Capítulo 7.- Las habilidades del Dios del Sueño y los primeros combates
En una gran urna se depositaron los nombres de los ocho guerreros que cada uno de los Dioses habían escogido para participar en el torneo, primero serían escogidos los caballeros que participarían en el tiro al blanco, Atena sería la encargada de sacar los nombres y fueron por el averno: Radamantys de Wyvern, Valentine de Harpía y la siempre bella Pandora, por el Templo Marino: Io de escila, Kasa de Leumnades, Mime de Benetnash Eta y Alberick de Megrez Delta, y, por el Santuario: Hyoga de Cisne
Los aplausos llenaron la sala y ahora fue el turo de Julián Solo que sacaría los nombres de la urna para la carrera de obstáculos y fueron por el averno: Myu de Pappilion y Lune de Balrog, por el Santuario: Afrodita de Piscis, Ikky de Fénix, Milo de Escorpio y Aioria de Leo, y, por el Templo Marino: Sigfried de Dhbhe Alfa y Syd de Mizar Zeta
Nuevamente los aplausos llenaron la sala y ahora fue el turno de Hades el que se acercó a la urna y sacó los nombres para los combates directos, y por el averno fueron: Minos de Grifo, Thanatos el Dios de la muerte y Pharao de la Esfinge, por el Templo Marino fueron: Sorrento de Sirena, y Bian de Caballo marino, y, por el Santuario fueron: Death Mask de Cáncer, Saga de Géminis y Shaka de Virgo
Ahora que los contendientes estaban nombrados lo que restaba era armar los equipos y definir las rondas eliminatorias, cada competencia tendría rondas eliminatorias y se empezarían con los combates cuerpo a cuerpo al día siguiente, de igual manera serían sorteados los encuentros y los ganadores de los combates pasarían a la siguiente ronda, en la competencia de tiro al blanco de igual manera, los cuatro mejores lanzamientos pasarían a la nueva ronda y en la carrera de obstáculos no habría rondas eliminatorias, Hades había pensado que una carrera de obstáculos era muy simple y estaba poniéndose de acuerdo con los otros Dioses para hacerlo mas bien como un laberinto con obstáculos, esa idea le había encantado a Shun y eso lo iban a proponer en la cena, si los otros dioses lo aceptaban entonces esa sería la competencia final porque no habría eliminatorias para ello, aquel caballero, dios guerrero o espectro que llegue a la meta luego de sortear el laberinto sería el ganador
Con todas estas condiciones se prepararon para una semana entera de festividades que había dado inicio esa misma noche con la cena la que luego de que los participantes fueron nombrados transcurrió con mucha buena vibra, risas, música y charlas por demás amenas
Saori le había pedido a Mu de Aries que si podía proporcionar algún tipo de armadura para los combates directos, armaduras simples solo para que los combatientes no sufrieran daños a lo que Mu accedió por lo que se retiró temprano en la noche para poder ir a su taller y ver si tenía ocho armaduras, si no las tenía le tocaría desvelarse haciéndolas pero era el pedido de su diosa y como él no había sido sorteado para ninguna de las competencias no habría problema, así que el dorado guardián luego de la cena discretamente abandonó el salón y bajó las escaleras en el frío de la noche, el clima era agradable por lo que decidió caminar en lugar de teletransportarse y al hacerlo se llevó una sorpresa la que no sabía como interpretarla si buena o mala, Hypnos el Dios del Sueño lo encontró en el camino
- Hermosa noche para caminar – dijo Hypnos a un sorprendido Mu que solo asintió y se dispuso a continuar su camino, si quería hacer esas armaduras debía ponerse manos a la obra, pero el Dios del sueño caminó junto a él lo que hizo que Mu se detuviera y preguntara:
- Pasa algo?
- No… solo pensaba en la tarea que te ha encomendado tu diosa, necesitas ayuda?
