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Ensayo de Confesión por JessieNim

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Notas del capitulo:

Esta es la misma historia desde la perspectiva de Aomine. Obviamente él recibio ayuda también, pero de otras personas.

-.-.-.-.-.-

No sabía porque pero se sentía realmente nervioso. A pesar de tratar de mostrarse lo mas normal posible no podía. Su corazón latía fuertemente en su pecho y no creía poder controlarlo por mucho tiempo. Todas esas sensaciones estaban inundando su cuerpo. Trago duro. No. Él debía mantener su compostura frente a Kise. Puede que sea idiota, mas no ciego. Se veía muy raro el rubio, muy callado y tranquilo, por eso no sabía que era lo que le iba a decir. Respiro hondo para de esa manera escuchar lo que el otro tenía para decirle.

<< Realmente me sorprendió por lo repentino que fuiste, decir que te he gusta desde hace ya mucho tiempo. >>

¿Estas escuchando el fuerte y rápido latido de mi corazón? Me pregunto yo...

Su cara comenzó a sentirse cada vez mas caliente ante lo dicho por la persona de la que menos se esperaba esas palabras: Kise Ryouta.

-.-.-.-.-.-

Un silencio completamente molesto inundó la habitación. Aomine no podía estar mas nervioso en ese momento. ¿Había escuchado bien? ¡Dios! Nunca en su vida se había sentido de esa forma tan...tan...inexplicable. Era una combinación de felicidad, frustración, enamorado como una colegiala y una gran ira. No era capaz de explicar esa última, tampoco tenía la necesidad de entenderse. Él solo se dejaba llevar. ¡Pero esa no era una situación cualquiera! No era de ver shoujo, pero Momoi lo obligaba a verlo de chiquitos y, ¡Mierda! El parecido de esta escena con esos estúpidos libros y series era realmente asombrosa.

No estuvo muy seguro cuando, pero al tener la mirada fija en Kise logró ver el cambio de posición de este.

<< ¿?....¿Qué le ocurre? Parece muy tranquilo ahora.... >> 

"Una confesion de Ensayo". ¿Creías que era real? Estaba bromeando, Aominecchi~ -En el momento que el rubio dijo eso todas las escenas que tenía en su cabeza de ellos dos tomados de la mano -No es su culpa, Momoi lo obliga a ver esos programas tan clichés.-, desaparecieron instantáneamente. Ya. Había cagado completamente ante esa broma tan estúpida. A pesar de eso todas las emociones que tenía antes las seguía teniendo. Por supuesto a excepción de la felicidad. No le parecía muy divertido mostrarse frustrado e intentando irse como una típica tía molesta a paso rápido del lugar en que se encontraban, el cual era justo antes de dejar el edificio, cerca de los casilleros con sus zapatos no dándole mucho tiempo para llegar cerca de la puerta.- Nee, nee, ¿fue lindo? ¿Te sorprendí?. -Con su tono tan alegre logró frustrar al otro aún mas, ganándose una mirada asesina. Por esa razón comenzó a hacer pucheros.- ¡No seas malo, Aominecchi! ¡No me mires así! .-

<< ¿Ya hay alguien que te gusta? ¿Tú eres del tipo de persona que hace estas cosas? ¿Cómo mierda debería actuar en estos momentos? Tsk.. >>

Lamentablemente era incapaz de pronunciar esas palabras. Lo único que pudo hacer es dar una carcajada muy bien fingida. Quería ver la cara de Kise cuando le diga esas palabras. Capaz sea lo mejor y lo esperable. Lo que el rubio quería de él.

- ¿Tomarlo en serio? ¿A que te refieres, Kise?. -

- ¡Argh! ¡Aominecchi, malo! -Su cara mostraba un puchero mas grande que el anterior, mientras le daba leves golpes a un Aomine que se mostraba bastante calmado, copiando la pose que anteriormente tenía el rubio.

<< No pensé que reaccionarías así. Lo siento, Kise. No fue mi intención. >>

- Cálmate, Kise. No es para tanto. -Río aún mas fuerte sin saber en realidad que hacer.

