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Tu me ayudas con las materias y yo te enseño Amar por Alice_alii

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Notas del capitulo:

HOLAAAA n.n

que les dije chiquillas, regrese rapido ea ea bailen conmigo ea ea ok .-. ya me calmo.

En fin, espero les guste el capitulo. A mi me gusto aunque lo senti apresurado pero bueno se que despues -o al terminar- de leer me mataran por dejarlas asi xDDD

Los reviews ahorita los respondo y si no acabo pues mañana -porque tengo sueñito y eso que son las 6:14 eso es raro .-. y preocupante. Muchas gracias por los review son muchos -son 8 pero para mi son muchos xD -nunca pense que les gustara tanto este fic -me refiero a que muchas se animan a animarme a continuar (?). Muchas gracias a todas a aquellas que se toman la molestia por dejar uno y las que no animence xD, no es cierto no las obligo a nada que no quieran :)

Ya no las entretengo mas, y nos vemos.

bye bye~ 

Buscaba con la mirada a akira, aun no llegaba, me preocupaba. ¿Yo dije eso?

Un chico de al lado  (del banco de akira) se sentó, su rostro mostraba tristeza, como si le hubiera roto el corazón.

-¿Disculpa? – le hable. Este volteo a todos lados hasta dar conmigo sorprendiéndose de que le hablaba. No cruzo palabras con otra gente que sean profesores o akira, debió asustarse.

-¿Si? –me dijo sonriente picaron, creo que se sorprendió por mis ojos, joder ahora tengo que soportar acosos por parte de mis compañeros masculinos.

-¿Dónde está akira? –y se borro su sonrisa.

-No querrás saberlo.

-¿Dónde está akira?

-¿Por qué tanta existencia?

-eso no te importa.

-Si me importa, porque no quiero que salgas igual que yo.

-¿Cómo que igual que tú?

-Si te digo lloraras.

-¿Por qué habría de llorar?

-No te hagas el duro, si eres su NOVIO, olvídate de akira.

-Yo no soy su NOVIO.-le recalque la palabra como el lo hiso conmigo.- Soy su tutor, así que tengo derecho a saber.

-Como digas. No me hago cargo de si, se te rompió el corazón porque te lo advertí.

-No des rodeos y dime.

-Con su novia.- y algo en mi se rompió.- Te dije, vas a llorar.

-no voy a llorar, no veo la necesidad.

-Pues tus ojos no dicen lo mismo.

-¿Qué? - Le mire confuso.

-Mírate.- saco una cartera con espejito adentro, lo puso enfrente mío y me mire. Mis ojos se pusieron rojos, amenazaban con llorar cuando yo ni siquiera lo sentía. Yo no amo a akira, yo solo…

-No te pregunte con quien estaba, te pregunte ¿Dónde está?  -mi voz sonaba firme, pero mis ojos se nublaban.

-No llores, no eres el único decepcionado. Está en la biblioteca con su novia Ria.- guarda su cartera negra en el bolsillo del pantalón.

Akira, es mío entendiste cuatro ojos.

-Gracias.- me levante con la atenta mirada del chico, olvidándome completamente de mi dolor en el tobillo. El corazón dolía, yo no amo a akira, ni una pisquita de cariño siento por él, es estúpido al contrario le odio, siempre se entromete en lo que no debe. Por su culpa ante sus ojos parezco una nenita asustada, cuando en realidad… yo soy… ya ni siquiera sé quien soy…

Gracias a akira, ni siquiera sé quién soy, ya no me conozco, me esfuerzo para hacerle feliz con lo que el desean y anhela en su vida: el karate.

Le hable sobre mí, cada uno de mis problemas familiares los conoce… mentira, hay uno que no conoces y es el de Kai…

Quiero alejarme de ti, pero mis piernas caminan a la biblioteca en busca de ti. De saber si en verdad estas con mi hermana. Lo más probable es que se estén besando y en imaginarlo me duele, me parte el alma en tan solo imaginar. ¿Qué siento? ¿Qué eres tú para mí? ¿Qué soy para ti?