- Aún no lo se, tengo algunas armaduras de repuesto pero no se si completo 8 enteras, tu… en serio me estás ofreciendo ayuda?
- Bueno, yo tampoco participo en el torneo y si… me gustaría ayudarte si no te molesta claro está – dijo el rubio con una sonrisa amable, Mu recordó su muy vívido sueño y no pudo evitar sonreír también y señaló las escaleras y ambos bajaron las gradas charlando de todo un poco
- En la cena no comiste mucho, no te gusta la comida de la tierra? – preguntó el dorado guardián del primer templo
- No es eso, la verdad me gusta mucho y he comido todo lo que se me he cruzado, mi cuerpo es inmortal y no lo voy a negar pero cuando estamos aquí no escapamos de los problemas mortales que les aquejan y me duele un poco el estómago – dijo Hypnos con un suspiro
- Yo tengo el remedio para eso – dijo Mu con una sonrisa, Hypnos sonrió también, su plan estaba funcionando, a él no le dolía nada pero era un pretexto excelente para acercarse al bello carnero
- En serio?, vaya… eso es muy buena estrella
Al llegar al templo de Aries, su dorado guardián le hizo una infusión de varias hieras a su invitado el que ávido se la bebió y luego acompañó al dueño del templo a su taller para ver lo de las armaduras, los temores de Mu se hicieron realidad al ver que podía completar cinco armaduras sencillas
- Ok., hasta el amanecer si lo podremos lograr – dijo Mu sacando una plancha larga de metal y poniéndola en una mesa inmensa, Hypnos se arremangó las mangas y dijo:
- Tui solo dime que hacer y yo lo hago, de esto no se nada pero si tu me indicas aliviaré en algo tu trabajo
- Gracias, no tienes por qué hacerlo, Kiki ya mismo llega y él me ayudará también – dijo Mu pasándole un mazo al dios del sueño que asintió y dijo
- Mientras mas mejor, acabaremos antes del amanecer – dijo el dios y empezó a seguir las instrucciones de Mu que encendió una hoguera en el extremo del taller y empezaron a trabajar, pronto la amplia estancia se llenó de ruidos metálicos varios que se producían al moldear el metal, como Mu había dicho Kiki llegó una media hora mas tarde y los tres trabajaron casi la noche entera, Hypnos le resultó muy simpático a Kiki y a Mu, los tres reían de las historias que Hypnos contaba de tiempos antiguos e imperios caídos
Cuando las ocho armaduras estuvieron listas Mu roció las armaduras con polvo de estrellas e hizo brillar su cosmo, las armaduras parecían vivas porque se suspendieron en el aire y resplandecieron por unos momentos
- Así nos aseguramos que nadie muera en los combates, yo se que los dioses dijeron que no violencia pero cuando los ánimos se encienden es complicado detener a los guerreros con esto estarán protegidos y no habrá problemas – Mu lucía cansado pero satisfecho con su trabajo, Kiki bostezó estrepitosamente así que Mu lo mandó a la cama, Hypnos ayudó al carnero a arreglar el taller y dejar las cosas como estaban, cuando acabaron los primeros rayos del sol salían, era un hermoso amanecer y los cansados obreros aún tenían un par de horas para dormir, las competencias empezarían al medio día
- Adolorido eh? – preguntó Minos al ver a Mu que movía su cabeza de un lado a otro y hasta un sonoro crack sonó
- Un poco
- Puedo ayudarte con eso? – ofreció el rubio lo que hizo que Mu se pusiera un poco nervioso al recordar el sueño que había tenido con el dios del sueño
- No… no es nada
- Vamos Mu, déjame ayudarte a relajarte un poco para que puedas descansar, mira que yo soy el experto en esa área
- Experto en masajes también?
