Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Rescatame por alexriden02

[Reviews - 1076]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

16/03/14

¨*¨*¨*¨*HOLA¨*¨*¨*¨*

Después de bastante tiempo ~lo siento me olvide del fic, lo admito~ pero alguien me lo recordó ~cofcofmihermanacofcof~

Antes que nada:

1-Gracias por todos vuestros Reviews/ comentarios

2-Quiero aclara que este no es un fic policial ~tal vez de drama o suspenso… y algo de romance pero definitivamente no es una comedia~

Porque hago esta aclaración, básicamente porque sé qué no a todas vosotras/os os gusta las novelas policiales y casi siempre una historia policial termina cuando hallan al culpable~ y este fic aún no tiene fecha de final~  ~ hice la pequeña mención del caso de asesinato y atentados puesto que simplemente me nació escribirlo ~ dicho y aclarado, me despido ¿Hasta cuándo?…. Quien sabe (o.Ó)

Hoy estoy feliz, porque después de varias semanas, mi querida hermana regresoooo. Aunque su vuelo llego de madrugada ~las Tres de la mañana~ solo espero que sea coincidencia y no sea nada en mi contra (o.O).

Vele, os dejo que sigáis leyendo. Saludos!!!

 

Junsu presionó el expediente del triple homicidio entre sus manos. Pasaban de las tres de la tarde. Él estaba más pálido de lo habitual. No importaba cuantos  casos similares viese, el olor a cadáver y sangre seca era algo que no toleraba. Le producía no solo repugnancia sino una horrible sensación de suciedad, como si aquellos cadáveres se le impregnaran no solo en la mente sino en la piel. Con zancadas se dirigió hacia la habitación de interrogatorios. Tomo un poco de aire antes de ingresar.

El lugar era bastante pequeño, una mesa con un par de sillas y un enorme espejo desde el cual se grababan todas las conversaciones de los oficiales con los sospechosos. Una típica habitación de interrogatorios.

Cuando el teniente Han-Jung voltea hacia la pequeña mesa un hombre de traje pulcro y bastante fastidiado estaba sentado en una de las sillas, en la mano tenía un cigarrillo. En la mesa estaba un cenicero con media docena de cigarrillos, lo que indicaba que aquel hombre estaba realmente nervioso.

- Lee Soo Guk – afirmó Junsu al ver que el hombre lo estaba mirando. El hombre acomoda sus gafas y asiente – Soy el teniente Han-Jung Junsu  – toma lugar en la mesa sin despegarse del expediente que sostenía celosamente entre sus manos – ¿Usted halló esta llave en la escena del triple homicidio cerca del rio Han?

- Ya les dije que si – hundió su cigarrillo en el cenicero. Tanteo sus bolsillos buscando su cajetilla  de cigarrillos. Una vez que los encontró saco otro palito blanco y lo encendió. Pegó una profunda calada y soltó el humo – Me enviaron para cubrir la escena del crimen – sostuvo el cigarrillo mientras se cruzaba de piernas. Él estaba consciente de  que nuevamente perdería el día relatando la misma historia una y otra vez hasta que le creyesen o no – Los oficiales no me  permitieron acercarme, así que busque otra ruta para tomar unas fotos. Decidí rodear la costa y bajar por el este. Tropecé y caí boca abajo al agua. Y ahí fue cuando tuve el primer contacto con esa llave. Estaba sujeta al borde por un llavero que la mayoría de los hoteles entrega como suvenir para los turistas.

- ¿Por qué no dio parte a la policía? – cuestionó con la mirada inquisidora mientras se cruzaba de brazos.

- Fácil, necesitaba una primicia – aspiro una calada y soltó el humo – Reconocí el hotel y fui hacia ese lugar. Pregunté quiénes eran los dueños de la llave y me dieron los nombres de los jóvenes. Según el encargado desaparecieron  hace varios días dejando la habitación paga por un mes.

- ¿Cómo supo usted que esos jóvenes eran los asesinados? ¿Por qué presento la noticia sin siquiera avisar a la policía?

El hombre nuevamente se acomodo las gafas, se rocoso contra el respaldo de la silla. Ladeo la cabeza como si tratase de recordar o buscar una excusa.

- Teniente – sonrió astuto al ver la mirada fastidiosa de Junsu – He sido periodista por más de veinte años. He visto casos tan graves como los del “Caníbal de Seúl” Tengo más experiencia que usted – se mostró orgulloso de ser mayor al joven teniente – Porque tres jóvenes dejaría pagos una habitación y no regresarían. Además la llave estaba a pocos metros del lugar del crimen. Mi olfato periodístico no me engañó. No olvidé que quería la primicia y la obtuve.

