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How To Save A Life por Sabaku No Ferchis

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Notas del capitulo:

Hola!!!

Necesito disculparme con ustedes de todo corazón. No es de dios publicar tan tarde y lo sé... Por favor tengan piedad de mí!!! xD Las razones con en parte las de siempre... mucha tarea, cosas que hacer... pero la más importante es que no estaba en mi país y apenas y me daba tiempo para leer otros fic TTnTT jaja. Pero bueno, aquí estoy yo disculpándome con éste capi que en lo personal me gustó muchisisimo, ¡Es internacioonal!! Kyaahhh lo empezé en Londres, lo avanzé en Roma y en medio del mar (en avión xD) y lo acabé en mi casita xD!!!

Enserio les pido muchas muchas disculpas por todas mis tardanzas, sin más las dejo con el capi...


Capítulo 6

 

 

Nuestra Aflicción.

 


No me has hablado desde ése día... No me has seguido, ni siquiera me has mirado. Es como si simplemente te hubieras olvidado de mí.

 



¡Bien! Eso era justo lo que quería...

 


Gaara se acomodó en su pupitre moviéndose de forma casi fantasmal. Sus brazos se cruzaron entre sí con delicadeza y él echó la cabeza para atrás. Momentos después pasó su mano por su blanca frente, ejerció presión y se sorprendió al no sentir más dolor.

 


Sus heridas se habían desvanecido casi por completo. Las marcas moradas y a la vez rojizas parecían haber dejado sólo vestigios de lo que alguna vez fue una herida punzante o un gran moretón. Suspiró aliviado al darse cuenta que después de siete días ya no tenía la necesidad de usar pomadas, o alcohol (sí, preferiblemente alcochol) Sus dedos subieron con lentitud y se adentraron en los furiosos cabellos rebeldes. Y sonrió, elevando sólo un poco las comisuras de sus labios al confirmar que el único color rojo lo poseía su cabello.

 


Las risas y parloteos que hacían sus compañeros hasta el fondo del salón llegaban a sus oídos como murmullos lejanos y ausentes. Sabía de sobra que desde aquel día su cerebro no estaba funcionando con la normalidad que él consideraba común, y que aislaba cualquier pensamiento o acción que se externara de lo que era la imagen de ese maldito pelinegro.

 



No me importa sacar cero en el semestre, ¿Sabes? Además, me alegro de que tú también lo saques. Te lo mereces, después de todo, tú tienes la culpa

 


La profundidad en sus iris se perdía prácticamente en la nada; él movía sus dedos sobre sus brazos con ansiedad, y a veces enterraba sus uñas en ellos con mínima fuerza que hasta parecía que estaba pasando por un leve caso de esquizofrenia.

 


Pero la verdad es que ese no era el problema... Porque el "problema" poseía cabellos negros rebeldes y una profunda mirada ónix.

 



Suspiró cansado y bajó su mano pasándola por toda la cara, como queriéndola limpiar, o haciendo un nulo esfuerzo para librarla de los pensamientos que se revolvían en su cabeza como un tornado feroz, que arrasaba a diestra y siniestra con sus últimas reservas de racionalidad.

 



Pero vaya; sus intentos fueron frustrados justo en el momento.

 


Apenas y despegó la mano de su rostro, sus facciones se endurecieron radicalmente (y muy mal disimuladas) al ver entrar a Sasuke al salón.

 



Gaara no supo cómo describir lo que sintió entonces. Un cierto revoltijo en su estómago crecía como el ojo de un huracán, haciéndolo experimentar sensaciones de asco, resentimiento y ansiedad mientras más clavaba sus pupilas sobre el cuerpo del otro. Y Gaara lo siguió con la mirada, desde la puerta hasta el asiento del pelinegro; y el saber que en todo ese trayecto Sasuke no le dedicó ni una sola mirada, lo hizo gruñir inconscientemente. Aun así, el pelirrojo no le quitó los ojos de encima. Siguió estudiándolo de pies a cabeza detenidamente, tratando de encontrar algún defecto en el otro.

 


Gaara siempre había visto a Sasuke como un chico soberbio, arrogante y odioso; y su manera de pensar no había cambiado. Se entretenía viendo como el pelinegro rodaba los ojos con desprecio cuando Sakura volteaba a verlo cada cinco minutos con la cara babeando, y también le interesaba la forma indiferente en la que contestaba a los profesores a una pregunta, como si en verdad no le interesara la clase. Y miraba las muecas que hacía, el roce de sus labios superiores con los inferiores cada vez que se los mordía, la manera en la que se sentaba, siempre poseyendo su pose de chico malo con el mentón recargado sobre sus manos... Eso a Gaara le había llamado la atención, de cualquier manera, desde aquel día había comenzado a mirarlo, y ahora estaba interesado en él.

