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Rescatame por alexriden02

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Jaejoong se quedo solo en aquella habitación, nuevamente Yunho se fue, desapareció. Si tan solo él hubiese gritado sus verdaderos sentimientos, si tan solo hubiese confesado lo que en verdad sentía, no estaría perdiéndolo. Ya no había vuelta atrás, como la espuma de mar Yunho había desaparecido. De la misma firma que Yunho apareció en la vida de Jaejoong se marcho, sin dejar rastro alguno.

Diez años en los que Jaejoong nunca más volvió a saber de Yunho, solo rumores vagos de su casamiento con una mujer de la nobleza china. Rumores que se negaba a creer, pero debía aceptar, la vida de aquel hombre era tan diferente a su vida. Esos diez años lo ayudaron a comprender que todo lo vivido con Yunho solo fue un sueño, una ilusión.

 

(n__n) nah…. Es mentira ¿os asuste?, pequeña broma. Ahora que capte vuestra atención por favor sigan leyendo el verdadero capitulo.

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Lentamente las últimas gotas de lluvias de verano estaban cayendo bajo la playa. Las últimas tormentas  de verano sobre Seúl suelen ser devastadoras, puesto que pronto el verano daría  fin hasta el próximo año, dando  lugar al crudo invierno.

 

Con las piernas a punto de doblarse, Jaejoong salió de la habitación. Cojeaba como si hubiese corrido una maratón, pero nada le importaba, debía alcanzar a Yunho. Se tomó por el pasamano de la escalera para no tropezar. Bajo lo más presuroso que podía en su débil estado. Las heridas de la mano empezaban a dolerle al hacer tal esfuerzo por el pasamano  para evitar una caída. Débilmente del vendaje estaba traspasando la sangre. Al llegas al piso inferior no había nadie. Corrió presuroso a la puerta de entrada. Su corazón  se sentía abatido al no poder localizar a Yunho.

 

Una vez afuera de la mansión sintió unas gotas de lluvia, parecían pequeñas y diminutas lágrimas en su rostro. Su corazón se acelero al ver a Yunho, aún no había atravesado el camino de madera. Jaejoong estaba descubierto a la lluvia, mientras que Yunho llevaba un paraguas negro. Yunho no parecía estar muy apresurado por lo que Jaejoong junto sus últimas fuerzas para alcanzarlo. Intentó gritar el nombre de aquel hombre, pero su aceleración era tan agitada que apenas podía respirar con claridad.

 

Yunho estaba a mitad del camino de madera, la lluvia lentamente se hacía más intensa, pronto el paraguas seria un estorbo y no una protección. Sin esperarlo en su mente se cruzó la imagen de Jaejoong con las manos heridas, seguida de esa deprimente imagen se le cruzo el rostro sonriente de Jaejoong. Se aborrecía a sí mismo por seguir recordándolo. Se detuvo unos instantes a mitad del camino para divisar sus manos. Maldecía haber lastimado a tantas personas con esas manos, se maldecía a sí mismo. No deseaba dañar con esas manos a Jaejoong. No soportaría que Jaejoong lo odiase más de lo que ya sentía que lo odiaba. Sabía que Jaejoong lo miraba como quien mira a un insecto horrendo <<Tan diferente de cómo él  mira a Junsu>> pensó desilusionado. No necesitaba más pruebas, esas miradas le bastaban  para entender el amor entre ambos.

 

De repente el cuerpo de Yunho, el cual estaba inmóvil, recordando, sintió como unas manos lo rodeaban desde la espalda. Baja la mirada y nota las manos vendadas de Jaejoong rodeándole la cintura.

 

 

– Yunho  – suscito Jaejoong como una plegaria – No te vayas – hundió su rostro sobre la prominente espalda de Yunho. Fregaba su cara y aprisionaba con más fuerza a aquel hombre.

 

 

El cuerpo de Yunho estaba temblando, parpadeo varias veces, no creía lo que estaba oyendo de los labios de Jaejoong. Sin pensarlo acaricio las manos de Jaejoong con ternura.  Después cogió las manos del más joven para alejarlo de su cuerpo.

 

Jaejoong ya no podía seguir sosteniéndose de pie, sus piernas temblaban y su cuerpo caería desplomándose sobre el camino de madera. Cuando sus manos fueron apartadas, la caída era inminente, pero Yunho hábil y astuto evitó que el cuerpo de Jaejoong se desplomara sobre el suelo. La lluvia los estaba mojando a ambos. Jaejoong entrecerró los ojos, estaba perdiendo la conciencia. No quería cerrar los ojos, se negaba, pero sus parpados pesaban igual que un par de yunques.

