Los pequeños tacones de sus zapatos resonaban por los pasillos de la institución, aquel hombre de cabellos negros observaba el lugar mientras en sus manos cargaba de una carpeta beige.
Toco a la puerta donde tenía una laminita que decía “Dirección”.
-pase.- escucho del otro lado.
-con su permiso.- respondió educadamente, tomando del pomo de la puerta para entrar.
-tome asiento.-dijo el hombre dando una revisada a los papeleos que tenía en su escritorio.
-gracias.- se sienta y espera pacientemente a que el director le prestase atención.
-¿en qué puedo ayudarle? –dice el director dejando de lado su trabajo.
-muy buenos días, vengo a ver si me dan trabajo.
-¿trabajo? Oh perdone pero ahora no necesito. Será para la otra.
-oh entiendo, aun así muchas gracias.- sonríe, se levanta pero al dar la vuelta, la puerta se abre y entra una mujer muy bien vestida.
-disculpe interrumpir director.
-¿que necesitas, Kagome?
-hace unos minutos, la profesora Rin, me acaba de informar que estará incapacitada durante unos meses, se fracturo su columna por lo que no podrá asistir de ahora en adelante.
-eso es una desgracia. Tienes suerte muchacho. Kagome retírate por favor.
-entendido.- se marcha.
-me permites ver tus expedientes.
-aquí tiene.- le da la carpeta.
-tienes unos expedientes muy buenos.- le dice sin dejar de ver los papeles.
-muchas gracias.- sonríe el joven pelinegro.
-¿eras prefecto en tus anteriores trabajos?
-si.
-¿entonces no has trabajado o no tienes experiencias como profesor?
-si las tengo, casi por su mayoría me daban trabajos como profesor sustitutos, ya que como soy muy joven tengo que ganarme mi lugar.
-si lo se, así yo empecé. Bueno no lo negare tienes un expediente laboral muy bueno pero mi pregunta es esta ¿puedes comenzar a trabajar ya?
-¿se refiere ahora, en este mismo instante?
-si, como abras oído uno de los profesores se encuentra incapacitado, no puedo dejar que mis alumnos pierdan más tiempo ¿crees poder empezar?
-si claro.
-muy bien. Mi secretaria le dará su horario y las listas de los que ahora serán sus alumnos, esfuércese y deme lo mejor que tenga. Por cierto ¿su nombre? Lo leí pero quiero estar seguro, su nombre es un poco inusual.
-jjajaaj no descuide, es normal.
-bien y ¿su nombre es?
-Yutaka Uke….
Como era de esperarse, desperté con un “antifaz”, tenía unas ojeras que dan miedo y mi ¿carácter? De maravilla, ¿notaron el sarcasmo? Todas las mañanas siempre me amargo pero esta vez, al bajar a la cocina junto con akira, percibí una calidez, una armonía, una paz, hay tantas formas de llamarlo.
Akira y yo nos sentamos en la mesa, la madre nos puso el desayuno: huevo frito con pan tostado.
“todas la mañanas son horribles”
Creo que puedo dejar eso de lado, hoy desperté bien –y eso que fui aplastado por la mole (akira) sin contar de que no dormir-, tal vez la razón de mi “amargura” o “mal carácter” es porque todas –todas- las mañanas soy despertado gracias a los “hermosos cantos celestiales” de mi “linda hermana”.
-sakura-chan ¿me pasas un tenedor?
-voy.-su hermana se giro, abrió un cajoncito y saco dos tenedores.-dale uno a takanori.
-claro, gracias Sakura-chan.-extiende su mano- takanori toma.-me da el tenedor.
-gracias.-era un ambiente muy agradable, desearía que así fuera mi familia, llena de armonía y paz, lo único que hay en ella es gritos y mas gritos. ¿Por qué nunca se pueden llevar bien? ¿Por qué mi hermana insiste en que muera? si yo la quiero, es inevitable entre nosotros siempre habrá un lazo de amor, porque ella y yo somos uno…
-mama, a akira le ah llegado otra carta de tu ya sabes quién.-dijo su hermana. La madre de una forma muy radical, dejo unos vasos azotándolos con rudeza en el comedor, arrebato de forma violenta la susodicha carta y la rompió en millones de pedacitos, ¿Qué sucedía? Mire de reojo a akira y este parecía triste ¿Qué sucedía?
