. Volvió a moverlo, hasta que finalmente abrió los ojos y se incorporo en la cama aun soñoliento. 




Taigaken: Buenos días. 




Himeko: Buenos días hermanito. 




Soun: Ya es bastante tarde, levántate y baja a comer algo. 




Taigaken: Esta bien, ahora despierto yo a Sara, en un rato bajamos. 




Soun: Ok. 




Los dos abandonaron la habitación, cerrando la puerta tras de ellos. Taigaken se puso junto a Sara, acariciando suavemente su rostro, y depositando un dulce beso en su frente. 




Taigaken: Es hora de despertar mi princesita. 




Sara: Mmm, buenos días. 




Taigaken: Buenos días Sara. 




Los dos se miraban fijamente a los ojos con una amplia sonrisa en sus bocas. 




Sara: Jeje, ojala despertara todos los días así. 




Taigaken: ¿Segura?, puede que sea muy malo y te despierte bruscamente. 




Sara: Mmmm, no creo que lo hagas, jeje, tu eres demasiado bueno Tai-chan. 




Taigaken: ¿Eso es un reto? 




Sara: Quizás. 




Taigaken: (sonrisa Uchiha) Entonces seré malo. 




Dijo traviesamente, poniéndose a cuatro patas encima de Sara, poniendo las manos de esta a cada lado de su castaña cabeza, y entrelazándolas con las suyas. 




Taigaken: (sonrisa Uchiha) Aun tienes tiempo de retirarte. 




Sara: Je, no soy una cobarde. 




Sus miradas se retaban de forma cómplice y juguetona. Taigaken se acercó a ella y le dio un pequeño mordisco en la oreja. 




Sara: Au. 




Taigaken: (sonrisa Uchiha) Te dije que sería malo. 




El Uchiha soltó el agarre de sus manos y se incorporó, poniéndose de pie. 




Taigaken: Hay que vestirse chiquitina. 




Sara tiró de su brazo tirándolo de nuevo a la cama y posicionándose encima de él, agarrándolo de las muñecas. 




Taigaken: ¿Me quieres pagar con la misma moneda? 




Sara: No, con una de más valor. 




Sara se pego a su cuerpo semidesnudo, notaba la agradable calidez de su cuerpo, pero no se dejo hipnotizar por muy ameno que fuese. Percibían como la respiración del otro estaba tan cerca, que su aire se mezclaba. Sara relamió su boca y mordió el labio inferior de Taigaken, pasando una excitante electricidad por su cuerpo por él. La castaña volvió a retomar sus labios, pero esta vez para depositar un beso en los de Taigaken.  Sara se levantó de la cama y miró hacia Taigaken con una sonrisa traviesa. 




Sara: Yo soy más revoltosa que tu Tai-chan. 




Taigaken se quedo anonadado por la situación, no se podía mover y permanecía tumbado en su cama. 




Sara: Hay que alistarse Tai-chan, levanta, jeje. 




El Uchiha se levantó de nuevo de la cama, con una sonrisa. 




Taigaken: "Esta chica me va a enloquecer".


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