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Fugitivos I: Buscando Una Razón Para Vivir. por diidi1897

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Notas del capitulo:

PRECAUCIÓN: CAPÍTULO CON CONTENIDO QUE PUEDE NO SER APTO PARA TODO PÚBLICA.

TIENES ESCENAS QUE PUEDEN PROVOCAR ASCO.

POR FAVOR ABSTENTE DE LEERLO SI ERES ALGUIEN SENSIBLE Y MÁNDAME UN COMENTARIO SI GUSTAS QUE TE LO EXPLIQUE SIN ENTRAR EN DETALLES.

 

¡LEES BAJO LA ADVERTENCIA ANTERIOR!

 

Te dejo el link de mi perfil en wattpad.

https://www.wattpad.com/user/diidi1897

 

PUEDES LEER TRANQUILAMENTE HASTA EL SIGUIENTE ANUNCIO DE ADVERTENCIA

Narra el experimento fallido

No había nada.

Nada a mi alrededor.

Parecía ser que me había quedado completamente solo. La oscuridad me acechaba, pero no estaba sintiendo miedo como otras tantas veces.

Empecé a caminar por toda esa oscuridad y a pesar de que me encontraba descalzo, mis pisadas resonaban a mi alrededor. Avancé un poco más y observé todo lo que me abarcaba. No encontraba ninguna luz que me guiara o que me mostrara el camino hacia el final de esa pesadilla.

Porque se trataba de una pesadilla ¿Verdad?

Observé el piso y me sorprendí al encontrar mi reflejo en él, pero borroso. Podía apreciar que mi reflejo era alumbrado por alguna luz blanca a pesar de que a mi alrededor no había ninguna. Era como si mi reflejo se encontrara en otro lugar.

Detuve mis pasos y observé por largo tiempo mi reflejo. Me sentía extraño. No tenía esa sensación cada que me observaba a mí mismo en el espejo del baño, parecía que mi reflejo era otra persona.

Sentía que era otra persona la que estaba en el lugar de mi reflejo.

Estuve a punto de dar otro paso más, cuando mi reflejo avanzó hacia adelante sin que yo me moviera ni un poco.

Mi reflejo se alejó de mí hasta que, a una distancia considerable, se detuvo. Escuché mi respiración alterada por la impresión que estaba teniendo de esa situación.

No tenía ni idea de lo que estaba sucediendo hasta que, sin que pudiera recuperarme del asombro, mi reflejo salió del piso. Lo observé atentamente.

No se movía y me estaba dando la espalda.

Era otro yo, pero desnudo y con la piel totalmente blanca.

Lo observé durante bastante tiempo hasta que me decidí por acercarme a él, pero el piso bajo mis pies se tambaleó violentamente y empecé a hundirme en él.

EL piso que anteriormente era duro, ahora parecía ser un mar negro con destellos en verde.

Intenté avanzar para salir de esa extraña sustancia que envolvía a mis pies, pero la sentí demasiado pesada; era como si me hubiera adherido a ese lugar.

Y tuve miedo de que me quedara ahí para siempre.

Intenté un par de veces liberar mis pies de esa extraña mezcla que, si antes no tenía una temperatura, ahora empezaba a tornarse helada. Lo intenté y lo intenté, pero no conseguí nada e incluso, la sustancia me envolvió más arriba de los tobillos.

Estaba engulléndome.

Intenté avanzar otro poco más hasta que recordé a mi reflejo. Nuevamente le presté atención y lo encontré en el mismo lugar, pero él no parecía estar sufriendo lo mismo que yo con esa extraña sustancia.

Parecía que su piso no se estaba tambaleando como el mío

-Ayúdame…-murmuré y cuando terminé de hablar me di cuenta de lo que dije

¿Le había pedido ayuda?

Observé atentamente mi reflejo a pesar de que sentía que la sustancia me tragaba con más fuerza

-Por favor-volví a murmurar, pero mi reflejo continuó sin moverse-Ayúdame…-estaba solo y no sabía si podía confiar en ese extraño reflejo, pero… se trataba de mí ¿Verdad?

-Estás solo-a pesar de que nos encontrábamos a una gran distancia, fui capaz de escucharlo-No me necesitas-

¿Qué?

-Espera…-murmuré en cuanto me percaté de que la sustancia ya estaba por arriba de mis rodillas-Espera-extendí una mano hacia mi reflejo cuando lo noté ligeramente más cerca de mí.

Él continuaba dándome la espalda.

No hacía nada para ayudarme, parecía que no le importaba en lo más mínimo que yo fuera succionado por completo

-Ayúdame-

La sustancia estaba tragándome por completo.

Nuevamente intenté avanzar, pero para mi sorpresa, dejé de sentir una base estable bajo la punta de mis pies y empecé a hundirme más rápidamente.

Entré en pánico cuando caí por completo entre la sustancia negra que, antes se sentía espesa, ahora era más como agua negra que olía mal.

