-esto será suficiente con llevarle a Lucy ¿no crees?- Sean y yo miramos el interior de la parte trasera de su automóvil, estaba lleno con cajas de cartón que guardaban cosas de Tía Lucy y de James.
Era sábado por la mañana, nos habíamos levantado temprano para empezar a cargar las cajas. Tía Lucy nos había dicho que los visitáramos por la tarde, y eso me emocionaba mucho, una semana de no verlos se me había hecho eterno, pero pronto los vería.
-sí, lo difícil será bajar todo de nuevo- acomodé la última caja y Sean cerró la parte trasera del automóvil
-para eso te tenemos a ti- sonrió y no pude evitar mirarlo con una cara de “no digas eso”, Sean se rio y me abrazó por la cintura-era broma- me besó la frente
-sentimos no poder acompañarlos, a August le duele el estómago y alguien debe cuidarlo- Ana se acercó a nosotros
-no importa, estaremos bien- le respondió Sean mientras me soltaba lentamente
-¿y Tom?, ¿vendrá con nosotros?- me acerqué un poco a Ana, ella sonrió de lado
-sí, pero irá un poco más tarde, tiene que limpiar su habitación, el hecho de que no esté Lucy no significa que la fábrica se vaya abajo por el desorden- me tomó de un cachete y lo jaló, haciendo que me doliera un poco
-que mal-… me sobé un poco la mejilla y Ana sonrió
-como sea, nos vamos Daniel-vi que Sean empezaba a subir a la camioneta,
-adiós Ana- ella me volvió a jalar el cachete y sonrió
-nos vemos- sonreí un poco mientras seguía acariciando mi mejilla, me fui hacia el otro lado del automóvil, abrí la puerta y me subí al lado de Sean-ponte el cinturón- lo obedecí y cerré la puerta, Sean encendió el automóvil, empezó a presionar unos botones que estaban a su lado y la ventana que estaba a mi lado empezó a bajar, me acomodé en el asiento y salimos del patio trasero de la fábrica.-léeme la dirección- saqué un papel un poco gastado del bolsillo de la sudadera y lo desdoblé
-proezd Rechnikov número 17- lo leí lentamente y miré a Sean -¿en dónde es eso?- miré de nuevo el papelito
-no lo sé muy bien, tendremos que ir preguntando- Sean sonrió un poco y el automóvil fue más rápido. Volví a guardar el papel en la bolsa de mi sudadera y me concentré en mirar el paisaje.
Rusia era enorme, me quedaba viendo a la gente “normal” caminando tranquilamente por las calles hasta que Sean detuvo el automóvil, lo miré
-¿ya llegamos?- miré a mi alrededor, estábamos en frente de otros automóviles y más delante de nosotros pasaban más automóviles… Sean me miró
-no- sonrió- nos detuvimos por que el semáforo que está en rojo- me señaló hacia un gran tubo de color amarillo, en él había tres luces, una verde hasta arriba, una amarilla en medio y hasta abajo una roja bien iluminada…
-¿un semáforo?- el automóvil se empezó a mover
-sí, es para evitar accidentes- Sean no me miró y simplemente siguió conduciendo… miré por última vez el semáforo y noté que ahora estaba el color verde bien alumbrado, luego la luz bajó encendiendo al amarillo y al último, el rojo… un semáforo… que interesante objeto…
Seguimos el camino en silencio, me ponía a leer los anuncios que tenían grandes y coloridas letras, otros eran un poco menos llamativos y que tenían nombres extraños también miraba la infinidad de tiendas que había por cada lugar que pasábamos, y veía a las personas “normales” salir de ellas con bolsas colgando de sus brazos. El aire chocaba contra mi rostro y hacía que mis cabellos se levantaran.
De vez en cuando Sean se detenía y empezaba a hablar con la gente, preguntándoles la dirección de la casa de Tía Lucy y luego decía gracias para poner en marcha nuevamente el automóvil. Veía como daba vueltas en las calles, y se seguía deteniendo a preguntar.