- Soy un Dios de recursos y de muchos talentos, ven… vamos a tu templo, cuando termine contigo dormirás como un bebé por lo menos por unas pocas horas
Mu un poco dudoso accedió y entró a su templo con el Dios del sueño el que lo acomodó en uno de los sillones de la sala y le dijo que aflojara el cuerpo y que le dejara hacer, Mu lo hizo y sintió las manos de Hypnos trabajar su cuello con delicadeza pero con firmeza, el dorado guardián se relajó por completo y no supo a qué rato se quedó dormido, Hypnos trabajó su cuello y sus hombros con especial atención, al acomodarlo en el sillón lo tapó con una manta, la verdad nada le hubiera gustado mas al Dios del sueño que hacer suyo al dorado carnero pero… tiempo al tiempo, por ahora se conformaría con sus sueños
Kiki pasó la mañana en el templo, el pequeño aprendiz de Aries despertó a las 11 de la mañana y vio con sorpresa a su maestro dormido en el mueble de la sala, Mu dormía poco en términos generales y Kiki nunca lo había visto tan profundamente dormido así que esa mañana el pequeño pelirrojo hizo sus cosas en el mayor silencio posible para no despertar a su maestro hasta la una de la tarde, el torneo daría inicio a las dos y tenían que llevar las armaduras al Coliseo
- Qué hora es? – preguntó Mu a su aprendiz cuando abrió los ojos, el pelirrojo lo había sacudido con suavidad para despertarlo y le dio un vaso con jugo de naranja que él mismo había hecho, Mu se estiró y se sintió muy bien, ese masaje que Hypnos le había dado era fantástico y se sentía como hace mucho tiempo no se sentía
- La una y diez, hice el almuerzo maestro y tenemos tiempo de comer antes de ir al Coliseo con las armaduras – Kiki señaló la mesa que ya estaba puesta, el pequeño había hecho una ensalada y había picado algunos embutidos y quesos, Mu sonrió ante los esfuerzos de su aprendiz por complacerlo así que le acarició el rostro y le sonrió, luego fueron a comer, Mu le encargó a Kiki que aliste las armaduras hasta él darse un baño y vestirse, finalmente diez minutos antes de las dos de la tarde los guardianas del templo de Aries llegaron al Coliseo con las armaduras, todos ya estaban reunidos allí y los ánimos estaban encendidos
Hades y Shun fueron los primeros en llegar, Shun estaba un poco molesto porque Hades había insistido en traerle un sillón acolchado que le permitía levantar las piernas y era el único que tenía un sillón así, los otros dioses estaban sentados en sillas mas o menos normales con brazos y reclinables, Saori había hecho levantar un toldo para protegerse del abrazante sol de Grecia y los guerreros estaban listos para la primera ronda de combates que igual se hicieron por sorteo
A la arena saltaron los primeros dos combatientes portando las nuevas armaduras de Mu y y tenían lanzas, el primer combate generó muchas expectativas pues se trataba de Saga y Thanatos, el dorado guardián de géminis lucía confiado al entrar a la arena mientras que Thanatos no tenía expresión en el rostro, Atena dio la bienvenida a todos los asistentes y declaró inaugurado el torneo,
Thanatos estaba de pie con los ojos cerrados de frente al sol en la arena, no estaba prestándole la mas mínima atención a su oponente que se iba desesperando si tener la atención del dios, bueno… si él no le tomaba en cuenta Saga haría que lo tome en cuenta por lo que lanzó su lanza justo a los pies de Thanatos que saltó en el último segundo para esquivar el golpe, Saga corrió como el viento y tomó la lanza del suelo y ahora si el dios de la muerte entró de lleno en el combate
