Él rodo por la cama, extendió su brazo como si buscara algo en la inmensidad de la misma.
- ¿Buscas algo?
Sin esperarlo, siente un puntapié en su espalda para bajarlo de la cama por lo tanto no controlo la caída. Se reincorpora aún adolorido, no por el insignificante puntapié sino en su orgullo masculino.
- ¿Heechul, qué es lo que te sucede? – preguntó enfadado mientras se levantaba del suelo.
- ¡Eso es lo que debería preguntar! – Heechul se cruzó de brazos aún más molesto que Yunho. Casi estaba a punto de tomar a Yunho por el cuello y estrangularlo. Cuando recibió la llamada de Yunho estaba feliz, una llamada a media noche para verse, le costó dejar a Siwon. Una vez que fue en busca de Yunho lo encontró adolorido sosteniendo su entrepierna como si algo estuviese por caérsele. Pese a sus intentos por llevarlo a una clínica Yunho se negó, así que Heechul lo había acogido en su departamento ya que su amigo no quería volver a su casa.
- ¿Por qué luces enojado? – miró el reloj, amanecía y él aún dormía.
- ¿Puedes moverte?
- Claro que puedo moverme solo fue un golpe en… - Yunho ni siquiera podía pronunciar el golpe en su hombría.
Heechul lanzo una risa falsa, tan típica de él cuando algo no le cuadraba o dudaba.
- Tuviste suerte – actuó su mejor sonrisa – El doctor dijo que tuviste suerte que esa mujer no te haya castrado.
- ¿Cuál mujer? – pregunto desconcertado, aún estaba medio dormido y necesitaba su café para empezar el día – Te dije que ninguna mujer me hizo esto, solo fue un accidente.
- Está bien, Lo de la mujer lo invente – elevo ambas cejas en señal de astucia – No esperabas que le dijese al doctor tu patética mentira… – sonrió imitando a Yunho de manera dramática – “Choque accidentalmente contra un poste”
Yunho rodeo a Heechul como león a punto de atacar una presa, pero se jacto con una sonrisa de costado y le despeino el pelo, como cuando eran niños y Heechul se molestaba. Odiaba que lo despeinasen cuando había pasado varias horas acomodando el cabello frente al espejo. Aún así, Yunho era el único que podía atreverse a tal osadía, ya que otro en su lugar estaría cavando una tumba.
- Casi quedas impotente – dice en tono de broma - ¿Qué harás con ese poste?
- Ese poste recibirá su merecido de eso me encargare personalmente – fijo su mirada en sus manos haciendo ademanes de estar estrangulando el cuello de alguien. Heechul solo pudo reír al ver la cómica actuación de Yunho.
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Llegando al departamento de policía de Seul, con una taza de café en mano, ya que eso le ayudaba a despertarse y combatir la resaca. El teniente Park Yoochun ingresa con zancadas directas a su oficina mientras es saludado por los demás oficiales. Antes de ingresar a su oficina su secretaria Dana le informa que dentro estaba un representante de la central de inteligencia Coreana. Aquel hombre lo estaba esperando hace poco de uno minutos.
A punto de lanzar la taza de café al suelo, el teniente abre la puerta de su oficina. Odiaba que algún representante de la central de inteligencia fuera a visitarlo, más después de haber abandonado esa central a los pocos día que Junsu fue transferido. Su enojo no era absoluto, pues guardaba la ligera esperanza de que ese sujeto proveniente de la centra sea Junsu. Pero a la vez se cuestionaba si realmente era Junsu, que haría o que diría después de la forma en la que nuevamente se habían despedido para siempre.
- Teniente Park – él se levanta de la silla donde aguardaba ser atendido. Se lleva la mano a la sien para un saludo oficial – Soy de la fuerza de seguridad especial, Capitán Cho KyuHyun
- Capitán Cho – imita la acción del saludo oficial del capitán Cho KyuHyun, de cierta forma un alivio pasajero lo invade. Pero solo es pasajero, pues no conocía al capitán Cho - ¿A qué debo el honor de su visita?
- El honor es mío – inclina levemente su cabeza en un gesto de gentileza y admiración – Es un honor poder conocer al famoso inspector Park.
Yoochun realmente estaba sorprendido, en varios años nadie lo había llamado de esa forma. Observó atentamente al capitán, muy joven ante sus ojos para ocupar el puesto de capitán, pero ameritaba que había ganado ese puesto con astucia e inteligencia.
- Hace años que nadie me ha llamado así – sonrió Yoochun con suficiencia.
- Es muy famoso entre mis colegas – afirma con respeto mientras Yoochun le hace una seña para tomar asiento – Aún es recordado la captura de Yoo Yong-Chul “El caníbal de Seúl”, fue uno de sus casos más renombrados entre los oficiales más jóvenes.