 


Perfectamente imperfecto...

 



Gaara apenas reaccionó cuando todos callaron y se acomodaron en sus respectivos asientos, el pelirrojo dobló la mirada hacia la puerta y suspiró resignado al ver entrar a Kakashi con una pila de hojas colgando de su brazo y una mueca capaz de desalentar las energías del mismísimo Rock Lee. Finalmente, se preparó para aceptar con honores un enorme cero en su calificación final.

 

 


 

 


Miró su reloj.

 


Eran aproximadamente las ocho de la noche.

 


Escuchaba resonante el eco de sus pasos chocar contra el solitario pasillo de las habitaciones que bien podrían ambientar una película de terror. 
Metió las manos en sus bolsillos y volvió a suspirar profundamente.

 


Sasuke, Sasuke, Sasuke...

 


¡No! ¡Mierda, no! ¿¡Qué demonios hacía él pensando en el Uchiha!? Apretó los párpados con fuerza innecesaria y sus dientes comenzaron a crujir. No estaba bien. Paró en seco para limpiarse la cara de nuevo y siguió caminando.

 


Soportó el eco de sus pasos un momento más hasta que por fin llegó a pararse frente a la puerta de su habitación. Levantó la mano y la dirigió hacia la perilla de la puerta, pero antes de que pudiera abrirla, su mente atacó de nuevo.

 


Sasuke, Sasuke, ¡¡SASUKE!!

 



No lo soportaba. Sentía que en cualquier momento su cerebro explotaría como una bolsa de palomitas de maíz. La estúpida imagen de Sasuke se había pegado como chicle a sus sesos desde hacía siete días; aquella vez en la que el Uchiha lo defendió de Deidara y él lo mando a la mierda.

 


Y Sasuke lo había obedecido. Lo dejó de seguir, de dirigir la palabra, incluso había dejado de mirarlo y aceptó con una expresión nula el cero en el semestre. Eso para Gaara estaba bien, ¡Más que bien! Y era justamente por eso que no entendía por qué no se podía arrancar al chico de la cabeza. Siempre estaba presente, y eso interrumpía sus actividades cotidianas. No desayunaba, porque estaba pensando en Sasuke; no comía, porque estaba pensando en Sasuke; no cenaba, porque estaba pensando en Sasuke; y no dormía... ¿Porque estaba pensando en Sasuke?... ¡¡No!! ¡Era porque tenía hambre! Tanto pensar en el maldito Uchiha lo había dejado sin comer. ¡Cielos santo! Tanto tenía ya con Shukaku y luego aparece ese pelinegro para joderlo hasta que se muera.

 


Estaba seguro de que explotaría en cualquier momento; todo eso ya le estaba hinchando la cabeza: sus latentes pensamientos, el dolor en la cabeza que lo azotaba con fuertes punzadas y los ecos de los estúpidos pasos profundos...

 



¿Pasos?

 



Miró sus pies sólo para confirmar, y él seguía en su sitio, con la mano sobre la perilla de su habitación. Dobló la mirada al lugar de donde procedían los pasos (la misma ruta que él había seguido antes) y lo miró... ¡Bien! ¡Sólo eso le faltaba! Sonrió con sarcasmo para sus adentros mientras su rostro exterior se mantenía forzadamente inexpresivo.

 


Sasuke sólo seguía su camino, tranquilo, con los ojos pegados en el suelo; pero no mostraba inferioridad o nerviosismo, él se mantenía fresco y relajado, y con las manos las escondidas entre sus bolsillos.

 



Sólo era Sasuke Uchiha y su típica forma de caminar.

 


Gaara quiso apartar la mirada del chico, ¡Lo intentó! Pero era como si la simple figura del pelinegro fuera un imán para sus ojos. Por su puesto que frunció el ceño y mantuvo su mirada penetrante, pero también comenzaba a sudar y a temblar ligeramente.

 


Sasuke, Sasuke, Saskue, Sasuke

 


Y aquel nombre seguía penetrando en su mente como una taladro a su máxima potencia; con cada paso que el Uchiha daba aproximándose a él, con cada potente latido de su propio corazón que bien podría asemejarse un Gong chino y con los malditos segundos, que parecían detenerse en el tiempo sólo para joderlo y hacer que a él se le hiciera una eternidad...

 



Sasuke detuvo el paso hasta estar frente a su respectiva habitación, quedando a espaldas de un pelirrojo que lo miraba como si quisiera devorarlo con los ojos. El pelinegro levantó su mano derecha con delicadeza y algo de elegancia para posarla sobre la perilla de su habitación e hizo algo que dejó a Gaara sorprendido (aunque claro, no lo demostró) Sasuke dobló su mirada profunda hacia él.

