Taka se fue a casa, yo también necesitaba ir a la mía para acomodar todas mis ideas y descansar -y eso que dormí en horas de clases junto con matsumoto-.
Mis piernas tomaron un rumbo diferente, iba a la tienda de mascotas, como adoraba ir. Hace ya como 5 días que no voy, necesito ver como se encuentra el parajito que encontré…
Hace casi 6 días mientras iba de regreso a casa después de quedar de acuerdo con el asunto del tutor me tope con unos niños de 7 o 8 años, quienes con piedras atinaban a un árbol, no quise darle importancia pero el “canto” de los pájaros me abrumo, corrí a ver lo que hacían, tiraban a un pequeño nido de la copa del árbol.
-¡oigan!-les grite furioso ¿Cómo podían hacerle eso a unas criaturas indefensas? Los niños esos salieron corriendo del miedo.
Mire el nido todo destruido, pensaba subirme al árbol y ver las crías pero escuche un crujido en mi pie, mire hacia abajo y observe como habían 2 parajitos de colores diferentes, los tome en mis manos, no sentía sus pulsaciones, no se movían ni nada, los mataron pobrecillos. El pasto era cubierto por el cascaron y las lagrimas quisieron brotar pero escuche un “pio” mis esperanzas regresaron y entre el sácate grande se encontraba un pequeño, lo agarre y lo acerque a mi rostro viendo sus ojitos negros, luego mire como no tenia su plumaje. Era un bebe, era normal.
Inmediatamente sin titubear lo lleve a la tienda de mascotas y el dueño, que es mi amigo dijo que lo ayudaría.
No sé como sigue, nunca regrese por cuestiones familiares además que vino lo de matsumoto y la llovizna pero bueno una visita no hará daño.
La campanita de la puerta sonó avisando que había llegado.
-¡Hola, koharu! –le salude.
-¡Hola, hace mucho que no venias! Pensé que te había pasado algo –me sonrió. Me acerque hasta el estante y chocamos nuestros puños, un símbolo de nuestra amistad.
-estuve ocupado, lo siento por no venir.-me disculpe.
-hombre, todo está bien.-sigue sonriendo.
-y ¿como sigue keiji?- pregunte por el pajarito. Así le llame, un lindo nombre que digiera que estaría bien, que fuera “fuerte”.
-déjame ir por el, akira. Ahorita regreso.
Se metió a un cuartito, lugar donde los visitantes no podían pasar. Mire todo el lugar, los perros ladraban y sacaban sus lengüitas, no soporte su ternura y me acerque, acariciando levemente sus cabezas -“que hermosos”-, los gatos maullaron querían de mi, pero no podía estaba enjaulados a comparación de los perro que estaba en una enorme caja en el piso, mientras ellos en una jaula. Era horrible verlos, pero eran gatos callejeros y son pues un poquito más bravos, si ellos te dejan acercarte está bien pero sino ni mejor ni te les acerques porque te lanzan la mordida.
-mira quien vino keiji-.- escuche a mis espaldas. Koharu regresos con una pequeña percha donde keiji estaba sostenido. Me aproxime al estante donde koharu dejo a keiji aun en su perchero, lentamente fui acercando mi dedo índice para tocarle su cabecita amarilla.- ten cuidado, es muy bra….- y se cayó, no termino su frase.
-¿bravo? Yo no le veo nada de bravo.- acariciaba dulcemente su cabeza, ya tenía su plumaje se veía mucho mejor el peque.
-pero si el… mira mi dedo.- voltee a ver, tenía un curita en su dedo.
-¿keiji te hiso eso?
-Sí. Pero como tu…. Oh ya entiendo. Tú fuiste lo primero que vio cuando nació.- sonrió.
-¿eso que tiene que ver?
-que tal vez keiji te considere su madre. Akira tienes un lindo hijo, ¿Quién es la madre?- dijo burlesco.
-hhahaha.- me eche a reír, se supone que debí enojarme y matarlo, pero yo no soy agresivo ni mucho menos violento, es lo mismo ¿no? En fin, regresando al tema koharu no resistió tampoco y carcajeo conmigo, keiji me dejaba mimarlo tal vez tenía razón.
-keiji mejoro mucho.- dijo calmado pero sin borrar su sonrisa.- Creo que ya te lo puedes llevar a casa.
-muchas gracias ¿Cuánto es?