Una discusión empezó entre ellos dos, pero luego de unos minutos de haberse mandado algún que otro golpe sin fuerza, lograron quedar en paz. O mejor dicho Aomine tenía un plan en consecuencia a que se sentía culpable.

- Basta, Kise. Ya, si te detienes te invito a tomar algo, ¿qué dices, eh? -Una sonrisa genuina apareció en su rostro, sabiendo que de esa manera convencería al rubio, después de todo era a la persona que mas amaba por lo tanto lo conocía. Y mucho.

Como era de esperarse, el otro se detuvo, mientras lo miraba con unos ojos resplandecientes, logrando que tenga unas terribles ganas de abrazarlo, cosa que no hizo por orgullo, dignidad y verguenza. En ese momento los dos se encontraban caminando hacia ningún punto en particular, siguiendo cada uno el ritmo del otro.

- ¡Esta bien! Nee, nee, Aominecchi, yo quiero ir a comer a ese restaurante donde vendían esas deliciosas sopas de cebolla gratinada. ¡Eran de lo mejor! -Su emoción se podían ver transmitidos a todos sus gestos y a sus formas de hablar, cosa que Aomine encontraba adorable. Estaba a punto de quedarse embobado en ellos, pero debía contestar conde a su personalidad.

- Oe, ¡¿pero no comimos allí hace tan solo una semana, Kise?!. -No estaba realmente molesto, ya que ver al rubio feliz comiendo era algo que lo auto satisfacía.

- ¡Ándale, Aominecchi! No seas malo, ya lo fuiste mucho tiempo hoy. -Un puchero basto para convencerlo. Dio un suspiro.

- Bueno, esta bien. ¡Pero la próxima vez elijo yo dos veces seguidas!. -

<< Eso es., hoy vamos a tomar algo como desvío a casa. >>

Como siempre ellos caminaban juntos como destino sus casas, pero siempre se desviaban para jugar basketball o para comer algo. Al mas alto le encantaba pasar tiempo con el modelo, pero en consecuencia a todas las llegadas tardes a su casa sus padres y los de Kise los llamaban constantemente para ver donde se habían metido ganándose algún que otro castigo en consecuencia a eso. No es que le importara o nada.

Verlo tan concentrado mirando el cielo le creó una vista completamente hermosa. Le era imposible dejar de verlo. Pero entonces se dio cuenta que debía seguir en su papel. Alargo su mano para darle un leve golpe en la cabeza al rubio.

- Je, no te distraigas tanto Kise, pareces mas idiota de lo que eres. -Lo miraba con una sonrisa burlona mientras empezaba a correr.

- ¡Aominecchi! Ya verás. -Dijo entre molesto y divertido comenzando a perseguirlo.

Si, estos días comunes son de los que le gustaría que nunca acaben.

-.-

Abrió la puerta de su casa y recibió varios gritos de dos mujeres. Una de ellas era su mamá y la otra era Momoi, a la cual su fastidiosa madre llamó preocupada por si lo había visto. Ella, como la molesta amiga de la infancia que es, vino lo mas rápido que pudo a su casa. De todas maneras sea rápido o lento habría llegado fácilmente, ya que son vecinos. Suspiro. Que dolor de cabeza que eran. Su madre parloteaba cosas como el respeto al horario y la confianza hacia ella. Momoi simplemente acotaba cosas como de poder avisarle al menos. Al final, luego de ignorarlas por un rato, se calmaron terminando despidiéndose de Momoi, a la cual antes de que se vaya le saco la lengua, recibiendo el mismo gesto de su parte. 

Cuando al fin logró llegar a su habitación dio un suspiro y se tiro a la cama totalmente cansado con la mochila y todo. No podía dejar de pensar en Kise y en que estaba haciendo en ese momento.

Ese hijo de puta lo había engañado y muy bien. Sin poder evitarlo golpeo su almohada. Pero luego ahogó un grito en ella. Su cara estaba levemente sonrojada, con su ceño fruncido.

- Kise idiota... -

Dio un gran suspiro. No podía creer todo lo que le sucedía, además de que el rubio podría intentar ese ensayo con cualquiera. Chisqueó la lengua.