-lo siento, takanori.- forzó su sonrisa.- ¿Qué deseas beber? ¿Jugo de naranja o leche?
-jugo de naranja por favor.- no me gusta la leche, si la consumo pero en tés o café, mas nunca sola.
-bien…. toma.- me entrega el vaso, colocándolo en la mesa, a akira le sirvieron un vaso de leche, este inmediatamente lo tomo y dio un trago yo por mi parte le imite, bebí de ella –jugo de naranja-, pronto akira me llamo.
-mande.-le conteste, ¿ahora que me iba a decir?
-deberías tomar más leche, sino nunca crecerás.-una venita apareció, me voltee enojado y vi como este se asusto, debía dar miedo.
-¿que dijiste?- trataba de guardar mi enojo, “que nunca crecería”, oh esas palabras, juro que le meteré un poste por el culo y disculpen si sonó agresivo, pero nadie se mete con mi estatura.
-na-nana-nana- nada!- tartamudeo asustado.
-menos mal que no dijiste nada. –esto no se queda así, akira.
El desayuno termino y subimos al cuarto por las cosas. Mis útiles escolares al parecer si se secaron, los libros y cuadernos se hicieron horribles, se arrugaron un poco no obstante la información en ellos seguía visible. No puedo mostrar un trabajo en esas condiciones.
-toma.-akira me da un cuaderno celeste.- para que puedas entregar tus trabajos, ya que tu cuadernos son un desastre.- sonrió.
-gracias.-lo agarre y lo guarde junto con mis otras cosas, “un lindo acto por parte del chico rubio”.- akira, ¿puedo entrar a tu baño?
-si, claro.
Me quite los lentes y me talle los ojos, me dolían un poco por lo que quite los pupilentes.
Mis ojos celeste, idénticos a los de mi hermana; seguí tallándomelos me ardían, debía ser porque el día anterior no me los quite para nada, en casa siempre cuando llego me los quito y todo el día los tengo a la vista de todos, pero hoy fue la excepción. Parpadee variadas veces, tratando de relajar un poco mi vista, tocan a la puerta, es sakura, la hermana de akira, le respondo que un minuto salgo, tomo un cepillo que akira me dio y me lavo las dientes.
Me disculpe con la hermana por tardar, me regreso al cuarto y akira miraba sus trofeos: ¿sucede algo? –pregunte, el no me dijo nada, solo sonrió y agarro nuestras mochilas. Pedí la mía y bajamos.
El trayecto a la escuela fue muy fácil, hasta me lo aprendí, no tenía nada de ciencia, era solo derecho, izquierda, derecha, derecha y ¡llegaste!, no puedo creer que me haya perdido.
La gente nos miraba raro, no les preste atención y continúe mi camino. Entramos a clase, akira saludo a todo mundo desde que llegamos al colegio, me senté pacientemente en mi lugar esperando el timbre de entrada. En mi cabeza aun rondaba la imagen de su madre rompiendo esa carta ¿Quién la mando? ¿Por qué ese odio? y esa tristeza en akira en el comedor y su cuarto, ¿que fue?
-akira, ¿estás en algún club? – ¿Qué mierda? ¿Por qué inicie una conversión? ¿Era para sacarle información? Oh por dios en que me estoy convirtiendo.
-no estoy en ninguno. ¿Por qué?
-no lo sé.- volteo a ver en la ventana, haber que se me ocurre.- tal vez porque los que están en algún club les ayudan en sus demás materias.- no es mentira, si les ayudan pero yo no necesito de uno con mi inteligencia es más que suficiente.
-¿¡enserio?!
-¿no lo sabías?
-¡no!
-¿que no pones atención? ¡Nuestro asesor lo repite como 5 veces en cada clase!
-jejej es que me la pasaba platicando con mis amigos jeje –ríe nerviosamente.
