Pov Lysandro
Llevaba varias horas dando vueltas en la cama, me sentía incapaz de conciliar el sueño luego de lo dicho por Rosalya, “pero, tú si te lo quieres comer ¿cierto?” ah~ ni siquiera sabía porque me perturbaba por eso cuando no sabía si quiera si al delegado le gustaban los hombres y mucho menos sabía si podría aceptarme ya que no nos conocíamos de mucho, en realidad veía muchas cosas que se interponían entre mis sentimientos hacia él y la realidad.
-¿Lys?-
-¡Hermano! lo siento, ¿te desperté hace mucho?-
-No realmente, alrededor de una media hora-
-Lo siento mucho Leigh, mejor voy abajo a despejarme para dejarte dormir-
-Mejor dime que te sucede y así podremos dormirnos los dos-
Dude un poco sobre contarle o no sobre mis sentimientos hacía Nathaniel pero era mi hermano y confiaba ciegamente en que Leigh no me repudiaría si se lo decía.
-Yo creo que estoy… creo que me gusta un chico-
-…-
Nada, no respondía nada y estaba demasiado obscuro como para poder ver la reacción de su rostro, genial, ya solo quedaba esperar que me echara de la cama a patadas. Pero no, en respuesta me tomo del brazo y tiro de mi haciendo que apoyara mi rostro en su pecho y comenzó a acariciar despacio mi cabello.
-Por favor solo dime que no es ese pelirrojo-
No pude evitar estallar en risa por lo que tuve que sentarme para no ahogarme, todo mi estrés y todo mi miedo por lo que pensaría sobre mi confesión y lo único que a Leigh le preocupaba es que Castiel no fuese su futuro cuñado.
-Hey¡¡, que no es cosa de risa-
-Lo..lo siento, es solo que no me esperaba esa respuesta-
-Bueno pues, aun así, respóndeme, no es el pelirrojo ¿verdad?-
-Siéntete tranquilo, no es él-
-¿Eso es lo que te preocupaba? ¿Lo que podría pensar sobre el que te gusten los chicos?-
-Si, en parte-
Sentí sus dedos tanteando la superficie de la cama buscando seguramente mi mano por lo que le ahorre el trabajo y volví a recostarme sobre él soltando un suspiro involuntario, siempre me había sentido seguro y relajado en presencia de Leigh. Él, por su parte, comenzó a masajear levemente mi espalda por debajo del pijama.
-Y ¿cuál es la otra parte por la que mi lindo hermanito está preocupado?-
-No sé si seré correspondido… ¿cómo lo supiste?¿Que era el momento de confesártele a Rosa?-
-Um, creo que nunca lo supe, solo un día me di cuenta que no quería que ningún otro chico estuviese cerca de ella y me confesé, para mi fortuna dijo que si-
-Ya veo-
Nos quedamos callados largo rato, solo podía sentir el subir y bajar tranquilo de la respiración de Leigh y el roce de su mano que aun masajeaba aunque más suavemente parte de mi espalda, podía escuchar el latido de su corazón por lo que comencé a adormilarme.
-Lys, el chico que te gusta es Nathaniel ¿Verdad? ¿Por qué dejaste que se fuera con Castiel?-
-No lo sé… por imbécil supongo-
En ese momento me incorpore y abandone la cama, buscando a tientas mis zapatos y mi abrigo.
-¿A dónde crees que vas a estas horas?-
-A resarcir mi error y no te preocupes intentaré volver pronto-
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Pov Castiel
La temperatura de la habitación estaba subiendo cada vez más, ya no podía resistir el impulso por lo que deslice nuevamente mis manos por el cuerpo del rubio, esta vez tocando a conciencia su pecho y su estómago, me detuve un poco jugar con sus pezones, haciéndole suspirar en respuesta. Bajé mi boca hasta la altura de su ombligo donde me detuve a jugar un poco con mi lengua y mordiendo de tanto en tanto la piel expuesta ante mí, pude sentir bajo mi pecho como su miembro iba creciendo bajo su ropa, quería verlo, deseaba tocarlo, así que comencé bajar el cierre de sus pantalones para liberarle, voltee a mirarle por si ponía alguna objeción pero en su cara solo podía percibir excitación y expectación ante lo que hacía, reí un poco antes de quitarle los pantalones.
-¿q.. qué es tan gracioso?-
Tome el elástico de sus boxers y, sin responderle por temor a contestar alguna tontería, tiré de ellos hacia abajo desnudándolo completamente, por fin. Lo observe conteniendo la respiración por un momento, su piel blanca, aunque con algunos matices purpúreos por los golpes que recibía, era preciosa; los músculos de su pecho eran definidos mas no resaltaban demasiado, el cabello rubio pegándose a su cara que también se encontraba adornada por un hermoso rubor y algunas gotas de fino sudor; se rebullo un poco en la cama de tal forma que esas bien torneadas piernas me impedían ver del todo su palpitante hombría y cubrió parcialmente su rostro con una de sus manos.
-Nath-
Me puse nuevamente a la altura de su rostro y quite su mano haciendo que me mirara directamente a los ojos.
-Nunca me respondiste si querías que me detuviera-
-Es porque no quiero que te detengas-
Pov Nathaniel
Castiel soltó un gemido que me pareció más el gruñido de un animal en celo, un animal muy muy sexy por cierto, sentí sus manos recorrer nuevamente mis costados, cada roce que recibía me quemaba la piel, bajo hasta mis muslos masajeándolos un poco; atraje su cara a mí para besarlo de nueva cuenta, lo abrace clavando un poco mis uñas en su espalda al sentir su mano tomar mi miembro masturbándolo con fuerza y gemí rompiendo el beso.
-Gimes como un virgen-
-ahm¡¡..,tal…ah~, tal vez por que l..lo soy uhmm-
-¿Estas de broma?-
Pude sentir como su mano abandonaba su labor dejándome con una gran sensación de molestia. Pude ver como su rostro, donde antes tenía una de esas sonrisas retorcidas que tanto me gustaban, se iba poniendo cada vez más serio.
-No, no lo estoy-
Nos observamos por un rato, que rayos le pasaba a este chico, no es como si fuera un impedimento, ¿o sí? Puff, solté un suspiro resignado; definitivamente el momento se había ido
-Pásame mis pantalones ¿quieres?-
-Nath yo-
*Toc toc toc*
-Cast?¡ Nath?¡ Castiel ábreme por favor, es urgente-
Ninguno de los dos se movió por lo que Lysandro siguió tonado la puerta de forma persistente. Castiel me miro una última vez antes de maldecir por lo bajo.
-Tsk, ya van, ya van¡¡ Joder conejo ¿que no ves la maldita hora que es?-
Me quede recostado por un momento más mientras le escuchaba discutir con Lysandro, nunca debí de haberme emocionado con esto, me levante y me puse los pants a modo de pijama ya que otra cosa me habría resultado demasiado incomoda en mi “situación” insatisfecha.