Empecé a ahogarme.

Pataleé desenfrenadamente intentando salir de ahí. Intentando encontrar algo que me diera soporte.

No podía, no podía, no podía.

No había nada que me ayudara y tampoco había alguien. Mi propio reflejo me había dado, literalmente, la espalda.

¿Por qué? ¿Por qué?

Tragué agua y empecé a toser.

Ayuda, ayuda, ayuda, ayuda, ayuda, ayuda… ¿Alguien?

No podía más, no iba a poder. Mi propia pesadilla me estaba devorando.

Pataleé otro poco y, como si fuera parte de algo planeado, las puntas de mis pies se estrellaron contra algo duro.

Una base.

Una oportunidad.

Continúe pataleando y moví frenéticamente mis pies hasta que nuevamente sentí la base que podía salvarme.

Me aferré a esa pequeña ayuda y con otros tantos esfuerzos conseguí colocar mis pies sobre esa base, pero en algún momento me resbalé y continué pataleando hasta que la base estuvo soportando mi peso.

Me calmé e intenté mantener el equilibrio tan solo con la punta de mis pies en esa base. Mi rostro apenas y podía salir del agua. No había nada más que pudiera ayudarme. El lugar continuaba estando oscuro.

El agua nuevamente se tornó helada y un leve vapor salió de mi boca cada que exhalé.

Ambos pulmones me dolieron por el frío.

Intenté dar un paso hacia adelante para descubrir si esa base tenía un punto más alto, pero no encontré nada más.

Tan solo mis dedos se estaban sosteniendo de esa base que ahora, se sentía más filosa y más resbaladiza, incluso podía sentir cómo esa punta hería mis dedos.

Iba a caerme nuevamente. No sabía que más hacer.

Soporté lo más que pude y cerré mis ojos un momento, parecía que simplemente tenía que calmarme.

Esperar y esperar a que despertara.

El agua se tornó más fría y empecé a temblar, pero no abrí mis ojos.

Estaba calmándome en ese lugar que, a la larga, no se sintió tan mal.

Entreabrí mis ojos para nuevamente observar a mí alrededor; no encontré nada más hasta que parpadeé lentamente y, cuando mis ojos volvieron a abrirse, frente a mí apareció mi reflejo.

Ese ser.

Esa persona que se parecía a mí, pero que estaba seguro de que no se trataba de mí. Su piel continuaba blanca y en dónde se suponía que debían de estar sus ojos, había dos bolas negras.

Avanzó un paso hacia mí y noté que él continuaba sobre un piso sólido a diferencia de mí

Moví una de mis manos bajo el agua hasta que conseguí colocarla sobre el pie blanco de mi reflejo. Lo sentí como un punto de apoyo

-Ayúdame-

-No- escuché su respuesta a pesar de que sus labios no se movieron. La voz había tenido su origen dentro de mi cabeza

-Tengo…-mis labios temblaron-Tengo frío-lo tomé con fuerza del tobillo y me sentí más seguro.

Ambos nos observamos en silencio hasta que mi otro yo empezó a hincarse frente a mí. Liberé su tobillo y conseguí colocar rápidamente mi mano sobre su hombro.

Mi mano se había pintado por toda esa sustancia negra que me rodeaba así que terminé por “ensuciar” la piel blanca de mi otro yo.

Tomé con firmeza su hombro y después me aferré a él.

Mi otro yo se enderezó hasta que conseguí salir de esa sustancia negra, al parecer, ni mi peso ni la sustancia que me envolvía, le presentaban algún problema.

Conseguí colocar mis pies sobre los de mi otro yo y me abracé con más fuera a él. Su cuerpo se sentía frío y su “piel” no se sentía como piel. La sensación era extraña, pero en esos momentos no me importaba. Solamente no quería ahogarme.

Mi temperatura fue aumentando gradualmente y obtuve calma.

Estar abrazado a él no era lo mejor, pero estaba ayudándome bastante en esa ocasión. Tal vez mi otro yo no era tan malo.

Suspiré con tranquilidad hasta que sentí los brazos de mi otro yo alrededor de mi cintura. Estaba abrazándome. Sus brazos me rodearon por completo y me apretaron hacia él.

Al principio, no me incomodó ni me desagradó el contacto, pero entonces su fuerza aumentó.

Me abrazó con más fuerza de la necesaria e intenté alejarme de él, pero mis brazos no se movieron de su cuello y mi cuerpo entero dejó de obedecerme. Su abrazo estaba siendo tan fuerte que el estómago empezó a dolerme y después le siguieron mis huesos.

Parecía que quería partirme a la mitad

-Suéltame…-intenté alejarlo a pesar de que mis brazos temblaban incontrolablemente y nuevamente tuve miedo.

Intenté desesperadamente alejarme de él. Lo intenté. Batallé bastante contra mi otro yo.