 


Y turquesa se encontró con el color de la noche...

 


Ellos protagonizaban una escena interesante: Ambos estaban justo en las mismas posiciones, dándose la espalda, sus manos sobre la perilla y con las miradas clavadas entre sí. Gaara hacía su propio esfuerzo mental por mantener su mirada fría y perforadora, tratando de externar un resentimiento que ya no existía más. Sasuke, por su parte, sólo lo miraba, sus ojos eran fijos y grandes; se limitaba a tener el entrecejo ligeramente forzado que casi ni se notaba, y el iris de sus ojos no se despejaba de los pozos aguamarina. En esos momentos, Gaara se maldijo por dentro al pensar que el chico era realmente sexy.

 


Sasuke, Sasuke, Sasuke

 


Esos nombres mentales eran pronunciados cada vez que el corazón del pelirrojo emitía un latido... y su corazón iba a mil por hora (¡Imagínense!) Pero lo que hizo que el pequeño pelirrojo diera un vuelco de 360º fue ver como los labios de Sasuke que despegaron con lentitud y se tambalearon torpemente, como si el chico estuviera a punto de decir algo. Su mirada se desvió y Gaara apretó la perilla de la puerta, impaciente.

 


Los finos labios siguieron temblando con la misma torpeza, pero ahora la mirada ónix estaba perdida en el suelo, ausente, y Gaara no lo notó, pero el azabache también apretó la perilla de su puerta, aunque claro, con menos intensidad.

 


Sasuke, Sasuke, Sasuke ¡Apresúrate!

 


Gaara no era una persona paciente, y estaba a punto de abrir la puerta y meterse a su habitación dejando un sonoro portazo detrás, de no ser porque en el justo momento en el que la idea cruzó su mente, miró como Sasuke aspiró una bocanada de aire. Y Gaara decidió esperar...

 


Pero él sólo suspiró.

 


Cualquiera que hubiera estado ahí, aseguraría sabiamente que Sasuke diría algo. ¡Se veía más que obvio! Y nadie, ¡Nadie! Hubiera creído que Gaara se llevaría esa decepción. Después de aquella exhalación, el azabache prosiguió a abrir su puerta y entrar a su habitación sin más, lo que dejó a Gaara más que molesto, e imitó su acción, sólo que con la rudeza que ya era muy común en él.

 


Se permitió gruñir frustradamente y se arrancó el uniforme de su cuerpo rápidamente para lanzarse sobre su cama, cayendo boca abajo sobre ésta. Sus manos se cerraban sobre la almohada con rudeza mientras él ahogaba más gruñidos entre las blancas sábanas.

 


Nunca en su vida se había sentido tan débil, miserable y estúpido. Se quedó ahí parado como idiota esperando a que Sasuke le dijera algo... ¿Y qué hizo Sasuke? ¡¡Nada!! Sólo escupió un suspiro ahogado y entró a su habitación dejando a Gaara como un completo imbécil. Y él pudo haber hecho algo, es decir, pudo ser él quien soltara una palabra, ¡La que fuera!, pero esa idea ni siquiera cruzó por su mente, y se volvió a repetir que era un estúpido.

 


Se dobló sobre su cama, quedando acostado boca arriba. Su rostro se mostraba más calmado, sus facciones se habían relajado y su expresión se mantenía tranquila, pensativa. Sus ojos, que aparentemente miraban el sucio techo color gris, quedaban fijos en la figura mental que representaba a cierto pelinegro de ojos del color de la noche. Y entonces lo miraba, sin ser consiente; sus ojos paseaban sobre aquella piel suave, de la cual no estaba seguro si era morena o blanca, o quizá una combinación de las dos... Lo único de lo que estaba seguro, era que se veía más suave y delicada que la misma seda. La figura mental también poseía cabellos furiosos, rebeldes y orgullosos coloreados de negro pétreo, y que, si la luz chocaba contra ellos, emitían un brillo deslumbrante y precioso. Pero, el cuerpo era sin duda lo que más ocupaba espacio en el subconsciente de Gaara. Delgado y con la anatomía bien proporcionada, sus brazos eran largos y musculosos; también lo era su torso, con las abdominales bien definidas que hasta parecía ser una escultura griega, y que, a pesar de toda su complexión masculina, seguía siendo delgado.

 


Y Gaara quería saber si esa piel era tan suave como aparentaba, quería tocarla con sus propios dedos, aunque fuera sólo un simple roce. Quería sentir el pecho y el abdomen del chico, sólo para saber que tan bien definidos estaban. Quería enredar sus dedos entre las melenas oscuras y sentir la suavidad en su piel... Y quizá, también quería probar esos labios temblorosos...

