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Rescatame por alexriden02

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Notas del capitulo:

 

Hola guapas…

Vale, agradezco que el 90% de las lectoras del fanfic sean de latinoamerica. En algunos países latinoamericanos aún es 24/08/2014. Así que en teoría cumplí mi palabra.

Una dura lucha con migo mismo de un día y medio, la verdad nunca sentí tanta incertidumbre a la hora de escribir un capitulo. Lo escribí, lo borre, lo volví a escribir… imagine una y mil veces como seria la escenas…. En fin suena extraño, pero en mi cabeza tenía una vocecita que decía “Yunjae” “Yunjae”… ok, enloquecí?… tal vez, pero aquí está el capitulo 100% yunjae.

 

 

 

Yunho miró con un deseo abrasivo  a Jaejoong,  contemplo su piel desnuda y hermosa. Le era casi pecado no probar aquella carne, lamer y besar cada parte de aquel hermoso hombre.

 

– Jaejoong-ah, ¿Por qué eres tan hermoso? – preguntó mientras llevaba  la mano de Jaejoong a su pecho – Escucha como mi corazón late  por ti, debo estar loco… bah, mi corazón debe estar loco.

 

 

Jaejoong sintió el calor de la piel de Yunho  y el palpitante latido  del corazón de éste. Un galope que hacia hervir su sangre y  temblar su cuerpo. Sólo Yunho conseguía aquellas extrañas y fascinantes reacciones en su cuerpo.

 

– Debemos estar locos – respondió Jaejoong sonrojándose mientras intentaba tomar aire. Tener tan cerca a Yunho  hacia que el aire fuera un afrodisiaco que se negaba a respirar.

– Si, debemos estarlo – dijo mientras guiaba la mano de Jaejoong para recorrer su ancho torso. Jaejoong se sonrojo hasta las orejas cuando Yunho lo obligo a jugar con su ancho torso. Yunho sabía que Jaejoong era un muchacho inocente, alguien puro, se sonrojaba por el simple  tacto a su piel, tan diferente a lo que Yunho estaba acostumbrado. Los hombres no eran de su gusto, ninguno hombre jamás le pareció atractivo, salvo Heechul que siempre parecía una mujer en celo revoloteando en busca de alguien con quien acostarse. Pero Jaejoong era diferente.  Jaejoong era diferente de las mujeres y de los hombres. Yunho no podía comparar a Jaejoong con nadie, absolutamente nadie, Jaejoong era único y eso era lo que más le gustaba.

 

Yunho se levantó y casi pudo ver un puchero en Jaejoong  cuando lo hizo.

 

– Hoy seré muy gentil contigo – rió esculcando en uno de los cajones de la cómoda. Con torpeza encontró lo que buscaba. <<¡Vamos Yunho, tu puedes! >> se dijo a sí mismo. No quería estar indeciso o su torpeza lastimaría a Jaejoong y él no quería eso.

– ¿Qué es eso? – preguntó Jaejoong recostándose sobre sus codos intentando ver lo que Yunho traía en su poder.

 

Yunho se lamios los labios, dudando de su próximo accionar. La piel de Jaejoong brillaba y él no podía dejar de observarlo. Hasta la transpiración que caía del cuerpo de Jaejoong era excitante y sensual.

 

Jaejoong se dio cuenta que seguía desnudo y la mirada de Yunho era tan caliente que su miembro se estaba poniendo tan duro con sólo ser observado por aquellos ojos. Jaejoong intentó cubrir su desnudez cuando Yunho al fin llego a su lado.

 

– Tan hermoso. Incluso tu belleza supera al de cualquier mujer. Entonces ¿Por qué intentas esconderte? – tiró el edredón de las manos de Jaejoong mientras posicionaba sus piernas a ambos lados del cuerpo del más joven.  La calidez de su mirada era tan abrasado que era como una caricia, una dulce y suave caricia para Jaejoong. Yunho trataba a Jaejoong con el máximo cuidado, como si aquel joven fuera un hermoso maniquí de porcelana.

