8 años después…
— ¿Estás listo? La conferencia está a punto de comenzar.
Voy. Es mi primera vez en Estados Unidos y no soy bueno con el idioma, nunca logré que se me pegara algo de inglés avanzado; por suerte, para eso está mi traductora JinAh. Ella ha estado conmigo los últimos 4 años de mi vida, es mi modelo principal y la persona que me ha acompañado y apoyado en todo desde que la conocí.
Lo cual también me ha acarreado varios malentendidos.
— ¿Es cierto que ustedes están saliendo juntos? — La misma pregunta una vez más.
— ¿Ustedes que piensan? — Acerco un poco a JinAh a mi cuerpo tomándola de la cintura y sonrió. Admito que un tiempo considere utilizarla como mi tapadera pero simplemente me ha dejado de importar lo que los demás piensen. Sin embargo no quiero causarle problemas a ella. —Es broma, de ninguna manera—, suelto una risa ligera (y falsa) y espero la siguiente pregunta típica.
— ¿Entonces es cierto ese rumor sobre sus preferencias sexuales? — No puedo evitar hacer un recorrido mental una vez más con respecto a ese tema en mi vida. Lo cierto es que solo he estado enamorado de una persona en mi vida, aunque fue algo que simplemente terminó como un dulce recuerdo con un amargo final, y esa persona era un chico. Pero no me ha gustado otro hombre o una mujer. No he tenido interés en alguien más. Tal vez JinAh tiene razón y no he logrado superarlo. Ella voltea a verme preocupada, no sé cuánto tiempo me perdí esta vez, pero al parecer fue bastante. Le sonrío y una vez más recurro a mi recurso favorito. — ¿Acaso eso importa hoy en día? Ese tipo de barreras han perdido su relevancia, como siempre he mencionado con respecto a mi marca, una imagen andrógina donde lo más importante es ser uno mismo y usar aquello con lo que estemos cómodos—. Y una vez más, gracias a quien sea que controle este mundo, una periodista, al parecer una fan ya que puedo reconocer uno de mis primeros diseños en ella, comienza a preguntar sobre la colección para esta temporada y la tienda próxima a abrirse, eliminando el momento de tensión.
La conferencia termina y salimos. Se siente extraño una vez más y me voy directo a mi habitación de hotel hasta que JinAh me alcanza en el elevador.
— ¿Estás pensando en él de nuevo? — Ella sabe la respuesta y continúa hablando. — ¿Sabes? Ya han pasado 8 años desde que te dijeron que no volvería. Y no lo hizo—. “Deberías conocer a otras personas…” Si, ya conozco el típico discurso que le dan a alguien cuando se aferra al recuerdo de una persona. — Deberías deshacerte de las cosas que te dio—. Finaliza y me recuerda que hoy tenemos que finalizar la sesión de fotos en Central Park. ¿Porque? Porque esta vez nadie le pudo negar el capricho de llevar a cabo la sesión en otro país, y con su perro. Yo incluido, supongo que se lo debo.
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Honestamente, esto de andar dando vueltas con ella no tiene más propósito que descansar un rato, caminar y conocer parte de otro país. Las personas con las que trabajo son de suficiente confianza como para dejarlos solos un rato. Doy vueltas cerca de donde están trabajando y veo a personas dando vueltas alrededor, parejas, familias, personas con sus canes y no puedo evitar tomar una foto. Sonrío conforme con el resultado hasta que veo un rostro familiar en la imagen. En una banca está el con un bebe en un carriola y contrario a lo que siempre imagine que haría si lo volvía a ver, no puedo evitar ir corriendo hacia él y golpearlo. Y terminar viéndome patético llorando mientras sigo pegándole porque mientras yo seguía aferrado a que tal vez nos volveríamos a encontrar para estar juntos, el siguió su vida.
Escucho al perro de JinAh ladrar detrás de mí mientras uno de los fotógrafos me aleja de él y ella lo saluda como si ya se conocieran. Yo simplemente no hago el esfuerzo de soltarme y me quedo viendo lo que pasa frente a mí.
