Kai, viendo aquel bullicio imparable de emociones entre los presentes, que no tenía nada que ver con él y su familia, decidió aprovechar por fin este momento. Se colocó detrás de Hiroto, y se agacho un poco hasta llegar a su oído, susurrándole, para que nadie más lo pudiese escuchar.
Kai: Ven conmigo.
Hiroto dudo al escuchar su voz, pero a la vez algo lo llamaba a seguirlo, él hacía que se le erizara la piel. El pelinegro se dirigía hacia el bosque, con paso seguro, dio una leve mirada hacia atrás, comprobando de que lo seguían, y así era. Aquel gatito seguía sus pasos de forma nerviosa. Ambos se adentraron en el interior del bosque, haciéndose más frondoso a cada paso que daban. Después de caminar un rato la cara de Hiroto cambio de una de nerviosismo a una de enfado.
Hiroto: "Maldito Kai, me dice que vaya con él, pero no me habla ni me dice a donde demonios vamos. ¿Qué es lo que pretende?"
Mientras Hiroto estaba distraído en sus pensamientos, Kai lo empujó, tirándolo en la hierba del bosque. El pelirrojo cayó de cara contra el suelo, pero con sus manos amortiguo la caída, y rápidamente se dio la vuelta para encarar a Kai.
Hiroto: ¿¡Porque me empujaste idiota!?
Kai: Para sentarnos y ponernos al día, no nos hemos visto en estos tres años.
Dijo Kai tranquilo mientras se sentaba a su lado.
Hiroto: ¡No hacía falta que me empujaras para eso!
Kai: Quizás debería crear una cúpula de rocas, donde todo quedase completamente oscuro, así estarías más sumiso, como la otra vez.
Hiroto: Ni se te ocurra, sabes que odio la oscuridad.
Kai: Eso es lo divertido enano.
Hiroto: Puede que yo no haya crecido tanto como tú, pero si quieres jugar no te hace falta la oscuridad Kai, ¿o tan poca confianza tienes en tus métodos de conquista?
Dijo Hiroto insinuándose con una voz sensual y burlona, acercándose a Kai a cuatro patas. Kai le cogió bruscamente la barbilla.
Kai: No te burles de mi gatito, porque puede que no sea amable contigo.
Kai beso pasionalmente los labios de Hiroto, metiendo su lengua, entrelazándola con la de su gatito, dejándolo sin aire, enloqueciéndolo con sus besos. Al terminar, las mejillas de Hiroto estaban rojas, y de la comisura de su labio caía sensualmente un poco de saliva, parecía que su mente se había desvanecido.
Kai: ¿Tanto te ha gustado?
Hiroto volvió en sí, oyendo las palabras llenas de orgullo de Kai. El gatito sonrió, se puso de rodillas y se quitó la camisa blanca de manga corta que llevaba y desabrochando los botones de su pantalón, de manera erótica.
Hiroto: No ha estado mal, pero yo sé que me puedes hacer sentir aún mejor.
Los ojos esmeralda de Hiroto centelleaban traviesamente. Su primera vez había sido con el hombre que estaba ante él. Al principio de alguna manera aquello le molestaba, no espera que su primera vez fuera con un chico, y siendo él el que estuviese abajo, si no con una linda y joven chica. Pero cada día pensaba más en él, en la manera en la que se lo hizo, como acariciaba su piel en la plena oscuridad, inevitablemente empezó con el tiempo a masturbarse pensando en aquel momento, y a imaginar muchos otros llenos de pasión.
Por desgracia debido a la desaparición de los Uchiha, no se volvieron a reunir y su frustración se fue acumulando por momentos. Deseaba su toque y sin embargo no podía tenerlo. Pero este día sería solo para él, podría sentir lo que tantas veces había imaginado en su mente, y no se contendría.
Kai lo agarró entre sus brazos estrepitosamente, haciendo que su cuerpo tambalease. Notó un pequeño dolor en el cuello, por el mordisco que le dio Kai, pero pronto se suavizo y se convirtió en una resbalosa sensación. Su lengua lo estaba envolviendo. Las manos que antes lo abrazaban tocando su espalda, ahora acariciaban su torso, hasta llegar a su pecho, empezándolo a torturar lentamente.
