Recostó su cabeza contra el respaldo del asiento, cerró fuertemente los ojos como si intentara despertarse y saber que todo lo vivido no era real, pero para su desgracia todo era real. Las palabras de Him Chan rondaban por su mente, él aún no podía creer que su amigo tuviera un pasado tan deprimente y enredado. Suspiró y una joven enfermera se le acercó con timidez.
– Si gusta puede leer una revista mientras espera – la enfermera enseño una revista de moda a Bang.
– Gracias – respondió mientras cogía la revista. Bang había esperado muchos minutos en la sala de espera de la planta baja y no lograba entretenerse con nada y la revista parecía una buena salida a su aburrimiento.
La enfermera se sonrojo al escuchar la voz masculina de él.
– La cafetería del hospital está cerrada – explicó ella señalando en el reloj de pared que marcaba las tres de la mañana – Pero puede usar las maquinas del corredor para beber algo caliente.
– Gracias – asintió por la amabilidad de la joven enfermera.
– De nada – sonrió apenada – Su amigo está tardando – intentó ella hacer conversación con él.
– Es mi jefe – contestó sin ganas de conversar. Fijo su vista en la revista, pasando hoja por hoja esperando que la enfermera se marchara.
– Lo siento – respondió con un susurro – Espero verlo otra vez – dijo antes de marcharse.
Bang Yong Guk sabía que sonó muy descortés con la muchacha, pero ahora él no estaba de humor para hablar. Pasó otra hoja de la revista y se puso a pensar el motivo que traía a Yunho al hospital a tan altas horas. << -Espera aquí, ahora vuelvo>> esas fueron las palabras de su jefe antes de marcharse con una enfermera a visitar a alguien.
La enfermera de pelo corto y rostro maduro abre la puerta. Detrás de ella Yunho ingresa como si dudara de cada uno de sus pasos. Todo cuanto le rodeaba no le agradaba a Yunho, la enfermera dijo algo, pero él no le prestó importancia, sus ojos solo podían centrarse en el cuerpo que yacía dormido en la cama. Un nudo en su estomago lo obligo a retroceder.
– ¿Le sucede algo? – preguntó al enfermera de pelo corto al notar la pálida expresión en Yunho. El hombre aludido negó con la cabeza.
¿Por qué estaba ahí ese temor opresivo no desaparecía? Ver a Jaejoong en ese estado lo frustro en mil formas.
– ¿Por qué el suero esta inyectado por vía endovenosa? – preguntó Yunho arrojando toda su preocupación al estado de Jaejoong – Usted dijo que no era de gravedad la salud de Jae… de Kim – intentó no hacer más humillante su visita diciendo el nombre de Jaejoong. Hasta ahora la enfermera creía su verdad, un simple jefe visitando a un empleado que se había ausentado del trabajo.
– La dosis del suero fisiológico está indicado para tratar la deshidratación del señor Kim – explicó con apatía hacia su paciente – Su malestar es producto de una gastroenteritis y debemos evitar que se deshidrate. La fiebre ha bajado, pero sufrió un ataque de estrés. La gastroenteritis no es una afección que hay que menospreciar, pero no es mortal, nunca dije que era o no un caso grave – explicó sin el menor interés al ver a Jaejoong.
Yunho trago sus ganas de gritarle a la mujer por la falta de interés en el cuidado de Jaejoong. Por esta vez dejaría pasar la apatía de la mujer.
– Le pague una fuerte suma de dinero por dejarme estar aquí, lo menos que espero es profesionalismo con el señor Kim. Recuerde que la administración endovenosa en cantidades excesivas de agua y cloruro de sodio puede dar a lugar a un colapso cardiovascular.
La enfermera abrió sus ojos sin esconder su asombro al escuchar al joven empresario.
– El doctor Kim dijo que él estaría bien en unos días y mañana le retiran el suero para que coma alimentos sólidos – respondió ella tragándose su curiosidad por saber como un joven empresario tenia tal conocimiento sobre el suero fisiológico.