<< Mañana al fin será el día en que todo quede claro entre tú y la persona que te gusta. Puede que no quiera oírlo pero aún así quiero saberlo >>

Volvió a esconder su cara en el rostro. Sin poder evitarlo recordó a las únicas dos personas que sabían sus sentimientos: Murasakibara y Kuroko. Del chico sombra era algo muy esperado, no se lo dijo, simplemente se dio cuenta de eso, cosa que para Aomine estaba completamente perfecto, para algo eran mejores amigos, ¿no?. El inconveniente era el primero. Al parecer el mas alto no era tan idiota como se dejaba ver todo el tiempo. Esa faceta de niño de cinco años podía cambiar drásticamente antes de que se percatara. Fue toda una sorpresa cuando se le acerco un día y le dijo que deje de ser un idiota arrogante frente a Kise, que de esa manera no lo iba a conquistar, que lo iba a cansar un día. No supo que contestarle en ese momento. Reía levemente al recordarlo. No sabía como pero ese día habían empezado a los golpes y terminaron hablando tranquilamente sobre el tema. Obviamente Murasakibara no estuvo con su faceta seria todo el tiempo, al parecer lo cansaba y asustaba -a pesar de que no lo admita.- al peliazul.

Instintivamente recordó el mensaje que le mandó Kise hace no mucho tiempo. Justo estaba en el parque tomando unos helados con ellos dos.

-.-

Luego de saludar al rubio se dirigió hacia el parque un poco demasiado callado. Claro que él no era un loco de mierda que mientras caminaba hablaba solo, pero hoy el aire estaba realmente tenso a su alrededor. No sabía como sentirse al respecto. Amaba a Kise con todo su alma pero escuchar que gustaba de alguien mal lo mataba. Dio un suspiro largo y profundo. Desde un principio él supo que el rubio no le correspondía, pero escucharlo decir eso fue tan solo.....repentino.

No sabe como pero termino en el parque. Una sonrisa nostálgica se le vino ante el recuerdo de él y Momoi jugando, pero esto se vio interrumpido cuando sintió una paleta helada en su espalda. Dio un pequeño grito y se movía de manera realmente graciosa hasta que logró sacárselo. Lo peor es que el palito no decía siquiera Ganador. Cuando se dio cuenta, dos voces riéndose de él se encontraban a sus espaldas. Realmente se había enojado pero luego vio quienes eran y dio un suspiro frustrado.

- ¡¿Qué mierda les pasa?! Yo no hice nada como para que me hagan esto.... -Dijo mientras los miraba de mala manera.

- Fue toda idea de Kuro-chin~ -Dijo el mas alto mientras llevaba consigo mas de una docena y media de dichas paletas.

- Lo que pasa es que Aomine-kun estaba muy concentrado en sus pensamientos, cosa que es raro ya que es aún mas idiota que Kise, pero ese no es el punto. El punto es que te llamamos reiteradas veces, pero no escuchabas, por eso pensamos que esta era la mejor solución. -mencionó neutralmente el mas bajo.

- No, Kuro-chin, tú solo pensaste que era la mejor solución, por mi lo hubiera aplastado y ya~. -

Dio un suspiro mientras que se masajeaba la sien. ¿Su destino amoroso estaba en manos de esos dos?

- Ya, me voy. -

Estaba agarrando su mochila cuando los otros dos lo detuvieron.

- ¿Quieres helado, Mine-chin? Es amarillo, como Kise-chin~. -

Dio otro suspiro mas. Se dio vuelta y lo agarro. A veces podía comportarse como un completo imbécil. El mas alto simplemente sonreía divertidamente, mientras el chico sombra se reía por la actitud de su mejor amigo. Tras hablar muchas idioteces, sabores nuevos de dulces y el intento fallido de Kuroko de hablar sobre basket, este último decidió ir al grano.

- Aomine-kun, dime, ¿cómo estuviste hoy con Kise-kun?. -

Mierda. Estaba frito. 

- P-Pues.... Bien, nada de otro mundo, todo completamente normal. -Se rasco el cuello nerviosamente.

