Se podía ver, como en aquel claro del bosque, una figura, que para muchos era atemorizante a pesar de lo largo de los años. Sus ojos no mostraban ninguna piedad con aquellos hombres, un charco carmesí teñía aquel verde del suelo, su espada también era teñida por aquel color.
Sasuke: “Por mucha cantidad de ninjas que manden no será suficiente. Parece que se han olvidado a quien se están enfrentando”
Naruto: Sasuke.
La presencia de su rubio se había acercado hacia él, y no le impresionó el oír su nombre, pero a pesar de que la voz que los pronunciaba era tan dulce, su ira seguía tangente. El pelinegro no volteó.
Sasuke: No los perdonare.
Naruto fue lentamente hacia su cuerpo, rodeándolo por su ancha espalda y recargando su cabeza en ella.
Naruto: También me cuesta perdonarlos, pero sabes a lo que lleva el camino del odio.
Sasuke: No hará falta ninguna venganza, ellos no serán capaces de tocar a nuestros hijos. Conseguiremos encontrar al culpable de todo esto.
El rubio podía apreciar la profunda mirada de Sasuke, sus ojos aun permanecían con el Sharingan y su vista era posada hacia el horizonte. En su rostro se veía la determinación y la serenidad de un verdadero ninja, que estaba listo para la batalla y todo lo que viniera.
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Servicio de inteligencia:
Shikamaru: ¿Cuál es la información obtenida hasta ahora?
Shino: De momento no tenemos muchos datos.
Hikari se sentó sobre la mesa, se podía apreciar su rara presencia y carácter desde kilómetros, que de alguna manera era algo escalofriante.
Hikari: Los enemigos que atacaban alguna vez a los niños Uchiha no son los mismos que ahora. Sus armas contienen diversos venenos.
Karin: Habrá que tener mucho cuidado a la hora de enfrentarlos.
Hikari: El riesgo no es tan alto, los venenos que utilizan no pueden llegar a matar a nadie, son de parálisis, dejando inmóviles a los músculos o somníferos. La intención de aquel grupo era capturar vivos a los niños.
Karin: No sé si eso es bueno o malo.
Shikamaru: El problema es que aún no sabemos qué quieren hacer con ellos si llegan a capturarlos.
Shino: Pero están fuera de peligro.
Hikari: (sonrisa) Los pequeños encontraron un buen lugar.
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Gaara, con una mano de arena, aplastaba a varios ninjas que suplicaban piedad mientras gritaban de dolor.
Gaara: (muy cabreado) ¿Por qué queríais atacar a los niños? ¡Hablad!
Sai: (gotita) Gaara, no creo que puedan respirar, los están aplastando, están sin aire.
Gaara: Sé lo merecen.
Los ninjas como podían, intentaban decir que no sabían nada del plan, simplemente que habían sido contratados por alguien desconocido, que no daba su identidad, y pagaba buenas sumas de dinero.
Los atacantes parecían ahora las víctimas, y a veces incluso daban pena, aquellos que dejaron vivos, eran torturados por los mismos Kages, con sometimientos muy duros, amenazas de las cuales tenían pesadillas, su violencia y agresividad eran muy grandes, y al mirarlos a los ojos, la piedad no estaba escrita en ellos.