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Actué como desquiciado, la madre del niño llega espantada, lo toma y se va, prometiendo comunicarse después.
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Interrumpí una sesión de fotos de mi propia marca, lo cual va a alargar el proceso.
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Al parecer al menos la mitad de esto fue planeada.
Me doy cuenta de eso apenas escucho a Jonhyun preguntarle a JinAh si todo este había sido el motivo por el que lo había llamado y lo había citado en ese lugar. Y JinAh se ríe mientras dice que no entiende la gravedad de la situación. Admito que nunca le dije el nombre de esa persona. Y admito que me molesto con ella cuando lo invita a cenar para disculparse por el alboroto. El desvía la mirada. Ha evitado verme a los ojos desde el principio y entonces me pregunto si es el novio secreto del que ella habla en ocasiones.
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En la noche, movido por la curiosidad, me presento a la cena, JinAh también y hablamos de cosas triviales mientras comemos. Pasadas unas horas, decide retirarse primero. Jonghyun estaba a punto de hacer lo mismo hasta que lo detengo. Y me siento estúpido porque parte de lo que digo parecen líneas salidas de un drama.
—Jonghyunnie, no creo que no me reconozcas—. Él se detiene y al parecer concuerda en que este es el momento para aclarar las cosas.
—Minki-ah, lo siento.
— ¿Por hacer tu vida? Eso ya me lo esperaba.
—Por no volver ni comunicarme contigo.
—Admito que mi parte de adulto millenial ligeramente amargado es por tu culpa—. Rio, intentando liberar un poco de tensión. — ¿Sabes? Nunca te pude olvidar.
—Ni yo
— ¡¿Entonces porque nunca intentaste comunicarte conmigo?! — Me altero un poco e intento calmarme.
—No has cambiado nada. Sigues siendo la misma persona que conocí—. Desvío la mirada y veo que no voy a obtener una respuesta.
—Tu esposa y tu hijo son lindos. Creo que también debo disculparme con ellos.
—No es necesario, ya hablé con ella, por cierto no es mi esposa, es la esposa de un amigo, y estaba ayudándola a cuidar al bebe mientras ella arreglaba unos asuntos. Siempre asumes cosas que no son.
—Y tú por lo general no me sacas del error. ¿Y JinAh?
—Es alguien que conocí por un amigo en común.
—Trabaja conmigo.
—No me interesa la moda, y ella nunca mencionó a su jefe, así que no me molesté en averiguarlo. —Sonrío y no puedo evitar sentirme cómodo con él. Me sigue transmitiendo tranquilidad a pesar de todo.
Y las cosas toman su rumbo de alguna manera y seguimos hablando hasta que llega la hora de cierre del restaurante.
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En mi habitación, mientras intentamos divisar la luna escondida entre las luces de la ciudad, vuelvo a recordar mi adolescencia y el día en que decidí irme de ese lugar por los recuerdos amargos que guardaban sus calles y la forma ingenua en la que solía pensar.
— ¿Sabes? — Jonghyun me saca de mis pensamientos mientras ve a la nada. —Nunca me comuniqué contigo porque muchas cosas no fueron como lo esperaba. El colegio al que ingresé fue un internado-colegio católico, me quitaron el teléfono a la semana de estar allí y no me lo dieron hasta que me gradué. Para ese entonces el número ya estaba suspendido por falta de uso y el teléfono ya no encendía. Intente arreglarlo y cuando lo logre sentí vergüenza al ver tus correos y mensajes. Y no tuve el valor para volver a responderte. Luego conseguí una beca en una universidad decente y concentre todos mis esfuerzos en ello. Y después conseguí un trabajo y comencé a ir con la corriente. Cuando menos me di cuenta, habían pasado 8 años en los que seguía pensando en la misma persona mientras veía al cielo buscando la luna, que aunque no puede ser divisada está allí.
Y siempre lo estará.
EXTRA
La vida siempre da vueltas, justo como ahora cuando pensé que nunca dejaría Corea y sin embargo me encuentro desempacando en un departamento en Estados Unidos, para comenzar una nueva vida con la persona con la que siempre he querido estar.