Junsu hizo un gesto de desagrado al escuchar las palabras de aquel hombre, su puesto de teniente estaba siendo cuestionado por su juventud y siendo pisoteada por la vasta experiencia del reportero. Adiaba admitirlo, pero ese detestable hombre tenía razón.

- Después de dar la primicia entregue la llave a la policía – aclaro el reportero nuevamente apagado su cigarrillo contra el cenicero. Sus mejores cigarrillos estaban acabándose y su abogado aún no llegaba – No ingrese a la habitación.

El teniente vacilo en preguntar, realmente le desbardaba aquel hombre.

- ¿Qué hubiese hecho usted si ingresaba a la habitación? – preguntó así poder desarmar las respuestas memorizadas del reportero.

- Ya le dije que yo no…

- Solo limítese a responder mis preguntas – dijo con firmeza, sin alzar la voz podía sonar intimidante – ¿Si hubiese abierto la habitación que es lo que imagina que encontraría?

El reportero mordió su labio inferior y tomo un ligero respiro antes de responder.

- ¿Una habitación de hotel? – miro fijamente los ojos de Junsu – Alguna vez fui un muchacho por lo tanto  esperaría  encontrarme con un completo desorden. Botellas de bebidas, comida rancia y ropa desperdigada. Pero no soy estúpido, si hubiese entrado a la habitación estaría mezclando mis huellas con los de aquellos jóvenes.

El teniente no hizo gesto alguno al escuchar al reportero, siguió su sondeo.

- Señor Lee – habló al fin, sabía que el silencio era una poderosa arma cuando se interrogaba a un sospechoso – Usted mencionó su vasta experiencia. ¿Qué cree que le sucedió a estos jóvenes?

- No soy inspector, pero aún así responderé – encendió otro cigarrillo y en vez de fumarlo solo lo sostuvo entre sus dedos – En principio los jóvenes parecían ser simples turistas, se debería averiguar si hubo algún motivo especial que los trajo a Seúl – vacilo el reportero antes de llevar el cigarrillo a la boca – Sería prematuro afirmarlo, pero esos jóvenes no fueron asesinados por un psicópata. Por lo poco que alcance a ver, antes de que sus oficiales me retiraran de la escena, hicieron un brillante trabajo.

- ¿A qué se refiere? – intimido a que el reportero continuara.

- No es el trabajo de un simple homicida o un sádico asesino. Es un trabajo perfecto por desfigurar a sus víctimas, además de proporcionarle tortura antes de asesinarlos – notó por un breve momento un ademan de vacilación por parte del teniente, como si le desagrada estar escuchando sus conjeturas –  Esos jóvenes sufrieron mucho antes de morir, espero que atrapen a los responsables.

- ¿Por qué habla en plural?

- Ese tipo de de tortura seguida de muerte es hecho por varios, como una pandilla – respondió fumando intensamente su cigarrillo que parecía consumirse por sí mismo.

De repente la puerta de la habitación se abrió e ingreso el comandante EunHyuk con otro hombre con mirada astuta y sádica. Junsu conocía ese tipo de miradas, ese hombre era un abogado. El hombre de astuta mirada consiguió que el reportero saliera, pues no había pruebas suficientes para seguir reteniéndolo en calidad de sospechoso. Esa idea disgusto al joven teniente, pero no podía hacer más.

Antes de marcharse el reportero palmeo el hombro del teniente como si lo compadeciera.

- Teniente es usted muy inteligente y hallara las respuestas correctas pero… – dijo en calma como si diese instrucciones – Debe tener un compañero que juegue a ser el policía malo, usted es demasiado bueno como para intimidar. Luce como un delicado ángel.

Junsu presiono con fuerza sus puños y maldijo entre diente.   

- Ese hombre tiene razón –palmeo el hombro de Junsu – No puedes hacer esto tu solo.

- Lo hago porque en verdad temo por la vida de Max – dijo como si estuviese ausente en sus pensamientos, ya que sabía que le diría el comandante – Además no estoy solo, la central está investigando, no soy el único.

El comandante entrego una hoja al joven teniente, quien inmediatamente leyó el contenido.

La madrugada del día de hoy, tres de las pacientes del pabellón psiquiátrico fueron halladas sin vida en sus habitación. La causa de la muerte fue asfixia, las tres jóvenes se ahorcaron con las propias prendas interiores. La cuarta se encontró con vida pero se corto las venas con un objeto de arma blanca. Se detuvo el sagrado, pero su vida aún corre peligro. A las tres fallecidas se les  realizara  la autopsia necesaria y se  enviara los informes conforme el día termine

- Ellas son… - Junsu apenas podía hablar, estaba realmente consternado al enterrarse de lo sucedido.