Cuando vi el pequeño reloj que había frente a mí y que marcaban las trece horas con quince minutos, supe que ya había pasado un buen tiempo desde que Sean y yo estábamos en el automóvil, escuché un ligero ruido que provenía del lado de Sean
-¿Qué es eso que se escucha?- intenté buscar la fuente del sonido pero no la hallé
-es la gasolina, está por acabarse, nos detendremos a tomar más- dio un giro con el volante y entramos a un lugar…
-¿la gasolina sabe bien?- Sean se carcajeo mientras se detenía al lado de una cosa extraña
-no Daniel, la gasolina no se toma, es un combustible, y es para que el auto funcione- Sean me miró mientras apagaba el motor del automóvil… la gasolina no se tomaba… -bien, espera aquí, no te bajes del auto- Sean bajó y vi que presionaba unos números en la mini pantalla que había en esa cosa extraña, sacó una manguera de ella y la puso en un agujero que tenía el automóvil, empezó a llegarme un extraño y desagradable olor… creo que tenía que leer más libros sobre los automóviles y la gasolina… había muchas cosas que no entendía y que no sabía, vi que Sean se alejaba del automóvil y entraba a una tienda. Me quedé viendo un momento la tienda pero no lograba encontrar a Sean hasta que escuché un pequeño grito a lo lejos, me gire y ahí vi a otro automóvil detenido. En su interior había una mujer adulta acompañada con 2 niños
-mami, mami, mami ¿Cuándo llegaremos a casa de papi?- escuché que le decía una niña a la mujer
-pronto cariño, pronto- vi que la mujer adulta acariciaba los cabellos de la niña y le daba un beso en la frente
-ya quiero ver a papi, ¿nos estará esperando?, ¿nos extrañó?- ahora fue un niño el que preguntó
-acabamos de hablar con él hace 20 minutos hijo, los extraña y ama mucho, ya estaremos con él y podremos jugar todos juntos- le dio un beso en la mejilla mientras le sonreía… de alguna forma no podía apartar mi vista de ellos… “familia”… esa palabra que había mencionado Ana alguna vez… ellos se parecían a la descripción de “Familia”… la mamá y dos hijos… una mamá…
-¿Qué ves?- Sean estaba a mi lado recargado en la ventanilla del automóvil, siguió mi vista y se encontró con la familia que aún se sonreían-¿sucede algo con ellos?- Sean me miró y yo negué
-son solo una familia- le sonreí y mi vista regresó a la mamá… así que también se les decía… “mami”… me acomodé en el asiento viendo hacia adelante, me di cuenta de que mis dedos se frotaban entre si…
-toma- miré a Sean y me di cuenta de que me entregaba una bolsa de papel y un jugo de uva, los tomé-has de tener hambre ¿no?- revisé el interior de la bolsa y vi que ahí estaba un sándwich, sonreí
-sí, ya tenía hambre ¿Cuánto falta para que lleguemos?- quité el papel que envolvía al sándwich y le di la primera mordida
-pregunté al encargado de la tienda, estamos cerca- me sonrió, yo también le sonreí y le di la segunda mordida al sándwich que era de pollo… Sean me dio un beso en la mejilla y acarició un momento mis cabellos, vi que tomaba un poco de mi jugo y lo volvía a tapar correctamente- ya vámonos- me volvió a besar en la mejilla y regresó al otro lado del automóvil. Se subió, encendió el motor y siguió conduciendo en lo que yo comía el sándwich que la verdad, estaba delicioso. De vez en cuando tomaba jugo y luego le compartía a Sean.