Me beso la frente delante de las mujeres y salimos corriendo.

¿Por qué lo hiciste?

Te abrace recordando los momentos que viví con mama cuando tenía miedo.

¿Por qué me mostré débil ante ti?

Llore en frente de ti.

Me valió madres y abrí mi corazón.

Me hablaste de ti como si nada, eres fuerte.

No tienes pena alguna a hablar de ti cuando yo

 me muero por hablar con alguien y sacar todo este dolor.

Suplique a dios por quedarme en tu casa.

¿Por qué lo hice? ¿Por qué insistí demasiado?

Me hiciste divertir como nunca con tus videojuegos.

Siempre eh pensado que los juegos son una pérdida de tiempo

Pero me hiciste ver que a veces hay que divertirse,

que no todo el tiempo son estudios.

Me hablaste de lo que eres capaz de hacer por un amigo.

Yo no tengo amigos, pero eh de opinar que ellos te lo agradecen.

Me distes de tu amor cuando dormimos en esa cama, tu cama.

Un amor que solo sentía con ria y mama.

Me mostraste que el amor de familia se puede manifestar aunque falte un integrante.

Mama murió y en todas las comidas es un desastre.

Me apoyaste cuando estaba en crisis porque llego kai, mi pesadilla.

Tenía miedo sin embargo tu estuviste ahí.

Te mostré un secreto. Siento tanta confianza en ti.

¿Qué hay en ti que me hace confiar?

Prometiste cuidarme, prometiste nunca dejarme solo.

Yo no tengo amigos pero te acercas a uno.

Me distes un hijo… ¡un conejo!

Te seguí el jueguito y acepte esa bola peluda y tierna.

Me consideraste tu amigo.

Nunca tuve amigos y si lo tuve; me ensucio y borro mi inocencia.

Me distes tu tarea importándote un comino tu calificación.

¿Eso hacen los amigos?

Sus labios contra los míos…

Fue suave….y dulce….

Dios ¿qué me sucede?, ¿por qué lo recuerdo? Yo no lo quiero, ni mucho menos le amo. Sin embargo pensar en el provoca que mi corazón se acelere.

Llegue a la biblioteca, los nervios me mataban. La mujer que atendía no me dijo nada, pase por cada pasillo. Me tope con cientos de personas, muchas de ellas mayores, como de preparatoria y era normal, solo hay una biblioteca en esta escuela. Después de mucho pasar les encontré. Como suponía los dos juntos, akira acorralado contra el mueble de libros y mí hermana encima. Parecían comerse, sus lenguas jugaban y la saliva corría por el mentón de akira, que bajo su venda se notaba un color carmesí.

-akira, deberías regresar al salón. Aun no apruebas.

-¡taka! –se separo mirando con esos ojos sorprendido.

-¿se puede saber que haces aquí, cuatro ojos? –dijo molesta mi hermana.

-solo vengo por akira.

-¿Qué no ves que está ocupado?

-no creo que a akira le importe. Sus calificaciones son más significativas que andar de novio o ¿me equivoco? –le volteo a ver.

-yo….

-tu cállate reita.-le silencio mi hermana.- escucha nerd. El es mío.

-¿y quien dijo que era mío?  -le rete como todas las veces que discutía con  ella. Llevándole la contraria todo el tiempo.

 -me contaron por ahí que te besaste con reita.

-el y yo no somos nada. Fue un accidente, golpearon a akira con un balón y por la cercanía que teníamos me beso.

-¡¿y se puede saber que chingados hacían tan juntos?!

-me estaba dando al conejo.

-¡ósea que reita, MI REITA te dio ese conejo!

-si.

-¡eres una…! –levanto su mano para abofetearme. Apreté mis ojos esperando el golpe más este nunca llego. Abrí mis parpados  lentamente percatándome de que akira sostenía su mano con el ceño fruncido.

-ni se te ocurra pegarle.- me defendió akira.- ¿estás bien, taka? –mis mejillas se sonrojaron, un acto muy lindo que me gustaría que durara.

