POV Nathaniel
Llegamos rápidamente a casa de Castiel pues el muy bruto se pasó todos y cada uno de los altos que se le cruzaron en el camino lo cual hizo que lo poco que duró el trayecto me tuviera que aferrar fuertemente a su cintura y que él no dejara de reír y comentar “lo nena” que me veía así. Al llegar a su casa estaba muy nervioso, no sabía que decir y el silencio del pelirrojo tampoco ayudaba mucho.
-¿Dónde está tu perro?-
Si, era una pregunta muy estúpida dado que su perro me aterrorizaba y él me odiaba a mí, pero llegados a este punto (donde fuera como fuera tendría que pasar la noche en su casa) pues de algo teníamos que hablar y cualquier tema por estúpido que fuera sería bueno.
-No te preocupes por Demonio, no va a saltarte de un rincón obscuro para comerte, al menos no hoy, lo deje en la casa de un amigo solo por esta noche, para evitar que se coma al gatito antes que... ¿quieres cenar algo? si te da hambre hay comida en la nevera-
Señalo la cocina aunque no era necesario, conocía ese departamento mejor de lo que conocía mi casa y eso ya era mucho que decir. Me acosté en el único sofá de la sala y el frió del cuero negro con el que estaba hecho hizo que la piel se me enchinara, puse un brazo sobre mi rostro para cubrirme los ojos y así evitar mirar cada uno de los movimientos que realizaba Castiel; estando ahí todo se resumía ahora a una sola pregunta ¿y ahora qué? ¿Tendría que quedarme en casa de Castiel hasta deberle la vida? Ni loco ¿regresarme a casa de Lysandro? bueno, seguro que me aceptaría en su hogar pero no quería resultarle una molestia, la otra opción era regresar a mi casa tolerar la golpiza que seguro me daría mi padre, seguido por el regaño de mi madre, las burlas de mi hermana y encerrarme en mi habitación todo el tiempo que estuvieran las visitas... diablos, esa ni siquiera debería contarla como opción ¿Cómo podía ser tan masoquista? Bien, solo me quedaba elegir, Castiel o Lysandro?
POV Castiel
Vi como el delegado se recostaba en mi sofá así sin más, al parecer aún tenía confianza en mí aunque lo negara, se tapó la cara y solo me quedé allí plantado mirándole fijamente sin saber que hacer o que decir. Me acerque despacio para no alertarle de mi cercanía y me incliné sobre él, tanto que podía sentir su aliento rozar mis labios ¿se habría quedado dormido tan rápido?
-¿Qué quieres?-
-yo, emm, ¿vas a querer cenar algo?-
-¿Tu tratando de ser cortes conmigo? Si claro, dime ¿que ibas a hacer?-
¿Qué acaso era yo un crío de 3 años? ¿Por qué simple y sencillamente no se lo decía? O mejor aún ¿Por qué no solo lo besaba y punto? A sí, porque soy un gilipollas que donde lo fuera haciendo capaz que aquel me metía una patada, me acusaba de abuso sexual y se largaba con Lysandro… No, tenía que hacer las cosas con calma para que todo saliera como quería.
-Oye, que hasta yo puedo ser bueno de vez en cuando y lo sabes bien-
-El antiguo Castiel podía ser cortes, tu eres un desgraciado que finge ser mi amigo nuevamente a saber porque razón-
-!!Yo no estoy fingiendo nada joder¡¡ te dije que quería una tregua para poder… -
-Poder ¿qué?-
Me incorporé y él hizo lo mismo sin dejar de verme a los ojos, sus palabras me dolían porque sabía que era verdad...era un maldito desgraciado; Decidí desviar el tema por mi bien así que tomé la mochila con sus pertenencias y se la arroje a la cara para que desviara la mirada.
–Puedes cambiarte en el cuarto, y de paso quédate ahí, yo dormiré en la sala-
-Castiel…-
-¡Que te largues al cuarto! ¿No entiendes?-
Me miro nuevamente por unos segundos, después decidió hacer lo que le pedí, o más bien le ordene, y se encerró en mi habitación no sin antes azotar la puerta…Cada vez la fastidiaba más con él, aun así debía decirlo aunque ahora no estuviese cerca para escucharme.
-Bienvenido a mi vida una vez mas Nathaniel-
Me reí ante mi nuevo nivel de cursilería...ya vería como arreglar las cosas con él para que todo fuera como antes o incluso mejor.