 

– ¡Jaejoong! – exclamó alarmado Yunho mientras el más bajo se desmayaba en sus brazos. Era la primera vez que Yunho decía con tal fervor el nombre de aquel joven. Ni él mismo creía decirlo algún día.

 

 

**************

 

 

 

Pegado a la barra  de un bar. Yoochun bebía sin descanso soju. Reía solo, recordando la primera vez que bebió con Junsu. Desde su posición podía ver como la lluvia empeoraba. Ver esas gotas golpear contra el asfalto  lo deprimía. Imaginaba como habrían sido las lágrimas de Junsu el día que lo abandonó. Después pidió otras botellas, pero el barman se negó a servirle, ya estaba bastante ebrio. Además pronto amanecería.

 

 

Desde una de las mesas del bar estaba Him Chan observando a Yoochun. Hace más de una hora que lo estaba observando. Mordía sus labios como si saboreara la presencia de aquel hombre.

 

– ¿Encontraste algo que te guste? – Dae Hyun lamio sus labios e hizo un puchero ante Him Chan.

 

Him Chan perdió unos instantes de vista al hombre de la barra para centrar su atención en su amigo. Sin omitir ninguna expresión en su rostro hablo.

 

– ¿Te molestaría si los dejo solos? – señalo a Jongup quien estaba a su lado.

– Por mi puedes marcharte – dijo Jongup sonriente mientras observaba a Dae Hyun.

– Siempre eres tan amable – mascullo Dae Hyun a Jongup – Hace mese que no vemos a nuestro amigo y tu ya lo dejas ir en busca de su próxima víctima.

– Vale…. Basta de maltratar a Jongup – dijo Him Chan – Agradece que cumplió 18 años sino tú serias el que está en problemas. Por abuso de menores.

– ¡cállate! – dijo molesto Dae Hyun – Mejor vete y no andes diciendo estupideces – bebió de un golpe su trago.

– Cuídate de este pervertido – advirtió  Him Chan a Jongup abandonando la mesa.

– ¡Dije que te callaras! – grito molesto viendo como Jongup agachaba la cabeza. Estaba avergonzado por los dichos de Him Chan. Dae Hyun trago su bebida y después cogió la mano de Jongup – ¿Aún quieres que te lleve a tu casa?

 

Jongup asintió  levemente con el rostro angelical que caracterizaba su joven edad. Las manos de Dae Hyun lo hacían temblar más que los dichos de Him Chan.

 

– Siempre eres tan amable. Espero no hacerte daño – dijo  Dae Hyun mientras pagaba la cuenta, el reencuentro de amigos había durado poco pero quería estar a solas con su adorado Jongup. Antes de dejar el bar volteo una vez más para ver a Him Chan – Maldito sexopata… no puede pasar un día sin que se la estén metiendo…  - calló, sabía que Jongup no le gustaban las palabrotas.

– ¿Metiendo qué? – pregunto incrédulo Jongup.

– Metiendo… - intento explicarle, pero mando todo por la borda –  olvídalo aún eres muy joven para saberlo – dijo Dae Hyun mientras cogía al menor por la mano.

 

Molesto, Yoochun apenas podía pararse para enfrentarse al barman.

 

– No… puede negarme otro trago – dijo molesto al barman.

 

 De la nada un muchacho se sienta junto a él le regala un trago. El muchacho lo miraba fijamente, sentía que la mirada de aquel joven parecía desnudarlo. Sin importarle quien le daba el trago Yoochun  lo bebió rápidamente.

 

– Buen trago – dijo Yoochun para entablar alguna conversación con aquel joven. Pero el joven continuaba en silencio. Seguía observándolo con aquella extraña mirada –  ¿Eres mudo? – preguntó Yoochun al joven que no parecía tener ganas de hablar – Hello, Do you speak English?

 

Him Chan no hizo más que una mueca al ver como aquel hombre hablaba. Debía admitirlo era atractivo. Después arquea una de sus cejas de manera sugestiva mientras depositaba su manos en la entre pierna de Yoochun.

 

De repente Yoochun sintió una extraña sensación sobre su miembro, cuando baja la vista ve como las manos de aquel joven estaban sobre sus pantalones. Estaba ebrio,  pero no lo suficiente para permitir que un simple mocoso le tocara  su virilidad. Algo molesto aparto la mano de Him Chan.

 

– Veo que eres de eso tipos – dijo haciendo un esfuerzo por levantarse – Lo lamento, pero yo no soy como tú – al levantarse veía todo borroso, el sonido de la música se había detenido, se sentía como flotar. Su cuerpo parecía tan liviano que sin darse cuenta estaba cayendo al suelo.

