Me removí en la cama sintiendo una incomodidad a la que no estaba acostumbrada, una clase de calor y peso sobre mi brazo izquierdo que provoco que abriera mis ojos repentinamente y lo inevitable sucediera
Mi rostro quedo a milímetro del de ella, hipnotizándome por completo -aa- No pude evitar suspirar por enésima vez
Nosé cuanto tiempo me quede observándola, ni siquiera había notado que me había embobado observándola, hasta que el molesto sonido de mi despertador me saco de mi observación, lo apague inmediatamente casi por reflejo, la verdad no quería que la pequeña entre mis brazos se viera interrumpida por ese molesto sonido, pero es que esa carita tan linda, su nariz respingada, sus labios, sus perfectos labios ¡dios! su tranquila respiración y la forma con la que se acunaba entre mis brazos en busca de mi calor, todo era perfecto, hasta que sonó mi despertador, en fin ya no tenía opción
Haciendo malabares logre salir de la cama, ok ok no exactamente fue así
Está bien lo admito me caí de la cama, y si hice mucho escándalo en el transcurso pero la chica no pareció inmutarse, ni si quiera un bostezo nada, debe ser de esas personas de sueño pesado, que bien explota una bomba junto a ellos y ni se inmutan
Aun así no quería arriesgarme, así que tome todo lo que necesitaba y baje a ducharme en el baño del primer piso
Después de arreglarme me dispuse a desayunar, aunque la verdad traía un relajo en mi estomago, así que me limite a prepararme un café
Ya con mi taza a medio terminar, subí a observar a mi invitada, pero ella seguía dormida, seguramente agotada por el día anterior tal vez debería despertarla o tal vez no, no me decidía, de hecho tenía una gran pelea interna realmente enorme pero enormeee
Por un lado estaba la chica hermosa que dormía plácidamente en mi cama, es decir ¡LA CHICA HERMOSA!
Pero por otro lado, pues no la conocía, es decir, no debería arriesgarme a dejarla en mi departamento sola, con todo lo que poseo allí, podría ser ladrona, asesina serial, secuestradora o alcohólica drogadicta, después de todo no sabía ni su nombre, si no debería o mejor dicho ¡NO DEBÍ!, pero ya estaba a unos pasos de entrar a mi oficina así que ya era tarde para lamentarme, al menos la había encerrado jajaja un aura asesina me saco de mis pensamientos
-¡KARLA GUTIERREZ OSUNA!- demonios tan temprano y ya me encontraba a mi amiga-mejor amiga regañándome, suspire y me gire para verla con una sonrisa
-como te atreves a abandonarme en ese bar sin avisarme ni si quiera con un mensaje ¡¿cómo te atreviste?!- la mire lo más tranquila que pude
-chal yo no te abandone en ningún lado- así le decimos chal pero en realidad se llama Charlotte, y pues no le gusta que le digamos así, dice que le recuerda a un cerdo o algo así
-¡PERO CLARO QUE SI! Todavía que te invito a beber y cenar y que yo pago TODO, me dejas tirada en un bar con todos nuestros compañeros ebrios, es decir ¡EBRIOS!- olvido incluirse ella
-¿abandonarte? Si yo trate de sacarte de ahí y de todos esos ridículos que estaban haciendo pero tú no quisiste venir conmigo- ok era mentira, ni si quiera lo intente, pero ella estaba ebria así que no lo recordaría, además mi amiga realmente estaba falsamente molesta si falsa porque si en verdad hubiese estado molesta no me hubiera ni dirigido la palabra
-¡QUE! ¿Ridículos? Mentira es solo que tu eres una amargada- ante ese comentario no pude evitar reírme, yo ya sabía eso pero escucharlo de los labios de mi amiga era gracioso además de que mi amiga era pésima fingiendo y se le notaba desde lejos su “ enojo”
-ya pues, tranquila chal, perdón, no debí de haberme ido sin avisarte es cierto ¿me perdonas?- le dije sonriendo, con la sonrisa más inocente que pude fingir y que sabia no podría resistir jamás
