Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

HIKARU NO SECRETS por desire nemesis

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

ESTA ES UNA IDEA ORIGINAL MIA

 

TODO ES MI CULPA

X FAVOR DEJAD REVS A VER QUE LES PARECE

YA TERMINE LA HISTORIA PERO LA PONDRE DE A POCO TAN RAPIDO COMO VEA QUE LES GUSTA

JA NE

 

 

 

 

 

 

 

 

La reunión estaba llegando a su fin y Masao se sentía feliz por la conclusión de esta pues como siempre había logrado la aprobación de la mayoría de los socios mayoritarios para su proyecto.

 

A sus treinta y cuatro años era un directivo popular y exitoso de una de las mejores compañías  de ciencia y tecnología. Además era un hombre en extremo popular con las mujeres pues era muy atractivo y dueño de una elegancia y carisma impecables. Sus ojos eran de un verde gatuno y su cabello negro azabache. Tenía el porte de un pugilista con un cuerpo macizo y alto. Además tenía muchos amigos entre sus compañeros por su carácter alegre y extrovertido. Su único punto en contra es que no tomaba en serio las relaciones personales. No tenía interés en casarse o tener descendencia. Disfrutaba su vida personal sin responsabilidades.

 

Estaba conversando con uno de los asociados de deportes cuando este miro al asistente de Masao y le mencionó—Tu asistente es muy eficiente—

 

Mirando a Hikaru,  Masao asintió. Era siempre así. Se sentía muy satisfecho del trabajo de Hikaru. Era ordenado, rápido y eficiente.

 

A sus veintidós años era un hombre seco, debido a su timidez pero todos creían que era un tipo frío y calculador. Era reservado y muy callado. Como todo asistente debe ser. Sus ojos eran ámbar y su cabello castaño lo que lo hacía parecerse a un lobo así que intimidaba un poco a los demás. Su estatura era media pero parecía más alto al ser esbelto. Sus movimientos eran seguros y eficaces lo que lo había llevado a un puesto muy alto tan joven.

 

Llegados a la oficina del jefe del área de informática Masao le dijo a su secretario—Has causado una buena impresión, Hikaru—

 

Me alegro, señor—contestó el asistente con su sequedad de siempre.

 

Deberías dejar de ser tan frío o te quedarás solito—le dijo el jefe sonriente.

 

Si, señor—le respondió el de ojos amarillos mientras archivaba las carpetas usadas en la reunión.

 

Hazme una reserva en el Hotel “Garden Tower”—dijo el jefe sonriendo para sus adentros.

 

Enseguida. ¿La habitación de siempre?—preguntó su subordinado sin atisbo de nada en su conducta.

 

Masao lo miró pues siempre hacía la misma pregunta. Era un hombre precavido y no daba nada por sentado. Muy diferente a él. –Si—respondió con la confianza que lo caracterizaba.

 

El castaño sabía muy bien de que se trataba. Allí se veía con las mujeres casadas. Casi siempre con directivos de otra compañía o con políticos o periodistas. Era el modo de su jefe de enterarse de secretos y movimientos de los otros. Al ojiesmeralda le gustaba jugar fuerte y sucio. Si no lo hacía con mujeres de directivos de su propia compañía era porque tenía un buen instinto de supervivencia.

 

De inmediato, señor—dijo mientras iba a su escritorio del otro lado de la puerta a hacer la reserva del caso, lo que era algo rápido porque era habitual que el joven ejecutivo lo hiciera por lo que los del hotel eran complacientes, eficientes y reservados como todo japonés de ese oficio.

 

Cruzó la avenida de frente al edificio de su trabajo hacia el bar en que siempre tomaba una copa antes de ir a casa. Dentro estaban muchos de sus compañeros de trabajo pero él no comulgaba con nadie. Era un lobo solitario.