- Si, son las que hace semanas atrás fueron capturadas por el teniente Park como responsables de los atentados en el aeropuerto y el centro comercial contra Shim Changmin  - respondió con la voz gastada y cansada, aquel caso era más complejo de lo que él pensaba – Una sola queda con vida, todas guardaron silencio.

Junsu no dijo nada, no cavia en su cabeza con qué tipo de personas se estaba enfrentando para proteger la vida de su amigo.

- Park Yoochun vendrá – afirmó el comandante EunHyun cambiando súbitamente de expresión – Prepara un informe con los datos que tenemos hasta ahora – suspiró cansado el comandante  <<-Faltan menos de cinco días para el conciertos. Necesitamos un milagro para impedir más muertes>>

- Sí, señor – dijo sin reproche alguno. No podía mostrar su inquietud ante la pronta llagada de Yoochun. Nadie sabía de su pasado, salvo ellos dos. Odiaba admitirlo, pero mientras más buscaba alejar a Yoochun, éste más se le acercaba. Tan diferente de antes, que era él quien iba tras Yoochun como un perro siguiendo a su amo. Sacudió su cabeza para despejarse. Tomo un poco de aire, cogió el expediente y se dirigió a su oficina a realizar lo que el comandante Lee le había ordenado.

¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*

 

- ¡Esta todo! – dijo Him Chan con una sonrisa en su rostro revisando las bolsas de compras. Después de despedirse de Yoochun aprovechó su tiempo libre en ir de compras para preparar la cena. Ya que la nevera de Yoochun estaba completamente carente de alimentos frescos, salvo esas conservas enlatadas.

Camino con ambas bolsas en la mano, los alrededores no era como la zona norte donde antes vivía, pero era más tranquilo. Casas residenciales, un parque repleto de juegos infantiles, niños corriendo felices, parejas paseando, ancianos sentados en las bancas conversando amigablemente.

<<Un lugar realmente reconfortante>> pensó a medida que hinchaba sus pulmones con aire y después exhalaba ese aire. De cierta forma le gustaba ese nuevo estilo de vida tranquila. Después de su pelea con Bang, él fue hacia su trabajo para pedir unos días de licencia, ya que sentía que no podría tolerar más palabras hirientes por parte del mayor. Pero en  su trabajo le informaron que había sido suspendido por tiempo indefinido, cosa que no lo sorprendió, Him Chan se esperaba eso de parte de su amigo. Si es que aún podía seguir llamándole de esa forma.

- Hola

Ese saludo lo saco de sus pensamientos, volteo para ver quien tenía una voz tan áspera  para erizarle la piel de esa forma. Pero su sorpresa fue tan grade que apenas pudo reaccionar. Un hombre bastante grande se paró frente a él, vestía totalmente de negro. Su cara estaba hinchada y unas ojeras acompañaban a su desalineado rostro ligeramente cubierto por una barba insipiente y desarreglada. El hombre sonrió macabramente al ver la pálida reacción de Him Chan. Éste no sabía cómo reaccionar, su cuerpo se paralizo como si una víbora lo hubiese mordido con ese aterrador “Hola”.

- Así que era verdad que dejaste a ese estúpido de tu amigo y te mudaste – dijo el hombre acariciándose la barba y abriendo sus rasgados ojos con astucia –  ¿Piensas seguir viéndome de esa manera? ¿No vas a saludarme?

Him Chan quería gritar, salir huyendo, pero su cuerpo al igual que su voz, estaban paralizados. Sus manos tiritaban a gran velocidad aún sosteniendo las bolsas y su respiración se aceleraba como si le diese un taque de asma.

- ¡No vas a responderme maldito crio! – dijo el hombre sacándose de quicio con el silencio del más joven. Por ende lo cogió por ambos hombros - ¡Sigues siendo el mismo! ¡No has cambiado nada! – gritó el repugnante hombre zarandeando a Him Chan por los hombros.

Al sentir aquel tacto los ojos de Him Chan temblaron, al igual que lo hizo todo su cuerpo. El miedo lo paralizó. << ¡Ayuda! ¡Ayuda!>> gritaba su voz interior, pero las palabras no salían de sus labios. Al tener a aquel hombre tan cerca de su rostro sintió una sensación de repugnancia, asco seguido de temor, mucho temor.

- ¡Maldito, haré que hables! – exclamó furioso el hombre levantando su robustos brazos con ira. Him Chan tan solo cerró los ojos esperando el golpe y que todo terminase. Por más que intentaba huir de su pasado, este regresaba con más fuerza. Una y otra vez, no podía huir y la presencia de aquel hombre se lo confirmaba.