- Y el último caso – agregó tomando su lugar a la cabecera de su escritorio – No creo que un capitán venga solo a conocerme por mis viejos casos… ¿Qué es lo que desea? – pregunto con astucia, lo que provoco una sonrisa admirada del capitán Cho.
Rápidamente el capitán Cho enseña el titular del diario matutino de Seúl, que llevaba bajo su brazo. Yoochun lee el titulo principal del diario y analiza cuidadosamente la ilustración fotográfica del titular.
- ¿Qué relación tengo con éste triple homicidio? – pregunta desganado, la resaca estaba volviendo.
El capitán Cho estaba esperando esa pregunta del teniente Park, así que sin más rodeos enseñó las fotos que el comandante Lee EunHyuk le envió para convencer al teniente de su importancia con los tres crímenes.
Curioso por lo visto, Yoochun observo detenidamente la última imagen. Sus ojos se dilataron y casi parecían volar de sus cuencas, no por lo repugnante de los cadáveres sino por lo que perecían era palabras escritas en los jóvenes asesinados. Los cadáveres se encontraban tendidos uno al lado del otro, mostrando sus espaldas, y sobre su piel había quemaduras. Tales quemaduras cocinaron la piel de cada uno los jóvenes, dejando ver con claridad una inscripción macabra: Shim, en el primer cuerpo, Chang, en el segundo cuerpo y Min en el tercer cadáver. Las palabras estaban unidad como un rompecabezas con las espaldas de los jóvenes.
- Al principio los forenses creyeron que eran simples quemaduras previos a su muerte – se adelanto a explicar algo que Yoochun le preguntaría – Pero al ordenar los cadáveres según su edad se formó el nombre de la estrella de música. A partir de ahí el simple homicidio de esos jóvenes, paso a guardar estrecha relación con los atentados que ha estado sufriendo el cantante.
Las estrechas fosas nasales del teniente Yoochun expulsaron el aire de sus pulmones.
- Es evidente que no es el trabajo de un asesino serial y esos jóvenes no fueron elegido al azar. El asesino ó los asesinos, planearon dejar esos cadáveres para dar una señal de lo que planean hacer y quien será su próximo objetivo. También puede ser una señal de advertencia o sólo se están jactando de la total impunidad en que se mueven sin ser encontrado por la policía.
- No esperaba menos de usted – sonríe satisfactoriamente con admiración.
- Tienen las identidades de las victimas – afirma y señala la columna del periódico matutino de Seúl, en donde mencionan la identidad de los tres jóvenes – Es patético que los periodistas tengan más información que ustedes – dice en tono de burla.
- Los periodistas son como buitres ante estos caso – marco con desprecio – La televisora BNN fue la que divulgo la identidad de los jóvenes. Según ellos uno de sus reporteros encontró las llaves de un hotel a metros donde fueron hallados los cadáveres. El reportero fue hacia el hotel y descubrió que se hospedaban tres jóvenes de nacionalidad china.
- Eso está muy raro, uno no anda por ahí encontrándose llaves – bostezo y bebió su café – Vuelvo a preguntar, ¿Qué es lo que tengo que ver en este caso?
- Lo necesitamos de regreso – afirma con determinación.
- No tengo intenciones de volver a ese nido de ratones de escritorio – sonríe agresivo, haciendo una señal de despedida.
Cho KyuHyun elevó sus ojos al rascacielos y después volvió sobre el teniente Park.
- No me exprese bien, teniente Park – se cruzó de piernas para expresar su seguridad en lo que diría – No es un pedido para que vuelva, es una orden.
Park encendió un cigarrillo, aspiro una profunda bocanada y retuvo el humo en sus pulmones. Escupió el humo mientras mira de manera frívola al capital Cho. Otra vez había vuelto al vicio del cigarrillo, ese era un tema redundante, claro después de la visita del capitán Cho. Volver no era una opción y menos desobedecer las órdenes de sus superiores.
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El salón de prensa de la SM estaba repleto de periodistas de diferentes televisoras y revistas. Todos había acudido ante la nueva conferencia de prensa de la estrella de rock Max Changmin.
- Con esto queremos aclarar que el concierto de Max Changmin previsto dentro de 7 días será oficial y no se cancelara. Éste concierto será el cierre de su cuarto álbum RUSTY NAIL – aclaro KangTa con firmeza en su mirada.
- ¿Sera el último álbum de Max Changmin?
Cuando KangTa estaba por responder, Changmin se lo impide tomando la palabra.