 

Hikaru tenía un secreto que disimulaba muy bien. A nadie le permitía conocerlo pues eso era muy peligroso para él. Era la mano derecha de uno de los ejecutivos más importantes de una de las compañías más exitosas de Nihon y el mundo y su puesto era muy codiciado por lo que estaba expuesto a trampas y ardides.

 

Terminó de tomar su copa y se levantó después de dejar una suma en el mostrador para dirigirse a la puerta poniéndose el gabán pues era invierno y fuera hacían 4 grados.

 

Iba tan distraído en esa faena que chocó con alguien al llegar a la puerta.

 

Sumimasen (disculpe) —dijo con su habitual tono seco el de ojos ámbar antes de levantar la vista. El otro solo se quedó parado en la puerta. –Perdone pero quisiera salir y está parado en la puerta—añadió con su voz grave.

 

Etooo… Perdona  que pregunte pero… ¿Eres modelo o algo así?—preguntó el castaño de ojos azules frente a él. Lucía como un ejecutivo lo que le dio mala espina al otro castaño que de inmediato contestó.

 

No, señor. No lo soy. Ahora permítame pasar—dijo algo molesto Hikaru. Para su asombro el otro sonrió ampliamente.

 

Entonces he llegado a tiempo—dijo enigmáticamente el apuesto caballero con ojos de zafiro.

 

No le entiendo pero tampoco me interesa hacerlo. Ahora me disculpa pero debo irme y se me agota la paciencia—exclamó el de ojos amarillos. Intentó pasar pero el otro se lo impidió tomándole del brazo. El miró la mano del otro como si planeara arrancarla de allí y el otro la sacó.

 

Perdone pero tengo una propuesta para usted—dijo el enigmático hombre vestido impecablemente.

 

Hikaru lo miró como si planeara morderlo. –No me interesa lo que tenga que decirme—dijo tajante y planeaba irse cuando el otro insistió.

 

¿Cómo puede no interesarle si ni siquiera sabe que es? Tomemos un trago y se lo explicaré—le dijo.

 

Creo que no me entendió. No me interesa nada que tenga para proponerme—anunció el joven asistente y pasaba a su lado ya cuando escuchó al otro decir— ¿Ni siquiera que quiera acostarme contigo?—

 

Hikaru se sorprendió. Nunca se hubiera imaginado una cosa así. ¿Un hombre pidiéndole sexo en un bar a un desconocido? ¿Cómo se imaginaba que él…? Le miró furioso.

 

El otro levantó las manos y sonrió—Tranquilo. Sólo bromeaba—dijo.

 

Hikaru estaba que no se bastaba en sí. Quería acogotarlo allí mismo.

 

Siento haber hecho eso pero es que te veías tan serio. Ver tu cara de espanto fue todo un poema—se disculpó el desconocido.

 

Mentalmente el ojiámbar se dijo que él y su jefe se parecían mucho. Iba a irse cuando el otro lo tomó del brazo y lo obligó a girarse quedando a milímetros de él—Aún tengo algo que proponerte. A menos que quieras que sea en un lugar más privado—dijo el otro castaño.

 

Hikaru frunció el ceño pues el otro era muy insistente. –Si le escucho ahora. ¿Me dejará en paz?—preguntó y el ojos azules sonrió sabiéndose el vencedor.

 

Lo prometo—dijo levantando en alto su mano derecha.

 

Se sentaron en una mesa y el de ojos azules dijo al camarero que quería un  wisky en las rocas. Hikaru pidió un agua tónica.

 

Los hombres de negocios no beben eso—dijo juguetón el otro.

 

El ojos ámbar lo miró serio antes de contestar—Los que se disponen a negociar tienen que hacerlo con la cabeza fría o sino perderán más de lo que ganan—

 

El otro sonrió de lado. –Con que eres un ejecutivo. Tal vez mi propuesta no te interese después de todo—

 

Claro que no me interesa—dijo el joven castaño.