-no akira, tu madre ha sido muy buena dejándome una rica comida creo que con eso bastara solo dile que para la próxima me mande doble.
-oye confórmate con que te dejemos hahahah.- reímos. Mi madre cocina delicioso, sakura y yo comemos como más de 2 raciones. Siempre pelemos por la comida, que si uno como mas y el otro menos, que si esto y el otro y al final solo queda una mínima porción, no obstante mama lo deja para Koharu.
Koharu es una persona muy buena, muy amable y humilde. Es idéntico a mi madre, muchas veces eh deseado que mama se fije en el para que sea mi padre. Yo se que Koharu le echa el ojo a mi mama pero mi madre no da indicios de amor, oh~ otro sueño esfumado. Percibí unos piquetitos por mi piel, las patitas de Keiji se enterraban en mi piel bronceada, no la lastimaban más me daba cosquillas. Subió por mi brazo hasta subir hasta mi hombro donde se quedo quieto.
-que inteligente ave.-menciono koharu.
-vaya que lo es.- le mimo con mi dedo desde mi hombro.
Escuche un golpe, busque de mi lado derecho –ya que ahí lo oí.- había una caja de vidrio con aserrín adentro.
-¿oye que había ahí? –pregunte por el animal que debió vivir ahí pues estaba vacía.
-hay todavía queda uno, búscalo debe estar escondido.
Deje de acariciar la cabecita de keiji y fui a ver a la caja, me incline y metí mi mano. Busque y busque hasta que sentí algo pequeño, peludo y suavecito.
Takanori...
¡¿Que carajos?! ¿Porque pensé en el?
Sacudí mi cabeza tratando de despabilar mi mente, tome la bola peluda y la acerque a mi rostro, permaneciendo sus ojos frente a los míos. Eran bellos.
Los ojos azules de taka…
¿Qué me sucede? ¿Porque pienso en el?
-es muy lindo.- comente sonriendo viendo como el pequeño se hacía bolita en mis manos.
-llévatelo.
-¿qué?- voltee a verlo interrogante.
-lleva aquí más de un semana. Nadie lo quiere por sus ojos, dicen que dan miedo y nadie lo quiere, me disculparas pero espanta a mis clientes.
-¿enserio nadie lo quiere? –pregunte triste ¿Cómo no podían querer a este hermoso ser?
¿Doy miedo, verdad?
¿Son horribles, verdad?
¿Porque pienso en él?
¿Por qué ver a este animalito me recuerda a el?
La piel de taka es suave, cálida y sus ojitos azules
Me provocan nunca querer dejar de verlos
-todos huyen de él. No quiero ser malo pero creo que viviría una vida mejor contigo. Eres bueno y los cuidas muy bien. Viviría mejor contigo a que este solo aquí. ¿Lo quieres?
-sí, es lindo. Muchas gracias.- le sonreí era muy bueno conmigo.- no sé cómo agradecerte.
-ya has hecho mucho por mí, siempre me ayudas en el trabajo y nunca me dejas darte aun que sea un pequeño pago.
-gracias.- volvía a sonreírle.- ya es tarde, tengo que regresar.
-espera deja te traigo una caja para que lo lleves.- sale corriendo al cuartito ese.
-¡gracias!
-aquí tienes akira.- con cuidado meto al pequeño, koharu tomo un poco de aserrín y lo metió eso debía ser para que se mantuviera calientito además de que hacia sus necesidades el aserrín lo cubría y absorbía.
-¿te doy comida?
-no, ya en casa le busco que darle.
-¿no me digas que le darás de tus verduras?
-¿cómo sabes?- le mire sorprendido y a la vez burlesco.
-akira, tu madre habla mucho de ti. Por favor comételas, ya eres grande ya deberías comerlas.
-pero es que saben asquerosas.
-akira.
-pero es que.
-deja te traigo una bolsita.- y como dijo trajo una bolsita que guardo en mi mochila ya que tenía las manos ocupadas.
Llegue a casa, no había nadie como siempre, subí hasta mi alcoba y deje la caja en el suelo a un lado de mi escritorio, mis hombros dolían debían ser por el peso de mi mochila, quite a keiji –quien no se fue volando a la primera cuando salimos de la tienda - y deje por fin la mochila en el suelo justo enfrente de la caja donde el animalito dormía o se escondía, ni sé que hace, está muy quieto.
