El joven salió por la puerta mientras la joven soltaba todo el aire de sus pulmones y caía al suelo mientras temblaba, casi nunca había sentido miedo; ser criada por Reborn no le daba ese privilegio; pero recordaba tantas cosas, tantas cosas vividas con ese joven, algunas le sacaban una sonrisa pero otras prefería enterrarlas en su oscuro pasado.
/////////////////////////////nuevo capítulo///////////////////////////
Caminaba de un lado a otro, se encontraba furiosa; Anton SU Anton ya llevaba más de 20 minutos hablando con esa mocosa, la puerta se abrió mostrando la figura del joven, la chica intento hablarle pero el simplemente la ignoro; lo que logro que su enojo aumentara; el chico se veía decaído y triste; sin mirarla siquiera camino por los pasillos hasta perderse.
La peli-roja estaba que no la calentaba ni el sol; ¿Por qué? Porque tenía que traer a esa niñaja, cuando solo una mujer como ella podía satisfacer a Anton, tanto física como emocionalmente; sin más entro al lugar mientras observaba a la joven arrullar maternalmente a esos engendros.
Clarise: no sé qué te vio Anton
Ana dejo a ambos bebes en sus respectivas cunas mientras buscaba algo en la habitación para poder alimentarlos, sabía que esa chica no la quería pero no quería enfrentarse a ella.
Ana: (suspirando) ni yo lo sé
Logro encontrar una pequeña puerta y ahí se asombró al encontrar pañales, juguetes y demás cosas para bebe tomo una mamila y leche; encontró varios termos que tenían agua caliente y tranquilamente preparo dos mamilas, siendo observada por la mayor; sin más se dirigio hacia los pequeños mientras acercaba la leche a sus bocas provocando que estos comieran ávidamente; la peli-roja se veía furiosa su amabilidad le molestaba.
Cuando termino de darles de comer camino hasta la puerta y dejo los objetos ahí; Clarise no soporto más y la tomo del cuello para estamparla contra una pared; la mirada de la chica era furiosa pero también se podía ver cierto reflejo de tristeza igual a la de Anton hace unos momentos; hasta eso compartían.
Levanto la mano para poder golpearla pero el golpe nunca llego, Ana había detenido su mano y apretaba su muñeca fuertemente.
Ana: ni te atrevas
Clarise la observo desafiante mientras la soltaba y caminaba hacia los niños, logrando que Ana se interpusiera en su camino.
Ana: a ellos no los tocas.
Clarise: veremos cuanto duran viviendo
Anton: vete de aquí Clarise
La joven volteo sorprendida hacia el joven que traía cobijas y un carrito con comida; junto con otras cosas para los bebes.
Ana: ¿lastima?
Clarise: como te atreves a contestarle así
Anton: cállate Clarise (a Ana) no quiero que ninguno muera, mi niña.
Ana: (esquivando la mirada) ya no me llames así
Anton: vámonos, vendré mañana a ver que necesitan.
Ana: como quieras
Ambos salieron de la habitación y ya en el pasillo Anton hablo.
Anton: no te les acerques, cuando sea el momento lo harás por ahora mantente alejada de ellos
Clarise: pero…..Anton
Anton: te lo advierto Clarise, no te les acerques
Clarise: (enojada) como digas “estúpida niña”
-------------------------------------Con Ana---------------------------------------------------
La joven se encontraba perdida en sus recuerdos mientras arrullaba suavemente a los pequeños infantes ¿Por qué? ¿Por qué tenía que pasar esto de nuevo? Su mente divagaba a su misión en Alemania; esa misión que marcaría su destino.
---------------------------Hace 4 años-----------------------------------------------
Reborn: partes mañana a Alemania a las 5:00 a.m
Ana: no dormiré pero está bien, ¿Cuál es mi misión?
Reborn: (dándoles unos documentos) vigilar y matar en caso de que sea necesario a esta persona
Ana: te veo después padre.