-está bien te perdono, pero- demonios me pedirá algo que le duela a mi billetera –debes invitarme a comer hoy- me tense y mi feliz sonrisa desapareció, para mostrarse en mi rostro una sonrisa nerviosa, que no paso desapercibida por mi amiga
- bueno y para que veas que soy buena vayamos al bufet de aquí enfrente- yo la mire un poco confundida
-¿Qué sucede ka? ¿No traes dinero? ¿no quieres invitarme?- comprendí a lo que se refería, pero yo no me había puesto así por ninguna de las cosas que preguntaba, yo estaba así porque en cuanto saliera del trabajo yo quería volver con la hermosa chica que dormía en mi departamento pero no podía decirle eso ¿o sí? Ella me miro acusadoramente
-No, no es eso- baje la mirada para evitar la suya, mientras la alejaba un poco, no estaba segura si decirle o no, y ciertamente estaba buscando una escusa o algo que decir que no fuera la verdad, pero simplemente no se me ocurría nada
-mmm…- se me acerco de forma acosadora mientras me acorralaba contra la puerta de mi oficina, y en ese momento supe que no me dejaría en paz hasta que le dijera la razón de mi nerviosismo o saliese corriendo
Y no la culpo somos amigas desde la primaria es normal que tenga curiosidad por lo que me suceda, ella es como mi hermana pequeña-mayor porque aunque sea mayor que yo por dos años se comporta tan infantil como una adolescente, y esa infantilidad me da dolores de cabeza casi a diario, ella me conoce muy bien, de pies a cabeza y sabe todo sobre mis preferencias incluyendo mi gusto por las mujeres porque es algo que compartimos, yo nunca se lo dije más bien ella lo descubrió o me descubrió en brazos de otra, nunca nos vimos mas allá de la amistad-hermandad y no porque ella fuese fea, muy por el contrario
Charlotte no tenía nada que envidiarle a las modelos, tenía un cuerpazo, con sus curvas bien delineadas y un hermoso vientre plano, su cabello largo y castaño ondulado con sus ojos cafés claros y esa piel ligeramente acanelada le daban el toque de belleza andante, pero con un genio del demonio, era, es y será por siempre una mandona gritona sin remedio, además de bipolar
Como pude la esquive y hui, si huir fue lo único que se me ocurrió…
Nosé cómo es que había estado logrando evadirla durante todo el día, pero lo había logrado y estaba a media hora de ser libre, bueno había logrado esquivar hablar con ella pero esa mirada -¡DIOS! Si las miradas mataran-
-ya habrías muerto- me respondió entrando a mi oficina y lo dijo de una manera tan fría y directa que me helo, sabia quien era pero no quería girarme, pero el silbante sonido de la cerradura de mi puerta acorralándome me obligo a hacerlo la mire tratando de mostrar indiferencia
-chal ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en tu oficina?- la mire tratando de salir de ahí, pero ese pequeño monstruo era muy hábil
-ka mi queridísima ka sabes muy bien que de aquí no te irás hasta que me digas la verdad ¿cierto?- yo la mire entre enojada y asustada –así que ahorrémonos tiempo, ¿A dónde y con quien te fuiste ayer?- directa como siempre
-yo no… no me fui con nadie- ella choco sus puños contra el escritorio y yo no pude evitar dar un pequeño brinco por la sorpresa
-¡HABLA! Y no mientas- suspire cansada, ella era demasiado como decirlo ¿intimidante? Cuando quería serlo, después de todo que malo podía suceder si le contaba cierto ¿cierto?
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-¡QUE QUE! ¡¿DE LA CALLE?!- mi amiga gritaba mientras me dejaba sorda en el transcurso
-ya cálmate chal, ella se ve muy buena persona, no me grites, ya… ven siéntate- le dije a la vez que le señalaba el sillón más cercano
-como quieres que me calme, es que es decir ¿Quién rayos eres tú? Karla jamás de los nucas never, ever habría ayudado a una chica que encontró en la calle- bueno no la culpaba ella tenía razón ¿Qué demonios me pasaba?