– No esperaba menos de una de las mejores y más costosas clínicas de Seúl – arrojo sus palabras contra la enfermera que parecía una arpía.
Esa voz, esas palabras, Jaejoong se preguntaba si estaba soñando o esa voz masculina y suave era real. Lentamente abrió los ojos descubriendo la perfecta silueta del cuerpo masculino de Yunho. Éste estaba de espalda conversando con la enfermera, aquella que Jaejoong odiaba por inyectarle cruelmente una inyección para tranquilizarlo después de aquel sueño. Ahora eso no importaba, porque Yunho estaba en su habitación, Jaejoong quería gritarle y maldecirlo por los días de insomnio que había pasado por pensar en él, pero se contuvo. Al percatarse de que Yunho despedía a la enfermera de pelo corto, Jaejoong decidió cerrar los ojos y fingir dormir. Jaejoong no quería hablar con Yunho, sabía que eso le dolería y tampoco quería saber el motivo de la visita del más alto, solo rogaba porque Yoochun o Hyun Joong aparecieran para sacarlo de ahí.
– En media hora terminaran de limpiar el pasillo y el joven que estaba cuidando del señor Kim volverá – dijo la enfermera saliendo de la habitación.
Yunho no dijo nada, presionó su puño al recordar las palabras de la enfermera más joven de turno <<-El amigo del joven Kim esta cuidándolo y se niega a dejarlo. No hay mayor amor que el de ese hombre por su amigo>> Desprecio, Yunho solo podía sentir por Kim Hyun Joong y más cuando éste estaba tan cerca de Jaejoong.
Con sigilosos pasos llego hasta la cama de Jaejoong y se quedo contemplándolo en silencio. Él vio un cuerpo tan diferente al Kim Jaejoong que recordaba, ahora estaba más pálido, delgado y ojeroso. Otra vez su estomago se comprimía ¿Por qué ese temor opresivo se hacía más fuerte al ver al más joven?
Jaejoong respiró con cuidado y agradecía al cielo no tener una lectora de ritmos cardiacos conectados a su cuerpo o Yunho oiría los miles de latidos de su corazón. <<Vete, vete>> repetía Jaejoong una y otra vez intentando no perder el control.
– ¿Por qué no desaparece esta angustia? – habló Yunho, pero después entrecerró los ojos sabiendo que Jaejoong no le respondería porque aún recordaba que Jaejoong estaba bajo los efectos del calmante – Kim Jaejoong.
Su corazón latió frenético al escuchar en boca de Yunho su nombre, ¿Por qué estaba ahí ese hombre? ¿Por qué decía su nombre? ¿Quería seguir divirtiéndose con él?
– ¿Por qué no puedo sacarte de mi cabeza? – preguntó casi con desesperación – Un temor opresivo vino a mí al escuchar que estabas aquí, suena ridículo, pero estaba preocupado por ti – se acercó más a la cama de Jaejoong – Soy un hombre y debo actuar sin emociones ser frio y calculador… pero contigo, contigo todo cambia – intento explicarse, pero se frustro al no comprender ni lo que el mismo decía y guardo silencio.
La indiferencia que Jaejoong quería tener con Yunho ya no le era posible, pero estaba decidido a no volver a caer en las redes de aquel hombre.
Las manos de Yunho temblaban, y la naciente necesidad de acariciar el rostro del más joven era más fuerte que su propia voluntad, pero su propia inseguridad lo detenía a iniciar lo que su corazón le reclamaba hacer.
– Está nevando – habló con nostalgia – Debes abrigarte, come al menos tres veces al día y por la noche duerme – presionó sus puños frustrado al no poder hacer nada más por Jaejoong – No vuelvas a hacer que me preocupe por ti – mordió sus labios, tener tan cerca al más joven hacia que su corazón latiera y sus labios pedían a gritos volver a probar el néctar de aquella preciosa boca. Sin pensarlo más, estrecho entre sus manos la pálida mano de Jaejoong. La calidez y suavidad de esas manos cual porcelana lo tranquilizaron. Jaejoong aún estaba vivo y Yunho lo agradecía. Froto con cuidado la mano del más joven mientras se inclinaba.