 

Jaejoong sólo pudo sonrojarse y bajar la mirada. Yunho deslizó las manos por su oscuro cabello. Jaejoong se sintió lleno de alegría ante las caricias de Yunho, como una mascota él rogaba por más caricias de su amo.

 

Ambos cuerpos desnudos se miraron a los ojos mientras Yunho acariciaba con cuidado el cabello de Jaejoong. Yunho respiró hondo  el aroma que Jaejoong desprendía de su piel, un aroma que lo embriagaba.  

 

 

Jaejoong estaba a un paso de retractarse pues no sabía que era ese pote que Yunho tenía en sus manos. Tampoco sabía qué demonios estaba haciendo desnudo junto a otro hombre. Y menos si ese hombre sobre su cuerpo era alguien tan perfecto como Yunho. Hizo un mohín intentando apartar a Yunho, pero era demasiado tarde, Yunho había tomado sus labios en un beso profundo y delicado.

 

– Mío… eres mío – susurro sin despegar sus labios de los de Jaejoong.

 

Alegría y sorpresa, Jaejoong había mandado al demonio a su cerebro, ahora su mente y cuerpo estaban llenos del aroma de Yunho. Sin querer apartarse de Yunho, rodeo con sus manos el cuello del moreno así intensificar el beso. Su piel tocó y se refregó en la desnuda piel de Yunho.  <<Tuyo… soy tuyo>> se aferró al cuerpo de Yunho como si fuese a caer. Jaejoong quería evitar caerse, quería evitar que la realidad lo despertase, evitar que Yunho lo dejase. El más alto cambio la dirección de sus labios, le besó el pecho dejando un rastro de saliva mientras pasaba la lengua por cada uno de los pezones y siguió bajando. Introdujo la lengua en el ombligo y Jaejoong se estremeció y se retorció contra él.

 

– Ah… Ah… ¡Ah! – Jaejoong gimió excitado por el toque experto de la lengua de Yunho. Solo ese débil roce lo excitaba de una forma que él nunca creyó posible.

 

Escuchar los gemidos de Jaejoong era como ser acariciado por terciopelo, tan excitante para Yunho que dudaba de su control. Temía desgarrar a Jaejoong en su lujuria. Aunque el deseo lo estuviese matando, sacó fuerza de voluntad al recordar que Jaejoong le había pedido que fuera gentil. Por primera vez él sería gentil con alguien y el privilegiado sería Jaejoong.

 

 

– Agárrate al cabecero – ordenó Yunho  rodeando con una mano  la erección de Jaejoong que era duro y perfecto. Su propio miembro rogaba porque se hundiera en el cuerpo del otro, pero Yunho se contuvo. Él sabía que antes debía preparar a Jaejoong.

– Nh… ¿Qué?

– El cabecero de la cama. Agárralo. No lo sueltes – dijo mientras besaba con delicadeza el vientre de Jaejoong.

 

Jaejoong parpadeo confuso mientras sentía el vaivén de la mano de Yunho coger  su ya erecto miembro y los besos a su estomago. ¿Qué diversión había en su vientre para que Yunho lo saboreara una y otra vez? Jaejoong  estaba inmerso en el placer, ahogándose en él, pero finalmente obedeció. Arqueo la espalda  elevando el pecho al aire con los pezones duros como perlas pequeñas mientras con ambas manos se sujetaba del cabecero de la cama.

 

La mano de Yunho sostenía la base del caliente y duro  falo de Jaejoong y masajeaba de arriba hacia abajo. Más apretaba aquel pedazo de carne y más gemía Jaejoong. Del erecto miembro, Yunho pudo ver como empezaba a escurrir un poco del esperma de Jaejoong.