 

Aún así te la diré. Pero primero debo presentarme—dijo el de ojos azules sacándose de un bolsillo una carterita de donde sacó una tarjeta de negocios que le pasó a Hikaru. –Mi nombre es Suiton Aoshi y soy representante, entre otras cosas de modelos y creo que tú serías la nueva cara que he estado buscando para un modelo varonil. Podrías ser el nuevo top model que necesito. Y no solo de Nihon sino de Europa también. Esos ojos ámbar que tienes son rarísimos y preciadísimos. No tendrías competencia—dijo.

 

Hikaru parecía mirarlo impaciente porque terminara. En verdad aunque tenía la tarjeta en sus manos no creía una palabra de lo que el otro decía. Sabía que sus ojos eran raros pero él no era nada especial y no dejaría que un idiota lo embaucara así.

 

Veo que no te he impresionado en absoluto. Me lo temía. Un hombre de negocios tan exitoso como tú no se conformaría con ser famoso y rico. Eres otro tipo de animal. No te gusta la popularidad. ¿No es así?—dijo Aoshi con media sonrisa.

 

Hikaru no supo como tomarlo. Si el otro sabía quien era él eso era todo un sarcasmo. “…hombre de negocios tan exitoso…” Y si no lo sabía dolía igual porque el era un mero esbirro de un tipo exitoso.

 

Herido en su orgullo el asistente se levantó de su asiento dispuesto a irse sin decir palabra cuando una mano agarrando su muñeca lo detuvo.

 

¡Oye! Es muy descortés no decir tu nombre después de que te di el mío—dijo el ojos azules.

 

El de ojos ámbar no vio razón para negárselo aunque no le daría tarjeta alguna. No quería que supiera nada más de él por su culpa. No quería volver a saber de ese tipo.

 

Soy Inuhana Hikaru—se presentó. El otro sonrió. Él levantó una ceja y preguntó--¿Qué?—

 

Solo pensaba que es muy apropiado—dijo aún sonriente el representante.

 

Hikaru se fue sin decir nada más.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sus días transcurrieron tranquilos hasta llegar al tercer día en que encontró un visitante en su puerta. Se lo quedó mirando.

 

Tuve que venir. Temo que te investigué y no tienes una vida tan plena como me hiciste creer—dijo Aoshi.

 

Yo no dije nada—aseveró el ojiámbar.

 

Cierto pero no me corregiste—retrucó el ojiazul.

 

No tenía porqué. Yo no lo conozco ni me interesa conocerlo—dijo Inuhana.

 

En eso no me equivoqué. No te gusta la popularidad—dijo Suiton.

 

El de ojos amarillos exclamó—El otro día prometió que si lo escuchaba me dejaría en paz—

 

El otro sonrió con cara pícara. –Crucé los dedos de la mano izquierda así que no vale—dijo con desfachatez.

 

Y así quiere que yo confíe en usted—dijo el joven antes de ir a su puerta sacando las llaves para abrir su apartamento mientras le daba la espalda.

 

¡Perdón por eso!—decía el representante mientras él abría la puerta. Lo único que quería era cerrarla y dejar al tipo atrás pero el otro aprovechó para entrar con él. El volteó para increparlo y se vio empujado hacia la pared mientras sus labios eran avasallados. –Lo que te dije al conocernos era cierto. No solo quiero llevarte al estrellato, quiero estar en tu cama—dijo para su sorpresa el ojos azules.

 

Hikaru lo empujó. –Pues le salió mal porque a mí no me gustan los hombres—dijo algo nervioso, ese hombre era extraño.

 

¿En serio? Te investigué. No tienes novia ni amantes conocidos. Yo a tu edad saltaba de cama en cama pero tu no y eso solo tiene una razón—dijo Aoshi mientras lo forzaba a recostarse en el sillón de la sala. Hikaru luchaba y le miraba frenético. –Estas enamorado. ¿Cierto? Pero esa persona no te corresponde. Es más, puede que ni te vea. ¿Me equivoco?—preguntó con una sonrisa sádica el representante.