- Me retirare cuando tenga que retirarme mientras tanto seguiré haciendo lo que me gusta, cantar – afirmo decidió y en un tono de voz más grave que la habitual, clara señal de seguridad en sus palabras. Aunque agradecía estar llevando unas gafas oscuras, pues sus ojos decían otra cosa muy diferente de sus palabras “duda e incertidumbre”
- Con respecto al incidente en la compañía…
- Ya aclaramos que fue una falla eléctrica que gracias a Dios no fue a mayores – satisfago la curiosidad del periodista antes de que formulara una nueva pregunta.
- Lo sé – respondió desafiante el reportero – Me refería al incidente de los tres jóvenes asesinados, ya que entre sus pertenecías hallaron entradas para el concierto de Max Changmin. La policía afirma que esas víctimas son las acciones del denominado grupo de ANTIFANS ¿Cómo se siente al respecto?
- Primero que nada – respondió KangTa con tono severo – La policía no ha afirmado nada. Segundo, lamentamos el incidente de los jóvenes, pero no existe ninguna conexión con ese grupo de antifans. Y el tercer punto es para aclararles que esta conferencia era para afirmar que Max Changmin seguirá normalmente con su agenda. Dara el concierto para todas sus fanáticas – se levanto de la silla – Eso es todo, buenos días.
- ¡Vale! – exclamó alguien desde el fondo de la sala, quien sólo se había limitado a observar - Señor Shim, ¿qué se siente ser responsable de la muerte de esos tres jóvenes?
- ¡Eso es una estupidez! - reprendió KangTa al hombre de gafas que hablaba desde el fondo. Lo conocía perfectamente, era un periodista frio y calculador, a quien solo le interesaba vender más ejemplares de su revista amarillista.
KangTa llamó a los custodios de Max Changmin para abandonar el salón, pero nuevamente el cantante hizo lo contrario.
- Esa es la pregunta más estúpida que me hicieron en mi vida – afirmó con una gélida expresión en su rostro – Lamento la muerte de esos jóvenes, pero no existe ninguna prueba oficial de que esté involucrado en tal atrocidad. Si va preguntar estupideces para vender más ejemplares, entonces deje el periodismo – dio media vuelta y se marcho del salón al resguardo de sus guarda espaldas.
“ El famoso cantante Max Changmin, no respondió a varias preguntas. Solo declaro que su concierto seguirá según su agenda. Dentro de 7 días el estadio Olímpico de Seúl estará repleto de miles de fanáticas coreando su nombre y sus canciones. Esto solo demuestra la frialdad del cantante ante los atentados de las antifans y su compromiso con la compañía y sus miles de seguidoras. Esperemos no presenciar ese día una catástrofe”
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Yunho junto a Heechul salen del enorme auditorio de juntas. La compañía Han-Jung además de ser una de las financieras más grandes, tenía todo tipo de marcas en su monopolio y había cerrado un acuerdo millonario con un importante jeque árabe para la compra de petróleo y abastecimiento de Corea. No solo era el jefe de la mafia del lado sur del rio Han, sino un importante empresario que mantenía en alza la economía de su país.
Al salir de la oficina recibe las reverencias de sus empleados. Mira firmemente y se dirige a su oficina. Revisa el papeleo: cobranzas, inversiones, cuentas en el extranjero. Han-Jung Yunho era el dueño de un emporio empresarial que iba en ascenso cada día, incrementando el patrimonio familiar. Estando entre los hombres más ricos del país y con mayor influencia. Pero detrás de ese emporio empresarial, se escondía un poderoso hombre heredero a gobernar Corea.
Se detuvo en el papeleo y firmas de documento, pensativo observa su reloj de mano. Cinco minutos para que la aguja más grande marcase las VI.
- Solo pasaron 5 días – contó Heechul con los dedos.
- El ambiente en mi casa es insoportable – rezonga con cansancio en sus palabras – Junsu está muy grosero con nuestra madre y no sé el motivo.
- ¿Cómo está Changmin? – pregunto intentando cambiar el tema pues ese discurso de Junsu, Heechul lo conocía perfectamente y lo hartaba. Le disgustaba ver como Yunho solo tenía ojos para su hermano.
- Él no está mucho en casa debido a sus ensayos, además dentro de siete días será su gran show – prende un cigarrillo y pega una calada – ¿Mandaste a reforzar la seguridad del estadio?
Heechul asentó con la cabeza. No dijo nada pues estaba esperando a que Yunho preguntase.
- ¿él no ha vuelto? – pregunto exhalando el humo.
- No – sonrió entre diente – Junsu está muy ocupado en el caso de Changmin, tanto que no ha ido a visitar a Jaejoong. Pero cuando esto termine volverá por él.