- No, Mine-chin, tú sabes que no nos referimos a eso~ ¿Eres idiota o que?. -

- ¡No me llames idiota, imbécil grandulon! -Suspiro. No podía engañarlos y al parecer era un pésimo mentiroso.- Lo que pasa es que él se me declaró. -

Murasakibara casi se atora con las papas fritas que estaba comiendo y a Kuroko se le cayo el helado. Eso no era lo que Akashi les había dicho, pero capaz Kise había mentido. No, era imposible.

- Pero era un jodido "Ensayo de Confesión", o así lo llama él, tsk. -

Los otros dos dieron un suspiro. Antes de que cualquiera de ellos dijera algo el celular de Aomine vibró. Era Kise.

- Arara~ ¿Mine-chin ya planeó algo para mañana con Kise-chin? -Dijo divertido mientras comía.

- Murasakibara-kun, deja de comer un poco, me ensucias. -Lo miro un poco de mala manera recibiendo una mirada de la misma forma.

- No quiero~. -

Puede que estén ayudando a su amigo, pero eso no significa que se iban a caer bien. 

- ¿Y bien Aomine-kun? ¿Qué dice el mensaje?. -

-Yo mañana no voy a la escuela. -Estaba completamente serio.

- ¿Eh~? ¿Por qué, Mine-chin?. -Antes de que el otro le contestara le saco el teléfono y lo puso a una altura que el otro no alcanzara.

- ¡M-Murasakibara!¡Devuélvemelo!. -

- Murasakibara-kun, ¿qué dice el mensaje?. -El mas pequeño simplemente ignoraba al otro. Tenía curiosidad de lo que el rubio le escribió.

- Hmmm....." Solo para mañana, Aominecchi. ¿Me harías un favor? ¿Podrías escuchar mi egoísmo una vez más?" Dios, que aburrido es necesario q-

- ¡Si!. -

- Ya, ya, esta bien, no te enojes... etto... ¿Por donde iba? Ah, si.... "Perdón por pedirte ayuda siempre a ti, pero realmente lo necesito, ya que este egoísmo está creciendo cada vez mas en mi y no sé que hacer. Muchas gracias por ayudarme siempre, Aominecchi." Wow, Kise-chin no es tan malo escribiendo sus sentimientos, pero ese estúpido icono al final realmente lo vuelve a dejar como el idiota que es. -Devuelve aburridamente el celular a Aomine.- Ya me parecía que Mine-chin no iba a ir mañana por algo como esto. -Se río levemente.

- Aomine-kun debe ir mañana. -

- Pero yo no quiero ir, simplemente no puedo.... -Dijo deprimidamente hasta que recibió un golpe de su sombra.- ¡¿Ku-Kuroko!?

- Yo esperaba mas de ti, Aomine-kun. -Sus ojos mostraban cierta desilusión hacia él.

- Arara~ Mine-chin solo se comporta como una niña enamorada, ¿donde quedo tú orgullo masculino?. -Murasakibara entendiendo la atmósfera le siguió la corriente.

- ¡Yo soy bien masculino! -Y Aomine como el idiota que es cayó en la trampa. Al estar ahora lleno de energía no notó como los otros dos chocaron las manos. Gruñó por lo bajo.- Ya, ustedes ganan. Voy a ir....es que en realidad no quiero escucharlo decir que le gusta alguien mas, pero quiero saber quien es esta persona. -Suspiro mientras sus dedos viajaban por cada tecla del celular de esa manera contestarle.

-.-

Para: Kise

Asunto: RE:¡Ayúdame, por favor!

Aunque creo que en realidad yo soy el que esta siendo un poco egoísta aquí, supongo que voy a escuchar lo que tienes para decirme.

No te preocupes por mi, voy a tratar de llevar siempre una cara sonriente con todas mis fuerzas.

De esa manera yo te estaré apoyando.

-.-

Al terminar de mandarle el mensaje simplemente suspiro. Sus acompañantes se encontraban detrás suyo, viendo lo que escribía. Sin percatarse de nada comenzó a hablar para afuera, lo que debería estar pensando.

- Tsk, deberías tomarte mas enserio este tema, sin tener que practicar de esta manera. Voy a tener que decir esas palabras de mentira con una cara de felicidad... -Estaba tan frustrado que decidió revolear lejos su celular. Estaba cansado de todo eso...pero...

