ROMA
By Luna Shinigami
[Harry Potter]
Luchemos contra el plagio entre más seamos, más se escucharan nuestras voces, no dejemos que personas inescrupulosas se lleven nuestro trabajo… propuesta liderada por Katrinna Le Fay y adoptada por Luna Shinigami.
Si el fic no es de tu agrado, no te gusto el final, el comienzo o las notas de autor, no te gustan los personajes, ni te agrada la autora, por favor, a riesgo de ser grosera, no comentes, pero si tienes una crítica constructiva decente, soy toda oídos. Y tratare de mejorar. Este Fic contiene escenas de sexo y violencia no moderada, también posee escenas Gore no aptas para público sensible.
Atentamente Luna Shinigami
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Capitulo Sexto
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“El amor consiste en sentir que el Ser Sagrado late dentro del ser querido”
Platón
Los cielos se abren lentamente mostrando el designio de los dioses. Ellos son los que escogen el destino, el destino de una venus y su salvador, el destino de un emperador.
El destino de un amor no correspondido
Y de otro amor que es capaz de opacar el amor que Júpiter sintió por Ganimedes.
Porque es el designio de los dioses la contienda,
Porque es el designio de los que en aquella contienda, un pueblo se alce en lucha y pueda encontrar la verdadera Democracia.
Porque es designio de los dioses, que el cauce cambie y muestre facetas nuevas.
Que muestre ciclos y sea cambiante y único.
Ese es el designio de Júpiter, también de Minerva y porque no del mismo Plutón oscuro.
Ese es el designio que ahora ve Tom Riddle en las estrellas u odia esas estrellas.
Regresa a la cama y acaricia con suavidad los mechones rubios de su venus, de su precioso tesoro y deposito un beso suave en su oído.
Allí en esa cama, estaba la única prueba que a pesar de todo aún tenía un corazón.
Allí en esa cama, estaba la razón de su debilidad y también de su fuerza, porque trunco al destino desde su nacimiento, porque Draco jamás debió ser suyo, pero como se llama Tom y había nacido bajo el veneno de la serpiente, evitaría también que fuese del león, porque prefería perderlo en un mar de sangre que siquiera pensar en compartirlo.
Tal vez por eso, por la profecía de aquella loca pitonisa, acabo con todo, incluyendo con el león, con aquel hombre que estaba destinado a la venus de sus brazos.
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A veces el cielo muestra diferentes matices, diferentes texturas, a veces el cielo y los dioses muestran nuevos colores en advertencia de los hados de que todo debe cambiar, tan móvil y mutable como la misma existencia.
-Harry- le levanto Bill, zarandeándolo despacio, Harry había llegado de diferente humor, el humor de los hados cambiantes y no es que a Bill le molestara que dejara de llorar herido por la muerte de su hermana y sus sobrinos pero cuando se perdía en sus pensamientos daba un poco más de miedo, podía sentir que Harry pensaba en venganza per había algo más.
-¿Ni el esclavo que te fue entregado dreno tu energía, Bill?- pregunto somnoliento el León viendo como Bill sonreía con una carcajada y se rascaba las bolas de una manera obscena.
Bill mostró sus dientes en una sonrisa y asintió – es... precioso- le aseguró – es diferente… es…- suspiro – jamás había visto un esclavo así, es… único, familiar-
Harry se sentó bien y se rasco la cabeza – por tu cama y tus piernas han pasado muchos esclavos y damas de la sociedad, señoritos tracios y romanos, también uno que otro de las Alejandrias, entonces, ¿Qué tiene este?-
Bill se levantó moviendo los brazos como para salir del estupor del sueño por fin y mirar el alba – Tiene algo que no puedo describir, es una belleza rara, como si Hestia hubiera colocado sus manos sobre toda su gracia, como si las rosas hubieran dejado su color solo por él- miro a Harry – es pelirrojo, con unos preciosos bucles y un rostro por el cual pecaría el mismo Júpiter-
La mano de Harry fue hacia el hombro de su cuñado – piensas en él no solo como un esclavo de cama-
-eh hay el asunto Harry, no creo que solo sea un esclavo de cama – le aseguro – sus maneras son suaves, debe ser esclavo del emperador, no un simple esclavo de cama, su cuerpo era estrecho y cálido, no era fingido, era…- suspiro – era como una rosa babilónica- y Harry abrió sus ojos verdes… la Rosa babilónica, así le decía Bill al tercero de sus hermanos, al pequeño que había desaparecido, a su único hermano con vida.