Saga lo atacaba con fiereza pero no asestaba ningún golpe, Thanatos se movía de una manera espectacular, los presentes no habían visto algo así, por algo era un Dios, Saga se iba molestando ante sus intentos fallidos de ataque, Thanatos en cambio estaba disfrutando mucho la pelea, los demás caballeros desde los graderíos alentaban a sus respectivos compañeros de armas hasta que a Thanatos le pareció que la pelea ya había durado lo suficiente, en un rápido movimiento el Dios de la muerte giró su lanza por su espalda e impactó a Saga por el lado que el dorado guardián no estaba cuidando, Saga cayó al suelo pero se levantó enseguida de un salto, Thanatos atacó esta vez y de un certero golpe en el centro de su pecho envió a Saga volando por los aires hasta que el caballero se impactó en una de las columnas del Coliseo, Thanatos corrió y antes de que Saga pudiera levantarse le puso la lanza en el cuello, la primera lucha había terminado de decretó Aiacos que era el representante de los dioses y la hacía de juez, Thanatos había sido el ganador de la primera lucha
Saga se puso de pie con la ayuda de su contrincante y se sacó el casco, el peliazul estaba molesto pero no lo podía demostrar abiertamente así que sonrió con cortesía, agradeció al público y se dirigió a las duchas, al filo de la arena Seiya de Pegaso lo estaba esperando y lo recibió con un tomatodo de agua y un beso, el dorado guardián no quería saber nada mas de nada, no quería ver las otras peleas ni nada, estaba de un humor de perros y solo tomó a Seiya de la mano y juntos fueron directo al templo de Géminis
El segundo combate fue igual de interesante que el primero, esta vez se enfrentaron Sorrento y Shaka y como sus compañeros anteriores utilizarían lanzas, los contendientes entraron a la arena y saludaron a sus compañeros en los graderíos, Sorrento hizo una venia a Julián Solo que le devolvió el saludo y el combate empezó, Sorrento al ver la pasividad de Shaka pensó que tenía el encuentro ganado pero al intentar acercarse el rubio guardián de la sexta casa detuvo su ataque sin abrir los ojos siquiera
Shun sonreía desde las gradas, Shaka no estaba usando su cosmo porque los combatientes de esta categoría estaban usando un brazalete cortesía de Hades que suprimía el cosmo a su portador, pero igual el rubio no abría los ojos, Shun sabía esto muy bien, los sentidos de su maestro estaban altamente desarrollados por lo que no necesitaba usar su cosmo para pelear contra Sorrento que vio frustrados sus intentos de ataque por Shaka que casi sin moverse frustraba todos sus golpes
Sorrento atacaba por los lados pero no podía burlar la defensa de Shaka que solo sonreía complacido, el representante del templo marino intentó un ataque frontal en contra del rubio guardián y ese fue su error fatal porque Shaka para sorpresa de todos soltó su lanza y en un rápido movimiento tomó la lanza de Sorrento, lo jaló y haciéndole perder el equilibrio le hizo una llave en el cuello que lo dejó inconsciente en cuestión de segundos, Aiacos se acercó al muchacho de cabellos lilas y al comprobar su estado decretó que la segunda pelea había terminado y Shaka era el vencedor
Shaka cargó a Sorrento y lo sacó de la arena para llevarlo a la sombre, allí con la ayuda de Marin le mojaron el rostro hasta que el joven volviera en si, al verse en la sombrita entendió que la pelea había terminado y él había perdido, de cualquier manera sonrió cuando Julián Solo lo fue a ver para comprobar su estado, en ese punto a Sorrento ya no le importó el haber perdido la pelea
El tercer combate estaba por empezar, Death Mask salió primero a la arena vistiendo la armadura que Mu había confeccionado y saludó a los presentes con una leve inclinación, inmediatamente saltó a la arena el Juez del Inframundo Minos y le dedicó una sonrisa especial a Dita que lo miraba impasible desde los graderíos
Aiacos dio por inicio la pelea y Death Mask no esperó nada y atacó con rápidos movimientos a su oponente, Minos lo esquivaba con maestría y a los pocos minutos de combate todos los presentes se pudieron dar cuenta que esta era la pelea mas equilibrada, ambos atacaban con igual ferocidad, sus movimientos eran igual de rápidos y ambos cayeron al piso por golpes de sus oponentes pero de la misma forma en la que cayeron se levantaron y siguieron luchando con ferocidad