Me confundía, primero no quería ayudarme y ahora estaba queriéndome partir a la mitad. No estaba entendiendo nada.

Lo intenté y lo intenté hasta que, de la nada, sus brazos dejaron de rodearme. Por estar empujando mi cuerpo lejos de él, estuve a nada de caer nuevamente de espaldas, pero conseguí aferrarme a él para mantener el equilibrio.

La situación fue agotadora.

Primero quise alejarme de él y ahora nuevamente me encontraba aferrado a su cuello.

¿Por qué no despertaba? ¿Por qué?

-Es todo-me sobresalté al escucharlo cerca de mi oído izquierdo

-¿Qué es todo?-murmuré

-Es todo-sus manos tomaron las mías que continuaban entrelazadas en su cuello y consiguió alejarlas de él-Todo-repitió, pero continué sin entenderlo

¿Todo de qué?

Mi otro yo entrelazó sus dedos con los míos

-Ahora te toca a ti-

-¿He?-¿A qué se refería?

Apretó con fuerza mis dedos y, cuando quise alejarme de él, liberó una de mis manos para colocar la suya en mi frente.

Pasé saliva justo cuando aplicó fuerza y me empujó hacia atrás.

Intenté sujetarme nuevamente, pero no me dio tiempo.

Caí de espaldas y cerré los ojos porque tuve miedo de hundirme entre la sustancia, pero contra lo esperado, caí sobre el duro suelo.

El mar negro ya no estaba más a mi alrededor.

Mi respiración de agitó y cuando busqué al extraño ser, no lo encontré por ninguna parte

¿Se había ido?

Di un último vistazo a mi alrededor e incluso lo ­­busqué en mi reflejo, pero tampoco lo encontré.

¿Me había quedado solo? ¿Por fin?

Me enderecé y me abracé a mí mismo.

Intenté despertar unas cuantas veces al apretar con fuerza la piel de mis muslos y mis brazos, pero no lo conseguí. No sabía qué es lo que estaba sucediendo. Ya no había miedo y tampoco frío.

Pero me encontraba solo.

Oculté mi rostro entre mis rodillas hasta que sentí algo en los dedos de mis pies.

Fijé mi mirada en mis pies y no encontré nada extraño hasta que vi que algo se deslizaba por ellos; era la sustancia negra.

Enseguida me levanté e intenté quitarme la sustancia de mis pies y cuando lo conseguí, empecé a correr en dirección contraria

Me mantuve corriendo hasta que los pies me pesaron y tuve miedo de que el piso estuviera convirtiéndose en la sustancia extraña. Me armé de valor y a la cuenta de tres, observé el piso.

Para mi buena suerte, no encontré nada extraño, simplemente me había cansado.

Me detuve y nuevamente observé a mi alrededor, la oscuridad se estaba haciendo más y más densa.

Me senté en el duro piso y de nuevo escondí mi cabeza entre mis rodillas, no quería ver nada más. Deseaba despertar.

ADVERTENCIA, LAS SIGUIENTES ESCENAS CONTIENEN MATERIAL SENSIBLE (PUEDEN PROVOCAR ASCO)

Desperté sin ningún sobresalto y sin sueño; al parecer, había descansado muy bien a diferencia de otros días.

Parpadeé un par de veces más hasta que conseguí aclarar mi vista tan solo del ojo izquierdo.

El derecho me dolía y no conseguí abrirlo.

A pesar de que solamente podía ver con mi ojo izquierdo, me percaté de que esa no era mi habitación de siempre.

Me enderecé y tuve que girar muy bien mi cuello de un lado hacia otro para observar a mi alrededor.

Ese lugar se parecía a mi anterior habitación, con la diferencia de que no logré encontrar cámaras, una cama y, lo que me pareció más importante, una puerta. Yo me encontraba acostado en el duro y blanco piso; las paredes junto con el techo también eran de color blanco.

Todo lo que me rodeaba era tan diferente a lo que veía en mis pesadillas…

Cuando me levanté del suelo, me percaté de otro importante detalle; mis muñecas y tobillos estaban atrapados entre unos grilletes bastante gruesos que me cubrían buena parte de mi piel en esa zona. De los grilletes salían cadenas muy largas que estaban adheridas al piso justo en donde me encontraba de pie.

¿Por qué?

Di unos cuantos pasos y escuché el sonido de las cadenas al moverse junto conmigo. Las observé en silencio y entendí menos la situación ¿Por qué me las habían puesto?

Recordaba que después de un entrenamiento, sentía que estaba a nada de desmayarme, así que me apresuré en regresar a mi habitación para descansar y conseguí quedarme dormido de inmediato, pero después desperté con un fuerte dolor de estómago y la sustancia verdosa que primero me había brotado mientras me encontraba en la fábrica empezó a escurrirme por la nariz.

Me desmayé porque no conseguía respirar.

Tuve esa pesadilla y ahora me encontraba en ese lugar.