Bill solo sonrió quedo y cansado, sabía quién era el jovencito, o pensaba que podía ser, cuanta suerte debería tener para que un muchacho pelirrojo fuera arrojad a sus brazos como entretenimiento y que Júpiter lo perdonara, porque aquel que paso la tarde en sus brazos seguramente era su único hermano con vida.
-Tu encontraste una rosa babilónica y yo a mi primavera- Bill abrió sus ojos azules – ayer cuando Greyback se le dio por el pase por las la mansión del emperador le vi, es… mi primavera, la primavera que me enviaron los dioses en mis sueños, con la mirada de dragones y de la espada misma de Júpiter glorioso, es un ser precioso que juro por Minerva sin querer ofenderla, que ese niño es hijo de un dios…-
-¡un varón¡ ¡Por minerva!- dijo Bill, ahora sí, despierto del todo -¿Un varón en los aposentos del emperador?- dijo mirándolo – Tu sabes la fama que tiene Riddle-
Harry bufo – claro que la ser, tampoco es de ser idiotas para no saberlo- se acercó a los barrotes – si la bella primavera de mis sueños está allí, debe ser su captivo, su víctima, los dioses me llaman a liberarlo del yugo-
-y... ¿la venganza? ¿Qué paso con la venganza de mi hermana y tus hijos?- pregunto el otro con una voz suave.
Harry acaricio el collar de cuero de su cuello, aquel que tenía un mechón rojo de su difunta esposa, su bello rubí, su preciosa Ginny.
-La venganza jamás la he olvidado Bill, ni el llanto de mi esposa, ni el clamor de mis hijos varones en la cruz y mi pequeña Lily ahogada en un maldito pozo, ni la muerte de tus padres y tus hermanos, la venganza jamás será dejada aun lado, no cuando Riddle sigue promulgando el odio por las calles, no cuando alimenta al pueblo e pan y circo, de sangre de cristianos, de nuestra sangre, de la sangre de un pueblo – acaricio más fuerte el mechón entre sus manos – Ni por una primavera podre olvidar el frio invernal de la traición, del odio, de la soledad, de Riddle, porque así sea con mi último aliento, él debe morir- aseguro con los ojos verdes brillando en aquella celda.
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Sirius se levantó desnudo y dejo a Narcisa en su cama, para ir suavemente hacia el balcón de su habitación.
Severus tenía razón, la revolución no era solamente vocal o de palabras vacías, la revolución era el salir a las calles y cambiarlas, bañarlas de sangre de ser necesario, acabar con la mórbida que bañaba el imperio, acabar con los barbaros que ahora hacían parte del ágora de Riddle.
Los suaves velos acariciaban su cuerpo desnudo y pudo sentir los escalofríos del frio de la noche.
-¿Pensando?- pregunto una voz a su lado que sobre salto a Sirius, viendo sentando en el balcón a Severus, con el cabello oscuro como las alas del cuervo y mirando a la luna – Lucius miraba mucho la luna cuando pensaba, cuando pensaba en su esposa y cuando pensaba en Draco, muchas veces pensó en la cicuta como una salida – continuo contando sin dejar de mirar la luna llena – muchas veces pensó en ahogar en la cuna a Draco y asesinar a Narcisa, para que él fuese crucificado por su traición, aun así jamás deje que lo hiciera, lo convencí que lo mejor que podía hacer era oponerse a el emperador y todo termino mal- salto al balcón – termino cuando lo lanzaron al océano a que fuera devorado por salvajes, termino cuando a su esposa la obligaron a casarse contigo y cuando obligo a mi ahijado a terminar en su cama, debí dejarlo seguir su plan y acompañarle en su fatídico final-
Sirius se acercó dos pasos y paso sus años por la cintura ajena – No- le miro – no debías hacerlo, tenías razón, la revolución, Draco, Narcisa, en todo has tenido razón, en cada una de tus palabras, la revolución comienza con el pueblo y con los nobles que se oponente a la suciedad del emperador- rio vacíamente y coloco suavemente su frente contra la del más bajo – debemos oponernos. No sé si Lucius vive y no sé si al final de este destino viviremos, pero estoy seguro que no moriremos en vano y aun cuando nuestra sangre este en las calles, Riddle perecerá y renacerá una nueva Roma, una nueva ciudad que comande a las demás en libertad-
-La libertad la compone el pueblo y no sus gobernantes, puesto que el poder corrompe a todo aquel que lo tenga- le aseguro Severus acariciando el cabello de Sirius – incluso a ti te corrompería, como a la enloquecida de tu prima-
-Bellatrix está loca, como la mayoría de las damas de sociedad romanas, el poder la corrompe y la obsesión también- le miro – Draco está en más peligro por ella que por el emperador, no se cual es peor, pero te prometo que lo liberaremos- le aseguro.
