POV Lysandro
Entramos por la ventana de la cocina, gracias al cielo había optado por usar ropa más flexible o me hubiese tropezado con algo. Castiel se dirigió tranquilamente a la puerta que daba a la sala, al parecer mi amigo conocía bastante bien el lugar mas no me explicaba cómo era eso posible.
-Parece que sabes muy bien por donde vas-
-Por supuesto, ¿crees que si no lo supiera habría venido en primer lugar?, ahora camina y no toques nada o esa bruja se dará cuenta de que entramos a su "preciada y pulcra casa"-
Se le notaba la molestia a kilómetros a la redonda, ¿a quién se habría referido con “esa bruja” y como es que la conocía tan bien? Me tomó de la muñeca y me arrastró escaleras arriba, durante ese pequeño tramo pude notar varias fotografías adornando la pared; una mujer rubia junto a un hombre castaño, una niña rubia de ojos verdes muy sonriente, la misma niña en brazos de sus padres tras de los cuales se podía notar una feria, imágenes de los cumpleaños de esa pequeña… estaba claro que esas fotos trataban de la infancia de Amber, la pregunta real era ¿por qué solo se podían ver fotografías sobre ella? ¿Dónde figuraba Nathaniel en aquella exhibición de recuerdos familiares? Incluso yo tenía fotos donde aparecía con mis padres, entonces ¿dónde estaba él rodeado por aquel calor familiar que tan notablemente le prodigaban a su hermana?
Iba a tomar una de las fotos con tema de cumpleaños para verla más de cerca por si le veía pero la voz de Castiel me detuvo.
-Te dije que no tocaras NADA-
-No es necesario que me levantes así la voz, ya comprendí-
Mientras me quejaba del trato recibido volvió a jalarme para instarme a seguir caminando y así lo hice antes de que volviera a hacer alarde de su mal genio, le seguí hasta una puerta al final del pasillo la cual abrió sin problema alguno. Era un cuarto algo pequeño pero acogedor con una cama individual pulcramente tendida con sábanas blancas, junto a ella un librero repleto de novelas policiacas con uno que otro álbum fotográfico colado, había un pequeño escritorio frente a una ventana que dejaba ver una callejuela donde pululaban algunos gatos, me fije que a un lado del ordenador había una bolsita con croquetas que seguramente les ofrecía a aquellos animalitos en situación desfavorecedora… si tanto le gustaban ¿por qué no tendría un gato en su propia casa y ya? Castiel se giró a mirarme.
-Su madre, es alérgica a los gatos por eso no tiene ninguno. Y aunque no lo fuera dudo mucho que lo dejaran tener algo que le haga mínimamente llevadera su vida aquí –
-Siempre sabes lo que pienso-
Le sonreí más no pregunte nada más , sentí un poco de tristeza al pensar por la situación que pasaba día a día Nathaniel y eso me hizo recordar también un poco de mi infancia, seguí observando por la ventana mientras él se giró a seguir rebuscando en los cajones de Nathaniel.
-Es lo más natural, te conozco desde hace mucho tiempo-
-sí, me conoces bien, demasiado bien diría yo ¿no lo crees? –
POV Castiel
No pude evitar sonrojarme ante ese comentario, era obvio que se refería a aquella vez, pero eso era agua pasada y nunca había hecho algo por sacar el tema a flote, entonces ¿porque ahora? Y justo cuando teníamos que hacer las cosas rápido, no teníamos tiempo para melodramas.
-Si… es verdad-
-Castiel yo…-
-Apurémonos ¿quieres? Después hablaremos de eso-
Conseguí meter toda la ropa de Nathaniel que pude a mi mochila, seguro que en su situación no le importaría que se arrugara un poco.
-¿Después? ¿Para ti cuanto tiempo es después Castiel, otros 2 años más? –
¿Cómo podía dramatizar y mantener tanta calma?
-Lys, por favor ahora no-
Mi voz había salido casi suplicante, no quería que me pidiera explicaciones, ¿con que cara se supone que le diría que solo me lo tiré para saber si me había vuelto o no gay?