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El precio del amor por Shamita

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Notas del capitulo:

Este capitulo lo dividire en dos porque me quedo muy largo y aun no puedo esta terminada la segunda parte de este capitulo.

 

─ Mis queridos juguetes ¿Cómo amanecieron? ─pregunto Saga a los tres chicos que acababan de entrar al comedor pero mirando al rubio que no se había dignado a dirigirle ni una mirada.


─ Bien mi señor ─ hablo Sorrento por los tres.


─ ¡Rubio! ─levanto la voz Saga─ Mírame cuando te hablo.


Shaka no tenía intenciones de voltear pero un codazo de Sorrento hizo que lo hiciera, su mirada hacia Saga era aunque indiferente también era retadora, el no deseaba estar ahí y se lo haría notar, pero algo llamo su atención.


─ ¡¿Pero qué?! ─exclamo sorprendido el rubio─ ¡Son dos!, ¿que no era suficiente con uno?─ había estado tan metido en sus pensamientos y en no mirar a Saga que no había notado a un hombre idéntico a este.


─ ¡Oye no te le quedes viendo tanto! ─hablo el pelilila haciéndose notar, al ver que el rubio no apartaba su vista del gemelo─ ¡Él es mío! Y nadie más que yo lo toca.


─ Perdón, es que no me había dado cuenta de que eran gemelos ─se disculpó avergonzado por la escena el rubio.


─ Está bien, pero ya no te le quedes viendo así, entendiste ─le contesto el pelilila─ ¿Eres nuevo, verdad?


─ Si, me trajeron anoche ─expreso irritado Shaka mandándole una mirada fría a Saga


─Bien, en ese caso y viendo que mi hermano no me presentara lo hare yo ─hablo el gemelo─ Soy Kanon Géminis y él ─dijo señalando al pelilila─ es Mu, es mi novio.


─ Mucho gusto, yo soy Shaka no rubio ─aclaro el ojiazul


─ Bien, basta de presentaciones por ahora, desayunemos ─dijo Saga─, y rubio los juguetes no deben hablar a menos que se los indique.


─ Pero que…─ intento decir Shaka pero fue interrumpido por un nuevo codazo de Sorrento, y opto mejor por ponerse a desayunar a menos que quisiera terminar con un moretón cortesía de su compañero.


Durante el almuerzo Saga veía entre bocados a su nuevo juguete, que parecía aun no comprender su situación actual pero el se encargaría de hacerle ver cuál era su lugar en su casa, por lo pronto parecía que ya se había ganado la mala fe de Mu al atreverse a ver a su amado novio, si Mu parecía ser el clásico niño bueno, era una belleza, un carnerito como le decía Kanon pero cuando veía peligro en su paraíso podía transformarse en un lobo para proteger lo que era suyo con uñas y dientes.


Al terminar el almuerzo tanto Kanon como Mu se retiraron, ya que habían quedado de visitar al hermano menor de Mu, pero antes de salir por completo el menor de la pareja se dirigió al nuevo miembro de los juguetes de su cuñado.


 


─ Shaka, me gustaría que cuando regrese me veas en la biblioteca ─hablo Mu desde la puerta mirando al rubio fijamente.


─ Está bien, pero no prometo nada ─dijo Shaka con autosuficiente─ iré si quiero tu no me mandas.


─ Tal vez Mu no ─aclaró Saga─ pero yo si rubio y vas a hacer lo que te ordena Mu.


Shaka solo lo miro con furia en su mirada, a él nadie lo obligaba a hacer algo y se lo iba a hacer saber.


─ Oh, lo siento pensé que todavía tenía derecho de hablar con quien yo quisiera ─contesto sarcásticamente.


─ Pues te equivocaste, aquí hablas cuando y con quien ¡Yo! Quiera ─hablo molesto el mayor─. Y para que te quede claro que aquí se hace lo que yo digo, ustedes cuatro harán solos la limpieza de la mansión ─ordenó a sus cuatro juguetes─, rubio tu limpiaras todas las habitaciones del segundo y tercer piso,   cuando termines con eso vas a pasar a ir a darle de comer a mis mascotas y limpias sus jaulas, Albiore te supervisara personalmente hasta que termines y sólo cuando eso pase podrás ir a comer y descansar ─le ordeno a Shaka para después dirigirse a los otros─, mientras que ustedes tres mis queridos niños limpien este piso y el jardín, cuando terminen pueden hacer lo que gusten.


Ante esto Shaka solo pudo quedarse con la boca abierta por todo lo que le había tocado, mientras que los demás harían un solo piso y entre los tres, el tendría que hacer dos pisos y las jaulas de las mascotas solo, eso era injusto aunque si lo pensaba bien, él sólo se había metido en ese problema al no mostrarse sumiso ante ese hombre pero no el no iba a ceder ni un paso ante ese hombre si no lograba que lo tratase como la persona que era y no como un objeto.