¿Qué es lo que había pasado mientras estuve inconsciente?

¿Cuánto tiempo había pasado?

Ahora me sabía mucho menos los días. Llevaba bastante tiempo en los laboratorios, de eso estaba seguro, pero todo era tan confuso. No podía ni hacer el intento de sacar la cuenta de los días porque nunca supe si estaba de día o de noche. Habían alterado tantas veces mis horarios que me sentía muy perdido.

Estaba mareado con toda la situación.

Las horas, minutos e incluso los segundos ahora me parecía que no existían.

¿Cómo iba a saber que ya había pasado un minuto? ¿Cuánto duraba un segundo?

-Ya, ya, basta-me repetí a mí mismo y escuchar mi propia voz me hizo sentir aún más solo--Ya…-repetí en voz baja y tuve la misma extraña sensación.

¿Nadie más iba a escucharme nuevamente?

-Basta-me repetí en voz alta para escuchar algo y para callarme a mí mismo. Estaba enojándome conmigo mismo por recordar todo eso.

Guié una de mis manos hacia mi ojo derecho y apenas con un simple roce, mi piel ardió ¿Qué es lo que me había pasado? Nuevamente me toqué con mucho cuidado hasta que me convencí de que esa era una herida. Alguien me había golpeado en esa parte, por eso mi pómulo y párpado se habían inflamado.

Por culpa de esa inflamación yo no podía abrir mi ojo derecho.

Observé a mi alrededor e intenté encontrar un pequeño espejo que me dejara ver la herida. Necesitaba saber si era algo grave o algo que iba a curarse por sí mismo si no la tocaba o la rozaba, pero no encontré nada que me ayudara.

En ese lugar solo estábamos yo y las cadenas. No había nada más.

Suspiré ¿Qué es lo que querían conmigo?

Observé el piso y lo encontré totalmente brilloso. Ese era el mismo piso que había en los pasillos del laboratorio y en mi antigua habitación. ¿Si la estructura y las características de ese lugar se parecían a las de mi habitación, por qué continuaba pensando que ese era otro lugar?

Estaba seguro de que ese no era el laboratorio en el que anteriormente había estado.

Estuve a nada de suspirar cuando una luz que había justo frente a mí, bajó de intensidad. Observé hacia la lámpara y me di cuenta de que se estaba apagando muy lentamente hasta que dejó de emitir luz.

¿Por qué la habían apagado?

Presté atención a la otra lámpara que había a su lado porque empezó a hacer lo mismo hasta que se apagó por completo

¿Por qué?

Observé a mi alrededor y encontré una hilera de lámparas que aún permanecían encendidas. Eran las que se encargaban de alumbrar ese lugar.

Noté el cambio de intensidad en otra lámpara y entonces me asusté.

¡¿Iban a apagar todas?!

Me quedé en medio de la habitación, observando en silencio como cada una de esas 20 lámparas iban apagándose justo después de que otra ya se había apagado.

¿Iban a dejarme a oscuras? O ¿Eso representaba la noche? ¿Pensaban que con eso iba a dormir mejor? ¡¿O algo parecido?!

¡¿Por qué las estaban apagando?!

-¡No las apaguen!-grité cuando quedaban 6 lámparas por apagarse, el lugar se veía mucho más oscuro en una parte-¡No!-corrí rápidamente hacia las otras 5 lámparas que continuaban encendidas-¡No!-grité cuando la quinta empezó a disminuir su brillo.

¿Era necesario que las apagaran? ¿Por qué querían dejarme a oscuras? ¿Por qué lo hacían si ellos sabían que no toleraba la oscuridad?

¡¿Por qué?!

-¡No!-grité cuando la cuarta lámpara se apagó-No por favor…-volteé y observé la oscuridad que ya se notaba en el resto del lugar. Después recargué mi frente en la pared y cerré por un momento mi ojo bueno-Por favor, por favor, por favor-murmuré varias veces.

No quería estar en la oscuridad

¿Y si ese otro yo regresaba de entre la oscuridad?

No iba a poder defenderme porque no iba a poder ver nada. No iba a saber por dónde iba a atacarme.

Observé las dos lámparas que quedaban encendidas y empecé a llorar cuando se apagaron al mismo tiempo

-No… no-me quedé por completo a oscuras y no tuve la valentía de girarme. No sabía si había algo o alguien atrás de mi esperando para hacerme daño. No sabía que me esperaba y no quería ni pensar en eso, pero no podía evitarlo. Ese lugar, silencioso y ahora totalmente oscuro no me ayudaba en distraerme de lo que mi mente empezaba a crear.

Iba a ser difícil así que cerré mi ojo izquierdo para empezar a respirar profundamente y busqué la manera de tranquilizarme.

Eso no podía ser peor. Llevaba poco tiempo de haber despertado, probablemente me habían puesto en ese lugar para… para algo. En ese momento no se me venía a la mente alguna idea, pero seguramente había un porqué.