Jaejoong sintió la cálida mano de Yunho estrecharlo, pero su corazón de sentía desolado y el pánico lo invadió sin saber si esas lagrimas en sus ojos serian vistas por Yunho.
– Pensar como te pienso es complicado – se aferro a la mano de Jaejoong como si esta fuera a desvanecerse – ¿Por qué siento esto? ¿Por qué es tan complicado? Si tan solo no nos hubiéramos conocido, quizás hubiera evitado este dolor, quizás ahora tu estarías en otro lugar, lejos de mi. Mi corazón está herido, y debido a mi propio dolor puedo dañar a otras personas sin remordimiento…
Jaejoong contuvo la respiración, las palabras de Yunho eran tan dolorosas y sabía que solo conducían a una última frase “Adiós”.
– Debo volver a ser el hombre que era antes, un hombre con el corazón congelado y sin remordimientos. Jaejoong-ah voy a borrarte, te dejo ir con el viento.
– ¿Viniste a eso? ¿Viniste a despedirte? – Jaejoong abrió los ojos y las lagrimas cayeron cual manantial al ver tan cerca de su rostro a Yunho – Tan solo desaparece – recriminó sintiendo su corazón romperse.
Yunho trago saliva sin soltar la mano de Jaejoong, pero el más joven jalo su mano para alejarla del más alto.
– Estoy vivo, así que ya puedes irte – secó sus lagrimas con la misma mano que segundos atrás Yunho estaba estrechándole.
– Lo siento – pidió disculpas con tristeza.
– No es propio de ti pedir disculpas, ahora vienes a burlarte de mí – Yunho se sobresalto como si hubiera recibido un golpe – ¿No fue suficiente lo que Heechul-ah me dijo que ahora vienes a burlarte?
– ¿Heechul? ¿Qué fue lo que te dijo?
– Tenéis razón, no debimos conocernos. Pero es mi culpa – Yunho lo observo con desconcierto – Soy un completo estúpido, creí en tus palabras, me deje llevar por mi estúpido corazón y heme aquí llorando.
– ¿Qué fue lo que te dijo Heechul?
– Que solo jugaste conmigo, que solo fui un maldito revolcón de una noche – presionó sus ojos evitando que las lagrimas cayeran otra vez, le era ridículo llora otra vez frente a Yunho – ¿Te divertiste? Bien, si ya lo hiciste mejor lárgate.
– Jaejoong… yo… en verdad…
– ¡Ya deja de lastimarme y vete!
– Sé que te hice llorar y te lastime, si quieres odiarme, hazlo… pero aunque no nos veamos tu presencia sigue apareciendo en mis pensamientos – intentó torpemente explicarse – Si, me acuesto con mujeres cada noche, pero nunca me he acostado con un hombre… tu…
– ¿Por qué haces esto? ¡Solo día adiós y ya!
– ¡Porque tu no fuiste un juguete con el que me divertí y ahora estoy tirando! – Jaejoong se puso de pie y Yunho se sorprendió al verlo con el típico traje de hospital, un pijama celeste.
– ¡Bien! ¡Si tú no te vas me iré yo! – pero antes de dar un solo paso su brazo fue tomado por las manos de Yunho, obligándolo a voltear y verlo a los ojos.
– ¡Te dije que no eres un juguete! ¡Estás aquí! – señalo su corazón – También estas aquí – señalo su cabeza.
– ¿Te divierte confundirme? ¿Es divertido verme llorar? – preguntó mordiendo sus labios así callar y dejar de actuar como una novio despechado – Eres la peor persona que conocí en este mundo, te odio. ¡No quiero verte nunca más! – aparto su mano del agarre de Yunho sin importarle si el suero se desconectaba.
– ¡¿Crees que yo no estoy confundido?!
– ¡Deja de intentar engañarme! – su enojo estaba saliendo más a cada palabra del mayor – ¡Ve y acuéstate con alguna de tus mujeres! ¡Con una con dos, eso me importa un carajo, pero a mi déjame en paz! – su coraje estaba aflorando en cada palabra y el odio hacia Yunho estaba creciendo. De pie solo quería correr y huir de Yunho.