─ Bien, si cree que eso me molesta esta equivocado, eso yo lo hacía en mi casa ─dijo Shaka, él no se iba a amedrentar tan fácil además era mejor tareas domésticas que de otro índole.


─ Mi señor ─hablo Afrodita al ver que nuevamente Shaka iba a dar guerrilla a Saga─ quería pedirle permiso de prepararle una sorpresa para la noche.


─ Tienes mi permiso, mi hermosa flor ─le contesto Saga sonriéndole─ Bien, ahora me voy a mis oficinas, nos vemos ─dijo levantándose de la mesa.


─ Que le vaya bien nuestro amado señor ─hablo Alberich por los cuatro.


─ ¿Amado? ─dijo Shaka─ será por ustedes porque… ¡Auch! ─se quejo al recibir nuevamente un codazo de parte de Sorrento a lo que Saga alzo la ceja divertido de ver como sus otros juguetes trataban que el rubio se comportará.


─ Adiós mis amados juguetes ─se despidió Saga con una sonrisa─. Y rubio espero que en la cena te comportes mucho mejor que hace unos momentos, se ve que te faltan modales niño ─dijo dejando a un Shaka molesto por decirle que no tenia modales.


Antes de salir de su mansión Saga dio a todos sus empleados las indicaciones necesarias para que sus juguetes cumplieran con sus tareas de limpieza, en especial hablo con Albiore sobre todas y cada una de las tareas que debería cumplir su nuevo juguete.


─ ¿Está claro todo Albiore? ─cuestiono el dueño de la mansión.


─ Si señor, yo supervisare al Joven Shaka, mientras realiza sus tareas ─contesto Albiore


─ Bien, antes de que se me olvide Albiore ─recordó Saga─, cuando lleguen Mu y mi hermano debes llevar al rubio a la biblioteca, el corderito de Kanon quiere hablar con él, lo esperaras hasta que Mu termine con él y cuando salga lo llevaras a que continúe con sus tareas hasta que las termine, mientras no lo haga no tiene permitido ni comer ni descansar ni un minuto, ¿entendiste Albiore?


 ─ No se preocupe Señor Géminis ─hablo el guardia─ se hará todo como usted indico.


─ Bien cualquier contratiempo importante me llamas ─dijo Saga mientras se subía a su automóvil negro.


Cuando vieron marchar al géminis, algunos empleados fueron a prepararles a los cuatro jóvenes, que quedaron en la mansión, las herramientas necesarias para llevar cada una de las tareas que les habían sido encomendadas por el dueño de la mansión.


─ Pobre del rubio ─ dijo Albiore al aire, al recordar todo lo que Shaka tendría que hacer ese día─ ¿Qué habrá hecho?


─ Ni idea, pero de que hoy será un día muy pesado para él, no tengas la menor de las dudas ─contesto June mientras terminaba de preparar las herramientas que se ocupaban para la limpieza general de la casa.


Mientras esto ocurría Shaka tenía que aguantar los reclamos de algunos de sus nuevos compañeros de casa y vida.


─ Buena que la hiciste rubio ─dijo con ironía Alberich


─ Si Shaka no pudiste aguantarte el carácter y la lengüita ─dijo un Afrodita rendido a lo que tendrían que realizar ese día y el que había pensado seguir descansando.


─ ¡Oh! Perdonen pero yo no soy un objeto y no me gusta que me traten como tal ─se defendió el rubio─. Además es culpa tuya por hablar por mí ─le reclamó ahora a Alberich─, como si yo estuviera de acuerdo en lo que dicen y piensan ustedes respecto a ese hombre.


 


─ Chicos ─intervino Sorrento para dar por finalizada la discusión entre Shaka y Alberich─, porque no mejor nos ponemos de acuerdo sobre las áreas que limpiaremos.


─ Bien, yo pido el jardín ─hablo Afrodita─ saben que yo lo dejo más hermoso que ustedes dos juntos.


─ Si no hay más ─dijo Alberich con fastidio─ yo prefiero acomodar la biblioteca y el despacho.


─ Entonces yo me ocupare de la Sala, el comedor y la cocina ─hablo tranquilamente Sorrento.


Terminando de ponerse de acuerdo tanto Alberich como Afrodita salieron del comedor para cambiarse de ropa más adecuada para llevar a cabo las tareas de limpieza que había ordenado su señor.


─ Shaka ─lo llamo Sorrento─ disculpa a Alberich, a él no le gustan las tareas del hogar no quiso ser grosero contigo.


─ No, Sorrento discúlpame tu a mi ─dijo Shaka avergonzado de haberle causado problemas a esos dos muchachos que lo había recibido de la mejor manera, y él les pagaba de esa manera─ ustedes no deberían haber resultado inmiscuidos en esto.


