- Bueno… – dijo Jaejoong mientras intentaba levemente asimilar la pregunta antes de responder. Después resoplo como si juntase valor para hablar – Mira… no entiendo a que viene esa pregunta, pero ponte a pensar – prosiguió – Tu vives en la parte más rica de la ciudad y yo apenas en los suburbios… asististe a una de las mejores escuelas yo apenas llegue a una escuela decente – su rostro se veía afligido – Naciste en cuna de oro y yo tuve suerte de nacer… ¿Cómo pude conocerte en el pasado?
- Yo… no… - Yunho apenas podía decir algo, entendía que era una estupidez haber pensado tal cosa. Era evidente que jamás hubiera conocido a Jaejoong, ambos eran de mundos diferentes– Solo olvídalo – dijo bajando su tono de voz.
- El golpe debió ser fuerte – dijo Jaejoong observando atentamente le cuerpo de Yunho para ver si tenía alguna herida que lo hiciera actuar de esa forma tan extraña.
- ¡Te dije que lo olvidaras! – gruño molesto – Ven – tomo el antebrazo de Jaejoong y lo llevo hasta su lujosos convertible.
- ¡No! – respondió Jaejoong enérgico. No quería desaparecer nuevamente, no quería preocupar a sus padres y menos a Yoochun.
- Aun no he dicho nada – toma las llaves de auto, presiona un botón abriendo las puertas del mismo – Veo que ya sabes lo que te diré… nuestros pensamientos están sincronizados – ahogo una risa burlona.
- ¡Me niego! – grito descontento sin notar las miradas de varios estudiantes que se encontraban en los alrededores de la universidad – No sabes lo doloroso que es ver como tu madre llora por tu desaparición…. – miro reacio – Alguien como tú no lo debe entender – insinuó refiriéndose al accionar de Yunho y a su vida como gánster – No quiero preocuparlos… - inspiro profundamente para llenarse de valor – Si vas a amenazarme hazlo y dispáreme – dice desafiante.
Yunho no puede evitar hacer una pequeña risa al ver la desafiante forma en que Jaejoong lo estaba enfrentando. Intentaba descifrar si ese era el verdadero Jaejoong o solo estaba mintiendo nuevamente. Con una obstinada actitud tomo del brazo fuertemente a Jaejoong. Abrió la puerta del auto y lo empujo a entrar. No importaba cómo pero él no quería que Jaejoong se quedara con Hyun Joong. Jamás admitiría que estaba celoso de un hombre pues eso le parecía absurdo, seguía refugiándose en la tonta idea que lo había traído hasta la universidad.
No importaba cuanta resistencia pusiera Jaejoong la fuerza de Yunho lo seguía moviendo a su voluntad. Estaba nuevamente en ese auto, temía cual sería su paradero pero en esta ocasión estaba decidido a no dejarse llevar, no sería el mismo Jaejoong sumiso que permitía cualquier cosa. Si, Yunho era más fuerte y poderoso pero era humano pues se resfrió como cualquier mortal, no era una deidad.
- ¿A dónde me llevas? – preguntó Jaejoong manteniendo una mirada desafiante. No quería hacer sufrir a sus padres y no permitiría que nadie lo alejara de ellos nuevamente – Si no me dices… me lanzare del auto – amenazo poniendo la mano bajo el picaporte.
- ¿Serias capaz? – pregunto desafiando las palabras de Jaejoong.
- No solo sería capaz sino que lo hare – dijo apoyando firmemente su manos sobre el picaporte. Aun sostenía esa mirada desafiante ante los gélidos ojos de Yunho.
Yunho devuelve la mirada con aceptación, casi le parecía gracioso la forma en la que Jaejoong lo miraba. Entendía que Jaejoong ya no era el ser sumiso y patético que conoció hace algunos meses. Sino que era un hombre fuerte y decidido. Actuaba de ese modo solo cuando era amedrentado hasta el cansancio, dejando de lado al sumiso y pasible Jaejoong, sacando un ser que estaba guardado en su interior. Se podría decir un lobo disfrazado de cordero. De alguna manera Yunho admiraba esa valentía que opto al enfrentarlo, pero debía volver a someterlo y no perder el control de su esclavo.
- Tu día libre termino – dijo serio – Necesito que reemplaces a Heechul.