 

Antes de que Jaejoong  pudiese decir algo,  jadeo con una voz áspera cuando sintió las hábiles  manos de Yunho   masajeando sus glúteos  de aquella excitante forma.  Yunho movió su cuerpo y  con la boca rozó uno de los hermosos pezones de Jaejoong.

 

– Ah… ¡ah! -  se estremeció Jaejoong mientras sujetaba con ambas manos el cabecero de la cama. El clímax se estaba apoderando de su cuerpo y ya no podía aguantar – Ya… no… dente… ¡ah! – su liquido acre había golpeado contra el vientre de Yunho y escurrido por las manos del moreno.

– Abre las piernas – pidió  él, excitado sintiendo escurrir de sus manos el esperma de Jaejoong.

 

Esta vez Jaejoong obedeció sin vacilar. Yunho se posicionó entre las piernas de Jaejoong.  Con la mano libre abrió el pote de lubricante que había comprado con curiosidad y ahora él sabía cómo hacer uso de ese producto.  Unto sus dedos y observó lujurioso como Jaejoong intentaba recuperar el aliento. Yunho se preguntaba si Jaejoong resistiría lo que vendría. Una parte de su ser le decía que era suficiente y Jaejoong no resistiría más, pero su parte egoísta y totalmente enamorado del cuerpo de Jaejoong le rogaba porque siguiese, que de una vez quería probar el interior de aquel estrecho agujero.

 

– Nunca hice esto con un hombre – murmuro Yunho mientras acomodaba su cuerpo.

 

Jaejoong difícilmente escuchó la confesión de Yunho. De repente sintió que sus glúteos fueron separados y sobre su pequeño orificio algo duro se posicionaba con cuidado. Abrió los ojos de manera exorbitante  al sentir que aquello duro era el dedo índice de Yunho.

 

– ¿Qué estás haciendo? – preguntó temeroso de lo que haría Yunho con el dedo en su entrada.

– Vamos a hacer el amor – respondió mientras colaba su boca en la de Jaejoong.

– Dos hombres no pueden hacer…  ¡Aaahh! – gritó Jaejoong  apartando sus labios de los de Yunho mientras flexionaba las rodillas al sentir como lentamente el dedo de Yunho se deslizaba en su interior – Es… esto…ah… esto está mal… ah, ese lugar no es para eso… ¡Ngh! – logro decir al fin intentando comprender lo que Yunho estaba haciendo.

– Tranquilízate – murmuro Yunho intentando tranquilizar a Jaejoong que empezó a moverse intentando alejarse – Cálmate. Jaejoong-ah, solo confía en mí.

– Esto es extraño, saca tu dedo de ahí – exigió Jaejoong intentando apelar al lado amable de Yunho. El más alto deslizo su dedo hacia afuera y volvió a meterlo. La mente de Jaejoong estaba estática.

– Tendrás que matarme si quieres que me detenga – sentenció Yunho con una dulce expresión en sus ojos. Éste quería a Jaejoong, y ya no había nada en el mundo que lo detuviese. Jaejoong quedó hechizado por la mirada de Yunho y la manera en que Yunho soltó una pequeña risa.

 

La cabeza de Jaejoong se echo hacia  atrás al sentir un segundo dedo deslizarse  en su entrada.

 

Con los dedos dentro de Jaejoong, Yunho  podía sentir la cálida sensación de las paredes apretadas de éste. Se preguntaba cuan excitante seria si introducía su ya erecto miembro en aquella apretada entrada.  Comenzó a mover sus dedos en forma circular anchando el estrecho agujero, luego comenzó a meterlo y sacarlos al principio muy lento luego comenzó a aumentar el ritmo.

 

Arqueo su espalda al sentir como Yunho empujaba y sacaba los dedos de su interior. Su miembro volvía a erguirse, duro como una roca y amenazante como un volcán a estallar.

