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Rescatame por alexriden02

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Notas del capitulo:

 

 

10/06/14 FELIZ ANIVERSARIO!!!!

VALE, NO PERDAMOS TIEMPO PASEN Y LEAN EL SIGUIENTE CAPITULO.

AH, No olviden pasarse por la pagina en facebook 

https://www.facebook.com/Alexriden.fanfic.Rescatame

que os mantendré informado de las siguientes actualizaciones    saludos!!!

 

 

Junsu se preguntaba que hacia caminando por  oscuros pasillos subterráneos del estadio Olímpico. Levantó la vista y vio a Yoochun, el hombre lucia muy seguro de sus palabras al bajar por esos pasillos que lucían viejos y olvidados por el tiempo. Aún así todavía podía apreciar que la electricidad funcionaba ya que los pasillos eran iluminados por lámparas. Ese había sido el indicio para que Yoochun tuviera confianza en su decisión de permanecer en el estadio y no seguir al auto.

 

Según le había explicado Yoochun, esos caminos subterráneos eran usados durante la guerra entre el sur con el norte, así los pobladores escapaban hacia las afueras de la ciudad. Junsu realmente estaba admirado del intelecto de Yoochun, estaban tras los pasos de Hime-sama, sentía tanta ansiedad por encontrar a Changmin. Nada podía detenerlo, salvo  llegar al final del camino y toparse con dos caminos delante suyo. Dubitativo miró a Yoochun.

 

Como un perfecto líder Yoochun ordenó a los demás hombres ir  por ambos pasillos ya que en alguno de ellos daba  hacia la salida.

 

La mitad de los hombres se dirigió a la derecha y Yoochun y Junsu junto a otra mitad de policías se dirigieron a la izquierda. La ancha loza no estaba iluminada por luces, Yoochun pensaba que se había equivocado, pero el sonido del viento le hizo ver que había acertado en la elección del camino. Al final del pasillo dio con exterior.

 

Al dar con el exterior, Yoochun sintió como el frio golpeaba  su rostro. Ella había jugado bien, pero no contaba con su presencia. Anclado en la orilla, Yoochun y su equipo diviso un barco de embarque.

 

Junsu volteo hacia donde Yoochun señaló y con curiosidad leyó “Soo Shim” como inscripción del barco. Ahora él veía con claridad, la imposibilidad de que un barco de ese tamaño estuviera varado era la respuesta.

 

- No puedes seguirme – miro con decisión a Junsu – Ustedes vayan por ambos lados y rodeen el barco. Estamos muy lejos del estadio – miro su reloj <<Más de 20 minutos en esos pasillos>>

- Si, teniente – dijeron los hombres y se dividieron en grupos de cuatro. Cuatro por cada lado.

- No, no puedes pedirme esto – reclamó Junsu viendo con insistencia  – Tengo que ayudarlo, el es mi amigo.

 

Yoochun presionó sus puños y frunció el entrecejo, sabía que con Junsu a su lado no tendría la cabeza fría, pero tampoco podía dejarlo. Si Junsu no estaba a su lado también tendría la mente fuera el caso.

 

- No te apartes de mi lado – aceptó Yoochun la petición de Junsu. Desenfundo su arma para mostrarle que la situación lo ameritaba y Junsu imitó la acción.

 

Junsu reviso el terreno, diviso tres guardias en el frente del barco. Ellos bajaban la compuerta cerca de la orilla del rio. No parecían querer zarpar, sino bajar del barco. Eso desconcertó a Junsu, pero Yoochun le indicó con un gesto que arremeterían contra los hombres a la cuenta de tres.

 

Cuando Yoochun contó hasta tres logró reducir a los hombres sin dificultad,  ninguno se le había podido escapar. Los tres hombres yacían desmayados en la cubierta. Junsu cogió el portátil que Yoochun le entregó antes de subir a la cubierta. Realmente estaba admirado de la capacidad logística de Yoochun, había implantado un rastreador en Changmin que solo se activaba con una distancia menor a cincuenta metros. Mientras tanto permanecía en estado de hibernación ya que Yoochun sabía que Hime-sama revisaría cualquier aparato de rastreo en el cantante, salvo que el dispositivo hibernase y así no activase los dispositivos que detectaban rastreadores. <> Pensó Junsu mientras seguía el rastro de donde estaba Changmin.