Me quedé inmóvil en ese mismo lugar por bastante tiempo hasta que la planta de mis pies empezó a arderme. Abrí mi ojo sano, pero no noté la diferencia.

La oscuridad a mi alrededor era aterradora, ni siquiera podía percibir la blancura de la pared en la que aún mantenía recargada mi frente.

Tomé asiento sin dejar de recargar mi frente en la pared y suspiré.

No sabía qué más podía pasarme, pero no pensaba moverme mucho en ese lugar. Estar en medio de tanta oscuridad no me hacía sentir bien.

Suspiré.

Esperaba que la oscuridad no fuera eterna como muchos autores decían en los libros que había leído cuando estuve en la fábrica.

Nuevamente suspiré.

La fábrica…

Los extrañaba a todos. A todos.

Iba ser más complicado no pensar en ellos porque… en este nuevo lugar, no había otra cosa más que oscuridad y silencio que se rompía cada que movía las cadenas.

Cuando estaba en el otro laboratorio, los entrenamientos y el cansancio me mantenían distraído, pero ahora, todo se complicaba.

Lucy.

Tom.

James.

Ana.

August.

Sean…

A todos ellos los extrañaba.

Aún tenía la esperanza de que un día los iba a volver a ver. Eso era lo que importaba.

 

 

-¡Por favor!-golpeé con fuerza la pared para intentar dar con alguna apertura que me indicara que del otro lado había una puerta ¡No pude aparecer de la nada en ese lugar!-¡Por favor!-las piernas me temblaron y entonces tuve una idea que no me agradaba para nada, pero necesitaba urgentemente hacer del baño.

Sin apartar mis manos de la pared, me moví entre la oscuridad del lugar para llegar a mi destino.

Había aguantado lo más que pude. De verdad que lo había soportado, pero simplemente mi cuerpo estaba exigiéndolo y no podía negarme.

-¡Por favor! ¡Ábranme!-golpeé nuevamente la pared.

Ahora estaba convenciéndome de que me habían dejado abandonado en ese lugar. No tenía ni idea de cuánto tiempo llevaba encerrado, pero a mi cuerpo no se le podía engañar.

Necesitaba hacer del baño.

Me acerqué a una esquina de la habitación y con las manos temblorosas, bajé mis pantalones junto a mi ropa interior mientras mordía mi labio inferior para después, empezar a hacer del baño entre esas paredes.

Al escuchar el sonido que mis orines creaban al estrellarse contra el suelo no pude evitar empezar a llorar. No podía creer lo que estaba haciendo, pero sabía que no tenía otra opción.

Me habían dejado completamente solo; nadie me vigilaba y nadie se tomaba el tiempo de ir a revisar que continuara encerrado ahí. Aunque salir de ahí no era una opción, no había nada que me diera una oportunidad.

¿En dónde me habían encerrado?

No sabía si iba a volver a ver otro rostro, si iba a escuchar otra voz diferente a la mía… no sabía nada.

Aparté mi pie de inmediato al sentir que mi orina tocaba la punta de mis dedos cuando mi vejiga se vació por completo y entonces dejé de llorar porque sentí un gran alivio. Estuve a nada de explotar internamente, pero ahora de verdad era todo un alivio el que estaba sintiendo.

Acomodé mi ropa interior junto a mi pantalón y di media vuelta para caminar hacia la esquina contraria más alejada de esa. No quería ni percibir el olor.

Arrastré mis pies entre la oscuridad del lugar, el único sonido que me acompañaba era el de las cadenas y estaba seguro de que iba a terminar por odiar ese sonido.

Caminé con mis brazos extendidos hacia adelante para evitar estrellarme contra algo y cuando sentí una pared, caminé de lado sin dejar de tocarla hasta que sentí la intersección entre la otra pared. Giré y me senté en ese lugar.

Escondí mi cabeza entre mis rodillas e intenté pensar en algo que me ayudara a evitar la situación. Y lo único que llegó a mi mente fue lo mismo de casi siempre, no sabía si iban a regresar por mí o si me habían dejado a propósito en ese lugar.

Continuaba sin saber nada.

Del tiempo que llevaba ahí, hubo un momento en el que me animé a caminar un poco porque mis piernas se habían adormecido por estar sentado en una misma posición y me decidí en inspeccionar el lugar. Caminé con mi ojo sano cerrado porque eso me confortaba un poco en alguna extraña manera.

Tener mi ojo cerrado era mejor que mantenerlo abierto.

Había inspeccionado de un lado a otro todo el lugar y por supuesto que no encontré nada, ni bordes, ni escalones, ni alguna imperfección en las paredes… nada. Solamente me guiaba por las esquinas, era lo único que me daba un poco de seguridad para moverme.