– Está bien, me iré… pero por favor vuelve a la cama – cogió a Jaejoong por la cintura y la acerco hasta la cama. Con la molestia a flor de piel Jaejoong empujo a Yunho y se subió a la cama.
– Ahora vete – escupió con todo el desprecio que nunca jamás pensó sentir por alguien a quien también quería como un maldito loco.
Yunho una vez que vio a Jaejoong en la cama sintió alivio, pero su pecho seguía doliendo. Antes de irse Yunho observó por última vez a Jaejoong y tomo aire en sus pulmones para sus últimas palabras.
– Nunca mentí cuando dije que no quería lastimarte, pero sé que te lastime – Jaejoong lo miró con el ceño fruncido y en ese momento Yunho vio como el más joven intentaba controlar sus lagrimas <<No llores, Jaejoong por favor no llores o no podre dejarte>> sopeso – Pero tendré mi castigo. Esto que siento nació sin buscarlo, supongo que será como una fiebre, que dolerá por un tiempo hasta desaparecer – abrió la puerta dándole la espalda a Jaejoong, sabiendo que si lo veía llorar no resistiría más y correría hacia él – Olvida todo, imagina que todo fue un mal sueño del que despertaste.
Yunho cerró la puerta, recostó su espalda sobre la puerta sin poder evitar escuchar los sollozos de Jaejoong. Yunho se maldijo siendo inevitable que de sus ojos descendieran unas finas gotas. Con sorpresa cogió una de esas gotas. ¿Lagrimas? Han-Jung Yunho estaba llorando.
– Lo siento, pero no puedo amar – las lagrimas eran finas gotas que caían por su rostro. Una tras otra las lágrimas viajaban desde sus ojos sin la intención de detenerse porque sentía morirse al saber que estaba perdiendo a Jaejoong, sabiendo que ahora todo sería tan agobiante que hasta respirar le dolería, pero ese era su castigo. Han-Jung Yunho sacrificaría su segunda oportunidad de amar por el solo hecho de cumplir su venganza – Realmente quiero decirte esas palabras, pero no puedo decirlo. La maldita realidad me dice que no puedo amarte de esta manera. Por tu propio bien tengo que ocultar este corazón que ama y está muriendo por ti.
¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*
– No sabía que podías resistir tanto tiempo sin mí – le susurro al más joven con voz profunda.
– ¡Cállate! ¡Ahh! – arqueo la espalda al sentir como ese pedazo de carne largo y grueso se introducía en su interior – Te matare…ah… juro que te matare – amenazo al mayor mordiéndose los labios para no darle el gusto de escuchar su gemidos. ¿Cómo había llegado a esa situación?
– Oh, creo que no lo harás – sonrió introduciéndose hasta chocar con la fina piel del trasero de Heechul – Eres tan hermosos cuando te excitas – acaricio la dura erección de Heechul.
– ¡Ahh! – gimió al sentir el vaivén de la mano de Siwon en su erección. En ese momento Heechul odiaba como su cuerpo reaccionaba ante el toque experto de Siwon. Su mente decía que no, pero su desnudo cuerpo se entregaba sin reproches a Siwon.
– ¿Se siente bien? – mientras preguntaba sus manos dejaron la erección de Heechul sin atención y se dirigieron hasta los glúteos.
– ¡Ah! – soltó un respingo que lo hizo quedar más pegado a Siwon y sentir todo el pene de éste en su interior – Cuando logre soltarme… ah… te matare – forcejeo para deshacerse del amarre en sus manos, pero le era inútil.
– Me torturaste con el contoneo de tu trasero en estos días, tu prohibición casi me vuelve loco y ahora estoy saciando mi sed de ti – Heechul lo miró con el ceño fruncido y Siwon restregó sus labios por el cuello del menor hasta tomar posesión de los labios. Heechul dudo en cooperar, pero Siwon con su lengua se abrió paso para no dejarle dudas al menor sobre sus intenciones: hacer el amor hasta el amanecer.