-¡¿porque le defiendes?!

-¡¿Por qué le odias?! –le pregunto con el mismo tono de voz a ria.

-¿de qué me hablas? –trato de hablar firme aunque ella bien sabia de lo que hablaba akira.

-yo se que son hermanos.- se le bajaron los humos a akira.

-¿Cómo sabes? –interrogo nerviosa mi hermana.

-tu hermano me lo dijo.

-hijo de tu pe…-se abalanza contra mí no obstante akira la vuelve a tomar, agarrándola esta vez de su cintura.- ¡suéltame akira! –pataleaba mi hermana por zafarse.

 -te soltare hasta que pidas perdón a tu hermano.

-¡estás loco!

-ria, no debes sentir odio, tu hermano no tiene la culpa. Si los dos se ajuntan tal vez puedan resolver el problema con su padre.

-¡¿Qué tanto le constates?! –me grito.

-todo… lo sabe todo.

-¡Eres un…! Mfff.- moqueaba mi hermana. Su cuerpo temblaba y su rostro se empapaba de lagrimas.- suéltame… -pidió con su voz rota.

-ria yo no quería hacerte llorar.- dijo entristecido akira, se preocupaba por mi hermana, pero ya no debía meterse más, este problema es entre ella y yo pero gracias, has hecho mucho por mí. Me ayudaste a dar el primer paso a la libertad de este dolor.

-cállate.- musito mi hermana, se dejo caer lentamente, tenía demasiados espalmos, se tapaba la cara para no ser vista tan débil. Me dolía verla así.

-ria.- le abrace hincándome junto con ella.

-suéltame pedazo de porquería.- me empujaba y jaloneaba sin dejar de llorar.

-no lo hare.

-¿Por qué lloras nerd?- me miro con sus ojos celeste, idénticos a los míos.

-porque tu lloras. Somos uno recuerda.- la tome de su rostro, mirándonos a los ojos.

-tú y yo no somos nada.- seguía molesta.

-pues aunque no te guste somos hermanos y somos gemelos.

-¡¿y eso qué?! –me grito furiosa.  Llamarnos hermanos debían hacérsela recordar el dolor que padre le da.

-¡que los dos compartimos lo mismo!

-¿Qué?

-¡tu lloras yo lloro, tu ríes yo rio, tienes miedo yo también tengo miedo y…!

-y juntos nos abrazamos mientras mama nos refugia en su pecho.- termino la frase mi hermana.

-lo recuerdas.-y una sonrisa se curvo en mis labios. ¡Lo recordaba, lo recordaba!

-¿Cómo no recordarlo pedazo de idiota? Yo también la extraño.

-¿entonces?

-¿entonces qué?

-perdóname…

-¿perdonarte? ¿De qué? Si la que ha hecho daño soy yo.

-yo también tengo la culpa. Nunca dije nada. Nunca te protegí. Me quede callado mientras padre me mimaba.

-idiota.

-perdona por ser idiota.

-eres mi hermano…

-Y tu mi hermana…

-“Somos uno compartiendo un corazón” –Mencionamos al mismo tiempo.

-eres mi hermano pero no dejare de hacerte la vida imposible.- coloco su mano en mi cara empujándome. Se levanto y quito sus lágrimas.- te odio.- se marcho dejándome en el suelo desconcertado. ¿Todo termino?

-¿estás bien, taka? –me pregunto akira extendiéndome su mano.

-estoy bien.- la cogí, incorporándome rápidamente sin embargo la fuerza que uso para levantarme hiso que chocara mi rostro en su pecho. La levante con cuidado encontrándome con los ojos caramelos de akira. Sus labios rojizos y húmedos por besar a mi hermana. Tan cerca a los míos. Su respiración pegaba a mi nariz. Mis mejillas volvieron a tomar ese ardorcito. Mi cuerpo temblaba. Mi corazón palpitaba rápidamente y pedía a gritos que me besara… 


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