— ¿No significo nada para ti? —Susurró y le soltó. Volvió a sentarse sobre la cama, evitando mirarle.
— Steve… yo… es difícil de explicar. Esto es nuevo para mí, estar en pareja y… bueno… este día me recuerda mucho… —Tony balbuceaba, preocupado. Se sentó al lado de Rogers y se mantuvo en silencio.
— Me refiero… a lo que hiciste en tu taller. —Steve tomó el valor de hablarlo.
— Oh… eso… Sé que no debía trabajar hoy. Sólo eran unas cuantas mejoras a mi nuevo Mark. Sabes… que pierdo la noción del tiempo cuando…
— Hablo de Loki… —Murmuró Steve. Le dolía el pecho recordar la escena.
— No culpo a Peter por enviarlo y sé que fui muy imprudente al entrar así... — Continuó hablando, pero Tony estaba dispuesto a interrumpirle.
— ¿Por qué no me ayudaste con Loki? — Steve le miró sin comprender. — Cuando me atacó... ¿por qué no lo arrojaste? No podía sacármelo de encima. ¿Sabías que es casi igual de fuerte que Thor?
El Capitán rió sarcástico. — Es una broma, ¿cierto? ¡Yo vi cómo se besaban!
Esta vez era Stark quien reía. — ¡¿Que?! — Alzó la voz, esta vez a su IA. — Jarvis, necesito la grabación del taller.
Frente a ellos se desplegó un holograma con las imágenes, que aunque no se apreciaba a detalle lo sucedido, podía escucharse toda la conversación previa y aquello era suficiente para Steve.
— Tony, yo... debí ayudarte... — Murmuraba.
Stark suspiró y aunque estaba de acuerdo, también recordó las palabras de Pepper al ordenarle que lo solucionara. — Lamento haber perdido el día trabajando. Es tu cumpleaños y...
Steve le tomó por los hombros e intentó formar en sus labios una ligera sonrisa.— Descuida... Potts me contó lo que ocurrió con Howard. Que yo esté aquí es un recordatorio de lo mucho que te ignoró en tu infancia.
— No es por ti, Steve. Es... complicado. Sé que no fui el mejor desde que comenzó el día. Tu cumpleaños me importa, lo que me molesta es la celebración del 4 de Julio. Es difícil de explicar... — Tony peinó sus propios mechones castaños para calmarse.
— Creo que puedo entenderlo. Incluso yo odio haber nacido este día. Es irónico, ¿no? El gran Capitán América nació el mismo día de Independencia. — Rió un poco y Tony asintió con una ligera sonrisa. — Mira... siempre quise ser un soldado por lo que representa. Mi padre fue uno y mi madre también sirvió al ser una enfermera militar. Es lo único que yo conocí por mucho tiempo. Mi salud no lo permitía y no dudé en aceptar ser parte del Proyecto Rebirth. Lo que no pensé era que pasaría a ser propiedad del gobierno y terminaría siendo un mono de circo. Yo no pedí ser ese símbolo, ese entretenimiento. Y en verdad esperaba, por al menos esta vez, tener un cumpleaños "normal" al lado de mi familia y nuestros amigos.
Steve tomó las manos de Tony. — ¿Tú, yo y Peter?
Rogers asintió, esta vez con una sonrisa más notoria. — Tal vez no sirva de mucho, pero quiero disculparme por todo lo que tu padre hizo. Nunca debió enfocarse más en en el pasado que en su propio hijo.
Tony se sintió estremecer y se aferró rápidamente al cuello del rubio en un fuerte abrazo que el Capitán no dudó en corresponder. — Volvamos con Peter y los demás...
Steve buscó sus labios para besarle con sumo cariño. Acarició una de sus mejillas cuando se separó un poco para respirar y ambos se miraron a los ojos. — Mi mayor regalo siempre serás tú.
Stark rió, pero no se alejó más. — Es un cursi, Capitán.
— Así le gusto, Sr. Stark. — Steve rió y se incorporó de la cama junto al castaño. — Además me debe todo un día de celebración.
— Guardé tu regalo, pero te lo daré mañana. Por ahora debemos ir a cenar. — Tony abrió la puerta para ambos dirigirse al comedor, en donde se escuchaban varias risas y conversaciones animadas.
— Y antes de eso, hablaré seriamente con Loki...