Heechul odiaba a su cuerpo cuando no respondía como él quería. Siwon lo había tomado por asalto y ahora él estaba atado contra el respaldo de su cama. Uno minutos de besos pasionales y estaba excitado, él odiaba que Siwon tuviera tal control en su cuerpo.
– Me gusta verte tan excitado – susurro, lamiendo el cuello de Heechul.
– Yo no estoy ah… ah… te voy a… mata… ahhr – gimió al sentir los dientes de Siwon morder su cuello.
Siwon sonrió y volvió a tomar los labios de Heechul en un beso profundo. Heechul continuaba luchando, pero a los minutos se relajo y abrió la boca, por lo que Siwon introdujo su lengua y toco sensualmente su erección.
Heechul arqueo su espalda al sentir una corta embestida a su entrada. Presionó los puños sin importarle que la corbata que esta aprisionando sus manos lo lastimara alrededor de sus muñecas.
– ¿Acaso estas mal dotado? – reprendió la poca intensidad que Siwon ponía en sus envestidas.
– Oh, tienes razón – dijo Siwon sacando su erección del interior de Heechul y pudo ver la fulminante mirada del otro.
– ¡Más te vale terminar lo que iniciaste! – frunció el ceño mientras respiraba agitado – ¡Estoy sudando y tengo un gran problema entre mis piernas!
– Debería dejarte así, te ves tan sexy – llevó sus dedos a su boca y los mojo con su saliva, se volvió a arrodillar entre las piernas de Heechul para verlo mientras introducía sus dedos – ¿Quieres mi pene aquí? – preguntó removiendo los dedos del interior de Heechul, éste retuvo el aliento cuando Siwon rozo algo dentro de él.
– ¡Suéltame si no vas a terminar lo que empezaste! – grito frustrado al ver la soberbia risa de Siwon.
– Claro que voy a terminar lo que empecé – dijo buscando el agujero ajeno, tomó su propia erección en las manos y la guio hasta donde Heechul lo deseaba. Se introdujo lentamente y sintió como el más joven se removía buscando más contacto – Esto es tan perfecto – dijo una vez que estuvo totalmente dentro de Heechul, el placer lo invadió al sentir la presión de los muslos internos del menor – ¿Dime, esto es suficiente? – preguntó empezando a moverse lentamente.
Heechul levanto la cabeza y fulmino al mayor con la mirada ¿no era suficiente humillación estar con la manos atadas?
– Hazlo más fuerte o juro que cuando me suelte te castrare – dijo rechinando los dientes mientras sus caderas buscaban más contacto con el pene de Siwon.
– ¿Más fuerte? – sonrió y besó a Heechul antes de envestirlo enérgicamente. Escucho jadear al otro mientras lo penetraba, una y otra vez. El cuerpo de Heechul estaba más que dispuesto a recibirlo y cooperar. Le excitaba solo ver como el menor arqueaba su cuerpo buscando más contacto, gimiendo incoherencias mientras mordía sus labios.
– Ahh… aahh – Heechul grito al sentir que Siwon lo partiría en dos, <<¿la cama resistirá?>> Se pregunto al escuchar rechinar los resortes del colchón y como el mueble pegaba contra la pared. Pero llego a la conclusión de que no solo la cama no resistiría, cuando Siwon subió sus piernas a sus hombros, Heechul supo que buscaba más contacto para llegar más profundo y supo que él tampoco resistiría.
– Tócate, quiero ver cómo te tocas – dijo mientras se aferraba a los muslos del más joven y así llegar hasta lo más profundo – Vamos amor córrete para mí.
Heechul sin más remedio cogió su erección y empezó un movimiento de arriba y abajo masajeando su pene. Luego de unos masajes, de su pene salieron chorros de semen que cubrieron su pecho, al verlo Siwon se inclino y lamio ese liquido acre. Sintiendo que pronto se correría en el interior del más joven, besó a Heechul llevando a probar su propia esencia. Heechul gustoso recibió ese sabor, pensando que su esencia sabia mejor de los labios del más alto.