 

- No puedo creerlo, ella está loca – bufo uno de los hombres volviendo a su puesto en la puerta- Revisen el perímetro que bajaremos con la señorita y su paquete – dijo indignado.

 

Yoochun se escondió detrás del pasillo desde donde el hombre daba indicaciones, la mitad de su equipo lo seguía y la otra estaba en cubierta. Se  escuchó un disparo y sin mucha espera Yoochun señalo que era momento de actuar. Los hombres de Hime- sama intentaron ingresar a advertirle, pero era tarde. Los oficiales de la central usaron cada una de sus habilidades en artes marciales y tiro para reducir a cada empleado de Hime-sama. Uno de los hombres, uno semejante a un gorila se abalanzó sobre Junsu. Cuando Yoochun tomó nota de aquello, era tarde. Junsu con un certero golpe rompió la rotula al hombre. Antes que el hombre gorila hubiese gritado Yoochun lo noqueo con un golpe a la mandíbula, realmente estaba furioso, nadie podía atreverse a tocar a Junsu.

 

Junsu miró hacia Yoochun con admiración, deseaba tanto retroceder en el tiempo y volver a ver la sonrisa de Yoochun. Pero le bastaba ver que Yoochun asentía en señal de satisfacción al verlo.

 

- Manden más refuerzos – Yoochun instruyo por la radio de alta frecuencia. Pero otro disparo llamo su atención. Junsu había corrido tan rápidamente que Yoochun apenas pudo seguirlo.

 

El interior del barco era tan opulento como el exterior, camino hasta detenerse en la puerta que ya no estaba custodiada por el hombre gorila. Junsu miró a Yoochun, necesitaba de ese hombre a su lado, por dios que lo necesitaba. Yoochun comprendió la señal de Junsu y tomo posición frente a la puerta. Él sabía que detrás de esa puerta una batalla de ingenio seria poco comparado con la demencia de aquella mujer.

 

- ¡Baja el arma! – Yoochun ordenó mientras apuntaba a la mujer que empuñaba el revólver.

- Mi puntería es buena, no sé porque falle – Soo Young chasqueo la lengua  sin tener miedo a las amenazas de Yoochun. Al verlo ella sonrió con descaro – Teniente Park, será mejor que baje el arma o puede lastimarse.

 

Yoochun frunció el entrecejo, dio un rápido vistazo a la situación, el cantante estaba tirado en el suelo encimado en otro joven. Cinco hombres semejantes a gorilas apuntándole. Tenía todas las de perder ante eso.

 

- ¡Hyung! ¡Hyung! – gritó Minho a Changmin quien se levanto con una media sonrisa – ¡No entiendes que si algo malo te sucede yo prefiero morir!

- ¡Nunca vuelvas decir eso! – gruño Changmin levantando la vista – No podría vivir sin ti.

- Qué lindo son – dijo ella con un dejo de sarcasmo en su voz – Voy a vomitar.

- Baje el arma – volvió a exigir Yoochun sin amedrentarse por  ser la mira de cinco armas. Había vivido situaciones peores.

 

De repente Soo Young le regalo una aterradora sonrisa a Yoochun. Eso estremeció los intestinos del teniente, cuando volteo notó que Junsu estaba en manos de otro nauseabundo hombre que parecía un mal experimento de la naturaleza. Ese intento de ser humano tenía un cuchillo apoyado sobre la garganta de Junsu. El rostro de Changmin palideció al ver como ese asqueroso hombre hacia ademanes de rebanarle  el cuello a su amigo.

 

- Jaque Mate – cantó Soo Young con satisfacción ante la cara de perdedor en Yoochun.