Takanori es una persona cerrada y seria…
¿Pero qué cojones? ¿Porque sigo pensando en él?
Keiji canto, este caminaba de un lado al otro por el escritorio, acaricie su cabecita y alborote su plumaje, idéntico a mi peinado. Tome un lápiz y lo puse cerca de sus patitas este se subió y lo arrastre –el lápiz- haciéndolo girar. Keiji movía sus patitas rápidamente para no caer del lápiz, se me hiso gracioso, ¡eso era maltrato animal! o ¿no?
Era divertido, según yo jugaba con el…
Comí, jugué con el perro afuera y atardeció.
Me di una ducha, cene y fui con keiji a jugar un rato mas dándole como premio un pedazo de fruta.
Hice mi tarea, -busque en face con mis amigos la tarea- y la realice, ¿matsumoto sabrá que hubo tarea? ¿No sé ni siquiera si tiene face?
Apague el computador, mi perro desde la puerta ya llevaba un buen rato mirando a keiji lo que me preocupaba. Salió corriendo hecho la mocha el perro en dirección a keiji este grito muy alto, salió volando y el perro le siguió, saliendo ambos de mi cuarto, me levante para ir por mis mascotas pero escuche un golpe seco, la caja de abajo se movió, mire hacia abajo, el pequeñín se encontraba en una de las esquinas en forma de bolita, debió asustarse por lo que hicieron esos dos.
Matsumoto temblaba de miedo con ese profesor…
Joder, ¿porque?
Con mi cuaderno abierto y en una hoja en blanco, subía y bajaba la punta de mi lápiz.
Yo te protegeré
Lo prometo
Takanori se está apoderando de mis pensamientos, ¿qué me sucede? ¿Que está pasando conmigo?
Cada vez que estoy cerca de el, algo me ocurre.
El es listo, educado, suave, tierno… ¿pero que cojones digo?
Sacudí mi cabeza, keiji canto y mire el cuaderno, abrí mis ojos como platos, mis mejillas se encendieron cuando leí lo que escribí: Takanori. Oh~ por dios ¿que esta pasándome?
Me quede viendo el nombre con mis mejillas sonrojadas, ¿porqué pienso en el?
En eso una estúpida –y vaya que estúpida- idea se me ocurrió. Formulando otro nombre, se me ocurrió con esa palabra. Comencé a mover las letras jugando con el nombre de matsumoto.
T A K A N O R I
R I….
A…. K……………..
A……
N….
O………T…
¡Oh por dios!, fue lo único que pronuncie. No me podía creer lo que había descubierto acaso… ¿será cierto? ellos dos…
Observo como Ría mueve sus labios, hace uno que otro gesto y por los movimientos podía percibir que estaba molesta y el solo mueve sus labios, no alcanzaba a escucharlos y eso que estábamos solos, poco a poco se acercaban y pude escuchar un poco de lo que decían.
-…te he dicho mil veces que no te me acerques
-disculpa pero por si no te has dado cuenta estamos en la misma institución y mismo año, date por bien servida que no nos toco en el mismo salón.
-mira lo feliz que estoy por no tocarme contigo.
-¿porque todas las mañanas son así?
-amargado.
-mira quien lo dice.
-cállate nerd.
-zorra.
-hijo de…
________________________________
Me acerco y observo por la ventana que estaba a un lado mío. Este daba vista a un jardín con rosas, pero hoy había algo diferente.
De nuevo ellos dos discutían. Riakanot y Matsumoto discutían, no escuchaba su plática pero debes en cuando gritaba Ría, que para mi eran incoherencias, pues no me llegaba el mensaje completo.
_________________________________
Un pitido se escucho cerca, todos volteamos a ver, era un limosina negra, cuando se detuvo, Matsumoto se metió, la limosina dio unos cuantos metros y se volvió a detener, pero esta vez se metió Ría.
Todo apunta a que si, pero ¿será bueno preguntarle? -un golpe, el animalito de nuevo brinco. Me acerque y lo tome entre mis manos.
Se hizo bolita, abrazando sus piernitas,
Se me hiso tan lindo, tan tierno, parecía a un…
-eres idéntico a él…. No creo poder cuidarte… ya tengo un perro y keiji. Mama se enojara conmigo pero conozco a alguien.- sonrio.- Estoy seguro que tú y él se llevaran muy bien. Porque ambos son iguales…