- ¿Qué? – alejo su mano del picaporte del auto. Estaba atónito con el pedido de Yunho - ¿De qué estás hablando? ¿Qué le hiciste a Heechul?
- No le hice nada… - dijo escudándose de las acusaciones de Jaejoong - Él estará ausente unos días, fue a visitar a su madre.
- Entonces… ¿A dónde vamos? – dijo Jaejoong con un tono desconfiando.
- Eres estudiante de chef – miro a Jaejoong y este acento con la cabeza – Necesito que elijas platillos. Daré una fiesta para un amigo y quiero que todo salga perfecto – acento levemente – Además te pagare.
- ¿Pagarme? – pregunto emocionado – Hablas de dinero ¿verdad?
- Si o esperas que te pague con frijoles – dijo en un tono burlón – Te dije que reemplazarías a Heechul por lo tanto cobraras su mismo sueldo.
- ¿Enserio? – dijo más animado. Ya que después de tantos meses cobraría algo de dinero. Estaba cansado de darle escusas a sus padres sobre la falta de sueldo. No podía decirles que era el maldito esclavo del jefe de la mafia. Temblaba de solo pensarlo.
Bajo el silencio del lujoso auto se escuchaba el sonido de un teléfono celular. No era el de Yunho pues su tono de llamada era una melodía de rock. Desconcertado Jaejoong busco entre sus bolsillos pero no había nada. Descubrió que el sonido provenía del interior de su mochila.
- Hola – contestó muy animado. Estaba emocionado pues ganaría algo de dinero – Hyun Joong – sonrió.
El solo escuchar la manera tan amigable en la que Jaejoong se refería a Hyun Joong hizo hervir la sangre de Yunho. Clavó una feroz mirada en Jaejoong. Esa mirada decía algo como dile algo de esto y estás muerto.
- Si… - dijo temeroso por la mirada de Yunho. Aquella mirada lo intimido y comprendía lo que quería decirle. Había llegado al punto de entender a Yunho sin siquiera usar las palabras – Si… estoy bien – fingió reír – Sé que quedamos de hablar… pero me olvide de decirte que tenía un compromiso de trabajo – espero la respuesta de Hyun – Lo siento, que te parece si nos vemos en la cafetería de mis padres – sonrió - ¿Aún recuerdas donde queda verdad?
- Así que Kim Hyun Joong conoce a tus padres – dijo rabioso Yunho en voz baja. Le molestaba la idea de saber cuánto Hyun Joong se había acercado a Jaejoong y lo llevaba a un único interrogante ¿Jaejoong en verdad salía con su hermano o estaba saliendo con Hyun Joong? Sea cual fuera la respuesta lo llenaba de coraje. Yunho estaba que ardía pero de rabia.
- Si, dile a mis padres – asintió con la cabeza – Prometo no llegar tarde… hasta luego – espero la respuesta de Hyun Joong - ¡Eh! Ah…sí, yo también te extraño… - sonrió amablemente.
El rostro de Yunho estaba embravecido, no podía salir de su asombro al escuchar tales palabras en boca de Jaejoong << - Yo también te extraño>>. Estaba tan furioso, ni siquiera mantenía su concentración al volante podía lanzar el auto a un vacio y no darse cuenta.
- ¿Por qué actúas tan encantador con Hyun Joong? – preguntó con un tono de furia en su voz y hasta de disgusto - ¿o es que actúas de ese modo con cualquier estrellita de rostro bonito? – dijo resoplando furioso.
- ¡eh! – esbozo desconcertado. Otra vez no entendía las palabras de Yunho – Hyun es…
- Lo sabia es tu amante – dijo embravecido, su furia y celos lo estaban consumiendo.
- ¿qué? ¿de dónde sacas eso? – dijo frunciendo el entrecejo – Con Hyun Joong nos conocemos desde niños… siempre jugábamos juntos, somos como familia. El vivía a una calle de mi casa, pero cuando su padre murió él se mudo. Parece ser que su madre volvió a casarse con un hombre de mucho dinero – apoyo su codo sobre el respaldo de la ventana así ver fuera del auto pues la mirada penetrante de Yunho lo intimidaba – Hace diez años que no lo veo, no sabía nada de Hyun hasta esa noche… me alegra ver que ha triunfado en lo que tanto ama, el arte.
