Terminó de vestirse y salió para intentar ayudar a Peter con el traje formal que probablemente lo obligarían a usar, pero escuchó ruidos en su camino hacia la habitación del pequeño. Su sorpresa fue cuando halló a la señorita Potts sobre uno de los sillones de la sala de estar, tratando de decorar las paredes más altas del PentHouse con ayuda de Dum-E, uno de los primeros robots de Tony.
—Hola Steve, feliz 4 de Julio. —Saludó la rubia al mirarlo entrar a la sala, tambaleándose un poco por girar su rostro. El ojiazul se acercó para sujetarla evitando que cayera. —Y por cierto, feliz cumpleaños. —Pepper descendió, abrazándolo con fuerza para subir de nuevo con su ayuda y continuar decorando.
—No pienso que sea buena idea que hagas eso… mucho menos en tacones. —Steve tomó unas cuantas serpentinas, arrepintiéndose de verla de vuelta a esa altura, quería ayudarle a descender de nuevo.
—Ni lo intentes. —Le detuvo Potts con una de sus manos sobre los pectorales, adelantándose en su intento por reemplazarla arriba. —No permitiré que trabajes este día.
—Mejor hazle caso o es capaz de lanzarte por una de las ventanas como regalo.— Tony salió de la habitación de Peter, el cual cruzó sus pequeños brazos e hizo un gran puchero por el smoking que ahora llevaba puesto.
—Muy gracioso Tony. —Pepper bajó ahora con apoyo de Dum-E y se dirigió directo al pequeño Peter. —Te ves tan lindo.— Se acuclilló a su altura para mirarlo mejor.
—No me gusta. —Peter hizo otro puchero, halando su pequeña corbata. Sentía que le asfixiaba.
—Eres como un pequeño Anthony con esa cara. —Rió Pepper, haciendo que Tony la mirara con el mismo puchero de Peter. —Aunque sería mejor si lo dejaran usar su otro traje.
El rostro de Peter se iluminó y no demoró en huir de vuelta a su habitación.
—Perfecto. Treinta minutos arreglándolo para nada. —Tony caminó hacia las escaleras que guiaban hacia su taller. —Si me disculpan, iré a preparar los fuegos artificiales.
Ambos rubios miraron a Stark mientras se marchaba, Pepper con desaprobación y Steve con preocupación.
—¿Sabes qué es lo que le ocurre? —Preguntó Steve entre susurros. Pepper continuaba mirando en dirección a las escaleras.— Es… el primer cumpleaños que convivimos como esposos. ¿Crees que eso le moleste?
—Este día siempre te encuentras fuera. —Le recordó Potts.
—Porque Fury me asigna misiones de seguridad. Es uno de los días con mayor cantidad de civiles en las calles. —Replicó el Capitán, sin mencionar que parte de esas importantes misiones incluía que tuviese que ser una atracción más. Las familias, y sobre todo niños, añoraban una fotografía con el mayor ídolo de la patria.
Pepper negó con la cabeza, mirándolo a los ojos.— Tony siempre ha odiado el 4 de Julio, deberías saberlo.
—¿Es por mi culpa? —Steve temía por la respuesta.
—No… exactamente. —Dudó Pepper. Era difícil de explicar. —Me refiero a que Howard nunca se encontraba con él este día. Era un invitado de honor para el desfile y prefería no llevar a Tony. También, por ser tu cumpleaños, únicamente hablaba de ti. —Steve se hallaba cabizbajo, Pepper acarició su hombro. —No es que sea tu culpa o que te odie por eso. Es sólo que esta fecha en especial es más irritable que el resto del año. —Sonrió para calmar al Capitán.
—Supongo que será mejor no mencionarlo. —Continuaba con el ánimo por los suelos.
Pepper sonrió ligeramente. —Eso no significa que debamos ignorar tu cumpleaños. Conoces a Tony, es un niño mimado y malcriado. Lo mejor es ignorar su actitud negativa.
Por fin logró que Steve sonriera sinceramente. Por mucho que adorara a Stark, sabía mejor que nadie que su ánimo era como una montaña rusa. Tal vez si se divertía, lograría que deseara unirse a la celebración. Lo mejor sería continuar con lo planeado.
Su conversación fue interrumpida debido a que escucharon a Peter dando gritos de alegría. —¡Papá! ¡Papá, mira! —Peter llevaba puesto un mini traje de Capitán América y corrió para abrazar a Steve, intentando rodear su cintura.