- Nee, Mine-chin, si vas a tirar el celular, tíralo de una vez~~. -

Simplemente no pudo. Su cara se puso toda roja y lo volvió a guardar en su bolsillo. Las caras sonrientes de sus amigos no ayudaban para nada.

<< Que momento de mierda....además de avergonzante >>

-.-

Su cara se puso roja otra vez. No podía creer que lo había dicho en voz alta, por esa razón se ganó las burlas de sus dos acompañantes todo el viaje hasta una cuadra de su casa. Realmente insoportable. Volvió a ocultarse, pero ahora en toda su cama, sin darse cuenta de que se quedo dormido pensando en el rubio.

-.-

En su sueño se encontraba viendo la tele cuando tenía nueve años. Mas que un sueño, era un recuerdo de su pasado con Momoi. Ella estaba sentada al lado suyo mientras veían una serie animada shoujo, a las cuales Aomine las describía como "Tontas", "Aburridas" y "Para niñas feas y gordas como ella", teniendo siempre como resultado las peleas diarias de ellos. Pero en realidad últimamente le estaban comenzando a gustar. No como algo que vería todo el tiempo, pero si con una historia interesante. Nunca se lo dirá a la chica de pelo color melocotón, pero una vez ella se quedo dormida con una película y se perdió el final, en consecuencia también no vio como un pequeño Daiki liberaba unas pocas lágrimas por eso.

Momoi tendría que castrarlo e igual no lo mencionaría. Jamás.

Pero ese recuerdo en particular le llegaba. Como un horrible sapo puede convertirse en realidad en un Príncipe.

Desde ese día él busco a su princesa. Pero nunca la encontró. Ya que lo que él debería haber buscado no era una super princesa sexy con grandes pechos, sino que debería ver mas a su alrededor, logrando de esa manera hallar a su tan preciada media naranja.

Sabía que el amor le había afectado, ¿pero y qué?

Era feliz y eso es lo que cuenta.

-.-

Comenzó a abrir los ojos perezosamente, para luego resfregárselos con la mano. Bostezo. Entonces, luego de sentarse y estar mas despierto, agarro su celular para ver la hora.

Mierda.

Solo 15 minutos y aún debía bañarse. Maldijo no haberse bañado la noche anterior. No le tomo mucho tiempo entrar y salir de la bañera mojando todo a su paso. No importaba. Si tenía otra llegada tarde el profesor de matemáticas lo mataba, cosa que hasta a Akashi le costaría mejorar su situación con él. Se vistió como pudo y bajo a la cocina. Allí su madre lo miró de muy mala manera.

- ¡¿Cómo que todavía estás aquí, Daiki?! Apúrate o llegarás tarde otra vez. -Mientras decía eso le daba una tostada ya hecha en la boca.

Aomine agradeció a su madre aunque su boca estaba llena.

Corrió con todas las fuerzas que tenía, logrando llegar solamente 5 minutos atrasado. Sonrió. nuevo Record. Luego los pensamientos que quedaron atrás por la adrenalina volvieron. Ese iba a ser el día. El día en que ya no iba a poder siquiera fantasear de que era su Kise. Ya no. Un suspiro salió de sus labios mientras se dirigía calmadamente a su salón.

-.-

Por suerte los dos se encontraban en diferentes clases. No podría aguantar toda la mañana con esos ensayos. Mientras un profesor se iba, para el cambio de hora con el siguiente profesor, Midorima lo llamó desde su costado. Eso era realmente raro, por eso levantó una ceja.

- ¿Uhm? ¿Qué sucede, Midorima?. -

- Toma. -Dijo seriamente mientras le entregaba un pequeño llavero de Honey Works.

Aomine no entendía nada.

- ¿Y para que me sirve esto?. -

- Hoy Virgo se encuentra sexto, para tú mala suerte. Por eso creí que debía traer una conmigo para entregártela. -

Lo miro divertido.

- Oe, Midorima, ¿te preocupas por mi?. -

- Que insolente eres. Por supuesto que no. Solo que Cáncer hoy debía hacer un favor a uno de Virgo para tener mas suerte. Nada mas. -

<< Mentiroso >>

De repente algo se le subió a la cabeza.