- Son solo amigos – dijo Yunho con un tono más sereno, pero aun así algo lo perturbaba – Tengo suficiente con las mentiras de mi familia –prosiguió – Espero que no me mientas – miro levemente de reojo hacia Jaejoong
- Es la verdad – dijo Jaejoong mirando los penetrantes ojos de Yunho. Después humedecía sus labios, el calor era insoportable dentro del auto. ¿Pero cómo? Si el aire acondicionado estaba encendido. Ni el mismo Jaejoong entendía porque su cuerpo sentía ese repentino calor cuando su mirada se cruzó con la de Yunho, ¿miedo? No era miedo… se sentía tímido y hasta sonrojado. Volteo inmediatamente hacia un costado, no quería que Yunho lo viese en ese estado.
Después de la tormenta el día parecía otro, el cielo a lo lejos se veía tan azul como el mar. Un enorme océano sobre Seúl. Las calles parecían brillar de alegría, gente caminando sobre las veredas ya sea de compras o disfrutando de la tarde. Las tardes en la zona céntrica de Seúl parecían tan mágicas había bares, restaurantes, cafeterías, confiterías… todo para el disfrute de sus habitantes como de los miles de turistas extranjeros que venían a visitarla.
Jaejoong sentía cierta nostalgia pues la única vez que había disfrutado de la ciudad de Seúl fue cuando festejo con Yoochun su graduación de la academia de policía. Desde entonces jamás había tenido oportunidad de disfrutar de un paseo por la ciudad. Deseaba hacerlo algún día con su novia o pareja pero no tenía mucho dinero. Seúl era una hermosa ciudad, pero quienes verdaderamente la disfrutaban eran aquellos que tenían dinero.
La nostálgica mirada a través del vidrio de Jaejoong se transformo en asombro. Estaba pasando por la calle que conectaba con el aeropuerto internacional de Seúl. Había una gran cantidad de gente fuera de la misma, mujeres, niños y hasta hombres. No importaba si eran jóvenes o más grandes el lugar estaba a acaparado en su totalidad. El carril de transito de autos había sido reducido a una cuarta parte. Aquellas personas estaban ahí por su propia voluntad. Se veían emocionadas, muy felices. Era evidente que sus voces clamaban por alguien pero eran tan diferentes sus tonalidades de voces que el nombre se perdía entre la multitud, haciendo difícil comprender a quien llamaban.
- Deben ser fanáticos… hace mucho calor como estar bajo el sol – dijo Jaejoong observando con atención por el vidrio del auto - ¿tal vez es alguna estrella del cine o un músico o un deportista? – dijo intentando descifrar el cantico de las fanáticas pero le era imposible.
- No importa – dijo Yunho pisando el acelerador.
Era la primera vez que Jaejoong no se sentía perturbado con la presencia de Yunho, más bien estaba algo nervioso casi ansioso. Aun así no podía bajar la guardia. Aquel hombre podía destruirlo. Desde que ambos se conocieron Jaejoong fue declarado de su propiedad, su esclavo. Odiaba recordar ese día, su único consuelo era haber conocido a Junsu. Apoyo lentamente su antebrazo sobre el respaldo de la ventana, como si estuviera pensando en algo, más bien en alguien. Se preguntaba donde estaba Junsu, si estaría saliendo de su trabajo o si estaba ahogando sus penas en un bar. Volvió la mirada hacia Yunho e imagino a Junsu sonriéndole tímidamente con esa risa angelical. Quería escuchar la tímida y dulce voz aguda de Junsu. Debía admitirlo, adoraba el trato amable que Junsu tenía con él. Lo extrañaba tanto que deseaba estar a su lado, pero cuando volvió a parpadear noto que no estaba junto a Junsu sino junto a Yunho. Aunque debía admitirlo Junsu tenía un adorable encanto angelical, pero Yunho tenía un atractivo tan magnético que hacía que cualquiera que lo viese no apartara un instante su mirada de él.
<<-Si sonriese con frecuencia se vería más lindo >> pensó Jaejoong mientras volteaba su mirada observando hacía las alegres calles de Seúl. Esperaba hacer bien su trabajo y volver rápidamente con su familia pero con Yunho al mando nada era predecible.