Me cansé con la posición de tener mi cabeza entre mis rodillas así que me acosté con la pared de frente. Todavía tenía la sensación de que mi otro yo iba a salir de algún lugar, pero incluso en mis sueños había dejado de aparecer.

¿Era lo mejor?

Coloqué mi brazo bajo mi cabeza para tener un apoyo más suave, el piso estaba frío y demasiado duro que de vez en cuando la espalda llegaba a dolerme.

También mis muñecas y los tobillos me dolían. Los grilletes me apretaban y rozaban mi piel; podía sentir las heridas, pero no podía verlas. No sabía su gravedad, pero dolían y el olor no era agradable.

Mi piel se estaba pudriendo.

Había intentado unas cuantas veces quitarme los grilletes, pero resultó peor. Solo conseguí lastimarme más de lo que ya estaba y comprendí que no servía de mucho; no iba a hacer alguna diferencia si conseguía quitármelas porque las heridas, ya estaban hechas y si conseguía quitármelas eso no significaba que yo iba a salir de la habitación.

Con o sin los grilletes, iba a continuar encerrado en ese lugar, así que terminé por aceptar el sonido constante de las cadenas a cada mínimo movimiento que realizaba.

Lo había intentado con mis poderes. Había intentado partir las cadenas con alguna técnica de mis poderes, pero ni siquiera conseguí crear un destello. Estiraba mis dedos para que mi poder fluyera, pero no sentía nada.

Mis poderes se habían trabado, había algo que no los dejaba salir libremente.

Suspiré y me dieron ganas de dormir, mi vejiga se encontraba libre así que todo estaba momentáneamente mejor.

Con mi brazo libre me auto abracé y apreté con fuerza mis párpados, pero no pude evitar empezar a llorar.

¿Por qué me estaba pasando todo eso? ¿Había cometido un error durante los entrenamientos? ¿Había hecho algo mal?

Me habían dejado en ese lugar y no estaba seguro de si iban a regresar por mí

-Sean…-lloré con más fuerza

Me la pasaba pensando en él; no quería que me olvidara, yo continuaba confiando en que iba a encontrarme.

Ni siquiera estaba seguro de si empezó a buscarme, pero dentro de mí quería creerlo. Había pasado prácticamente toda mi vida junto a él, no podía simplemente olvidarme.

No podía…

Mordí mi labio inferior, aunque no pude evitar llorar con más fuerza.

Necesitaba que estuviera conmigo. Todo el tiempo recordaba los momentos en los que estábamos juntos. Algunas veces se me dificultaba recordar su rostro, pero me concentraba lo suficiente y ahí estaba. Ahí continuaba.

No se había ido.

Extrañaba platicar con Sean. Extrañaba su voz y cuando también intentaba recordarla, no podía. La escuchaba como un murmullo lejano e inentendible.

Era más complicado recordar su voz que su rostro

-Sean…-relamí mis labios y los encontré salados por mis lágrimas. Ahora mis labios estaban resecos y duros; ya no se movían mucho, pero cuando lo hacía, me dolían.

Lloré con más fuerza hasta que no pude controlar los sonidos que liberaba mi boca.

Quería salir de ese lugar, por supuesto, tenía muchas ganas de volver a ver a todos.

Quería verlos cerca de mí.

Los necesitaba, necesitaba escucharlos, necesitaba tocarlos.

Necesitaba escucharlos decir mi nombre porque, a veces, me encontraba a mí mismo intentando recordarlo

 

Tenía hambre.

Y mucha.

Mi lengua se entumió al recordar la textura del salmón dentro de mi boca que Sean me había enseñado a preparar aquella vez.

Fue horas antes de que todo se volviera un caos.

Lo recordaba a la perfección al igual que el nombre. Recordaba a Sean y a mí mismo en ese supermercado, eligiendo los ingredientes que íbamos a llevar a la fábrica mientras caminábamos entre esos pasillos llenos de cosas que no recordaba.

En mi mente se habían creado lugares en blanco y borrosos.

Decidí cambiar de posición, me enderecé con muchos esfuerzos hasta que conseguí recargar mi espalda en la pared y estirar mis piernas. Ya ninguna posición era cómoda. El cuerpo entero me dolía.

Incluso me había cansado de mantener mi ojo sano abierto mientras que mi ojo derecho no dejaba de palpitar…

¿Qué?

¿En qué estaba pensando antes?

-Ah… sí-me dilaté en recordarlo.

Después de que comimos el salmón tuvimos relaciones sexuales. O al menos eso es lo que recordaba de ese día que nos habíamos quedado solos.

Sean y yo habíamos estado desnudos. Nos besamos y nos tocamos bastante.

Fue algo totalmente diferente. Se sintió bien a pesar de que al principio fue incómodo.

Suspiré.

En ese lugar, tenía mucho tiempo libre, así que me la pasaba recordando todo lo que pasé en el antiguo laboratorios y después recordaba mi tiempo en la fábrica.

Extrañaba esos días.