 

– Mmm… no, esto… ah… esta…ah… mal –arrugo la nariz mientras cerraba los ojos y se mordía los labios al sentir que Yunho estaba  llenando su interior con movimientos que Jaejoong no sabía  identificar si eran malos o buenos. Su cuerpo sólo quería que Yunho apartara los dedos de su interior, pero también los quería dentro… hurgándolo hasta lo más  profundo. << ¡Estoy enloqueciendo!>>

– No hay nada de malo – dijo Yunho sintiendo tan cálido y excitante el interior de Jaejoong. Sus dedos eran tragados y no había mayor placer en el mundo. Su cuerpo, su mente, su corazón… todo era para Jaejoong. Los gemidos, su respiración, el sudor que recorría por su piel todo era una hermosa fusión con el más joven – Tu me quieres y yo te quiero… no hay nada de malo en hacer esto.

 

Jaejoong gimió adolorido al sentir un tercer dedo introducirse en su entrada.

 

– ¡Basta! ¡Ah! ¡Sácalooo! – suplicó Jaejoong mientras las lagrimas brotaban de sus ojos. Jaejoong dio un respingo e instintivamente intentó empujar o tirarse hacia atrás para apartarse de Yunho – ¡Esto… ah! – gimió de placer al sentir que el tercer dedo había acariciado algo en su interior que le produjo un cosquille que viajaba por todo su vientre.   Un segundo movimiento de los dedos de Yunho hizo que Jaejoong  llegase al clímax corriéndose por segunda vez.

– ¿Se siente bien? – preguntó  Yunho inclinándose hacia adelante – Háblame Jaejoong-ah – sus labios capturaron los de Jaejoong. Nuevamente movió sus dedos para sacarlos y volver a introducirlos, pero Jaejoong gimió tan excitado que las mejillas se le sonrojaron acelerando su respiración.

– Mmm… Yunho – murmuro  mordiendo sus labios intentando controlar los gemidos de placer que amenazaban con escapar de su boca.

– Lo lamento – suspiró – Intente ser amable, pero no puedo controlarme cuando pones  esa expresión tan sexy  al decir mi nombre.

– ¿Qué rayos  planeas…. Aaaahhh!!!- logro gritar al sentir como Yunho retiraba los dedos de su interior sin olvidar rozar esa parte que lo obligaba a gemir como un loco.

– No te hare daño, jamás lo haría…. Pero ahora mi cuerpo te necesita como un maldito loco – dijo mientras eleva las piernas de Jaejoong por encima de sus hombros. Desde esa posición vio la hermosa rosácea entrada de Jaejoong, parecía los pétalos de una rosa virgen. Con cuidado acaricio esa parte que parecía tan pequeña y frágil.

– Mmm… ¡No! ¡No quiero! – negó Jaejoong viendo como Yunho rompía con los dientes  un envoltorio metálico  cuadrado. “Lubricado” fue lo único que alcanzo a leer Jaejoong antes de sentir las manos de Yunho acariciar sus glúteos con dureza y al mismo tiempo con delicadeza.

– Te deseo tanto – sellos los gritos y negativas de Yunho con un beso apasionado. Aún besando los labios de Jaejoong cogió su propia erección y extendió el látex por todo su ya erecto miembro. Su parte baja, dura y caliente pedía de una vez ingresar al interior de Jaejoong.

 

Jaejoong se quedo sin aliento y las palabras se había esfumado de su boca al sentir como las manos de Yunho abrían sus glúteos como si estuviera desflorando unas margaritas.

 

– De-de-detente – suplicó jadeando mientras presionaba sus manos entre el edredón y el colchón.

– Tu boca dice una cosa pero el leguaje de cuerpo dice otra – llevó su erección hasta la pequeña entrada de Jaejoong. Levantó las caderas de Jaejoong para entrar lentamente en él.

 

Apenas entró la cabeza de su glande sintió como Jaejoong comprimía su miembro con las estrechas paredes de su entrada.

 

– Relájate o me castraras – susurro Yunho intentando que Jaejoong destensara sus glúteos.