Y sin más partió a ese lugar, donde vigilaba a su objetivo día tras día, hasta que conoció a Anton
--------------------------después de la declaración de Anton------------------------------
Tenía dudas, no sabía que hacer por un lado estaba Anton ese chico que había cautivado su joven corazón y por el otro estaba Reborn su padre, ¿Qué pasaría si se enterase? No había descuidado su misión pero esta ya estaba en un segundo plano.
Anton: ¿Qué pasa princesa? te veo distraída
Ana: nada amor
Pasaban los meses y ya se iba a cumplir un año en Alemania; la joven dividía su tiempo entre ver a su novio y su misión pero un día le llego una llamada.
Reborn: ¿Qué informes me tienes?
Ana: nuestro objetivo se ha estado viendo con algunas familias mafiosas que se han declaro en contra de Vongola; temo que puedan estar planeando una rebelión.
Reborn: no eres tan dame como pensé, elimina al objetivo
Ana: si padre
Reborn: y otra cosa cuando lo hagas trasládate 6 meses a Rusia entrenaras ahí, además no queremos levantar sospechas.
Ana: ¿no sería más sospechoso abandonar el país? “maldita sea justo ahora”
Reborn: no, harás lo que diga y punto dame-hija.
Ana: vale, vale no tienes que hablarme así, adiós
La chica arrojo el teléfono contra la cama y sin más se tiró en esta y ahora ¿Qué le diría a Anton? Matar al tipo era fácil solo cuestión de minutos; podría hacerlo justo ahora pero eso significaría partir mañana; suspiro mejor le dejaría una nota; y sin más se puso a escribirla pero le dolía el corazón al hacerlo; rompió el papel y sin más llamó al joven.
Anton: amor, ¿estás bien?
Ana: si, ¿nos podemos ver mañana?
Anton: por supuesto en la cafetería de siempre a las 10:00 te amo
Ana: yo también te amo.
La chica se levantó a las 9:00 de la mañana y salió de su casa con un portafolio en mano y con cuidado de no ser vista y sin más se dirigió a un lugar; donde todos la conocían, era un edificio y subió algunos pisos y sin que nadie la viera se dirigió a la azotea; abrió el estuche solo para sacar un rifle lo acomodo y puso la mirilla luego la quito arrojándola por ahí.
Ana: cosa inútil
Figo su vista hacia dos edificios donde justo en la cabecera se sentaba su víctima; frente a él una joven muchacha se quitaba la ropa.
Ana: viejo rabo verde, le daré un buen susto a ella; lo siento
Y sin más disparo logrando dar en su objetivo, bajo del lugar de lo más normal y se despidió de sus amigos.
X: ¿Cómo sigue tu paciente?
Ana: mejor, aunque me voy mañana
Muchos se acercaron a la chica y la abrazaron; era la mejor y más joven pasante de psiquiatría que habían conocido.
Ana: fue reasignada así que los extrañare a todos.
Entre despedidas y adioses le dieron las 9:30 y sin más regreso a su casa; sin que nadie la viera y se cambió, mientras suspiraba; pensaba en todos los momento que había vivido al lado de Anton; pero ya no valía la pena lamentarse ese día la pasarían bien todo el día y hasta entrada la tarde y mañana en la madrugada se iría; ya le había avisado a su padre y este le había conseguido boleto para el avión de las 5 de la mañana.
Se cambió a una playera de manga corta color morado y una falda negra a juego con unas botas altas. Para su suerte esas noches Alemania no era muy frio cogió un abrigo y se fue.
Anton la vio cuando llegaba y como todo un caballero fue hasta ella; platicaron un poco y fueron a dar un paseo; Ana estaba algo más amable de lo normal.
Anton: ¿paso algo bueno en el hospital?
Ana: mi paciente está mejorando muy rápido debido al tratamiento “lo siento”
Anton: oh! ya veo; me alegra (beso) te amo
Ana: yo también “te amo demasiado pero debo dejarte, o no podre verte a la cara mi querido Anton”
Tuvieron una hermosa cita entre las frías calles de Alemania cualquiera que los viera diría que llevaban años de novios aunque solo era uno, se trataban de amigos, se besaban de novios y hablaban como mejores amigos y se querían mutuamente.
Al día siguiente Ana se levantó y se fue dejando una nota que decía “lo siento Anton”