 

Him Chan solo observó como Yoochun tambaleaba para mantenerse erguido. Al verlo caer rápidamente lo atrapo entre sus viriles brazos. Hizo una señal al mozo para que fuera al estacionamiento por su camioneta. Puso la mano de Yoochun sobre su hombro  mientras lo sujetaba de la cintura hasta afuera del bar. El mozo le entrego las llaves ayudándolo a acomodar al hombre desmayado en el asiento delantero. Him Chan entrego una jugosa propina al mozo y piso el acelerador.

 

Inconsciente Yoochun se recostó sobre el cristal de la ventana. Him Chan observo por completo el cuerpo de aquel hombre, lamio sus labios y se mordió el borde inferior. Ansiando llevar a ese hombre a su casa.

 

– Ya veremos si no eres de esos tipos – dijo en tono amenazante Him Chan mientras acariciaba el rostro de aquel hombre – Deberías sentirte honrado que esta noche te escogiera.  Serás mío cuantas veces yo lo decida – acelero más a fondo pues su paciencia no era buena.

 

 

*************

 

 

 

La lluvia parecía empeorar, los poderosos vientos movían en enormes oleadas al mar. El camino era muy peligroso como para transitarlo en auto. Yunho cogió a Jaejoong entre sus brazos, debían volver a la mansión o terminarían empapados.

 

– Para ser tan delgado sí que eres pesado – dijo Yunho sosteniendo a Jaejoong con ambas manos. En un extremo tenía la cabeza de Jaejoong recostado sobre su pecho, mientras del otro extremo estaba sujetando las piernas del más joven. Notando que estaba descalzo, lo que indicaba que Jaejoong salió rápidamente tras él, sin siquiera tomarse el tiempo para calzarse.

 

Una vez dentro de la mansión, fue bastante duro para Yunho subir las escaleras con Jaejoong en sus brazos. Si bien el más joven lucia esbelto, las manos de Yunho temblaban, no porque le pesase el cuerpo de Jaejoong, sino que temblaba al estar tan cerca del cuerpo de aquel joven. Suavemente como si fuera un cristal, deposita a Jaejoong sobre la enorme cama de la lujosa habitación principal. Cubriendo al joven entre las sedas albinas de las sabanas, nota que las vendas de Jaejoong estaban nuevamente manchadas con sangre. Rápido Yunho se preparó para cambiarlas, pero al sostener esas manos descubrió que el cuerpo de Jaejoong ardía. Preocupado acaricio la frente del más joven, sintiendo que tenía temperatura.

 

– Han-Jung  – musito Jaejoong despertando por el roce de las heladas manos de Yunho.

– Eres un idiota – refunfuño molesto al oír el apellido de su familia, ya que no sabía si Jaejoong lo llamaba a él o a su hermano – Como saliste en ese estado, ahora estas volando de fiebre.

– ¿No te irás? – musito suavemente notando como Yunho cambiaba su vendaje.

– No puedo dejarte en este estado. Si algo malo te sucediera tu amado Junsu me asesinaría – dijo serio mientras tocaba la cortadura en su labio inferior, justo donde había impactado el golpe de su hermano.

 

Yunho sabía que existía una gran posibilidad de que Jaejoong elevara la temperatura, pues las heridas en las manos eran bastante profundas y el cuerpo reacciona elevando la temperatura, lo que hace que se activen las defensas del cuerpo y así facilitar la cicatrización. Si bien la fiebre de Jaejoong pudo ser leve, estaba alcanzando a picos de 38 grados. Ese número alarmaba la calma de Yunho. Sabía que si Jaejoong no hubiese corrido tras él, aquello no estaría sucediendo.

 

– ¿A dónde vas? – dijo alarmado por la lejanía de Yunho.

– Ahora vuelvo. Necesito bajar tu fiebre – dijo en un tono suave para tranquilizar a Jaejoong.

 

Cuando Yunho regreso a la habitación, Jaejoong estaba debatiéndose entre el sueño y el dolor incesante que sentía en su cuerpo. Esa fiebre le era tan similar a la que casi lo mata cuando era pequeño. Con compresas frías Yunho intento bajar la fiebre, pero no serbia. Del botiquín cogió unas agujas y unos frascos con diferentes rótulos. En una hoja hizo un par de cuentas y después mezclo los líquidos de dos frascos dentro de la jeringa. Agito las jeringas, saco el remanente de aire del objeto y busco la vena en el brazo de Jaejoong.

 

– ¿Vas a inyectarme? – musito débil. Sus ojos estaba tan somnolientos que apenas podía mantenerlos abiertos.

– Tranquilo. No es veneno – dijo encontrando la vena en el brazos de Jaejoong – Es una inyección con antibióticos que ayudara a contrarrestar la fiebre. De esta forma tu cuerpo combatirá más efectivamente.