– ¡Nooo! ¡Sácaloo! ¡Duelee! – tensó sus nalgas mientras las lagrimas brotaban de sus ojos.

 

Yunho por un momento sintió culpa. Odiaba ver llorar a Jaejoong.

 

– Está bien, saldré… pero debes dejar de aprisionarme así podre salir – aclaró mientras acunaba las mejilla de Jaejoong en sus manos. Era excitante ser casi estrangulado, pero él no quería perder su hombría  – Jaejoong-ah… tranquilízate.

 

Jaejoong sintió alivio al escuchar a Yunho, su cuerpo se destenso. Dejo de presionar  el pene de Yunho como si fuera a estrangularlos. Movió sus caderas para así  liberarse del erecto miembro de Yunho que parecía desgarrar su interior.  Ancho y largo, se preguntaba como las mujeres podían soportar algo así de grande, era casi inhumano. Un ligero movimiento hizo que sus caderas se movieran de forma equivocada autopenetrandose con el miembro  de Yunho. Este  se introdujo en su interior. Un ensamble perfecto.

 

Yunho sintió la cálida presión del interior de Jaejoong rodear su pene. El espacio era tan jodidamente reducido y él sentía las paredes de Jaejoong  contraerse en su pene apretándolo, luego maldijo a Jaejoong pues  era jodidamente más estrecho que cualquier chica a la que hubiese tenido en el pasado. Su respiración queda petrificada cuando Jaejoong  inconscientemente apretó mas sus glúteos  tragando a su miembro entre sus paredes, por un momento volvió a temer por su hombría. Pero cuando Jaejoong se relajo fue un gran alivio para la hombría de Yunho.

 

 ¿Qué demonios había sucedido? Ni Jaejoong lo sabía, sus ojos parecían salirse de sus cuencas mientras intentaba respirar pausadamente.

 

– Jaejoong-ah   –   susurro Yunho mientras entrelazaba sus dedos con lo del más joven. El rostro de Jaejoong  dimitía entre el dolor y el placer. <<Oh, dios. Esto es maravilloso. Necesito más>>

– No más – canturreaba mientras mordía sus labios al sentir esa intromisión en su interior – No… más… más – negaba apretando los ojos mientras ladeaba la cabeza. Aquello era tan doloroso que no sabía cómo soportarlo.

– Jaejoong-ah… te quiero… te quiero tanto – canturreo  Yunho como una canción de cuna mientras acariciaba todo el cuerpo de Jaejoong.

 

El más joven dejo de retorcerse y su rostro se vio reflejado en los ojos de Yunho. ¿Quién era ese hombre? tenía su mismo rostro, pero no era él. Todo era un sueño y cuando despertase Yunho no existiría. ¿Qué estaba sucediendo? ¿Por qué dejaba que Yunho lo penetrases de esa forma? Ambos eran hombres. Jaejoong no encontró más verdad que los ojos de Yunho. Suavemente sintió que Yunho lo envolvió en sus brazos, tibio y cálido, así era el verdadero Yunho. Jaejoong no podía negarse más. Sus sentimientos por Yunho se hacían cada vez más intensos.

 

 

Yunho le agarró por las caderas y lo penetró profundamente. Gritaron al unísono. La sensación era maravillosa. Tan caliente, tan húmedo. Estaban conectados, fusionados, se pertenecían mutuamente.

 

Yunho se inclinó y apretó su estomago contra el ya erecto pene de Jaejoong. Extendió lo mano y le acaricio  el rostro, los labios mientras con la otra mano le rozaba el caliente y erecto falo,  así atacar todos los puntos posibles de placer. Jaejoong levantó su cuerpo, se agarró de nuevo al cabecero y Yunho  hundió más el grueso  falo de carne  en su estrecho agujero.

 

Yunho era muy consciente de  que no duraría por mucho tiempo. Estaba al límite, llevaba  varias horas al límite. Luchaba por no correrse, él quería disfrutar más de Jaejoong y que Jaejoong disfrutara de él.