Al cabo de una embestidas más, Heechul sintió el cálido liquido de Siwon desperdigarse por sus entrañas, bañando todo su interior a su paso. Amaba esa sensación de sentirse lleno, pero ahora que estaba saciado su mente podía pensar la forma de asesinar a Siwon por atarlo a la cama como un animal.
– Eso fue maravilloso – respiró Siwon cayendo sobre el pálido cuerpo del menor.
– Si ya terminaste es mejor que me sueltes – ordenó él mientras enseñaba sus muñecas anudadas con una simple corbata.
– ¿Quién dijo que termine? – alzó una ceja mientras sonreía al ver la expresión de asombro en Heechul.
Cuando Heechul estaba por pegar el grito en el cielo por las palabras del moreno, pero unos golpes a su puerta lo sacaron de su enfado con el mayor.
– ¿Esperas a alguien? – preguntó sobresaltado por la manera de golpear la puerta de Heechul. El sujeto del otro lado parecía querer tumbar la puerta con sus golpes.
– ¡Heechul!
<<¿Yunho?>> rápidamente Heechul reconoció esa voz, la tranquila voz que caracterizaba a su primo había desaparecido bajo esos gritos clamando su nombre y pidiendo que abriera la puerta.
– ¡Suéltame! – pidió Heechul removiéndose entre las sabanas – ¡Hazlo o Yunho tumbara la puerta y te vera aquí!
– ¿Sería la perfecta oportunidad para cruzar unas “amigables palabras” con él?
– ¡Estás loco! – siguió removiéndose para deshacerse del agarre en sus muñecas – ¡Suéltame ahora!
Con desgano evidente en sus ojos, Siwon desato el amarre de las muñecas del más joven. A la velocidad de un parpadeo Heechul se vistió con lo primero que encontró y podía cubrir su desnudez. Sin calzarse corrió a la puerta que Yunho estaba intentando tumbar con sus golpes y gritos.
Siwon por su parte se quedo desnudo en la habitación, no porque Heechul se lo ordenara, pero aún no era hora de cruzar esas “amigables palabras” con Yunho. Por ahora debía esperar a que Heechul se deshiciera de Yunho. <<¿Por qué vendrá a estas horas de la madrugada gritando el nombre de Heechul?>>
Apenas abrió la puerta Yunho lo atropello entrando sin ningún modal en su accionar. Heechul frunció el ceño ante la intromisión del más alto.
– ¡Hola! ¿No? – dijo Heechul con ironía, pero la petrificante mirada de su primo le indico que no estaba para comentarios irónicos.
– ¡¿Qué fue lo que le dijiste?! – grito sin poder esconder su cólera.
– ¿De qué hablas? – preguntó calmado pues no tenía nada que esconder salvo al apuesto hombre desnudo en su habitación.
– ¡¿Qué le dijiste para que me despreciara con tanto rencor?! – pregunto colérico recordando las palabras que horas atrás le dijo Jaejoong.
Heechul chasqueo la lengua como si descifrara lo que su primo le estaba reclamando.
– ¡Le dije la verdad! – escupió Heechul llevando sus manos a la cintura.
– ¡¿Y según tu, cual es esa verdad?! – miró desafiante a su primo.
– ¿Qué? ¿No era esto lo que querías? – Yunho lo estaba fulminando con la mirada – ¿No eras tú el que quería lastimarlo hasta el punto de que se arrepintiera del día que conoció con Junsu? Ese era tu objetivo, ¿No?
Yunho trago su propia cólera porque sabía que las palabras de Heechul eran ciertas.
– El fin justica los medios – dijo con seguridad viendo que había conseguido callar a Yunho con la verdad de sus planes iniciales contra Jaejoong – Que importa si ese cocinerito sabe que te acuestas con una mujer diferente cada noche, que nunca lo tomaste enserio y que nunca lo harás. NO he dicho ninguna mentira.
– No tenias porque entrometerte – dijo tajante en sus palabras.