 

El otro dejó de luchar shockeado. Nadie de todos lo que le conocían jamás habían llegado a imaginar la cuarta parte de lo que el otro decía. Y lo peor de todo es que…

 

…era cierto. Cada palabra lo era. ¿Cómo un individuo al que no conocía de nada había logrado leerlo así de fácil?

 

Una mano del otro acarició su mejilla mientras los labios de Aoshi se acercaban a los de él para apoderarse de nuevo de ellos.

 

Fama, fortuna, te daré lo que quieras. Sólo dame esta noche. No sabes como me pones—dijo el otro castaño separándose un tanto de él.

 

Hikaru lo besó como muestra de que por esa noche lo haría. Después de todo esa persona ni sabía que existía. Tenía que seguir adelante por si mismo. De nada le valdría seguir esperando.

 

Aoshi le desabotonó la chaqueta y la camisa dejándole la corbata algo abierta. Sus manos recorrieron los costados del otro mientras su boca se deslizó desde las tetillas a las cuales masajeó con lengua y labios y bajó hasta el ombligo mientras el otro se arqueaba bajo suyo. Con sus manos abrió el pantalón mientras se entretenía con el ombligo y luego bajó este y el bóxer dejando al descubierto la intimidad del otro que ya estaba despierta.

 

Un “¡No!” se oyó cuando su boca engulló el palpitante bocado. Y las manos en su cabeza se encresparon mientras las caderas del ojos de ámbar se balanceaban buscando un contacto más profundo y gemidos ahogados escapaban de su boca.

 

Ya no era posible reprimirse.

 

Cuando Hikaru acabó en la boca del otro quedó exhausto. El otro lo sentó y le preguntó por su habitación a donde él apuntó con un  dedo y allí lo llevó, tendiéndole primero encima para después abrirla y ponerlo adentro. Terminó de desvestirlo para luego desvestirse él.

 

En la habitación en penumbras el asistente logró ver la piel blanca del otro quedar al descubierto y su humanidad bien erguida. Delatora de las intenciones del otro.

 

Cansado el volteó su cara hacia el otro lado pero al verlo Aoshi lo obligó a voltearla de nuevo mientras se le ponía encima y besarlo después.

 

Luego lo volteó para iniciar la preparación mientras daba pequeñas mordidas a su cuello. Introdujo sus dedos en la boca del otro para mojarlos y procedió al proceso por medio del cual agrandaba la entrada del ojiámbar mientras este entre asustado y excitado cerraba sus puños sobre la almohada.

 

Cuando le penetró empezó a recorrer su espalda con la lengua mientras con sus manos acarició sus glúteos, estómago y miembro.

 

Llegados a ese punto el menor se agarró de las nalgas del mayor para erguirse y para que este se introdujera con más ímpetu en su interior mientras exhalaba ya gritos de pasión.

 

Todo era una locura pero ya no podía más.

 

Dime que soy tu primer hombre—dijo de pronto el representante llevado por el placer que tener a ese joven suyo le proporcionaba mientras el cuerpo del otro se contorsionaba y friccionaba con su piel pues ahora las manos del otro estaban en su nuca y su cuerpo pegado al suyo pues ambos estaban hincados de rodillas.

 

Hikaru con las mejillas rojas, la boca muy abierta para aspirar más aire y a punto de venirse solo asintió.

 

Me dan ganas de atarte a esta cama y no dejar de hacértelo más—dijo Aoshi provocando que el joven asistente se viniera una vez más y al hacerlo estrechar su entrada lo que provocó el orgasmo final en el representante que se vino también.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

NOS VEMOS PRONTO

DEJEN REVS ONEGAI

MATA NE

PD ES MI 2O ORIGINAL ASI QUE NO SEAN MUY EXIGENTES SI?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).