 

El teniente dejó caer su arma y elevo las manos en señal de rendirse. Junsu se culpaba por haberse confiado que el hombre gorila no despertase, pero lo había hecho. Aquel abominable hombre había resistido al golpe de Yoochun y la rotura de rotula.

 

Sus ojos giran en torno a los presentes en la habitación y vuelve sobre el cantante. Ella ríe con total satisfacción y demencia.

 

Max Changmin no podía creer que esa hermosa mujer disparase contra Minho, también se cuestionaba su estupidez al no percatarse de la demencia que había despertado en ella. Como iba a saberlo, como iba a saber que su rechazo llevaría a esa  mujer  tener en su poder a la única persona que realmente  amaba, a Junsu. Minho parecía más asustado por la vida Changmin que la suya. Pero una tristeza invadió su ser al ver como Changmin había vuelto con Soo Young cuando ella amenazo con rebanar el hermoso cuello de Junsu.

 <> pensó Minho viendo al joven teniente.

 

Soo Young  apunta con el arma a Yoochun, quien se arrinconó contra la pared con las manos al aire. A ella le hacía rabiar haber preciado el acto de heroísmo de Changmin con Minho. Lo odiaba. Odiaba a cualquiera que tuviese un solo instante la atención y cariño de su amado cantante. Pero más que a Minho odiaba a Junsu, la verdadera razón del amor de Changmin. Ella volvió su mirada a Yoochun. Debía admitirlo ese hombre era astuto, la había localizado aún después de plantar su señuelo.

 

- Nunca pensé en volver a vernos de esta manera teniente Park – dijo ella ondeando el arma en la cara de Yoochun. Después sonrió con demencia al ver a Junsu con el cuchillo pegado a su garganta – Entiendes que ahora no podremos casarnos – dijo con una fingida tristeza – Debo asesinar al novio antes de la boda.

 

Una paralizante sensación golpeo el corazón de Yoochun al escuchar hablar sobre la muerte de Junsu. Maldición. Si no pensaba rápido todo acabaría y con ello Junsu saldría lastimado o peor, muerto. Yoochun no podía permitir eso.

 

- ¡Basta! – exigió Changmin con todo el poder de su voz. No podía permitir que la vida de Junsu estuviera en peligro – ¡Ya me tienes en tus detestables manos! ¡Deja que se marchen! – casi suplicó, pero continuo teniendo en alto su orgullo.

 

Soo Young tomó un poco de aire, le rabiaba la forma de actuar de Changmin. Ella era la mala y todos eran buenos, ese no era el punto. Él ni siquiera veía que ella sufría, no notaba que ella pedía un poco de su amor. No. Él no la veía. Él solo tenía ojos para Junsu y nadie más. Ella era la mala y Changmin el indefenso hombre.

 

- ¡¿Por qué no puedes amarme?¡ - su tono de voz sonó más triste y enfadada - ¡¿Por qué?¡

- ¡No puedes obligar a nadie para amarte! – intentó explicarse con paciencia  y que ella lo entendiese – Olvídame. Vuelve a iniciar tu vida con una persona que realmente te ame – Changmin siente que la rabia de ella no disminuía sino que iba en ascenso – No puedo amarte, realmente no puedo y más cuando haces estas cosas.

- ¡No! – presionó el arma con su bilis a punto de estallar - ¡Tu debiste amarme! ¡Tenía que enamorarte de mí ahora! ¡Ahora soy muy bonita!

- Lo eres – dijo Changmin volviendo a intentar razonar con ella – Pero…

- Debería asesinarte – dice ella con el arma apuntando al cantante – Pero te amo demasiado – el arma fue hacia Junsu – Él es el estorbo, por su culpa no me amas. Si él desaparece me amaras a mí.