- Por casualidad, ¿sabes en que puesto está Géminis? -Dijo tratando de mostrarse lo mas natural que pudo.

- Se encuentra en primer lugar nanodayo. ¿Por qué?

- No, por nada. Ah, y gracias por preocuparte por mi~ -Su tono era realmente divertido.

- ¡Que no me preocupo por ti! -Mientras que el de él es uno de frustración y totalmente tsundere.

<< A pesar de que no me preocupo mucho por la adivinación, mas que nada la amorosa, parece que es bastante favorable......

Aunque yo realmente esperaba que sería peor.... Debo comportarme frente a Kise entonces. >>

Las próximas horas se las pasó durmiendo. Solo se levantó cuando todos se movían para irse de allí, mas no abrió los ojos hasta que el de lentes se despidió. Se estiró un poco. Sin darse cuenta el rubio entró a la habitación, sorprendiéndolo con su saludo.

- Yo, Aominecchi~~. -

- ¿Eh? ¡Ah, Kise! Lo siento, no te vi. Hola. -Le sonrió mientras agarraba sus cosas yéndose a la salida, pensando que el rubio lo seguiría, también de esa manera tratar de evitar el "Ensayo".- ¿Qué ocurre?

Mas lo único que sintió no fueron las pisadas detrás suyo, sino como el otro agarraba su manga para que se detuviera.

- Déjame practicar una vez mas, ¡por favor! -Lo miro entre suplicante y decidido. Él solo pudo asentir. Era algo que no se podía evitar.

<< Dado que es la última práctica, lo voy a intentar decir. A aquellas palabras de mentira, solo para verlo sonreír. >>

- Yo quiero...yo quiero decirte...me gustas...¡Me gustas! En verdad me gustas. -

- Hey, pon mas emoción en lo que dices, Kise. -Dijo tratando de animarlo.

- A-Aunque en realidad a veces me salen pelos obscuros en el cuerpo y-

- ¡Oye! No te vayas del tema, ¡tonto! -Dijo con una mirada severa para luego tranquilizarla y sonreírle al mismo tiempo que le toca la cabeza levemente así no despeinarlo. Notó que este se había arreglado y mucho para la ocasión. No iba a arruinarlo. Suspiro. Ese era el momento en que debía decirlo. Sus ojos se veían tristemente decididos.- Esta bien, da lo mejor de ti. Yo te estaré apoyando siempre Kise. -Con esas palabras tenía pensado darse la vuelta e irse lejos, tan lejos para al menos no escuchar la verdad por lo que quedaba del día, pero algo lo detuvo.

- ¡ESPERA! -El gritó del otro realmente lo sorprendió. Aún mas que ese comentario de los pelos. ¿Qué es lo que pensaba hacer el rubio?.- Perdón por haberte mentido, pero yo realmente te he querido todo este tiempo. A pesar de que mi voz está temblando, yo te quiero decir que te amo. -Su voz realmente temblaba ya que estaban tratando de demostrar sus sentimientos. Una sonrisa comenzó a abrirse paso en su rostro.- Por favor no me hagas enamorarme de ti mas de lo que estoy. -

<< Dios, no me aturdas mas de lo que estoy, Kise. >>

No podía parar de sonreír y con un leve sonrojo, tratando de actuar compuesto, le contestó.

- Yo siento lo mismo. -

Cuando menos se dio cuenta tenía un peso extra arriba suyo.

- ¡AOMINECCHI! TE AMO -Antes de que pueda decir otra cosa, el rubio le había ganado con dichas palabras. Kise apreto con fuerza y, con mucho gusto, le correspondió. Una sonrisa enorme se encontraba en su rostro.

¿Estas escuchando el fuerte y rápido latido de mi corazón? Me pregunto yo...

Mi corazón sigue latiendo con fuerza, y, esta voz que hay en mi pecho, me gustaría que la escuches

-.-.-.-.-.-

Notas finales:

Bueno, al final no dude ni un día en hacerlo.

Perdón si quedo medio medio y alguna que otra palabrota quedo ahí, pero es que me puse en papel "Ahomine" y me salió eso.

Espero que ahora si sea de su agrado.

Besos :3


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