Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Perfumes y Armas por ItaDei_SasuNaru fan

[Reviews - 76]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

Celos.

 

 

—Ese moreno de ahí está hermoso, ¿no lo cree? —dijo una voz a su lado.

Buscando un bocadillo en el buffet para aguantar la noche, nuestro protagonista se encontró en una situación inesperada.

Levantó su mirada al tipo que hablaba tan descaradamente. Interesado, volteó a ver a la persona que señalaba en el extremo opuesto del gran salón.

En efecto, era un moreno hermoso. Con solo verlo sostener una copa de vino era fácil admirar su elegancia, su buena presencia, sus facciones finas y unos ojos negros de lo más hipnotizante. Todos los que pasaban a su lado aprovechaban para saludarlo o siquiera mirarle de cerca.

—¿Quién será? —preguntó el desconocido.

—¿No lo conoce?

—¿Es alguien importante?

—Es el anfitrión de esta fiesta, un rico empresario que está haciéndole un favor a uno de sus amigos, ayudando con la publicidad —contestó él apartando la mirada.

—¿Cómo se llama? —preguntó el tipo, desnudando mentalmente al moreno.

—Fugaku Uchiha.

—Sabe mucho de él, ¿acaso vio si venía acompañado?

—Creo que vino con alguien, pero al parecer ha quedado solo —respondió nuestro comensal con aparente indiferencia.

—Ya veo… Entonces hay muchos vacíos donde puedo tomar ventaja.

Él aguantó la respiración.

—¿Planes para esta noche? —inquirió con fingida curiosidad.

—Si puedo hacer mío a ese tal Uchiha, claro que sí.

—¿Hmm? ¿Solo para una vez?

—Mañana viajo de regreso a mi país, aunque… dos también estaría bien, si me lo pide no me negaría, ¿me entiende? —el individuo hizo un guiño con ojos llenos de lascivia.

—Ya veo… ¿Cree que es soltero? —él hizo la pregunta como si nada.

—Seré optimista y pensaré que es soltero; si no, no creo que sea un santo y se resista a una buena noche de sexo.

—Suena muy seguro —comentó una serenidad tan pasmosa que rozaba la frialdad.

—Tengo mis trucos, también puedo enseñárselos si me permite —ofreció el tipo con una sonrisa que intentaba ser tentadora.

—Paso —declinó tratando de no sonar asqueado.

Siendo sincero, el hombre era guapo y un aura de confianza arrolladora lo rodeaba, tal vez desde otra perspectiva no le habría parecido tan malo, pero en ese preciso momento le resultaba imposible odiarlo más.

—No se preocupe, no creo que alguien como usted tengo problemas en seducir —dijo el otro tomando un trago.

—Lo tomaré como un halago —respondió procurando sonar cortés.

—Lo es. Cuando termine con el Uchiha, podría servirse libremente si gusta.

—¿Quién, yo? Nah, no me gusta ser plato de segunda mesa, pero no negaré que tengo mis trucos. Además, yo sé lo que le gusta a ese Uchiha —dijo él con mucha modestia.

—¡Qué sorpresa! Así que ya ha tenido su turno.

—Por decirlo de alguna manera, si gusta puedo decirle un par de cosas que seguro querrá oír. Lo que le gusto o cual es su tipo favorito, por ejemplo.

—Hable mi querido amigo, lo escucho.

Nuestro protagonista se irguió en toda su altura, tomó al descarado por sorpresa al sujetarle por el cuello de la camisa, y con su voz llena de una ira tan colosal que congelaría los infiernos, susurró en su oído:

—A Fugaku Uchiha le gustan rubios, de ojos azules, de preferencia fieles. Ahora que lo sabe déjeme decirle algo, estúpido: si llega a tocarle un solo cabello, lo despellejaré… vivo.

Cuando soltó sus ropas, el tipejo quedó tembloroso y anonadado. Mirándolo con pánico en sus ojos, preguntó:

—¿Quién es usted?

—Mi nombre es Minato Namikaze de Uchiha.  Aunque para usted, soy el señor de Uchiha, ¿quedó claro?

El pobre diablo asintió llenó de miedo.

—Me alegro de que sea consciente. Mantenga sus manos alejadas de él y lárguese.

El extranjero dio media vuelta y corrió a la salida de aquel piso de hotel con toda la rapidez que le otorgaron sus piernas.

Minato volteó a ver a su esposo y Fugaku inmediatamente se deshizo de las personas con las que charlaba para acercarse a él.

—¿Me llamabas? —dijo el moreno cuando estuvo a su lado y le rodeó con un brazo.

—Sí, quiero irme a casa.

—¿Estás seguro? Aún es temprano.

—Estoy seguro, necesito ver a mi hijo y tu nena quiere descansar —objetó el rubio con unos ojos que ponían al hombre más poderoso del Japón completamente a sus pies.

—Como ustedes quieran, iremos a tomar los abrigos y nos vamos, ¿les parece bien?

—Nos parece perfecto.

Fugaku le dio un beso en la mejilla y posó una mano en el vientre gordito pero discreto de Minato. Le ofreció su brazo y su esposo lo tomó muy contento.

 

Congelándose de frío a unas cuantas cuadras del hotel, estaba un desolado francés pensando que había olvidado tomar su abrigo cuando salió huyendo y con él, también había olvidado las llaves de su propia habitación.

Pero ni loco iría a enfrentarse a ese rubio otra vez. Ni en esta vida ni la siguiente. Quería vivir, muchas gracias.

 

Notas finales:

 

Todo lo que se hace por amor adquiere hermosura y se engrandece.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).