El resto del camino fue en silencio, había terminado de comer y el envase de mi jugo aún lo mantenía en las manos, tocando el vidrio y distrayéndome con la tapa del mismo. Leía la etiqueta y luego intentaba tomar la última gota de jugo que quedaba… quería que no quedara nada…
-¿aún tienes sed?- me giré hacia Sean
-no, ya no ¿Por qué?- dejé el envase ya vacío sobre mis piernas mientras recargaba mi hombro izquierdo en el asiento
-parece que quieres acabar por completo con ese envase- sonrió mientras giraba el automóvil en otra parte
-no quiero que quede ninguna gota, me gustó el jugo- subí mis pies al asiento y abracé mis piernas pegándolas al pecho
-cuando regresemos te compraré más- de nuevo nos detuvimos frente a un semáforo que tenía la luz roja encendida
-sí, eso estaría bien-… le sonreí y Sean se estiró a darme un beso en los labios
-de acuerdo- el semáforo se puso en verde y de nuevo giramos. Esa zona estaba llena de casas con grandes jardines y árboles pequeños, había gente frente a ellas que se saludaban y se sonreían, había hombres y mujeres adultas con más niños… ¿más familias?... –ya llegamos Daniel, es esa casa de color azul- Sean me señaló hacia adelante y vi a lo lejos una casa de dos piso con un bonito color azul, la casa era más pequeña que la fábrica pero me gustaba…
Nos detuvimos frente a ella y Sean hizo que el automóvil sacara un corto ruido. Vi que frente a la casa había un jardín y con plantas que aún estaban en sus macetas de plástico. Sean apagó el motor y se bajó del automóvil, yo me quité el cinturón de seguridad y también bajé, por fin mis piernas se estiraban. Contemplé la casa, y miré la que nos rodeaban, todas eran de diferentes colores y del mismo tamaño que la de Tía Lucy
-¡Dany!- escuché un gritó, miré hacia la entrada de la casa, la cual era una puerta en forma de rectángulo y blanca, de ella salía Tía Lucy corriendo hacia donde me encontraba, di un paso hacia atrás porque ella venía muy rápido-¡Mi Dany!- llegó a mí y me abrazó por completo-¡qué bueno que ya llegaron! ¡Mírate mi Dany! Ya estás un poco más alto y…- tomó mis brazos- y ¡estas más delgado! ¿! Te alimentan bien esas bestias?! ¡¿has dormido bien?! ¿! Como estas?! ¿Te duele alguna parte?, espero que todo este bien- empezó a tocarme en todas partes y me provocaba cosquillas
-Lucy, Daniel está bien, lo dejaste a mi cuidado- Sean se puso a mi lado y me alejó de las manos de Tía Lucy abrazándome por los hombros
-si Lucy, lo que importa es que ya llegaron ¿contenta?-James llegó por atrás de Tía Lucy e igual la abrazó por los hombros, Tía Lucy también lo abrazó pero por la cintura
-Si, por fin puedo ver a mi Dany, pero sigo insistiendo en que te ves más alto pero también más delgado y pálido y agotado y estresado y con bochorno y…-
-ya Lucy, él está bien- Sean la interrumpió
-tu calla, sabrá Buda que cosas le has dado de comer- Tía Lucy volvió a acercarse a mí- dime Dany- me abrazó por lo hombros y empezamos a caminar hacia el interior de la casa azul -¿Qué han cenado en toda esta semana? ¿Ya comiste?-
-hemos cenado pizza, comida china y hamburguesas y si, ya comí, Sean me compró un sándwich en donde nos detuvimos a ponerle gasolina al automóvil-… le sonreí a Tía Lucy, ella se detuvo y giró de nueva cuenta viendo hacia Sean, quien estaba riendo junto con James…
-¿pizza? ¿Comida china? ¡¿Hamburguesas?! ¡Estás loco! Y… y… y… ¡¿un sándwich de la gasolinera?! ¡Pediré la custodia de Dany! Eres un peligro para él ¿Cómo se te ocurre alimentarlo con eso? ¡¿Y las verduras?! ¡¿Dónde están las verduras?!- me soltó y se acercó a un Sean que tenía los ojos en blanco
-ya basta Lucy, en la comida le he dado verduras ¿ya? ¿Contenta?- Sean bufó molesto y me dio un poco de risa verlo así
-sí, si lo que digas- de nuevo Tía Lucy me miró- te tengo preparado un rico pollo con verduras al vapor- …al vapor… las que menos me gustaban… suspiré
-Lucy, ya hay que entrar- James la tomó por los hombros y la llevó hacia el interior de la casa, a la cual ya casi llegábamos, suspiré de nuevo mientras veía como Tía Lucy se quejaba hacia James…
