Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Perfumes y Armas por ItaDei_SasuNaru fan

[Reviews - 76]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

—Si dicen que hasta el Diablo se enamora...

 

Hablar.

 

 

Minato pronuncia palabras inenarrables, salvaje y apasionado. Lo único que puedes ver de él es su cabellera rubia que cae hacia atrás y su espalda que se arquea, esbelta como la caligrafía de un poeta. Por encima de él se mueve el Uchiha, con una mano firme en las caderas del otro, manipulando ambos cuerpos debido a su posición y a su fuerza. La otra sostiene su peso sobre la madera color caoba, la mesa rechina de forma casi brutal y obscena. Fugaku se empuja, afuera y adentro, acunando su rostro en la curva del cuello de su rubio.

Están haciendo el amor descaradamente sobre la mesa de la cocina, tan absortos en sí mismos que ignoran tus ojos curiosos. Notas que hay un desorden de cosas en el suelo, seguramente llevan allí un buen rato, junto con las ropas olvidadas.

—Ahh~… ahí, justo ahí —dice Minato, con una voz que se te antoja lejana. Algo te dice que le hace falta el aliento.

Fugaku intenta responderle algo a esa melodía de sonidos que sale de sus labios favoritos y que se derrama suavemente debido al estallido de incontables placeres. Quiere decir algo ya que le miras susurrar contra la piel tersa, pero no sabe qué decir. Simplemente quiere más; escuchar más de las palabras rítmicas y roncas de Minato, gozar más de aquel cuerpo que brilla con el sol crepuscular que cae desde las ventanas y que los envuelve en su halo dorado.

El moreno embiste fuerte sin meditación de ningún tipo, el rubio busca encontrar su rostro con los ojos refulgiendo de delirio. Quiere que se miren a los ojos, piensas y tiemblas por ello. Los dos tienen las mejillas deliciosamente sonrojadas, y los cuerpos brillantes de sudor, están completamente desnudos y adoloridos de lujuria. Fugaku siente que el deseo es superior a sus fuerzas y lo abraza contra su pecho.

Minato gime, gime como nunca antes y Fugaku no termina de creer que disfruta de una voluptuosidad tan sincera; cae en cuenta de que es su rubio el que lo llama de esa manera tan mágica y sensual, Minato compone esa sinfonía debido a él y se esfuerza por complacerlo.

—Tan bueno~ —jadea el otro y solo observas con deleite como el Uchiha se sonroja más fuerte.

Trata de ir más rápido, de saborear más a fondo el calor entre sus muslos, de enterrarse más profundo. Entonces Minato es ruidoso, su voz hace eco contra las paredes, imposiblemente erótica, divinamente exquisita para todos los sentidos. Fugaku cierra los ojos porque quiere concentrarse en escucharlo, quiere estar concentrado en el calor de sus cuerpos colisionando sin parar, concentrado en la tensión aterciopelada alrededor de su miembro.

—Eres tan grande que… Mmm~… puedo sentirte muy adentro de mí…

El rubio dice cuanto pensamiento fogoso e impúdico cruza por su mente. Tu rostro, cuidadosamente oculto tras la puerta, irradia calor desde tus mejillas.

Te preguntas si esos jugosos labios susurran cosas así de terribles y fantásticas a los oídos del Uchiha solo para complacerlo. La desesperación y el dulce quebranto de su voz te corrigen. Minato realmente clama por Fugaku.

De súbito, observas que el moreno ataca la boca de su amado, buscando saborear las sensuales palabras directamente desde la fuente. El rubio ha tomado al otro por el rostro para profundizar aquel ósculo digno de los dioses y sus labios continúan amándose de la forma más mágica posible. Se devoran la boca con poca paciencia y con muchísimo amor. O algo así piensas.

Fugaku gruñe al separarse para mirarlo a los ojos, y se muerde el labio inferior a modo de autocontrol. Respira fuerte y profundamente. Por sus ojos, deduces que apenas puede pensar en nada que no sea el hombre frente a él, mientras sigue embistiendo rápido e intenso. Aunque quiere más, mucho más.

—Por favor, Fugaku —gime Minato como si le leyera el pensamiento—, más fuerte.

La petición es innecesaria porque los deseos de uno son las órdenes del otro. Encierra con una de sus manos el miembro de Minato y lo acaricia de arriba hacia abajo, en un ritmo que lo hace estremecer. Concentrándose únicamente en su rubio, sigue con esfuerzo el compás de sus caderas. Entonces los ojos que rivalizan con el cielo brillan de satisfacción, y su voz es el reflejo del mismo deseo que siente el dueño de los ojos de ónix.

Las palabras de Minato dejan de ser una promesa, solo para convertirse en un regalo; alcanza el clímax entre sus brazos y repite el nombre del ser amado sin parar. Fugaku toca el cielo mientras gime y jadea, incapaz de contener el placer que hace temblar cada parte de su cuerpo.

—Eres un pervertido —dice el Uchiha con el poco aliento que le queda. Usa sus brazos para abrazar a su rubio y llenarlo de besos.

—¿Lo soy? ¿No fuiste tú quién me lo pidió? —le responde divertido.

Fugaku le da un beso en el cuello que provoca un imperceptible escalofrío sobre Minato.

—No esperaba que hablaras tan…

—¿Te gustó de verdad? Yo temía que sonara falso...

El moreno se sonroja y se enoja por eso.

—No es eso... y no molestes.

—Lo tendré en mente —responde el rubio sonriendo para sí mismo.

—Tsk.

 

Minato se vuelve a inclinar a los oídos de Fugaku con una sonrisa maliciosa bailando en sus labios, y dice en un arrullo que mandaría a suicidarse la cordura de cualquier persona:

—Me encanta cuando te vienes dentro.

Estás a punto de desmayarte cuando lo escuchas hablar de esa manera. Cierras la puerta lo más silenciosamente que tus manos temblorosas te lo permiten. Te das media vuelta, deseándole buena suerte a Fugaku, ya que tiene el privilegio de lidiar con Minato.

A pesar de ir con el cerebro embotado y con la cara tan roja que parece que tienes fiebre, anotas mentalmente vendrás más seguido sin avisar.

 

Notas finales:

—... ¿cómo iba a ser yo la excepción?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).