-Lose- le dije reafirmando lo antes dicho –es solo que fue diferente, fue algo que ni yo misma puedo explicar, pero al verlas así, tan frágil no pude evitarlo incluso tuve que abrazarla, y en verdad tengo una gran necesidad por volver a casa y abrazarla de nuevo asegurándole que todo está bien incluso sin saber que fue lo que le sucedió
-WOW me sorprendes amiga, se ve que te pego duro- lose lose lose yo misma aun no me reconozco, pero ¿que debía hacer? suspire de nuevo –no sabes que hacer ¿verdad?- me dijo con una risita
-No, nosé y eso me está enloqueciendo, es que tu sabes, ¿qué le diré? oye sabes que me gustaste pues no ¿verdad?- la mire incrédula de lo que yo misma estaba diciéndole y ella solo me sonrió negando con la cabeza, suspire de nuevo – es que ¿sabes? esta es la primera vez que despierto en mi casa, en mi cama, abrazada de alguien y que no me molesta, esto es acogedoramente extraño, y ¡me encanto!- pegue mi cabeza al escritorio para tratar de calmar mis ideas y las locuras que decía
-cálmate ka es solo que aun no sabes cómo está la situación ni si quiera sabes su nombre, mucho menos si tiene galán o bueno ya sabes, además tienes que saber qué es lo que le sucedió anoche el porqué estaba en la mitad de la noche llorando en una banqueta- afirme con mi cabeza, ella tenía razón
–pues deberías ir ya no avanzaras si no hablas con ella, a lo mejor y llegas y tu tormenta nocturna desapareció- inmediatamente levante la cabeza para mirar el reloj de la pared, ya era la una de la tarde, habíamos durado más de lo planeado conversando y muy probablemente la chica ya hubiese despertado
Tome mis cosas y Salí de mi trabajo lo más rápido que pude, no sin antes despedirme de mi mejor amiga y prometerle llamarla después para contarle lo que fuese a suceder
Durante todo el camino, no pude evitar preocuparme y pensar en la chica que estaría atrapada en mi departamento, en cosas como ¿si ya habría despertado? ¿Si se daría cuenta que estaba encerrada? ¿Si estaría enojada? ¿Si la encontraría llorando de nuevo? muchas dudas en mi cabeza pero sobre todo ¿Qué le habría sucedido la noche anterior?
Al fin había llegado a mi departamento, entré lo más rápido que pude, la espera me estaba matando y la curiosidad me carcomía viva, al parecer la chica seguía en mi habitación por que en el primer piso no había rastro de ella, subí tratando de no hacer ruido, entre buscándola con la vista y no había nadie ¿Dónde rayos estaba?
-maldición- dije pensando en voz alta, y el sonido de la puerta del baño me saco de mis pensamientos poniéndome en shock
¿Realmente esa era la chica que había encontrado en la calle la noche anterior?
Pero que equivocada estaba, frente a mi estaba un ¡ÁNGEL! una ¡DIOSA! andando, no se comparaba en nada con lo que había visto la noche anterior, pero en nada, su cabello color chocolate rojizo tan seductor y lacio y mas con ese tupe que acentuaba sus ojos y le daba aires de inocencia y vaya que su cabello era largo le llegaba a su cintura ¡Y QUE CINTURA DIOS! Era tan pequeña pero sin llegar a exagerar, y esos ojos grises ¡DIOS MIO! Cuanta seducción en esos ojos, hacían un perfecto conjunto con esos labios rosas ¡CON ESOS PERFECTOS LABIOS ROSA!
Su piel de porcelana parecía ¡BRILLAR! Sus piernas largas que resaltaban mas con ese short de mezclilla tan corto del que resalía lo que parecía ser otro short negro resaltándole un increíble trasero y su blusa blanca con negro que le llegaba arriba del ombligo mostrando su bien formado abdomen y resaltaba su hermoso pecho que aunque no estaba al descubierto lucia grande ¡ESTABA DE INFARTO!