– ¿Me dolerá doctor? – rio débilmente. Intentando hacer una pequeña broma, ya que veía angustia en los ojos de Yunho.

– Solo será un pinchazo. Si te asusta, no mires la aguja…  mírame a mi – levanto el rostro de Jaejoong para que este lo mirase a los ojos. Un truco que había aprendido mientras estudiaba.

– ¿Eres doctor? – preguntó Jaejoong, ya que apenas había sentido el pinchazo.

– No – saca la aguja y pone un pequeño trozo de algodón sobre el pinchazo – Pero te diré un secreto. Cuando termine la secundaria quería ser médico. Curse casi dos años, cuando mi padre murió tuve que encargarme de las empresas y los negocios. Por lo que abandone la carrera de medicina y seguí la carrera de finanzas.

– Si sobrevivo quiere decir que hubieses sido un buen doctor – dijo Jaejoong parpadeando débilmente, haciendo un esfuerzo por sonreír. No toleraba ver ese rostro de aflicción sobre Yunho. Mil veces prefería la gélida expresión de aquel hombre que verlo tan abatido.

 

Cuando Yunho estaba por abandonar la habitación, Jaejoong le pide que se quedara, ya que temía  los hospitales.

 

– No es un hospital – señalo la lujosa habitación.

– Donde hay un doctor, inyecciones y un enfermo… eso es un hospital –  le pesaban los parpados – Desde que mi hermano murió siempre he temido a los hospitales. No puedo evitarlo, me siento triste, intranquilo… es como… si

– … Sí sintieras un enorme vacío en el interior de tu pecho – terminó la frase que Jaejoong iba a decir.

– Sí, eso es lo que siento – dijo casi emocionado, ya que Yunho parecía haberle arrebatado las palabras –  ¿Cómo lo sabes?

– No lo sé – se sentó a un costado de la cama. Ese sentimiento descrito por Jaejoong  era como Yunho realmente se sentía al pisar un hospital. Recordando que todos los seres que había amado murieron en una miserable cama de hospital.

– ¿No me dejaras? – Jaejoong extendió la mano para que Yunho la tomase.

– Me quedare. Descansa – cogió  la vendada mano de Jaejoong con delicadeza pues no quería lastimarlo.

 

Esa noche tormentosa Yunho cuido de Jaejoong. Jamás había cuidado de otra persona con tal entusiasmo, salvo a Junsu. Aún recordaba cuando Junsu se enfermaba y rogaba a Yunho para que no lo dejase solo en la enorme habitación de la mansión familiar.

 

La mañana no tardo en llegar. Yunho lentamente despego sus ojos. Sin darse cuenta había rodeado con sus viriles brazos el torso de Jaejoong. Sorprendido de su propio accionar al momento de quedarse dormido aparto sus brazos. Después contemplo con una escueta e imprevisible  sonrisa el rostro de Jaejoong. Era la segunda vez que dormían juntos y eso lo hacía feliz por alguna maldita razón. Suavemente acaricio la frente del más joven para comprobar la temperatura. Para su agrado la fiebre de Jaejoong había quedado en el pasado.

 

De repente Jaejoong empezó a moverse a ambos lados de la cama como si buscara algo. Buscaba el cuerpo de Yunho incesantemente pues había dormido plácidamente acurrucado por los viriles brazos de aquel hombre. Yunho dio  un salto rápido de la cama, depositando los pies sobre el suelo. Después Jaejoong dejo de buscarlo y se acurruco entre las sabanas. Yunho sonrió. El rostro de Jaejoong al dormir era una imagen tan hermosa y sublime que no lograría borrar de su mente.

 

– Soy un idiota – rezongo molesto consigo mismo – Que es lo que veo en ti que me hace tan feliz. ¿Porque solo a tu lado dejo de pensar en ella? - cuando ve que Jaejoong estaba por despertar abandonó a toda prisa  la habitación.

 

 

Notas finales:

 Woooo… pase los 40 capítulos, puf, ni yo lo creo. Sé que es bastante larga la historia (U.U) pero aún sigo firme con que toda historia de amor lleva su tiempo. Agradezco vuestros comentarios y que sigan eligiendo este fic.

Fue una pequeña broma al inicio, cuando mi hermana lo leyó casi me asesina (T__T), pensó que había escrito el final (e_e), espero que vosotras lo hayan tomado con humor (n_n)

 

Nii-Chan (o.O) hoy casi me asesina mi hermana, menos mal que soy veloz y hui a tiempo, sino me atrapa y pobre de mí… tan joven que era XP   je, je, je menos mal que después siguió leyendo, ahora me vuelve a adorar. Todo volvió a la normalidad (n_n)


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