 

El rostro de Changmin cayó al suelo, rogando porque ella desistiese de su aterradora idea. Minho no sabía qué hacer o que pensar, esa mujer estaba loca y era la única verdad que conocía. Algo desde su interior le hablo <<Mírala, de  la misma manera Changmin rechazara tu amor. Debes olvidarlo. Él nunca te amara mientras Junsu viva. Nunca>>

 

 

Junsu cerró los ojos, nada parecía sacarlo de la mirada asesina de aquella mujer. Las suplicas de Changmin  la había enfurecido aún más. Su fin estaba cerca, rogaba porque  su hermano apareciese y lo rescatase como cuando eran pequeños. Yunho siempre lo rescataba.

 

 

Su corazón actuó más rápido que su cabeza, no le importó las amenazas de los disparos. Solo importaba Junsu. Yoochun se puso delante del arma de Soo Young. Los custodios e Hime-sama no salían de su asombro al ver con la rapidez que actuó.

 

-  Soo Young – dijo pausadamente Yoochun viendo a la mujer que apuntaba  – Tu no temes cargar con la muerte de las personas.

 

La mirada de Junsu se encontró para ver la espalda de Yoochun. Yoochun estaba entre el arma y él. Lo estaba protegiendo.

 

Soo Young miró desafiante a Yoochun.

 

- Debo felicitarte por seguir cada uno de mis movimientos – repuso ella – Me agradas, no muchos policías logran ver mi rostro. Tú eres la excepción, ¿pero sabes que significa tu sentencia de muerte?

- Asesinar policías es lo que mejor haces – hizo una débil mueca  sin apartar la vista de los oscuros ojos de Soo Young. Aún no tenia su total atención, pero él la conseguiría – Eres tan hermosa como tu madre – ¡bingo! Ahora Yoochun tenía toda la atención de la mujer.

- ¿Qué sabes de mi madre? – preguntó a Yoochun.

- ¿Qué sabes tú del asesinato de mi padre? – ella abrió los ojos como platos y su mirada se torno indecisa – Se que los Yakuza conocieron a mi padre, el comandante Park Tae Kyung. Por la misma razón conozco el rostro de tu madre.

 

Soo Young elevo una ceja y centro su mirada en el teniente Park. Claro que conocía bien la historia del comandante Park Tae Kyung.

 

-        El único policía que logro infiltrarse en los Yakuza y salió con vida, pero la muerte no tardo en alcanzarlo – rio despectiva y con asco. Claro que había conocido a ese hombre y ahora tenía en frente al hijo de él – Tu ahora no eres mi objetivo – empujo a Yoochun para centrar la mira en Junsu.

 

Yoochun tomó aire, ya que lo necesitaba para enfrentar la agresividad de Soo Young. No podía esperar a los refuerzo, debía poner en marcha su plan B.

 

- Tu madre y mi padre fueron amantes – dijo volviendo a ganar la atención de Soo Young y de los Yakuza. Una hostil mirada de la mujer se centro en él.

- Ese es el pecado que mi madre cometió, y ahora ambos están muertos – su mirada se torno inexpresiva. Yoochun sabía que ella no tenia alma si hablaba con tanta frialdad de la muerte de su madre – Odie a tu padre, él obligo a mi madre a dejar de amarme. Él me robo el amor de mi madre y me gane el desprecio de mi padre – sus ojos se cristalizaron con el dolor que sintió al ser odiada por su padre cuando descubrió la traición de su madre – Él pagó todo el dolor que he sufrido – su mente divago entre la tristeza y la melancolía, y eso llevó nuevamente su atención a Junsu – Ahora  es tu momento de pagar por robarme el amor de Changmin.

- ¡Él único que debe pagar todo tu sufrimiento soy yo! – gritó Yoochun -  Soy el único culpable –  miro con compasión a la mujer, aún había algo de bondad en ella y Yoochun debía apelar a ese lado si quería evitar más muertes – Se todo sobre lo que hubo entre nuestros padres, él me lo confesó en una carta después de su muerte.

 

Soo Young quería jalar el gatillo y asesinar a Junsu, pero algo le decía que debía escuchar a Yoochu.

 

- Un hijo que intenta vengar la muerte de su padre adultero ¿eso es lo que eres? – repuso ella con sarcasmo.