El hombre estaba dispuesto a marcar sus nudillos en la nívea mejilla de Him Chan, pero alguien con basta fuerza lo detiene. Toma el puño con una sola mano y lo tuerce hasta reducir al sujeto agresor. El hombre cae de rodillas al suelo, levanta la vista y ve como un joven de mirada fría le sujetaba el puño y le torcía la mano.

- ¡¿Quién demonios eres?! – exclamó adolorido pues sentía que los huesos de su muñeca se romperían si el otro joven seguía con su agarre.

- ¿Estás bien? – preguntó de manera amable a Him Chan, quien parecía salir de su trance.

- Tu… - dijo Him Chan aún con los labios temblorosos <<¡Yoochun!>> exclamó con sus ojos y su corazón salto de alegría – Si… - respondió con un hilo muy fino de voz. Intentó dejar de temblar, pero su cuerpo no parecía responderle.

Yoochun veía el miedo en los ojos del más joven así que aplico más fuerza en su agarre contra aquel sujeto que prácticamente estaba por llorar al sentir como los minúsculos huesos de su muñeca se torcían.

- ¿Este hombre te estaba molestando? – escupió esa pregunta con una mirada intimidante.

- ¡¿Quién te crees que eres?! – exclamó el hombre aguantándose las ganas de gritar y llevando su mano dentro de su chaqueta de cuero. Tanteo algo metálico que estaba dispuesto a usar si aquel joven no le soltaba la mano.

- Soy el teniente Park Yoochun de la departamental de Seúl – dijo sacando su identificación con su mano libre. Nunca había necesitado mostrar su insignia, pero la situación lo ameritaba. Como policía tenía el sentido desarrollado para detectar delincuentes y aquel sujeto tenia escrita en su cara la palabra “mal viviente”.

Him Chan abrió de par en par sus ojos, el miedo desapareció y una sensación de sorpresa lo invadió. El asqueroso sujeto miro la insignia del teniente en la identificación, trago saliva y saco su mano de su chaqueta. Agito la mano para escudarse y explicarse.

- Lo siento, teniente – dijo cambiando su desafiante expresión a una más sumisa <<-Así que un policía cuida de ti. Maldito crio>> miro a Him Chan con desdén – Confundí al muchacho con un viejo amigo mío – puso en énfasis en “amigo mío”. Eso basto para Him Chan retrocediera y empezase a temblar, otra vez.

- ¿Te lastimo?  - preguntó a Him Chan, quien negó con la cabeza –  Tenga más cuidado – dijo soltando al hombre de su agarre – No puede andar por ahí confundiendo a la gente ¿esta ebrio?

- No, teniente – respondió el sujeto con una grotesca sonrisa. Después hizo una reverencia ante Him Chan pidiéndole disculpas.

Cuando el hombre grotesco se marchó, Him Chan respiró aliviado. Pero un nuevo temor invadió sus ser, Yoochun era policía.

Notas finales:

En el siguiente capítulo develare quien es el responsable de los atentados a Max Changmin. Así esta etapa policial llegara a su fin (U.U)

Con mi padre fuimos a buscar a mi hermana, porque os cuento esto ~porque fue el reencuentro más cómico que tuvimos~ Estábamos en la pista donde bajan los pasajeros después del chequeo de la aduana.  Ella sale con unas maletas abrazada al Babbo, me ve e inmediatamente corre a mi encuentro. Jajajaja parecíamos esos personajes que en las películas se reencuentran después de varios años: se abrazan y lloran ~aunque no hubo llanto~ Ella me abraza y sonríe tiernamente, pero después su sonrisa se borra y me toma de los hombros mirándome fijamente. Entonces grita -¡Como habéis sido tan cruel!- Mientras me zarandea de los hombros - ¿Por qué Yunho es tan cruel? ¿Cómo pudo hacerle eso a Jae? ¿Cómo pudiste escribir algo así?

A todo esto la gente que presencio nuestro reencuentro de película ahora nos miraba absortos mientras mi hermana me zarandeaba y mi cuñado ~la única vez que hizo algo bueno~ intenta alejarla de mi y calmarla diciendo -¿Qué es un Yunho? ¿Quién es Jae? ¡Pará que la gente está mirando!

Finalmente dejo de zarandearme cuando noto que la gente nos estaba mirando. Eran las tres de la madrugada y nadie parecía entender nada (o.O) Con una sonrisa  ella dijo –juego de hermanos. Y se echo a reír abrazándome.

La verdad que me causo mucha gracias más que molestarme, algunas veces mi hermana es muy apasionada ~eso a veces es bueno y otras no tanto~

Igual la perdone porque me trajo lo que pedí ~además del enorme caracol que  es casi tan grande como la cabezota de mi cuñado~,  así que todo olvidado (n_n)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).