-deberías poner más atención. Pregunta a el –apunto a un chico de cabellos cortos y negros.
-¡¿a tora?! –grito sorprendido.
-no sé como se llame pero es ese que está dándole un beso a esa chica.- se la tragaba mejor dicho.
-¡es tora!
-pues ese “tora” va en karate y aprueba todas sus materias con un 7.
-¡¿eh?! ¡Pero si tora nunca trabaja, es peor que yo!
-pues yo no se, siempre pasa con un 7.
-¡necesito meterme a un club, necesito meterme a un club!
-¿por qué no te metes a karate? Te gusta ¿no?
-no puedo.
-¿por qué? – que chismoso soy.
-porque… -suspira- lo que pasa es que le prometí a mama ya no volver a pelear.
-¿por qué? – y a mí que me debe de importar.
-te acuerdas, de que te dije que, mi padre había muerto en un combate de karate.
-si.- vamos takanori a ti no te debe de importar lo que le suceda a akira.
-pues mi madre tiene miedo… miedo a que vuelva a suceder.
-pero a ti te gusta, ella no te puede restringir algo que te gusta.- ¿pero que estoy diciendo?
-si puede, es mi madre.
-pero no todo el tiempo tu madre tomaras las decisiones.- ¿Qué me está pasando? ¿Lo estoy apoyando?
-no quiero defraudarla…. ¿Podríamos dejar este tema?
-de acuerdo no diré más.- Silencio, un horrible silencio. ¿Por qué un horrible silencio? Si yo siempre aprecie el silencio. Justo después de que lo conocí, el silencio era incomodo pero solo con él, solo con él. ¿Qué me sucede? ¿Por qué siento la necesidad de hablar? Y con el.
-no conociste a mi perro.-lloriqueo como siempre akira.
-¿a tu perro?- pregunte sin entender, ¿akira, tenía un perro?
-sí, ¿ya no te acuerdas? Hace mucho que te dije que tenía uno. ¡No los conociste!
-ah~.- recordé del animalejo ese, si me hablo de él, dijo algo así que vomito y luego se lo trago “que asco”.
-porque “ah~” ¿no querías conocer a mi perro?
-no me gustan los animales.
-eh? ¿Por qué? Si son tan tiernos, esponjosos y cariñosos.
-no me gustan, porque son: ruidosos, antihigiénicos y sueltan mucho pelo.
-si lo son, no lo niego, ¡pero son muy lindos!
-yo no les veo nada de lindos.
-jum.- inflo sus mejillas.
-no seas berrinchudo.
-¡no puedo creer que no te gusten!
-ya deja de lloriquear por eso. Sabes tus “lloriqueos” son muy hastiosos.- se cayó, por un lado ¡sí! Y por el otro no, lo hice sentirse mal, “metí la pata”. – Lo siento.-me disculpe, debía hacerlo.
-no te preocupes.- trato de sonreír.
El timbre de entrada sonó, todos mis compañeros de clases entraron y tomaron su asiento correspondiente, saque de mi mochila negra el material que ocuparía -“si no mal recuerdo toca química”-. La puerta se abrió, era el director que muy bien trajeado y con ese semblante tan masculino y fuerte nos dijo:
-muy buenos días, estudiantes. Como sabrán su ´profesora de química no ah asistido desde hace unos días, me complace comunicarles que ya tenemos a un sustituto, pase, por favor.-entra un hombre con pantalones de mezclilla negros, con camisa de botones blanca, fajado, con cinto y su cabello negro.
“dime que no es el”
- su nombre es.- se acerca a la pizarra, escribiendo en ella el nombre de la nueva persona, se voltea y termina de hablar.- Yutaka Uke.
Tranquilízate taka-chan, te gustara
-no, kai! Suéltame! Mami! Mami!
-deja de llorar, mi bebe
-mami!
-ella no está, se fue con papa a un restaurante, estamos tu y yo solos
-riakanot!
-tu hermanita está dormida gracias a una pastillita.
-suéltame! Duele!!
-ya ya bebe, juro que seré dulce.
-N-NOOOO AHHHHHHH~!
¿Por qué regresaste, Kai?