 

 

– Te deseo tanto  – dijo levantando su peso para ver a los ojos de Jaejoong – Deja que tus sentimientos salgan por los míos están gritando tu nombre.

– Esto es extraño – respondió Jaejoong mientras extendía la mano y  apartaba  el pelo que empezaba a cubrir el rostro de Yunho. Su cuerpo poco a poco empezaba a acostumbrarse a aquella intromisión entre sus nalgas.

– ¿Puedo moverme? – preguntó con expresión de deseos y cariño en su rostro. Jaejoong era perfecto. Para su suerte, Jaejoong no volvió a intentar castrarlo. Pero contuvo el aliento y asintió con la cabeza. La alegría broto de los labios de Yunho que fue cubriendo poco a poco la boca de Jaejoong con besos. Los labios de Jaejoong eran suaves como la seda pero cálidos, un contraste perfecto a su calor.

 

 

Yunho suspiró y empujo contra la carne de Jaejoong. Hundiéndose profundamente hasta las pelotas, luchó con el impulso de correrse en el interior de aquel estrecho agujero. Tan excitante era sentir aquella presión en su erecto miembro que apenas podía controlar su cuerpo, quería envestir con todo su cuerpo, pero se contuvo. Jaejoong debía acostumbrase a su tamaño o las desgarraría por dentro.

 

– Me moveré – dijo mientras besaba los labios de Jaejoong así al menos demostrar cuanto lo quería y que jamás le haría daño. Que todo aquello no solo era sexo, sino la unión de sus cuerpos en un grande y apasionado amor que empezaría  arder y nunca se extinguiría. El cuello de Jaejoong se estiró para alcanzar un contacto más cercano con los labios del más alto. Entonces Yunho supo que podía moverse. Al principio lo hizo muy lento. De adentro hacia afuera.

– Mmm…ah…  jahm – Jaejoong gemía  contra los labios de Yunho. Jodidamente le dolía, pero Yunho estaba rozando un punto en su interior  que lo hacía desear por más y apenas podía modular al hablar.

 

Los gemidos de Jaejoong fueron como fuego a través de Yunho. Y Yunho se hundió en el placer y se dejo embriagar por el dulce sonido de los labios de Jaejoong.

 

Jaejoong arqueo la espalda al sentir que los movimientos se hacían más rápidos y seguían rosando ese punto de placer en su interior. Inconscientemente movía sus caderas para buscar más contacto con el miembro de Yunho. Poco a poco el dolor iba desapareciendo y se dejo embargar por grandes olas  de placer. En el momento que Yunho acelero las estocadas su voz empezó a soltar gemidos roncos y masculinos, era la primera vez que Jaejoong escuchaba como gemía Yunho. Tan masculino, tan perfecto que Jaejoong no creía estar bajo la piel de ese hombre.

 

En toda la habitación solo se escuchaba el sonido de sus gemidos, sus respiraciones. Ambos hombres se estaban amando de una forma que ninguno de ellos creía posible.

 

Estuvieron así, con ese ritmo hasta que Yunho cogió con ambas manos las caderas de Jaejoong, para ir más dentro de éste. Unidos todavía, Yunho arremetía con fuertes embestidas robando gemidos de la boca de Jaejoong.  El choque de piel contra piel, Yunho no encontraba nada más excitante que sentir el calor del interior de Jaejoong rodeándolo. Los apretados muslos de Jaejoong se rozaban contra su piel. El pene aún erecto de Jaejoong rozaba contra su estomago. Deslizando su mano bajó hasta aquella erección para darle atención.

 

 

– Mmm…perfecto…Jaejoong eres perfecto – gimió Yunho viendo a Jaejoong retorcerse debajo de él. El sudor cubría a Jaejoong en una especie de brillo divino.