Pepper acaricio su fino cabello castaño en cuanto se detuvo. —Sabía que era mejor este.
El ojiazul miró a la rubia, descendiendo para corresponder mejor el abrazo de su hijo. —No sé qué haríamos sin ti.
—Probablemente intentarían matarse. —Confesó Potts.
El timbre del ascensor sonó, de su interior salieron Thor y Loki. El príncipe asgardiano en vez de su capa roja, llevaba la bandera de los Estados Unidos atada al cuello.
—¡Tío Thor!— Peter corrió hacia el rubio más fornido y este lo cargó con gran facilidad.
—Pequeño hijo de América, ¿me veo lo suficientemente patriota como para acompañarlo en su jubiloso festín? —Thor comenzó a girar con el pequeño.
—Claro que sí tío. —Respondió Peter entre risas antes de ser descendido de nuevo al suelo. Intentaba mantenerse de pie, pero tambaleaba un poco.
—Hermano, deja de hablar tan raro que la elocuencia no se te da.— El Dios de las travesuras miró hacia otro lado evitando la “cursi” escena.
—Hablando de festín, no huelo ninguno.— Thor dejó que Peter se colgara de uno de sus brazos y examinó con la mirada la cocina.
—Tú siempre pensando en comida. —Bufó Loki.
Pepper cargó a Peter para que no se lastimara en caso de que se soltara del braso del Asgardiano.— Natasha, Clint y Bruce traerán la cena de un restaurante.
—Pero yo ya tengo hambre.— El estómago de Peter rugía casi con la misma intensidad que la del Dios del trueno.
—¿No desayunaron?— Pepper miraba con desapruebo a Steve.
—Comimos pastel.— Peter interrumpió antes de que su padre le respondiera. Steve sólo rió algo ansioso.
—No me digas que… —De nuevo Pepper reprochaba a Rogers.
—Tal vez… despertamos hasta tarde. —Steve trató de evadir la dura mirada de Potts. Peter murmuró un “Estás en problemas”.
El color anaranjado del ocaso comenzaba a manchar el azul de cielo. Thor encendió la televisión, se mostraba el gran desfile, pero nada comparado con el espectáculo que habría más noche.
Depués de unos minutos donde todos conversaban o jugaban con Peter, el sonido del ascensor se escuchó de nuevo y de él salieron Natasha y Bruce.
Llevaban varias bolsas y cajas llenas de comida. Thor en seguida ayudó a cargarlas y ponerlas en la mesa. Después de saludarse, Pepper y Bruce acomodaron los cubiertos junto a los platos.
Peter se acercó al sillón donde Steve y Thor conversaban, haló parte de su traje para llamar su atención.— ¿Dónde está papi?
Steve recordó que en todo el día Tony no había salido de su taller, lo cual era normal, pero no cuando había una fiesta de por medio. –Está en el taller Peter, no creo que debas ir por él, ya sabes cómo es. Iré por él.
—¿Qué está haciendo el hombre de metal?— Cuestionó Thor, llamando la atención de Loki, quien se encontraba más que aburrido cambiando canales en el televisor.
—Dijo que estaría preparando los fuegos artificiales. —Mintió Steve, puesto que no tenía idea de lo que hacía en su taller.
Loki notó de inmediato la pequeña mentira, era inusual en el Capitán y por ende más interesante. Siguió la corriente. ¿Fuegos artificiales?— Repitió.— ¿Dónde mencionaste que se encuentra Stark?
Antes de que Steve se negara a decirle la ubicación del taller y de que Thor lo reprendiera con algún gesto, Peter cómo ya estaba acostumbrado a hacer, se adelantó a los otros dos y respondió por ellos.— Está bajando las escaleras, tía Loki. —Señalo con el índice el camino y el Dios omitió la travesura del niño para ir a visitar al mecánico.
Rogers intentó levantarse de su asiento, pero Peter le dio uno de los controles de su videojuego al igual que a Thor.— Ahora que dejó la televisión… ¡vamos a jugar! —Steve no podía negar que su hijo era un genio como Tony.
Loki bajó rápidamente los escalones y miró una reforzada puerta de cristal frente a sus ojos donde se hallaba el taller. Mientras más reforzado el exterior, más interesante el interior.