─ Está bien, pero espero que con esto te quede claro que cualquier cosa que haga uno afecta a los demás ─hablo Sorrento comprensivamente.


─ Si ya me di cuenta ─le contesto Shaka─, pero Sorrento te digo de una vez que yo me iré de aquí, a costa de lo que sea, yo no sé porque están ustedes aquí pero yo tengo y necesito regresar a mi casa, con mi padre…


─ ¿Tu padre? ─interrumpió Sorrento


─ Si, yo… ─hablo Shaka con tristeza─ el  no quiso que me llevarán esos señores, el no quería esto y yo no puedo abandonarlo sólo nos tenemos el uno al otro.


─ Ya veo, pero aún así Shaka ─dijo Sorrento─ si tratases mejor al Señor Saga tal vez le pudieras pedir que te permita irlo a visitar.


─ No, esa no es una posibilidad para mí ─le aclaro el rubio─, yo no me venderé de ninguna manera para obtener algo de ese hombre.


─ Está bien ─hablo el de ojos color rubí─ ahora será mejor que nos cambiemos de ropa para comenzar con lo que dijo el Sr. Saga, debemos comenzar sino tardaremos mucho en terminar las tareas ─continuo mientras se dirigían al cuarto─ sobretodo tu, Shaka.


─ Ni me lo recuerdes quieres ─hablo el rubio afligido por todo lo que tendría que hacer solo─, solo pensarlo hace que me duela todo.


Cuando llegaron a su habitación, Shaka pudo ver que en su cama había unos jeans desgastados y una playera gris en cuello “v” también visiblemente desgastada, mientras que Sorrento se dirigía al guardarropa para buscar algo más cómodo para realizar la limpieza del primer piso.


─ Con eso podrás hacer tus tareas más cómodamente ─le hablo Afrodita mientras se recogía su cabello, llamando la atención del rubio.


─ Gracias Afrodita… ─le contesto el rubio─  Afrodita, yo bueno discúlpame por haberlos arrastrado a esto de la limpieza, ahora tendrás que arreglar el jardín solo y…


─ No te preocupes, si hay algo que disfruto hacer es arreglar el jardín ─dijo tranquilamente el peliceleste─ además a las rosas les faltan cuidados y yo se los daré.


─ Pues hablen por ustedes ─dijo Alberich molesto─, porque a mí no me agrada pagar porque este se crea mejor que nosotros y el Sr. Saga.


─ Mira si tú estás cómodo aquí siendo tratado como un simple objeto por ese hombre está bien ─le aclaro el rubio─ pero yo no, yo no seré usado por ese hombre que es un…


Shaka no pudo terminar ya que Alberich lo tomo por el cuello de su camisa mientras lo elevaba un poco del suelo.


─ Mira niñito será mejor que no hables de lo que no sabes ─le  advirtió al rubio mientras no disminuía su agarre─, y sabes espero que “MI” señor Saga se aburra de tu personalidad tan aburrida e insípida y ojala te use como la diversión de los empleados para que te muestren que no eres nada, que ahora solo eres un…


─ ¡Alberich! ─grito Sorrento interrumpiendo a su amigo y asiendo que bajase al rubio─ como puedes decirle eso, sabes lo que significan esas palabras y sabes muy bien que no es algo gracioso.


─ Ya basta Alberich, limítate a hacer tu parte de la limpieza ─ intervino Afrodita mientras caminaba hacia la puerta─, y sabes que eso que le has deseado a Shaka es una de las peores cosas que puede ordenar hacer Saga con uno de nosotros ─continuo tristemente─ no le vuelvas a decir eso.


La habitación tras la salida del peliceleste quedo en silencio durante un momento, en el cual Shaka trataba de asimilar lo que había pasado, y Alberich se arrepentía de haber abierto una herida que al parecer aun no había cerrado en Afrodita.


─ Será mejor que nos cambiemos Shaka ─hablo por fin Sorrento y mientras Shaka se adentraba al baño se volteo hacia Alberich─ Sería bueno que pensaras las cosas antes de decirlas, sabes que aun le pesa lo que sucedió hace unos años.


─ Lo siento, me exaspere con el nuevo ─se disculpo Alberich con Sorrento


─ Sabes que no es a mí a quien le debes la disculpa ─le aclaro el pelimorado─ y no sólo hablo de Afrodita


 ─ ¡Ah!, está bien pero será cuando terminemos lo que encargo el Señor Saga ─dijo mientras se levantaba para ir a cumplir con sus tareas.


─ Creo que le eh causado más pesares a Afrodita ¿verdad? ─hablo Shaka mientras salía del baño cambiado con la ropa que le había dejado Afrodita.


─ No es tu culpa ─le dijo Sorrento─, sino de Alberich al no pensar antes de abrir la boca.


─ Si tú dices ─dijo algo decaído el rubio.


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