-Lucy es una exagerada, me hace tener dolor de cabeza y apenas llegamos- me abrazó por la cintura-pero tiene razón- lo miré
-¿en que debo comer más verduras?- hice una mueca y Sean sonrió
-no, en eso no, tiene razón en que ya estás un poco más alto- de nuevo empezamos a caminar- yo no noto tanto el cambio porque te veo todos los días, pero Lucy que dejó de verte… aunque sea solo por una semana, ella nota más la diferencia- le sonreí y seguimos caminando. De nuevo miré a mí alrededor, el lugar era agradable y tranquilo, casi como el lugar en donde se encontraba la fábrica… solo que faltaban más árboles largos y menos casas…
Llegamos frente a la puerta blanca y pude ver un poco el interior de la casa, en frente había unas escaleras que estaban al lado de una pared, los escalones eran cubiertos por una alfombra de color rojo con otras figuras en color negro, se dividían tres pasillos, uno al lado derecho, otro al izquierdo y uno que estaba al lado de las escaleras, el pasillo no era tan estrecho pero tampoco tan ancho… en las paredes había cuadros con barcos y frutas… la casa estaba en silencio… Sean y yo entramos al mismo tiempo… el lugar se sentía diferente a la fábrica… se sentía… más… relajante… más… algo así como… ¿cercano?... no, no, no conocía la palabra que buscaba para describir la casa de Tía Lucy…
-pasen, pasen, vengan a la sala- Tía Lucy ya se había calmado con lo de la comida y nos guio hacia el interior de la casa, pasamos por el pasillo que estaba al lado de las escaleras, el piso también era de madera pero era un poco más brillante y más clara que la que tenía la fábrica
Sean me tomó de la mano mientras seguíamos a Tía Lucy. Me fijaba en todas las cosas que nos rodeaban, de algunas no sabía su nombre porque nunca en mi vida las había visto…
Las paredes de toda la casa eran de un azul pálido… un azul como el que tenía el cielo en un día despejado y que no tenía ninguna nube en él… me gustaba ese azul, creía que jamás me cansaría de estarlo viendo
Llegamos a otra zona de la casa, en ella había sillones de color blanco y de tela, el piso tenía una pequeña alfombra de color verde azulado… una mesa de cristal que sobre ella había unos elefantes que estaban acomodados del mayor al menor, también de las cuatro esquinas había una pequeña planta colgando… y las paredes tenían más cuadros con paisajes… todo se veía… perfecto…
-están en su casa, díganme… ¿les gusta el como la ordené?-… Sean y yo nos quedamos viendo todo lo que nos rodeaba…
-sí, está bien Lucy, elegiste buenos colores- le dijo Sean, Tía Lucy sonrió emocionada
-lo sé, nos fue un poco difícil porque James y yo tenemos diferentes gustos, pero llegamos a un acuerdo con el azul, y quedó bien – ella también miró a su alrededor -¿tú que dices Dany? ¿Te gusta?- Tía Lucy me miró con una sonrisa
-sí, si me gusta- le sonreí… la verdad es que nunca antes había visto el interior de una casa así… suponía que estaba muy bien… lo que sea que estuviera bien… Tía Lucy se rió emocionada y me abrazó
-sí, lo sé, es tan hermosa mi casa- me abrazó con fuerza, pero mi mano aún era sostenida por la de Sean
-no seas tan humilde Lucy- Sean le sonrió y ella le dio un ligero golpe en el hombro
-tu calla que no estoy tan contenta contigo- le enseñó la lengua y Sean bufó-y díganme- dejó de abrazarme- ¿Dónde están los demás?- se fue a sentar en sofá y cruzó sus piernas…
Sean y yo nos sentamos en el sofá que estaba al lado de ella, me senté lo más cerca de Sean, y aun manteniendo nuestras manos juntas… pero el soltó el agarre y pasó su brazo por encima de mis hombros, me acomodé mejor poniendo una de mis piernas sobre una de Sean, me abrazó fuertemente y uno de mis hombros quedó sobre su pecho
-August se enfermó del estómago- Sean empezó a contarle
- no me sorprende, él y Ana comen cosas prohibidas por el gobierno- Sean y ella rieron, yo solo sonreí… el gobierno no me agradaba… -¿y Ana? ¿Y Tom? ¿Qué paso con ellos?- James entró a la sala con una bandeja en manos, ahí traía agua de limón… con galletas… me quedé viendo fijamente las galletas que tenían chispas de chocolate… chocolate…
Nos entregó un plato con galletas y empecé a comerlas en silencio.