Hiroto: Mmmm...Kai...¡aaaah!
Kai: ¿Te gusta cuando muerdo tu orejita?
Hiroto: ¡aaaah!....siiii...
Aquellos dulces gemidos excitaron demasiado a Kai, bruscamente agarro con las dos manos el redondo culito de Hiroto, aprisionándolo. Subió un poco a su uke y así saborear aquellos dulces botoncitos rosados. Hiroto rodeo con sus brazos el cuello de Kai, descubriendo de nuevo cada beso sobre su piel. Kai lamia dulcemente aquel pecho, succionándolo con cuidado de no dejar marcas, mientras de reojo miraba las lujuriosas expresiones de su gatito pelirrojo.
Hiroto: ¡Nnnnn!...
Con cuidado Kai fue tumbando en el césped a Hiroto, dejando su camisa blanca abajo. Lo observo detenidamente, orgulloso del estado en el que se encontraba su gatito, con las mejillas teñidas del mismo color que su pelo, la respiración agitando su pechito, arriba y abajo, entrecortándose, y aquellos preciosos ojos verdes lagrimeando. Era realmente lindo y sexy.
Kai: Voy a saborearte lentamente ¿A ver si lo puedes aguantar Hiro?
Hiroto: No puedo esperar, sorpréndeme Kai, ¿A ver si puedes hacerme temblar?
Sus miradas cómplices y traviesas se retaban de forma divertida, sonriendo de forma sugerente, acercando sus rostros cada vez más.
Kai: Te hare temblar hasta que supliques que pare.
Hiroto: Mmmm, eso suena bien.
Kai agarró las muñecas de Hiroto de forma ruda, poniéndolas por encima de su cabeza, unió sus labios llenándose de una pasión infinita, devorándolos sin piedad, metiendo su lengua y rodeándola con la otra, sin dejarla escapar a su gatito. Mordió su labio inferior haciendo la piel de Hiroto ardiera. Kai se iba a separar para empezar a comerse aquel cuerpo, pero en cuanto tuvo la intención, su pelirrojo lo atrajo aún más, plantándole un beso todavía más apasionado, lleno de fuego en su intención.
Kai: ¿Te pone mucho cuando te muerdo el labio inferior?
Hiroto: Siiii... se siente muy bien.
Kai se llenaba de orgullo al ver que sus técnicas funcionaban, a pesar de solo haberlo hecho una vez en sus 19 años de vida, tenía que aprovechar bien el tiempo perdido hasta ahora.
Sus labios fueron bajando, dejando besos por donde pasaba, el cuello, el pecho, el abdomen, aquel tierno ombliguito, acompañado siempre por sus manos, que rozaban delicadamente su piel, volviéndola más sensible. Mordió aquellas preciosas caderas, deseando que pronto las cogería con sus manos para impulsarlas, mientras estaba dentro de Hiroto; pero tenía que tener paciencia, ya que hacía años que no lo hacían, había que prepararlo bien, ya luego otras veces que este más reciente, podría metérsela sin complicación.
Hiroto se ponía más impaciente conforme Kai bajaba, sabía lo que iba a pasar, pero eso no le quitaban los nervios. Kai empezó a bajarle los pantalones y la ropa interior.
Kai: Alza las caderas Hiroto.
Hiroto obedeció, para que pudieran quitarle toda la ropa que aún le quedaba. Kai le quitó todo de una, dejándolo completamente desnudo, a su merced. Hiroto a pesar de que quería hacer el amor con Kai, aquello le hizo avergonzarse, y giró la cabeza para evitar mirar sus ojos marrones.
Kai: ¿Qué pasa gatito?
Dijo burlonamente, sabiendo perfectamente lo que sentía Hiroto en ese momento. El pelirrojo se armó de valentía he intento seducir aún más a Kai. Puso uno de sus pies en el pecho de Kai, jugueteando con él.
Hiroto: Es injusto que yo sea el único que está sin ropa ¿no crees? Podrías quitarte al menos la camiseta, así podría verte mejor.