Dita miraba la lucha desde los graderíos y se sentía algo confuso, ahí estaban su mejor amigo y su prospecto de amante haciendo sus mejores intentos de matarse, el dorado guardián de la doceava casa no sabía a quién apoyar en este punto, pero su corazón latía con violencia cada vez que Death Mask alcanzaba con su lanza a Minos y lo hacía caer, en uno de esos lances el guardián de la cuarta casa impactó a su oponente en el casco, a Dita se le encogió el corazón e involuntariamente se puso de pie, Minos se distrajo solo un segundo y se perdió en aquellos ojos turquesas que lo miraban con preocupación y sonrió, Death aprovechó la distracción de su oponente y le dio una poderosa patada en el pecho la que lo botó al suelo y sin darle chance a nada puso su lanza en su cuello y no lo dejó levantar
Aiacos declaró la tercera pelea terminada siendo Death Mask el ganador, Minos se levantó ayudado por su oponente y agradeció al público con una venia pero cuando se sacó el casco había un rastro de sangre en su frente que bajaba por un lado de su cabeza, Minos solo sonrió y caminó lentamente hacia la sombra en donde se sentó y tomó el tomatodo con agua que su amigo Valentine le alcanzó, el poderoso juez del inframundo miraba a los graderíos y podía ver claramente a Dita que le devolvía la mirada con preocupación, en esos momentos el caballero dorado de cáncer lo que mas quería era bajar junto a Minos pero eso no podía hacerse, por lo menos no en esos momentos
Aiacos declaró el inicio de la cuarta y última pelea del día, los contrincantes serían Bian y Pharao, esa pelea fue la que menos duró, pese a los mejores intentos del espectro, éste cayó al tercer ataque de Bian que con maestría manejaba la lanza en sus manos y venció con facilidad a su oponente, el joven espectro miró tentativamente a Hades que mantenía su rostro impasible pero en cambio Shun le dedicó una cálida sonrisa y lo aplaudió, esta idea del torneo había sido la mejor que se le pudo ocurrir a Shun, ahí estaban los tres reinos unidos y disfrutando de sana diversión sin consecuencias
Hades dio por terminado el final del primer día y Atena invitó a todos los presentes a una gran cena que se llevaría a cabo en el templo del Patriarca, los caballeros se empezaron a mover pero no abandonaron la arena del Coliseo todavía, era temprano como para subir al templo del Patriarca así que se quedaron ahí charlando y riendo, los primeros en irse fueron Hades y Shun, en ese punto ya para nadie fue sorpresa ver al poderoso Dios de los muertos tomar en brazos a su esposo con cuidado y desmaterializarse para materializarse en las habitaciones designadas a ellos en el templo principal
Shun estaba protestándole a Hades porque quería quedarse allí con sus amigos pero el Dios de los muertos había insistido que tenía que descansar
- No es justo, estoy embarazado no inválido – dijo Shun por enésima vez
- Lo se luna de mi vida pero Hécate te mandó reposo – contestó Hades en tono suave mientras le sacaba las sandalias a Shun y se sentaba en la cama masajeando sus pies
- Hécate me tiene podrido – Shun se recostó en las almohadas dejándose mimar de su esposo que sonrió divertido
- Puede podrirte todo lo que quieras pero Hécate está a cargo de la salud de nuestros niños y de la tuya, ya no protestes mas mi príncipe que no quiero que te agites
- Ok., ok., tienes razón… oye Hades si tu eres el que va a premiar al ganador de los combates, qué le puedes conceder?
- Lo que me pida
- En serio?, lo que te pida?
- Shun… soy un Dios – dijo Hades con una sonrisa autosuficiente y sonando confiado
- Y si te piden inmortalidad?, no que no se la podías conceder a Ikky?