-Ana se quedó cuidando a August, sabes que ellos son inseparables y Thomas tenía que arreglar su habitación, o algo así, llegará más tarde- Sean tomó una galleta y la empezó a comer lentamente.
James se sentó al lado de Tía Lucy y también empezaron a comer las galletas
El tiempo pasó mientras platicábamos, a veces nos reíamos con las cosas que nos contábamos mutuamente… Tía Lucy nos contaba del lugar en donde vivían y las personas que había a su alrededor… vecinos… si, era eso… vecinos. James nos hablaba sobre su… trabajo y Sean le platicaba de las cosas que pasaban en la fábrica… yo solo prestaba atención y respondía cada que me lo pedían, pero solo me quedaba viendo todo lo que me rodeaba…
-parece que Tom no va a llegar- Tía Lucy miró la pantalla de su celular-ya son las 4 y nada de él ¿le habrá pasado algo?- se levantó del sofá y se asomó en una ventana que había
-esperemos que se haya perdido- respondió Sean mientras tomaba otra galleta y luego bebía un poco de agua de limón… James sonrió con el comentario de Sean
-calla Sean, si se perdió tendremos que ir a buscarlo- James y Sean bufaron mientras seguían comiendo galletas. Yo acababa con nuestro tercer plato de galletas, ya no cabía nada más en mi estómago
-Sean, ¿traes las cosas que te pedí?- Tía Lucy empezó a recoger los trastes sucios que quedaron, miró fijamente a Sean
-sí, están en el auto-tomó el último sorbo del agua con limón que quedaba en su vaso
-que bien, Dany- ahora me miró-ayúdame a decorar mi habitación y tu Sean empieza a bajar lo que te pedí por favor, sígueme Dany- Tía Lucy empezó a caminar con dirección al pasillo, miré un momento a Sean, él levantó ambas cejas y me sonrió. Me levanté del regazo de Sean y empecé a seguir a Tía Lucy, pasé por el pasillo y esta vez giramos al pasillo de la derecha, ahí estaba la cocina.
Era amplia y las paredes eran de color verde, el verde que tenían los limones cuando estaban maduros, había vitrinas, una ventana al lado del fregadero, una lámpara en el techo y otras cosas más que eran lo mismo que tenía la cocina de la fábrica…
-¿te gusta mi cocina?- Tía Lucy me miraba con una sonrisa
-sí, me gusta- era más pequeña que la de la fábrica pero se sentía… relajante estar en ella…
-me alegra- dejó los trates sucios en el fregadero y se acercó a abrazarme-¿cómo has estado?, ¿cómo te trata Sean?, ¿Cómo van las cosas entre los dos?, ¿algo te molesta?-… tantas preguntas… ya las extrañaba… sonreí por unos pocos nervios que sentía, recordé cada pregunta y empecé a responderlas en orden
-he estado bien, Sean me trata bien- le sonreí- siempre estamos juntos, ya no nos hemos separado para nada y no…- puse mi vista en los trastes sucios- nada me molesta- le sonreí y ella también a mí, dejó de abrazarme
-me alegro mucho, solo dime lo que te molesta de Sean y yo me encargo de ponerlo en su lugar-choco su cadera con la mía y sonrió-ahora empezaré a lavar esto, ¿puedes sacar los demás trastes que están en esa caja y acomodarlos?- me señaló una caja que aún estaba en el piso de la cocina, me acerqué a ella y la abrí, en su interior había tazas, platos, cucharas y tenedores. Empecé a acomodar las cosas en donde Tía Lucy me indicaba, alguna cosas venían cubiertas con papel, mientras que otras venían sueltas-¿todos se duermen temprano?- preguntó mientras me estiraba un poco para poder colocar unas tazas, a miré de reojo