Severus suspiro y movió sus pequeños ojos negros – no sé qué va a ser peor liberarlo o dejarlo allá… ¿con que piezas reconstruiré a la eterna primavera sino tengo pedazos, de todos aquellos que ha astillado el emperador?- susurro y en respuesta solo recibió un beso, un beso diferente a lo que pensó que sería el esposo de Narcisa, un beso lento que involucro la lengua y el cuerpo desnudo de aquel que ahora decía ser un noble libertario, contra su cuerpo, bañados de la Luz de Selene eterna.
Y Por Júpiter deseaba creerle, y deseaba pagar por esa libertad de ser necesario.
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El suave aire de la playa caía sobre el cuerpo pálido del hombre, un hombre que hace cerca de seis años no regresaba a Roma.
-¿Piensas en tu esposa?- pregunto el hombre a su lado, alto con aspecto salvaje de ojos lupinos y cabellos rubios claros.
-Pienso en ella y pienso en mi hijo, pienso en mi amante y pienso en Roma- suspiro el rubio de ojos azules claros – pienso en la revolución que debería estar andando, pienso en… - sintió las manos del salvaje en su cintura.
-Riddle caerá y Roma se incendiara entre su crapulencia Lucius, regresaras con tu esposa, regresaras con tu hijo y regresaras con Severus- le aseguro.
-Remus- le miro sonriéndole – como el fundador de Roma, me dices que el imperio caerá y te creo, solo pienso que la luz de Diana al único que no me dejara volver a ver de nuevo es a mi hijo, los hados del destino son crueles…. Aunque la muerte sería la más bella de sus salvaciones-
El salvaje gruño – la muerte es cobardía Lucius, la muerte sin honor es deplorable y solo hará que tu cuerpo yazca junto a Plutón, señor de la muerte imperita, a nosotros nos esperan los Elíseos cuando logremos derrotar a Riddle y a Roma crapulenta con él-
Lucius sonrió y miro el mar, desde su exilio, el rubio solo pensaba en como regresar a casa, a su hogar con su esposa, con su familia, aun llevando a su lado a un salvaje tracio.
Negó con la cabeza varias veces regresando al campamento de Remus – y ¡cuál es tu idea?- pregunto entrando a la carpa de Remus acomodándose en los mantas del suelo.
El salvaje le miro con la lujuria de su raza aun así se acercó, acariciando con su mano callosa el precioso rostro del ex aristócrata romano – En Roma, hay gladiadores Tracios y Crameos, ellos están contra el emperador, están contra Riddle, y mucho más contra sus generales… en el coliseo se encuentra el León y el León nos llevara a la victoria…- le aseguro besando a Lucius y colocando sus manos bajo la austera ropa que llevaba.
El pago a su seguridad, los salvajes tampoco eran tontos y Lucius era demasiado hermoso para que no pagara, o para no disfrutar de su cuerpo.
Solo se pudo escuchar un gemido ahogado del rubio al ser poseído por el salvaje…
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Continuara... Lento pero seguro, lo siento mucho pero realmente no he tenido vida, estoy despertando a las cuatro de la mañana y llego a las 8 de la noche a casa para estudiar, está siendo todo demasiado pesado.
Espero puedan entender.
Besos a todas… y todos!!!