- Puedo hacer inmortal al ganador haciéndolo mi espectro
- No no no, esa no sería la idea – Shun meneó la cabeza
- Pediste inmortalidad, no me pediste libertad que vaya con ella o juventud eterna, hay que tener cuidado con lo que le pide uno a un Dios – respondió Hades pensando en todas los dones que los humanos a través de la historia habían pedido a los Dioses y que les había traído horrorosas consecuencias
- No lo puedo creer, me casé con un embustero – dijo Shun con una sonrisa pícara, Hades se mostró ofendidísimo y se levantó de la cama pero Shun se estiró la mas que pudo y tomó su mano para jalarlo hasta que se siente otra vez en la cama esta vez mas cerca de él y ahí el joven peliverde rodeó el cuello de su esposo con sus brazos y le plantó un beso, Hades correspondió el beso y eso hizo que se le fuera la indignación al recostar a Shun en la cama y acomodarse a su lado
- Embustero y todo… te amo Shun – dijo Hades acariciando el rostro del joven que sonrió y dijo
- Yo también, aunque a mi no me engañaste, ni me tendiste ningún truco ni nada, me enamoraste por completo y por ti yo lo haría todo y lo aceptaría todo
- Lo se… no quería engañarte, por eso mi unión con Perséfone se fue al diablo, yo la engañé para que se quede conmigo y eso no funcionó, yo quiero que las cosas contigo sean diferentes, yo quiero que tu quieras estar conmigo, que veas al Inframundo como tu hogar, nuestro hogar
- Es nuestro hogar – dijo Shun con una sonrisa, eso si era cierto, el peliverde extrañaba la tierra y a sus amigos, a su gente y a sus cosas pero… Shun estaba muy consciente de que su hogar ahora era el inframundo
- Esa es la idea – dijo Hades con una sonrisa complacida
- Bueno y cambiando de tema, quién crees que gane los combates? – preguntó Shun todo interesado
- Thanatos – dijo Hades con una seguridad bárbara
- Por qué?
- Porque es un Dios – cuando Hades dijo esto se encogió de hombros según él zanjando la conversación pero Shun continuó:
- Pero no puede usar su cosmo, tu lo cohibiste como a los otros verdad?
- Claro, pero eso no le quita su estatus de Dios, él ganará te lo puedo asegurar
- No se… yo voto por Death, él es uno de los mas fuertes del Santuario – dijo Shun pensando en los cuatro contrincantes, Shun estaba seguro de que Bian no tendría oportunidad en contra de Death Mask aunque el otro combate sería de su propio maestro contra el Dios de la muerte
- Más fuerte que Saga de Géminis? – Hades arqueó una ceja cuando preguntó esto
- Ok., tienes un punto, Saga también es uno de los más fuertes y más hábiles, al igual que mi maestro, ese combate igual va a estar buenísimo
- Lo se… y con todo y eso Thanatos le hizo morder el polvo a Saga, si notaste que no se quedó a ver el resto de los combates?
- Si lo noté, seguramente Seiya está jugando a ser su enfermero – dijo Shun con una sonrisita
- No quieres jugar a que tu eres mi enfermero?
- Mmmmm… y qué te duele? – Shun con algo de ayuda se incorporó en la cama y metió su mano por la túnica de Hades para acariciar su pecho, el pelinegro sonrió y acarició el rostro de su esposo y se incorporó para besarlo
- De dolerme nada pero… necesito tu atención y tu cariño, que dices?, estás de ánimo o estás cansado?
- Los enfermeros no se cansan nunca, lo que sea por mi paciente – dijo Shun besando mas profundamente a su esposo que no esperó nada mas para acomodar a Shun en la cama de mejor manera y empezar a sacarle la ropa
Y esa no era la única habitación en el Santuario en donde heridas eran curadas y caballeros se estrenaban de enfermeros