 



Sí quiero…

 


Y se sintió extraño, una sensación recorrió todo su cuerpo y lo hizo sentir... Bien. Tardó un poco en darse cuenta de que aquello no era algo que se manifestaba emocionalmente, sino fisiológicamente.

 


Era su puro deseo carnal.

 


Y cuando lo supo, los colores se le subieron al rostro. Se cubrió rápidamente y trató de "bajarlo", pero cuando lo tocó, su erección creció aún más. Se mordió el labio y apretó los párpados.

 



¿Pero qué mierda...

 


Hacía él excitándose con Sasuke? Oh, Dios, era la primera vez que "eso" le pasaba, y ni siquiera sabía bien que era hasta que la imagen del Uchiha se volvió a apoderar de su mente y el contacto que mantenía con sus manos provocó un roce fogoso, que lo hizo experimentar un ligero placer.

 


—Ahhg...— gimió por primera vez de placer.

 


Y trató de resistirse, no iba a ir de mal en peor y, no iba a caer tan bajo por dejarse llevar por impulsos que le provocaba el recuerdo de ese idiota.

 


Pero, en ese momento, el pensar ya no le servía de nada, y se dio cuenta de que era más débil de lo que creía.

 




 



No tenía ni la más mínima intención de levantarse... Sólo quería estar ahí, sentado con la espalda recargada sobre su puerta donde dos horas antes se había dejado resbalar. Su brazo derecho se apoyaba sobre su rodilla derecha, dejando colgada su mano; y él tenía la cabeza echada hacia atrás. Los párpados ocultaban sus ojos, y de ellos se asomaba una minúscula lágrima que, maliciosa, se atrevía a manchar el orgullo del gran Sasuke Uchiha...

 


Te juro que lo estoy intentando, pero no sé cuánto más pueda soportar...

 


Soltó un suspiro ahogado y sus ojos se abrieron sólo un poco.

 


Pero es que cada vez que te veo quiero ir corriendo por ti, abrazarte fuertemente y nunca dejarte ir…

 



Otra lágrima apareció.

 



¿Sabes? Alejarme de ti es lo correcto, tú me lo dijiste, Itachi también me lo dijo, y una parte de mí también quiere que sea así. No niegues que lo he estado haciendo bien; no te miro, no te hablo y trato de evitar hasta el mínimo contacto contigo. Pero eso me mata por dentro...

 



"Sólo te meterás en problemas..." Era lo que Itachi le había dicho después de la pelea con Deidara, cuando fue a verlo a su habitación. Esas palabras habían quedado bien grabadas en la mente de Sasuke, y al analizarlas llegó a creer que tal vez su hermano tenía razón. Y sus dudas fueron confirmadas cuando Naruto también se lo dijo (al parecer ya todos en la escuela sabían), pero no hubiera hecho caso a las advertencias de su hermano y su amigo de no ser porque el mismísimo Gaara ya se lo había dicho, firme y decidido. "Aléjate de mí..."

 


Y así lo hizo.

 


Se impulsó y casi arrastrándose por el suelo, llegó a alcanzar un extremo de su cama. Acomodó sus brazos en ésta y recargó su mentón en ellos.

 



No sé ni porque siento esto hacia ti; pero la necesidad que tengo de mirar tus ojos hermosos, de acariciar tu pelo rojo, de besar tus labios blancos me está matando por dentro. Eres como una droga peligrosa de la cual me he vuelto adicto, y quiero probarte, llenar mi cuerpo de tus dosis para así poder sentirme vivo...

 



Se incorporó, se deshizo de sus ropas y dejó que la tenue luz lunar iluminara su cuerpo.

 


Pero tú no me dejas amarte, y me matas por dentro…







 

Notas finales:

¿Eso compensa mi tardanza? kukuku espero que sí... jaja. Bueno, el nombre del capi es de una canción de Panda, una banda meicana que critican mucho por plagio y por emos xD y aunque si han plagiado canciones de mi querido Green Day xD Pero bueno, la canción está preciosa, muy triste y melancólica, aunque no tenga mucho que ver con el capi, pero me pareció buen nombre por que bueno, Gaa y Sasu están afligidos porque ambos sufren y Sasu quiere a Gaa y Gaa no sabe ni que pesar con su primera erección xD!!!

En fin, muchas gracias por leer, espero y les haya gustado y que meresca un review...

 

Mil Gracias, la conty... me mataré por que llegue pronto xD (jaja no cierto, si no como la escribo)

Esperen conty...!!! Prometo que llegará!!


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