-Sean y yo a veces nos quedamos en la sala a ver películas, comemos palomitas de maíz y tomamos mucho jugo de uva, creo que siempre somos los últimos en dormir- sonreí mientras pensaba en esos momentos en los que Sean y yo nos quedábamos hasta las 2 de la madrugada viendo películas, algunas eran de fantasía y otras eran de comedia. Me divertía en esos momentos al estar recargado en el pecho de Sean, acostados en el mismo sofá, con una cobija cubriéndonos y un plato grande y hondo lleno de palomitas de maíz… de lo mejor…
-¿cuándo entenderá ese Sean que debes dormir 8 horas?, definitivamente debo ponerle un alto, no quiero que te desplomes por cansancio- Tía Lucy se veía un poco molesta
-nos dormimos tarde, pe… pero nos levantamos tarde… a veces despertamos a las 9 y nos levantamos de la cama a las 10 o 10:30… solo para desayunar… - murmuré y miré a Tía Lucy
-con que así es ¿he?- se acercó a mi mientras secaba sus manos en una pequeña toallita blanca que había-dime ¿Qué hacen después de despertar?-… me ayudó a sacar más cosas de las cajas- cuéntame, ¿Qué hacen antes de que se levanten de la cama?-… mi rostro se calentó un poco y las palabras no salían de mi boca…
¿Qué hacíamos Sean y yo mientras aún estábamos acostados en la cama?...
No, no diría nada… me avergonzaría inmediatamente…
-yo… él y yo… lo… lo que hacemos… es…- ninguna buena respuesta venía a mi mente… mis manos sudaron un poco por la mirada que Tía Lucy me mostraba… mi mente no podía pensar claramente…- ju… jugamos…- me giré y evite mirar a Tía Lucy de frente
-¿y que juegan?-… Tía Lucy se cruzó de brazos… las palabras no podían salir de mi boca… quería salir corriendo de la cocina…
-Lucy, deja de acosar a Daniel con tus preguntas incómodas, no te incumbe lo que hagamos-…esa era la voz de Sean… suspiré entrecortadamente…
-solo intento protegerlo de el depredador- Sean abrió la boca para responder- como sea, ¿ya has bajado las cajas?- Sean suspiró
-sí, faltan unas cuantas- se frotó un poco los cabellos
-ok, Dany, vamos a ayudarlos-Tía Lucy me quitó una taza de las manos y la volvió a meter en la caja de donde la había sacado, miré a Sean y él solo llevó su dedo índice a los labios… “señal de silencio”… lo entendía a la perfección, asentí y seguí a Tía Lucy hasta la entrada de la casa.
Llegamos al frente de la casa y ahí vimos a James bajando unas cuantas cajas del automóvil, nos acercamos a él
-bien Dany, ayúdame a cargar esas cajas que dicen “Lucy” a mi habitación- Tía Lucy cargó una caja y la empezó a llevar al interior de la casa. Miré al frente mío, ahí habían 8 cajas más que decían “Lucy” con plumón negro, utilicé mis poderes e hice que las cuatro flotaran a mi alrededor, caminé de nuevo hacia la casa pero con las cajas flotando a mí alrededor, al estar en medio del jardín Sean me tomó de la mano y las cajas cayeron a mis lado
-Daniel, no utilices tus poderes en este lugar, no es como en la fábrica, aquí hay gente sin poderes y son normales, no saben de nuestra existencia-… Sean me tomó la otra mano y las acercó hacia su boca para besar ambas, miré a mi alrededor, no había más gente… pero debía hacerle caso a Sean...