Mi mente descansaba de toda esa oscuridad cuando me imaginaba el bosque, la laguna, el amanecer… Todo eso se veía grandioso en mi mente, pero cuando dejaba de imaginar o cuando me cansaba de hacerlo, regresaba a ese frío lugar.

¿Cuánto tiempo había pasado?

¿Cuánto?

-¿Cuánto?-¿He? ¿Esa era mi voz?

¿Era yo?

-Yo… yo, yo, yo-repetí en voz alta-Soy yo-me balanceé de un lado a otro hasta que caí de lleno al piso-Yo…-empecé a quedarme dormido. Con mis uñas froté el piso para crear un poco de sonido, pero después sentí que tocaban mi hombro y me enderecé-¿Qué? ¿Qué?-murmuré al observar a mi alrededor.

Me habían tocado, estaba seguro

-¿Qué?-no encontré nada, pero ya no pude dejar de ver frenéticamente a mi alrededor a pesar de que no podía ver nada más que oscuridad-¿Qué?-¿Qué había estado pensando?

Dejé de mover mi cabeza porque el cuello me dolió.

Hace un momento ¿Qué es lo que estaba pensando? ¿Qué había sido?

Llevé mis rodillas a mi pecho y coloqué mi frente sobre ellas

-Tranquilo, tranquilo-me dije a mí mismo y nuevamente empecé a balancearme hasta que lo recordé.

Tenía hambre.

Hambre, hambre, hambre.

Mucha hambre.

¿No había comido? ¿Hace cuánto que no había comido?

Dejé de balancearme porque empecé a llorar.

¿Eso era todo?

¿Iba a morir de hambre?

¿De sed?

Apreté mi auto abrazo y me quedé dormido.

 

Escuché un ruido y de inmediato me enderecé.

Esperé a escuchar el ruido, pero no volvió a pasar

¿Otra vez lo había imaginado?

Me quedé totalmente inmóvil hasta que lo volví a escuchar. De inmediato busqué la fuente del sonido cuando de repente, mi ojo sano captó una muy pequeña luz cerca del piso, en el otro extremo de donde me encontraba.

Observé esa luz ¿Si existía? ¿O era una de esas otras luces que a veces me aparecían de la nada?

La pequeña luz tuvo movimientos y entonces, gateando, me decidí por acercarme a ella.

Avancé un poco y de pronto la luz desapareció, pero percibí un agradable olor.

Olisqueé al aire y la boca me salivó después de un tiempo en que no lo conseguía.

Era comida.

Gateé más rápidamente y empecé a agitar mis manos por todo el lugar hasta que topeteé algo y lo derramé. El olor me resultó increíble.

No lo pensé más y sin importarme nada, empecé a comer con ayuda de mis dedos.

Mastiqué frenéticamente y no me detuve a pesar de que el sabor no era tan agradable como el olor. Tampoco me molestó la textura tan extraña que la comida creaba en mi boca.

Quería comer.

Comí y comí lo que ahí había.

No conseguía ver nada, pero todo estaba delicioso.

Cuando los trozos disminuyeron, mis manos se movieron en busca de más comida y entonces, simplemente la sentí embarrada en el piso, no dudé en empinarme y lamer el suelo. No quería dejar sobras.

No podía desperdiciarla.

No sabía cuánto tiempo iba a pasar para que me dieran más comida.

Lamí por completo el piso y después continué con mis dedos hasta que los limpié a la perfección.

Había sido una buena porción de comida, eso iba a servirme por… no sabía cuánto tiempo.

Me arrastré bastante en ese mismo lugar en busca de más comida, pero no encontré nada más, así que regresé a gatas hacia la esquina que siempre utilizaba para dormir y me acosté de lado, esperando a ver esa pequeña luz junto a esos sonidos que ahora, para mí, significaban comida.

Esperé hasta que me quedé dormido, pero tuve pesadillas y fueron muchas.

Desperté sobresaltado y con dolor en el estómago. Lo apreté con fuerza intentando calmarlo, pero mi estómago hizo ruidos bastante fuertes y cuando se calmaron, tuve náuseas.

Me abracé a mí mismo para intentar soportar el dolor hasta que las náuseas fueron muchas y casi no tuve tiempo para enderezarme por completo cuando volví el estómago.

Volví bastante hasta que no quedó nada más por sacar.

¿Había sido porque lamí suciedad en el piso? ¿Mis dedos habían estado sucios?

¿La comida era mala?

No tuve una respuesta de inmediato.

El estómago continuó doliéndome y un poco más después mis piernas se retorcieron porque se presentó una gran necesidad de hacer del baño.

Necesitaba defecar.

Con todo el cuerpo temblándome, me levanté y caminé apenas un poco, estaba débil. Conseguí bajarme los pantalones junto a la ropa interior para colocarme en posición y empecé a defecar.

Todo fue líquido. Diarrea.

Salió en abundancia.