- Al menos eso nos une – habló pesaroso.

- ¡Nada me une a un maldito policía como tú! ¡Nada! – se sobresalto de manera angustiante. Le repugnaba la idea de estar unida a un policía. Los odiaba por el simple hecho de robarle el amor de su madre.

- Por mucho tiempo intente no ver la verdad – explicó Yoochun elevando las manos mostrándose inofensivo  sin su arma – ¡Mi padre amo a tu madre, pero también amo a la mía! ¡Él las amo a ambas! También te amo a ti.

- ¡No digas estupideces! – exigió ella. Changmin no sabía que sucedía, pero sabía que Yoochun tenía algún plan. Junsu estaba sorprendido al escuchar ese pasado del padre de Yoochun. Amar a dos mujeres, eso le parecía descabellado.

 

Yoochun supo que era el momento de decir la verdad, una distracción era lo que necesitaba para invertir los roles y así controlar la situación. Debía usar su pasado, descubrir los secretos de su familia para lograr que Soo Young bajase la guardia.

 

- Ese hombre al cual tu familia mando a asesinar, al cual tu odias profundamente es mi padre – pauso para decir aquello que había sido el secreto mejor guardado de su padre y que solo él conocía – Pero también fue tu padre, ambos somos hijos del mismo hombre – explicó notando como los ojos de Soo Young se abrían ante la incredulidad – Por tus sangre corre la sangre de los Yakuza y de un policía.

- ¡Mientes! – tembló Soo Young ante esa asquerosa posibilidad de que su sangre se mezclara con la de un policía.

 

Yoochun negó con la cabeza. Camino hasta que el cañón del arma le apuntase directamente al corazón. Ya no tenía tiempo que perder, era ahora o nunca.

 

- Tú no asesinaste a tu madre, ella se suicido al enterarse de la muerte de mi padre. Ella debía dejarte todo y planeo su caída para hacer parecer que fuiste tú su asesina. Que ante los ojos de los Yakuza fueras digna de ser su sucesora.

- Como… como – ella tartamudeo casi temblando torpemente. Esa era su verdad y nadie más la sabía.

Era el momento, Yoochun no trastabillo con su accionar al arrebatar el arma de las manos de Soo Young. Con un certero golpe desmayo a la mujer antes de que pudiera reaccionar. Junsu aprovecho la distracción del hombre gorila y le dio un cabezazo a la mandíbula del hombre  obligándolo a soltarlo. Desenfundo su arma de repuesto y actuó  rápido. Disparó con gran puntería  a los brazos de cada Yakuza así no disparaban contra Yoochun o Changmin.

 

- ¡Salgan! ¡Ahora! – Yoochun les dijo a ambos cantantes. Junsu les enseñó la salida, esta vez no dejaría a su amigo.

 

Cuando Junsu salió a cubierta, descubrió que los refuerzos habían llegado. Miró por los alrededores, no había rastro alguno de los Yakuza que estaban al inicio. Sólo había  cuatro oficiales desmayados y siendo llevado en camilla. El comandante Lee se aproximo hasta Junsu con una satisfactoria sonrisa.  Los uniformados del quipo especial antiterrorismo  rodearon la cubierta y se dirigieron a donde Yoochun se había quedado. Una vez que Junsu entregó a ambos cantantes bajo el cuidado del comandante regreso sobre sus pasos para ir por Yoochun. Pero se detuvo al ver que Yoochun salía con Soo Young, aún desmaya, en sus brazos. Le parecía mentira haber escuchado esa confesión por parte de Yoochun, esa demente era su hermana. Su media hermana. A Junsu le preocupaba Yoochun, veía en él esa mirada de abatimiento, pero también remordimiento. Remordimiento hacia su padre.

 

 

 

 

Notas finales:

 

https://www.facebook.com/Alexriden.fanfic.Rescatame

 

 

Lamento no poder responder los comentarios, prometo hacerlo cuando terminen los exámenes en la universidad. Saludos!!! Hasta la próxima!!!


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