Ella salió de lado del baño, mientras que con una mano peinaba su cabello en delicados movimientos y me mostraba toda su belleza a flor de piel
¡DIOS MIO! Yo solo podía mirarla embobada, paralizada por su belleza, esa chaqueta me estaba ocultando demasiado ¡DE-MA-SIA-DO! Sentí que mi corazón se detuvo cuando cruzamos miradas y ella me sonrió, de verdad ¿acaso no era un ángel? Al parecer ella noto mi estupefacción porque se acerco a mí mientras sonreía ¿es que quería matarme? Dios dame fuerzas para no saltarle encima y devorarla, como había terminado semejante belleza conmigo y mas con toda esa inocencia que derramaba
-ho-hola- me dijo sacándome de mi idiotismo, yo ni si quiera podía hablar, estaba trabada, babeando y pegada al piso
Como pude y a duras penas me moví, solo para sentarme, sentía que estaba a punto de desmayarme de tanto contenerme y no quería arriesgarme ni arriesgarla, ella me siguió y tomo su chamarra para colocársela, bueno al menos ya podríamos hablar más tranquilamente, bueno refiriéndome a mi claro está
-¿Cómo amaneciste?- le dije señalándole un asiento para poder conversar mientras controlaba mi respiración y trataba de controlar a mi acelerado corazón
-muy bien gracias ¿Dónde estabas?- me miro sonriéndome tímidamente
-fui a mi trabajo ¿hace mucho que te levantaste?- se sonrojo completamente avergonzada era obvio que no
-en realidad acabo de levantarme- me dijo bajando la mirada, yo no pude evitar sonreír se veía tan tierna toda avergonzada
-Y… ¿Cuál es tu nombre?- la mire dedicándole una sonrisa coqueta
-me… me llamo Jeimy... ¿y tú?- me dijo mientras se sonrojaba nuevamente
No pude evitar reír –jajaja me llamo Karla-
-¡hey! Que es lo gracioso- me dijo mirándome con los ojos entrecerrados haciendo un lindo puchero, y es que ¿cómo era posible que hasta este momento nos estuviésemos preguntando nuestros nombres?
-es solo que es raro ¿no crees?- le dije mirándola directamente a sus hermosos ojos grises
-¿Qué es lo raro?- me dijo y yo la mire incrédula ¿Cómo que que? ¿Era enserio?
-bueno somos dos extrañas que nos encontramos en la calle y sin saber nada incluyendo nuestros nombres pasamos la noche juntas, somos raras, tu y yo- la mire pícaramente al decir lo ultimo
-bueno si es verdad, y te agradezco mucho lo que hiciste por mí, no cualquiera lo hubiese hecho- debía de estar bromeando ¿en serio? Semejante belleza me decía eso –bueno no cualquiera gratis- me agrego, bueno en eso si tenía razón
-¿y quién te dijo que yo lo aria gratis?- le dije mirándola de forma seria y picara a la vez
-bueno yo creí que… que bueno es que- no podía contener mi risa –es broma no te pediré nada a cambio tranquila- le dije mientras tomaba su mano que comenzaba a temblar nerviosamente y ella no pudo evitar soltar un respiro
-gracias, en verdad gracias-
-De nada- le dije tratando de tranquilizarla –y me dirás que fue lo que sucedió anoche- ella alejo su mano de la mía un tanto inquieta, obviamente no esperaba que le dijera eso tan repentinamente y yo ya no soportaba el no saber
-bueno… tu me ayudaste y todo eso, pero…- se trabo en sus propias palabras
- ¿pero? Ok, se que no me conoces y eso, pero creo que necesitas desahogarte y creo que yo te mostré mi confianza invitándote a mi hogar, aun así no te obligare a decirme algo que no quieres, yo solo… solo quería ayudarte- le dije sintiéndome un poco herida por su falta de confianza y bueno es cierto nos acabábamos de conocer y eso pero también yo la había dejado en mi departamento sin conocerla ¿cierto? Además yo solo estaba preocupada, quería ayudarla pero si ella no estaba lista yo… yo no podría hacer nada
-ayer- la mire con culpa yo la estaba obligando a decirme algo que no quería, y prácticamente yo no podía permitírmelo –no sigas- le pedí, ella me miro confundida –no quiero que me cuentes algo que no me quieres contar no te obligues a decirme algo que no quieres- ella me sonrió y yo me confundí aun más
-No, no me obligas, yo quiero contarte, solo quiero pedirte que no te vayas a reír, ni tampoco a sentir lástima y también que me dejes terminar todo sin hablar ni interrumpirme ¿de acuerdo?- yo solo asentí feliz por su confianza y preocupada muy preocupada porque
¿Por qué su mirada me mostraba tanto dolor y tristeza? ¿Y porque mi corazón se estaba quebrando sólo por eso?