– ¡Por favor escúchate! – rodo los ojos – ¡¿No debía entrometerme?! – concluyo – Estabas arruinando tu vida al girar tus decisiones alrededor de Jaejoong – ese nombre lo dijo con desprecio y Yunho lo notó – Ese cocinerito debió morir en tus manos el mismo día que lo encontraron en ese motel con Junsu, pero tú lo perdonaste y lo declaraste como de tu propiedad. No satisfecho lo rescataste del barco en llamas, también lo llevaste a la casa de la playa… un lugar al que ni siquiera habías decidido volver con Junsu-ah – entrecerró sus ojos alborotándose por los actos que Yunho había tenido con Jaejoong – Ese día en la subasta debió ser vendido y estaría fuera de tu vista.
– Así que fuiste tú – enarco una ceja – Ese día Junsu lo rescato y Psy casi asesina al comprador que se llevo a su adonis.
– ¡Debiste dejarlo después de eso! ¡Pero no me escuchaste! – pataleaba como un niño pequeño frustrado – ¿Qué había de malo si él y Junsu estaban juntos? ¡Si Junsu-ah lo amaba no había problemas!
– Mi hermano no lo ama, aún sigue amando a ese bastardo de la academia – enardeció ante la sola idea de que Junsu amara a Jaejoong, porque de algo si estaba seguro era de que Jaejoong tenía sentimientos por su hermano menor.
– Tu mismo viste las imágenes de las cámaras que se instalo en esa habitación de motel barato, pero rompiste la pantalla. En ese momento sentí lastimas por ese cocinerito, pero debí dejar que lo mataras – arrojo su cólera sintiéndose frustrado por ese día.
– Lo que yo haga o no con mi vida es asunto mío – desato su fría expresión que por un segundo obligo a Heechul a retroceder.
– ¡Es asunto mío si te veo cayendo en confusiones erradas! ¡Eres el heredero al emporio Han-Jung! ¡Ambos pertenecen a mundos diferentes! ¡Es tiempo que este juego termine! – Yunho lo miró de mala gana – ¿Acaso has olvidado a Ah Ra-shi? ¿La cambiaras por el cocinerito? – Heechul uso su carta final, odiaba a esa mujer, pero solo el recuerdo de ella volvía a Yunho a la realidad.
– Ese no es tu problema – arrugo la frente con el ceño fruncido conteniendo las ganas de golpear a su primo a puño cerrado. – No responderé a tus provocaciones – respiró y dio media vuelta en dirección a la puerta de salida antes de arrepentirse de lo que diría – No vuelvas a hacer algo que yo no te pida, soy el heredero a un emporio empresarial y tu primo, pero no olvides mi naturaleza.
Cuando Yunho abandonó su casa, Heechul no podo evitar tirar todo a su paso. Embraveció al solo escuchar como Yunho lo regaño, jamás su primo había actuado de esa manera y adjudicaba tal atropello a Jaejoong. Maldecía a Jaejoong en todas las formas que él conocía.
– La verdadera naturaleza de Yunho siempre ha sido destructiva – detuvo a Heechul antes de que éste se cortara el rostro con el espejo roto – Todo lo que está a su alrededor se destruye, cae en ruinas… ahora entiendes porque estamos obligados a pelear.
– Aún así, nunca dejare que lastimes a Yunho-ah – Heechul volvió a la realidad, no quería terminar como su madre. Se aferro a Siwon rogando porque no lo dejara caer en esa locura, su mente era algo que nadie podía comprender, solo Siwon.
– No entiendo porque Yunho siendo el hijo de un honorable político y primogénito de una de las familias más respetables del país acepto ser el sucesor de Psy. Él nació puro de la macha de la mafia.
Heechul no dijo nada, él sabía los motivos por lo que Yunho había elegido ese camino.
Siwon sonrió al ser abrazado por Heechul con tal necesidad, pero su felicidad se debía a la conversación que había escuchado entre Yunho y Heechul. Sonrió astuto porque ese día había confirmado una sospecha que tenía en mente, el nuevo juguete de Yunho.