– Aaah… por faavor… por favoor – rogo Jaejoong cerrando los ojos mientras sacudía la cabeza. Sus caderas se movían lujuriosas y se  enterraban más profundamente  en el pene de Yunho, una y otra vez.

– Si… si… se siente tan bien… ah – gimió Yunho  mientras embestía con estocadas hacia adelante y atrás, una y otra vez. Salía y entraba, el placer rodeaba su cuerpo. El cielo, Yunho estaba tocando las puertas del cielo.

– Ahh… más… más – rogaba Jaejoong retorciéndose sobre su espalda y moviéndose al ritmo de las envestidas de Yunho – Aaaaahhh…. Mmm….

 

 

 Yunho estaba tan excitado al escuchar las suplicas del hermoso hombre bajo su cuerpo que solo logro despertar aún más su lujuria contra el bello cuerpo de Jaejoong. Quien   jadeaba, gemía  con voz ronca mientras Yunho arremetía una y otra vez. Saliendo y entrando. Los  golpes empezaban a ser más frenéticos cada vez que su orgasmo se acercaba.

 

– Jaejoong-ah… córrete conmigo – susurro mientras masturbaba el erecto falo de Jaejoong al mismo ritmo de sus golpes a la próstata del más joven.

– Siaah…agh…ahhh… ¡Aahh! – se retorció Jaejoong  apretando con fuerza los brazos de Yunho. Éste se inclinó y Jaejoong estiró el cuello buscando consuelo. Y Yunho se lo dio. Sus labios se movieron uno sobre el otro. El cálido esperma de Jaejoong golpeo el vientre de Yunho y eso basto para que el más alto se corriese.

 

Yunho dejo caer su cuerpo sobre Jaejoong, intentaba recuperar el aire.  Una sonrisa escapo de sus labios. El mejor sexo de su vida. Esa noche él había tocado las puertas del cielo, entrado y salido una y otra vez. Embistiendo al mismo cielo.

 

Jaejoong sintió el ardiente cuerpo de Yunho sobre el suyo, ambos pechos se rozaban uno contra el otro, y sus corazones parecían estar hablando uno con el otro con un intenso “bum” “bum” “bum”. Jaejoong  aún sentía en su interior a Yunho.  Sin pensarlo, Jaejoong  acaricio la espalda de Yunho, recorriendo la curvatura de  la columna. Su mirada parecía perdida en la perfecta forma de espalda del moreno.

 

Yunho levantó su cuerpo y observó a un Jaejoong que brillaba con el sudor en su rostro. Lentamente se retorció para salir  del interior de Jaejoong y una sonrisa se dibujo en el rostro del más joven.

 

 

– ¿Qué es tan gracioso?

– Bésame – pidió Jaejoong al sentir  que Yunho estaba saliendo de su interior. Esa sensación de vacío le asustaba. Temía que Yunho desapareciera, que lo dejara.

 

Yunho abrió los ojos dejando escapar una escueta sonrisa. ¿Cómo podía ser aquel joven tan hermoso? ¿Cómo un simple muchacho tenia cautivado su corazón? ¿Estaba loco? Tal vez lo estaba, pero qué demonios le importaba ahora.

                                                                                                                                                             

– Si en este momento me pidieses el mundo – se acercó lentamente hasta posicionarse frente a los labios de Jaejoong – Pondría el mundo a tus pies.

 

 

Notas finales:

OK... por primera vez en la vida no se que decir..

 

 

---este  capitulo fue uno de mis mas grandes retos, la verdad no sabia como darle una continuacion logica. Lo pense una y mil veces, una y mil escenas, en verdad borre y escribi, borre y escribi. Ninguna escena me convencia, espero que haya sido de vuestro agrado. Bueno a mi hermana le gustó y casi me estrangula de tanta emocion que tenia al leerlo y casi el 99% de las veces mi guio por sus comentarios.

 Buenos nos leemos pronto, espero vuestro comentarios. Saludos!!!

 

 


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