Los sonidos, el olor y el ardor provocaron que empezara a llorar.

Estaba ahí, solo y defecando como si no hubiera un mañana.

El olor incrementó a mi alrededor. No era agradable, no era para nada agradable.        

Mi esfínter ardió y otros desagradables sonidos se crearon hasta que por fin se terminó.

Me quedé en cuclillas otro poco más hasta que mis piernas, por lo delgadas que estaban, empezaron a temblarme. No sabía si estaba limpio o si habían quedado restos, pero no me importó; subí mi ropa interior junto a mi pantalón. Con muchos esfuerzos me levanté y caminé otro poco hasta alejarme de esa esquina.

 

Nuevamente abrieron la pequeña compuerta y tuve que arrastrarme hasta que mis manos topetearon con el plato con la comida. Su olor no era malo, pero empecé a comer con miedo.

No sabía cuáles iban a ser las consecuencias. Mi cuerpo se sentía cada vez peor.

Ahora entendía que cada que abrían esa pequeña compuerta, era porque iban a dejarme comida; algunas veces me dejaban agua que no tomaba porque esa agua estaba grasosa y tenía un olor nauseabundo. Lo hacían cada cierto tiempo, algunas veces tardaban más de lo que pensaba y otras veces era rápido.

Pero no lo sabía muy bien. Era complicado.

Tomé una porción entre mis dedos que no dejaban de temblar y comí lentamente.

Mastiqué la extraña comida hasta que no tuve más ganas; el olor de mis orines, el excremento, mi vómito… toda la suciedad estaba a mi alrededor. No podía continuar comiendo por el asco que tenía.

Me deslicé por el suelo, llevando entre mi ropa la suciedad que se impregnaba cada que avanzaba hacia el único espacio que consideraba era el más limpio de ese lugar. Ese lugar era donde había despertado la primera vez, ahí se encontraba el inicio de las cadenas.

Intenté acomodarme, pero fue imposible. Mis huesos sobresalían demasiado, así que no importaba la posición que tomaba, ellos se estrellaban directamente contra el piso.

Me recargué en la pared y decidí descansar un momento.

Ahora ya no podía pensar en algo, estaba demasiado débil como para imaginar o recordar los sucesos que anteriormente me hicieron feliz.

 

Me sobresalté por un ruido muy fuerte que no sabía si provenía de mis sueños o de la realidad. Se escuchó lejano, pero al parecer se estaba abriendo una compuerta más grande que la que utilizaban para dejarme la “comida”.

No tuve la fuerza suficiente para abrir mi ojo sano, así que no pude verificar nada.

Escuché otros sonidos hasta que un fuerte chorro de agua se estampó contra mí.

Empecé a ahogarme por la presión que el agua tenía, pero conseguí dar vuelta y el agua se estrelló con fuerza contra mi espalda. Dolió bastante.

Después, el chorro de agua se alejó de mi cuerpo y empezó a estrellarse contra todas las paredes del lugar, o al menos eso es lo que parecía ser por los sonidos que se creaban.

-¡Es tu baño, maldito perro!-me gritaron y después escuché risas.

Yo ya no podía moverme, no podía ni siquiera hacer el intento de levantarme y correr hacia ellos. Mis piernas temblaban cuando tenía intenciones de ponerme en pie

-¡Agradece desgraciado! ¡Te estamos bañando!-¿Qué? ¿Baño? ¿Bañándome?-¡Esta ducha la vas a disfrutar!-escuché más risas y en ese mismo instante, el chorro de agua se estrelló con fuerza contra mi cabeza. Era una suerte el que todavía me encontraba de espaldas

-¡Estás atrayendo a las ratas!-me gritaron

-¡Tú también eres una maldita rata!-el chorro con agua se estrelló insistentemente contra mi espalda hasta que empezó a dolerme

-Por favor…-murmuré e intenté aguantar-Por favor…-el agua continuó estrellándose contra mí lo que se me hizo una eternidad.

Y de verdad fue una eternidad hasta que el chorro se detuvo

-¡Vas a tener más de estos baños!-

-¡Eres un maldito cerdo!-

-¡Tú olor está impregnando el área!-empecé a llorar y ellos continuaron gritándome otras cosas más.

La compuerta volvió a cerrarse. La espalda terminó ardiéndome por completo y no pude hacer algo más que soltarme a llorar.

Ya no podía defenderme, mis poderes continuaban sin reaccionar.

¿También mis poderes se habían olvidado de mí? ¿Eso era posible? No me obedecían en absoluto.

¿Tal vez era porque estaba débil?

¿Ahora ni siquiera me auto protegían como otras veces?

Lloré demasiado esa vez.

Todo era un desastre.

¿¡Qué es lo que querían de mí?!

Notas finales:

Muchas gracias por leer!

te recuerdo que si deseas leer una versión más editada y mejor escrita, la historia se encuentra disponible en Wattpad. 


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