Expectante y astuto, Yunho sonríe de costado. Apaga su cigarrillo y se cruza de piernas, inclinando la cabeza hacia el respaldo de su cómodo sillón.
- Al principio tu plan era asesinarlo, después que alguna de tus conocidas lo conquistara en la fiesta del museo, pero lo llevaste a la casa de la playa. Ahí tampoco pudiste asesinarlo – sonrió de costado elevando una ceja – Después tuve que convencer a Hyun Joong para que lo llevase a la fiesta de Changmin, pero fue secuestrado y tú fuiste por él… No entiendo cual es realmente tu plan para con ese chico.
- El plan va perfectamente.
- No lo creo – rodeo sus brazos por la espalda de Yunho – No lo veo rendido a tus pies.
- Lo estará, pronto – alejo los brazos de Heechul, quien hizo una mueca de descontento al alejarse.
- Lo alejare de Junsu a cualquier precio, aún si tengo que conquistarlo – Heechul repite teatralmente – Esas fueron tus palabras y nada, no veo que este rendido a tus pies.
- Tengo que hacer esto porque tú no pudiste conquistarlo, además si lo asesino Junsu me señalara como el culpable. Mi hermano es capaz de arrestarme o algo peor – suspira recordando la noche en la que Junsu lo golpeo acusándolo del secuestro de Jaejoong – Debí asesinarlo ese día cuando lo lleve por primera vez a la casa de la playa, pero el desgraciado tiene mucha suerte – arquea ambas cejas al ver en la extraña manera que Heechul lo observaba, como si intentara leer sus pensamientos – ¡¿crees que es fácil conquistar a un hombre?!
- Es fácil cuando te gustan los hombres – se cruza de brazos – ¿suerte o no quieres dañarlo? Hasta pienso que en verdad te interesa ese muchacho.
- ¿Interesarme? – se jacta en una carcajada – Nunca podría interesarme alguien como él – gira los ojos – Solo es un estorbo. Lamentara el día en que se atrevió a cruzarse en el camino de mi hermano – agravó el tono de su voz – también pagara su atrevimiento a ponerme una mano encima.
- Así que él es el poste que te golpeo – sonrió jactándose al imaginar la escena - ¿Planeas vengarte de ese poste?
- No saques estúpidas deducciones – tomó un fuerte suspiro y luego soltó el aire de sus pulmones – ¿Venganza? – se jacto como si fuera una broma – Ese cocinerito no es tan importante como para ocupar mi prioridad en una venganza. Para una venganza se necesitan cavar dos tumbas y yo ya tengo esas tumbas – sonrió con malicia.
- Como digas – sonríe Heechul incrédulo de los dichos de Yunho, como si estuviese escuchando un chiste – Sólo espero que tengas cuidado, estás jugando con fuego. No olvides tu objetivo por un simple cocinero.
- Él es solo un juego, como no puedo matarlo acabare con su patética existencia de a poco, paso por paso – remarco sus palabras con confianza y una mirada tan fría como la de un asesino.
- Ten cuidado Yunho – advirtió con seriedad Heechul – El juego puede revertirse y ser tú el dañado.
- Eso no sucederá, todo se hace como yo deseo – se levanto de su asiento y camino hasta ponerse frente de cristal que separaba su oficina con el exterior. Observo la ciudad y sonrió– No existe nada que no pueda hacer, esta ciudad y el país pronto estarán bajo mí poder y al fin habré conseguido la victoria sobre mis enemigos. Ese día mi venganza culminara.
- Dinero y poder, eso es lo que conseguirás – suspiro con tristeza Heechul – Serás un hombre vacio, sin amor.
- Ese sentimiento es una estupidez para los débiles. – dijo en tono desafínate observando la ciudad, le ansiaba ya tener todo bajo su poder, que importaba el amor si cuando lo conoció solo daño su corazón. Aquella mujer solo había dejado heridas que no cicatrizaban, recuerdos tormentosos seguidos de noches insufribles de desolación – He amado a una sola mujer, ella se marchó y bastó para hacerme inmune… Ahora soy más fuerte que antes – fijo su mirada en Heechul – No volveré a enamorarme, nunca.
Yunho puso punto final a esa conversación, pero Heechul no podía ver como su primo y mejor amigo seguía hundido en esa desolación que aquella mujer le dejo. Desde que ella partió Yunho no era el mismo, la palabra “amor” era un insulto. Había cerrado su corazón con la excusa de que seguía amando a aquella mujer, ese era su escudo para protegerse así no volver a sentir amor por nadie más. Pero ese escudo estaba empezando a quebrarse, había una grieta y faltaba muy poco para que se destruyese por completo dejando al desnudo el corazón de Yunho.