Soltó mis manos y besó mi mejilla mientras me sonreía
Me agaché y cargué solo dos cajas, volví a caminar al interior de la casa, ahí me seguía esperando Tía Lucy en el primer escalón, ella me sonrió
-Sean tiene razón, no utilices tus poderes por aquí Dany- me tomó de la barbilla y sonrió-ahora llevemos esto a mi habitación, ¿sabes?, tengo más cosas que James- se empezó a reír y ambos empezamos a subir las escaleras.
Las escaleras no eran de metal y no rechinaban como lo hacían las de la fábrica- sus escalones eran cubiertos por esa alfombra color rojo, y casi no se escuchaba nada al subir de escalón.
Llegamos al segundo piso, había un pasillo con 3 puertas blancas. Caminamos entre el pasillo y llegamos a la última puerta
-esta es la habitación que comparto con James- Tía Lucy giró el picaporte y la puerta se abrió. Vi el interior del cuarto.
Tan solo contaba con una gran cama en medio, frente a la cama había un mueble largo de color blanco y sobre él, había una televisión delgada. A cada lado de la cama había un pequeño buró que era de color café claro, sobre ellos no había nada aún. Las paredes eran de un color rojo ligero y que lo acompañaban unas cuantas líneas horizontales de color blanco que le daban un bonito toque al cuarto.
-¿también te gusta este lugar?- Tía Lucy dejó su caja en el piso y se aventó a su cama con los brazos extendidos, mirándome con una sonrisa. También dejé la caja en el piso y me senté en la orilla de la cama.
-sí, también me gusta- de nuevo me daba la impresión de que el lugar era cómodo… y que me agradaría estar ahí.
-me alegro, el color lo eligió James, debía dejarle algo a él- se empezó a reír y giró un poco en su cama, su cabello rojo se enredó un poco-bien, iré por otra caja, tu puedes empezar a acomodar los adornos, hay clavos en las paredes, puedes colocar los cuadros como quieras- Tía Lucy se levantó de la cama y salió corriendo de la habitación.
Me quedé solo y solté un suspiro, miré un momento más mí alrededor hasta que decidí ponerme a acomodar las cosas.
Abrí primero una caja, en su interior traía cuadros.
Todos los empecé a acomodar en donde veía algún clavo, los cuadros eran de paisajes y solo hubo uno que tenía el rostro de una mujer con un sombrero rojo y una flor negra… ese cuadro lo puse colgando en la cabecera de la cama…
-me gusta como se ve- coloqué firmemente el cuadro y miré hacia la puerta de la habitación, ahí estaba Sean. Le sonreí y luego miré el cuadro
-me gustan mucho los cuadros, se ven muy coloridos- acaricié con la yema de mis dedos el dibujo de la mujer con el sombrero rojo mientras lo miraba fijamente
-sí, es bonito- Sean me abrazó por la cintura y besó mi cien-Lucy quiere que bajes por más cajas-… me susurró al oído… sentí esos escalofríos que tanto me gustaban...-y dice que te des prisa, si no, va a matarme por entretenerte-… besó mi mejilla.
-sí, ya bajo- me liberé del abrazo de Sean y salí de la habitación, bajé las escaleras de a dos en dos los escalones, no podía hacerlo en la fábrica porque corría con el riesgo de caerme, eso me había dicho Sean… pero ahora, la escalera era segura.
Salí de nuevo de la casa y me acerqué al lugar en donde había dejado las demás cajas, me incliné y tomé dos más acomodándolas bien entre mis brazos. Volví a caminar hacia el interior de la casa, pero choqué contra algo y casi lograba que tirara las cajas, pero logré mantenerme en pie. Las cajas cubrían un poco mi vista, me asomé un poco y vi a alguien de pie frente a mí…
-hola ¿quieres que te ayude?-me sonrió
No era James ni tampoco Tía Lucy…
Sean me había dicho de los “normales”, los “sin poderes”… y frente a mi… había uno… un humano sin poderes…